A pesar de tener escasos estudios y conocimientos básicos de matemáticas – no sabía de trigonometría ni álgebra básica– se convirtió en un científico revolucionario al descubrir la electromagnética, el diamagnetismo y la electrólisis, también fue precursor de múltiples inventos de su época.
Michael Faraday nació el 22 de septiembre de 1791 en Newington, Londres. Vivió en el seno de una familia pobre, su padre era herrero así que se vió en la necesidad de encontrar un trabajo a los 14 años para apoyar económicamente a su familia. Por ese motivo no concluyó la educación básica y se hizo aprendiz de un encuadernador, lo cual le permitió acceder a múltiples libros sobre ciencia, llevar su curiosidad hacia los fenómenos naturales, y efectuar sus primeros experimentos al respecto.
En el año de 1812, ya con la chispa de curiosidad encendida en su cabeza, Faraday asistió a las conferencias de Sir Humphry Davy –uno de los fundadores de la electroquímica y quien descubrió el potasio– y quedó fascinado. Al terminar la conferencia Faraday le pidió a Sir Davy un puesto de trabajo, y como él acababa de perder a un asistente –debido a un incidente científico que casi también le cuesta la vista– sin dudar lo contrató.
Aunque estaba rodeado de distintas personalidades y ya era oficialmente parte de Sociedad Real de Química, Faraday no era un caballero, por lo que su posición social lo volvió víctima de la esposa de su jefe, Sir Davy, quien le obligaba a viajar a lado de los criados. Consideró abandonar la ciencia debido a los maltratos que sufría, al llegar y ver que, a diferencia de la Señora Davy, la comunidad científica sí lo aceptaba, prefirió persistir en su sueño.
El 12 de junio de 1821 se casó con Sarah Barnard, ambos confesaron su fe al cristianismo. Nunca tuvieron hijos.
Como Michael Faraday vivió en la época de la revolución industrial fue testigo de múltiples descubrimientos e invenciones. Gracias a Hans Christian Oersted –quien descubrió la relación entre la electricidad y el magnetismo–, Faraday logró desarrollar el primer motor eléctrico conocido.
Ya en 1831, en colaboración con Charles Wheatstone –inventor del estereoscopio y del caleidófono– introdujeron corriente eléctrica en una bombilla, lo que les permitió describir matemáticamente una ley que rige la producción de electricidad atreves de un imán.
Al dar a conocer sus trabajos sobre el electromagnetismo y la rotación electromagnética, Faraday se consagró como uno de los científicos de éxito de la época.
La Jaula de Faraday
Aunque en la mayoría de los libros la jaula de Faraday esta explicada de manera teórica y complicada, es en realidad muy sencilla de entender.
La jaula de Faraday es un “recipiente” hecho de puro material conductor, generalmente mallas de alambre y planchas de metal, que te protegen de los campos eléctricos externos. La mayoría de los magos usan en sus espectáculos estas jaulas para causar mayor impresión, inclusive los aviones están equipados con una jaula, por eso cuando les cae un rayo no ocurre nada.
No logró ser tan reconocido, pero sin sus descubrimientos no tendríamos en nuestras manos muchos instrumentos electrónicos.
Ya en sus últimos años, la Universidad de Oxford le concedió a Faraday el grado de Doctor Civil Law. También la corona Británica le ofreció un título de caballero en reconocimiento a sus servicios científicos, pero como Faraday era un devoto cristiano lo rechazó.
Fue, hasta el final de su vida, simplemente Sr. Faraday, pues creía que perseguir recompensas mundanas atentaba contra la palabra de Dios en la Biblia.
Otra cosa que rechazo dos veces fue el ser presidente de la Royal Society.
Sin embargo la Real Academia de las Ciencias de Suecia y la Academia de Ciencias de Francia, lo eligieron como miembro extranjero en 1838 y en 1844 respectivamente.
Le concedieron una casa en Hampton, donde vivió hasta su muerte, libre de gastos y costos en su modo de vida. El gobierno británico lo buscó para que les ayudara a la producción de armas químicas –para la guerra de Crimea– pero Faraday los rechazó por motivos éticos.
Faraday falleció el 15 de agosto de 1867 a sus 75 años. Actualmente, en la Abadía de Westminster, existe una placa memorial en su nombre, cerca de donde están los restos mortales de Isaac Newton.
Algarabía