La editorial especializada en títulos en braille pugna por acabar con la escasez de libros para todos los lectores
Virginia Bautista. Excélsior
Fotos: Daniel Betanzos
CIUDAD DE MÉXICO.
A los ciegos les gusta leer”, dice Fernando Navarro Gimeno. Por esta razón, Constantine Editores, una editorial con casi 30 años de vida, ha puesto desde hace una década especial interés en publicar libros en sistema Braille para niños y jóvenes, además de una colección para entender a las personas con discapacidad.
A los niños ciegos les encanta también jugar, divertirse, bailar, saltar, convivir con sus amigos, no aislarse. Por eso hacemos libros inclusivos, en Braille pero con tinta, es decir, con textos e ilustraciones normales, para que los puedan leer en compañía”, afirma el editor en entrevista.
Fundada por Gina Constantine, su esposa, esta editorial familiar, apuesta por una oferta casi inexistente en el mercado editorial mexicano, que ha logrado confeccionar no sin dificultades.
Navarro explica que llevan publicando libros especiales cinco años, pero se pasaron otros cuatro investigando y haciendo pruebas. “Nos costó empezar, porque te podías apoyar en muy poca gente, tanto para la elaboración de contenidos como para la impresión. Fuimos conociendo el proceso poco a poco y lo desarrollamos con base en la equivocación, pues es difícil. El Braille se escribe al revés, para que después se pueda leer bien con los puntos hacia arriba. Empiezan por el final, de izquierda a derecha con las letras al revés”, describe.
Con los lemas “Por el derecho a leer” y “Despertamos conciencias”, el sello ha lanzado 30 títulos de la colección La pandilla del conocimiento, una enciclopedia en sistema Braille, y cinco volúmenes de la serie Yo puedo, Tú puedes, para entender a las personas con discapacidad; además de títulos independientes como Pequeña Ana, para primerísimos lectores en Braille, y Puntos con tacto, para quienes desean aprender la escritura.
La gente con discapacidad está muy aislada. Se piensa que quienes tienen síndrome de Down, Asperger o Autismo están enfermos; pero no, está demostrado que es una condición, no una enfermedad.
Por esta razón deben ser aceptados, no temidos. Es importante que se les incluya en los colegios y en todas partes. Es una batalla que todavía no está ganada, pero ya existe más conciencia y estos libros ayudan a comprender esto”.
Para elaborar los libros en sistema Braille, en los que se invierte el doble de tiempo y el triple de dinero que en uno normal, conversaron con sus futuros lectores sobre sus gustos, inquietudes y costumbres.
Los ciegos, por ejemplo, cuando leen en Braille colocan el libro de cabeza, lo recargan en su estómago o sobre una mesa y les gusta que se abra por completo para apoyar las manos. Por eso, optamos porque los ejemplares estén engargolados y no pegados”.
Nos dijeron que no les gustan los títulos en Braille totalmente blancos, como se imprimen normalmente, porque los papás o los amigos no saben lo que dice la historia. Comprendimos que, aunque estén ciegos, tienen derecho a tener ilustraciones, porque a partir de ahí surge una mayor convivencia. Incluso, los niños que ven pueden leerles a sus padres ciegos”, agrega.
Navarro añade que los temas que publican en el sistema de escritura creado a partir de la combinación de seis puntos, no son escolares, sino tópicos útiles como cuidar la salud o encontrar la vocación.
Hace falta mucha literatura, porque los audio-libros no les agradan, no es la misma interacción. Quieren leer a su ritmo y detenerse cuando quieran, como nosotros. Así que hacia allá vamos, a incursionar en la ficción infantil”, indica.
EN LAS AULAS
La colección “Yo puedo, Tú puedes” (que incluye los títulos Con la voz y con las manos, El silencio que habla, Sobre ruedas, Un ritmo diferente y Mucho qué ver) ha sido promovida de manera especial en las escuelas públicas de educación básica en todo el país, destaca otro socio, Antonio Constantine.
Para febrero, tendremos presencia en 8 mil 774 escuelas públicas de nivel básico. Pero este esfuerzo sólo representa el 3 por ciento del total, conformado por más de 270 mil escuelas públicas de este nivel. Así que seguiremos trabajando en eso”.
Queremos habilitar todas las escuelas públicas de nivel básico con una biblioteca patrocinada con una colección, para que la lean todos, y los niños sin ningún tipo de discapacidad entiendan cómo leen los que sí la tienen. Buscamos marcas top, que tengan sus fundaciones, que nos fondeen con patrocinios o que empresas privadas compren la colección y la donen a las escuelas”, detalla.
El promotor cultural dice que los cinco títulos de esta serie ya están digitalizados, por lo que es más accesible hacerlos llegar a los planteles en los estados; pero el acervo en Braille, por su naturaleza, sí se debe hacer llegar físicamente.
Es vital, pues no hay libros para invidentes. Un ciego no puede cursar una carrera pues no hay títulos en Braille para su formación. No hay libros de historia en Braille. Seguimos limitados como sociedad. Ya es tiempo de que avancemos en esto”.
Otro ejemplo de este atraso, prosigue, es que “no hay módulos ni espacios de inclusión en librerías ni bibliotecas. Parte de nuestro proyecto es promover también esto”, narra.