Los italianos Paolo y Luis Sciandra, además de ser innovadores de la técnica fotográfica, fueron precursores del periodismo gráfico en México
Juan Carlos Talavera. Excélsior
Foto: Tomada del libro Hermanos Sciandra
CIUDAD DE MÉXICO.
Revelan las primeras pistas de los Hermanos Sciandra, señalados como los precursores del fotoperiodismo o del periodismo gráfico en México, de quienes se tiene muy poca información y han permanecido ocultos en la historia de la fotografía, a pesar de que ellos lograron imprimir procedimientos avanzados para su época, como el volumen, la profundidad y la aplicación de un barniz que logró la producción de fotografías abrillantadas por primera vez en pleno siglo XIX.
Así lo detalla el investigador Gustavo Amézaga Heiras, autor de la primera compilación Hermanos Sciandra, con algunos ejemplos de su trabajo, en lo que es el primer acercamiento a las huellas de estos hermanos que hicieron de la fotografía un arte del instante, como cuando captaron el traslado del cuerpo del presidente Benito Juárez del Zócalo de la Ciudad al Panteón de San Fernando, imagen que captaron desde su estudio, ubicado en el Portal de Mercaderes No. 7 en el Centro de la Ciudad de México, donde hoy se asienta el Gran Hotel de la Ciudad de México, ubicado en la esquina de 16 de Septiembre y Plaza de la Constitución.
También se sabe que registraron el incendio que destruyó la Cámara de Diputados, ese mismo año, que obligó a su cambio de sede; la instantánea de un familiar directo de Miguel Hidalgo; aspectos del interior de la residencia de Gabriel Mancera y una kermés en el Tívoli del Eliseo (ubicado en la Colonia Tabacalera) que da cuenta de la sociedad de la época, muchas de las cuales fueron publicadas en la prensa de su tiempo y cuyos originales hoy permanecen extraviados.
La historia cuenta que Paolo y Luis Sciandra nacieron en Italia y durante su primera juventud viajaron por diferentes puntos de Europa para perfeccionar su técnica fotográfica hasta trabajar con el reconocido fotógrafo español Jean Laurent, para luego dirigirse a México en 1872. Primero se instalaron en Orizaba, Veracruz, donde ubicaron su primer estudio fotográfico y meses después llegaron a la capital y se instalaron en el segundo piso del Portal de Mercaderes.
¿Cómo conoció la historia de los hermanos Sciandra? “Como investigador estoy abocado a la fotografía del siglo XIX y me han interesado los fotógrafos de estudio, ya que hay un conjunto de fotógrafos que trabajaron durante la década de los años 60 y 70 del siglo XIX que me interesa”.
“En el caso de los hermanos Sciandra, se trata de un trabajo muy particular, ya que ellos introdujeron lo que llamo el volumen y el brillo en las fotografías, es decir, como una especie de camafeo muy leve, apenas de unos milímetros que daba una forma realzada dentro de la fotografía. Aparte, su trabajo fue muy distintivo por ese brillo que no era tan fácil de lograr en su tiempo, para lo cual aplicaban un barniz, que, para ese momento del siglo XIX, era único y dio como resultado las fotografías abrillantadas”, añadió.
¿Qué tanto éxito tuvieron en la Ciudad de México? “Cuando llegan en el 1872 a la Ciudad de México empezaron a trabajar ese tipo de fotografía y tuvo un gran éxito. Al punto en que los ricos y los comerciantes más importantes desfilaron por su estudio fotográfico. Eso me llamó la atención. Pero también está el hecho de que se convirtieron en pioneros de los fotorreporteros, cuya figura cobró mucha más importancia a finales del siglo XIX y principios del XX”.
¿Cómo se inauguran como fotorreporteros? “Hablamos de que en aquel año de 1872 fotografiaron los funerales de Benito Juárez o cuando registraron el incendio de la Cámara de Diputados en el Palacio Nacional. Claro que ellos iban a vender esas fotos. Esa era su finalidad: comercializar este tipo de imágenes”.
¿Dónde tenían su estudio? “En el segundo piso del Portal de Mercaderes No. 7, donde hoy se localiza el Gran Hotel de la Ciudad de México, ubicado en la esquina de 16 de Septiembre y Plaza de la Constitución. Esa fotografía se publicó años después, tal como lo relatan algunas crónicas de la época, donde los hermanos Sciandra vieron pasar el cortejo fúnebre con la multitud y tomaron algunas placas para captar el registro”.
RESCATAR ANÓNIMOS
Luego de una búsqueda exhaustiva, Amézaga Heiras explicó que no ha ubicado muchos originales, “aunque muy probablemente estén en algunos archivos particulares que, con el tiempo podremos consultar. Mientras tanto, muchos de esos originales desgraciadamente no los he localizado”, ´dijo.
¿Es cierto que estos fotógrafos lograron documentar varias ciudades del interior del país? “Tampoco di con esos originales, pero algo que me llamó la atención es que ellos siguieron la tradición de los daguerrotipistas o retratistas ambulantes, llevando su invento de la fotografía abrillantada al interior del país, sin embargo aún no las he localizado”.
¿Se tiene registro de su labor como docentes? “Se sabe que ellos dieron clases en la Escuela de Artes y Oficios de Toluca, donde algunos de sus alumnos utilizaron el nombre de sus maestros como una forma de prestigio”.
Hermanos Sciandra, que pertenece a la colección Círculo de Arte bajo el cuidado de Pablo Ortiz Monasterio, compila 45 fotografías antologadas por primera vez, captadas por Paolo y Luis Sciandra, por lo que conforman un primer acercamiento a estos fotógrafos que o sólo registraron su época, sino que han ocupado un lugar poco conocido en la historia y la evolución de la fotografía en nuestro país.