Fue de lo convencional a lo experimental; tejió cortinas de sonido que cambiarían la concepción de la música en su época; logró que sus notas resonaran en los dedos, cuerdas y voces del siglo XXI. Y justo cuando no podía ser mejor, lo fue.
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Desde sus inicios en el hard bop hasta el final de sus días, que envolvió en free jazz, John Coltrane construyó un universo sonoro que ha influenciado no sólo a los nuevos artistas del género, sino también a la música clásica contemporánea y al rock desde su boom experimental en los años 60.
La infancia de John se vio marcada por el fallecimiento de su padre, así como por el apego espiritual de la comunidad en la que creció ⎯Hamlet, Carolina del Norte⎯. Coltrane inició su carrera musical a nivel profesional a los 23 años, pero desde pequeño sintió una especial atracción por la música y, en particular, por los instrumentos de viento. Aprendió a tocar la flauta, el corno, el clarinete y el saxofón, y logró hacerlo con una destreza que lo colocó desde muy temprana edad en la mira de su propio destino artístico.
Apenas cuatro años después de haber tocado por primera vez en una banda, Coltrane se consolidó como solista y arrancó una carrera a lo largo de la cual grabó más de 60 discos, y con la que quedó registrado en la historia como un referente tanto de los clásicos como del free style: uno de los jazzmen más importantes de todos los tiempos.
Los cincuenta: el inicio
A mediados del siglo XIX, Charlie Parker y Thelonius Monk eran dos de los principales motivos de inspiración para los músicos que perseguían tendencias «alternativas». En aquel grupo se encontraba «Trane», quien como muchos más daba entonces los primeros pasos de su carrera. Sin embargo, aquel joven John parecía ir en una línea distinta a la del promedio amateur: sonaba como Parker, pero a diferencia de todos los aprendices ⎯y del mismo Charlie⎯ él no repetía sus clichés; porque John Coltrane no estaba inspirado sólo por el jazz, sino por la versatilidad de las notas de Stravinsky, la inestabilidad de los ritmos africanos y la espiritualidad de la música hindú, y porque el compromiso que estableció con su proyecto artístico lo condujo a un nivel de técnica y ejecución inigualable: mientras todos descansaban, «Trane» perfeccionaba.
En 1949 se unió a la banda de Dizzie Gillespie ⎯uno de los padres del be bop⎯, y luego de desintegrarse el grupo continuó su camino por otras agrupaciones. De entre las colaboraciones que hizo en este periodo destaca su trabajo en la banda de John Cornelius Hodges. Finalmente, en 1955, Coltrane dio el primer gran salto de su carrera al integrarse al Miles Davis Quintet, una de las agrupaciones más importantes de la década.
La colaboración de John dentro del quinteto resultó una sorpresa para todos en el medio: sus interpretaciones eran perfectas y sus solos llegaron a superar ⎯no sólo en duración, sino en complejidad y pulcritud⎯ a los del mismísimo Davis.
Coltrane: ¿Cómo esperas que acorte mis solos?
Davis: Prueba sacándote el saxofón de la boca.
Del álbum Kind of blue, «Blue in green»
Particularmente aplaudida fue la presentación del grupo en el Festival de Jazz de New Port, en el que interpretaron temas que hasta hoy laten en los setlistsbásicos del género. Del legado que ambos músicos dejaron destaca uno de los discos más brillantes, una de las producciones más importantes del siglo anterior: Kind of blue.
Para Coltrane, ésta fue la época que determinó su destino y proyección. A pesar de haber sido despedido por Davis debido a sus problemas con la heroína ⎯Miles conocía de primera mano lo devastador de aquella adicción⎯, Coltrane logró, en 1957, ser firmado como solista. Así, el 31 de mayo, «Trane» por fin saldría al mercado como músico líder de la banda que llevaba su nombre, y en aquel momento dio inicio su nueva etapa como artista, la cual le permitió trabajar y hacer arte con todo el poder de creación en sus manos. O mejor dicho, en sus labios.
Los sesenta: la transformación
«I experienced, by the grace of God, a spiritual awakening which was to lead me to a richer, fuller, more productive life.»
«Say It Over and Over Again«, de Ballads (1957)
Ya como solista, la evolución de su estilo desde principios hasta mediados de los años 60 provocó críticas divididas. Por un lado, lo colocó a la cabeza de listas de íconos que habían sido lideradas por Thelonius Monk, Bill Evans, Charles Mingus, Duke Ellington y, por supuesto, Miles Davis; por el otro, sus composiciones e interpretaciones logradas durante este periodo llegaron a ser calificadas por la crítica escéptica como «horror musical», «material incomprensible» e incluso como «anti-jazz». Sin embargo, su música ya influenciaba, entre muchos otros movimientos emergentes, al del resurgimiento de la música clásica en Norteamérica. La autenticidad, originalidad y lo arriesgado de su estilo fueron las aportaciones más importantes de John a la música en todos sus géneros.
A pesar de las polarizadas opiniones, para mediados de esta década Coltrane ya era referente no sólo del género, sino de la industria musical entera. Por estos años, las disqueras relanzaron bajo su nombre muchas de las producciones que «Trane» había grabado en otras agrupaciones, como si él hubiese sido el líder de las bandas en las que colaboró.
Durante los sesenta la música fue un particular reflejo de la sociedad de la época y de sus necesidades de conexión con lo espiritual, y el jazz no fue un género aislado a este fenómeno. Coltrane es uno de los nombres que brillan cuando de pensar en esta conexión se trata. En medio de cualquier política y de cualquier religión, «Trane» creó su propio «peace on Earth», su propio «dear Lord». Es que en aquel momento ⎯y para muchos, aún hoy⎯, la música de Coltrane creada en su etapa experimental es una forma de entender la estructura universal.
1964. Como una fusión del nacionalismo africano, la espiritualidad hindú y la racionalidad occidental; como bandera de su obra completa y como su pieza más representativa: así surge A love Supreme, obra maestra de Coltrane y ápice de su desarrollo espiritual y musical, el cual cobró forma de armonías arriesgadas y largos, largos, larguísimos solos.
«[...] My music is the spiritual expression of what I am ⎯my faith, my knowledge, my being.»
El último disco de «Trane» fue lanzado en julio de 1967, apenas unos días antes de que el cáncer de hígado que padecía apagara su vida; sin embargo, las proezas artísticas realizadas en vida le valdrían ser ganador de múltiples premios póstumos, incluyendo el Grammy por Mejor Interpretación de Jazz, en 1981, y el Premio por Carrera Artística, en 1992 ⎯25 años después de su muerte. Para muchos, el mayor logro de John fue atrapar al público que se rehusaba a aceptar al jazz moderno por medio de los elementos característicos del free y el experimental.
Coltrane fue un visionario. Hacia el final de su vida logró plasmar en partituras sus ideas sobre la relación física con lo espiritual y las transformó en arte. Sus notas inspiraron a lo experimental, sus notas cantaron «Libertad». Y fue precisamente eso lo que trascendió al tiempo y a su muerte: John le dio libertad al jazz. Después de «Trane», el sax no volvió a sonar igual.
John «Trane» Coltrane
23 de septiembre de 1926 – 17 de julio de 1967.
Algarabía