Por Paula Carrizosa. La Jornada de Oriente
Haciendas, tumultos y trabajadores: Puebla–Tlaxcala, 1778–1798, publicado en 1997, y Haciendas y ranchos de Tlaxcala en 1712, publicado en 1969, son dos de los títulos que conforman el legado de la historiadora Isabel González Sánchez (1936–2017), mejor conocida como Chabelita.
En pasados días, en la Dirección de Estudios Históricos (DEH) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), amigos, familiares y colegas rindieron un homenaje póstumo a la investigadora nacida en Azcapotzalco. En él, participaron Rodrigo Martínez Baracs, María del Carmen Reyna, Luis Barjau y Consuelo Maquívar, entre otros investigadores.
Recordaron que hacia junio de 1964, Chabelita publicaría la primera de sus investigaciones en el Boletín 32 del INAH titulada Visita a antiguos cascos y haciendas de Tlaxcala, en el que recogía la investigación, las fotografías y la experiencia de campo acumulada en un viaje realizado por sus propios medios, el cual se vería acompañado por la presentación, en ese mismo año, de su tesis de licenciatura: Situación social de indios y castas de las fincas rurales en vísperas de la Independencia.
A ello le siguió una fructífera trayectoria de más de cinco décadas dentro del INAH, específicamente en la DEH, instancia que conoció desde su origen y en la que colaboró con sus principales fundadores y promotores: Wigberto Jiménez Moreno y Enrique Florescano Mayet.
Historiadores como Armando Alvarado señalaron que Chabelita fue una colega entrañable que orientaba y proporcionaba información, sino que solicitaba datos y referencias bibliográficas de sus alumnos y asesorados. “Con ella existió siempre un intercambio recíproco de información, cuyo afán era interpretar y conocer los avatares padecidos por la población menos favorecida de la Nueva España”, recordó.
A su vez, el profesor–investigador de la DEH, Rodrigo Martínez Baracs, resaltó que la pasión de Isabel González por la historia de México fue anterior a su ingreso a la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, toda vez que desde su infancia en Azcapotzalco entró en contacto con destacados académicos que le incentivaron y facilitaron lecturas.
Uno de ellos, amigo de su tío, fue Robert Barlow quien, asentado en México y en Azcapotzalco desde los años 40, se convertiría más tarde en uno de los más prominentes antropólogos, etnohistoriadores y nahuatlatos del país.
Martínez Baracs añadió que bajo la tutela de Wigberto Jiménez, a la joven Chabelita de 22 años se le encargó su primer trabajo dentro del INAH consistente en la clasificación de una vasta colección de documentos en microfilm del periodo colonial, lo que definió el hilo conductor de sus investigaciones.
“Su obra tiene un centro fundamental que es el trabajo en los medios rurales durante el siglo XVIII, es decir, los abusos físicos, la condición salarial o esclavista de muchos grupos humanos y castas en el centro, el norte y el bajío novohispano. Estudió y difundió incontables documentos que nos llevan a los orígenes del movimiento independentista”.
De esta forma, el investigador de la DEH afirmó que desde la investigación académica Chabelita dio continuidad al trabajo de investigadores del siglo XIX, como Lucas Alamán y Joaquín García Icazbalceta, y del siglo XX, como Silvio Zavala, Robert Barlow y el propio Wigberto Jiménez Moreno.