Camila Martínez
En la naturaleza hay algunas especies cuyo instinto maternal nos sorprende.
La naturaleza es sabia, brinda a cada animal los elementos necesarios para que puedan salvaguardar a sus crías de la hostilidad del medio en el que habitan. El instinto suele abarcar desde la gestación y la lactancia, hasta las capacidades que desarrollan para alimentar para sus retoños, así como defenderlos de la amenaza de los depredadores, protegerlos del clima extremo, y enseñarles algunas técnicas para que sobrevivan.
A pesar de que se reconoce que en las especies humanas el instinto maternal, éste se presenta más como una construcción cultural que biológica; existe en los animales una serie de conductas similares a las nuestras, como cuando la madre produce hormonas para proteger al feto en su vientre.
Te presentamos aquí un top 10 de los comportamientos más peculiares de algunas madres salvajes:
10. Amaurobius Ferox
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Distribuida principalmente en Norteamérica y Europa, se caracteriza por ser matrifagia. Después de cargar y cuidar durante el tiempo de gestación decenas de huevecillos en una tela de seda, las crías eclosionan hambrientas; por lo que la madre pone otra serie de huevos que nunca nacerán pues servirán de alimento para los recién nacidos. Cuando termine este festín la madre no intentará escapar, y será devorada por sus aún hambrientos bebés.
9. El piojo de mar
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Estos parásitos de agua salada principalmente se alojan entre salmones y truchas. Cuando las crías de piojo están listas para nacer engullen el vientre de su madre y destruyen sus entrañas, por lo cual a la hembra no podrá volver a reproducirse jamás; para compensar este hecho el piojo de mar macho es capaz de preñar, en una misma temporada a doscientas hembras cada una con decenas de crías.
8. El pulpo
En casos extremos la hembra llega a poner doscientos mil huevos y tarda cuarenta días en cuidarlos hasta que estos se abren. Durante su guardia, la hembra tiene que crear corrientes marinas para oxigenarlos por lo que no puede dejar su puesto para ir por comida y para sobrevivir es capaz de comerse uno de sus propios tentáculos. Cuando los huevos por fin nacen, la madre suele estar tan cansada, que a menudo muere.
7. Rana roja venenosa
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Entre muchos tipos de especies de ranas venenosas, las rojas se caracterizan por poner sus huevecillos en el suelo y, una vez que estos nacen, trepar a los árboles más altos llevando a sus renacuajos a cuestas. Buscan un lugar con suficiente agua para que crezca la cría y se pueda alimentar. Todo esto le a la rana hembra de 12 milímetros casi un kilometro de recorrido, entre subidas y bajadas hasta terminar de trepar todos sus bebés de uno en uno.
6. La gacela
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Las gacelas pueden alcanzar velocidades de hasta 97 km/h no obstante solo duermen solamente una hora al día, ya que para sobrevivir depende de que estén al pendiente de las presas. Las madres suelen dejar a sus solas en medio de la sabana africana, pero este no es un acto de crueldad sino una táctica para proteger al retoño mientras la madre llama la atención de cualquier depredador sobre sí misma.
5. Cálao de Sulawesi
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Los huevos de esta especie son el alimento favorito de los lagartos, por lo que la hembra tiene que proteger su nido poniéndolo dentro de los árboles y reduciendo el agujero de entrada con un sellador de heces y comida regurgitada. La mamá cálao permanecerá durante el período de incubación de dos meses en su agujero, y será el padre macho quien se encargue de alimentar a la madre.
4. La salamandra negra alpina
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A penas de 15 centímetros cuando mucho, esta salamandra es bien conocida por su coloración negra con matiz brillante y la presencia del un amarillo intenso en algunas subespecies. Habita en las montañas europeas y se destaca por tener un embarazo sumamente largo, que puede durar hasta 38 meses. En un principio la hembra gesta treinta huevos, aunque la mayoría terminará siendo solamente alimento para las crías que sí nazcan.
3. Las tortugas marinas
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Es una de las especias más antiguas del mundo, se cree que existían desde el periodo Jurásico, hace doscientos millones de años. Sin embargo, esta especia jamás llega a conocer a su madre ya que estas emprenden un agotador viaje de muchos kilómetros y dejan los huevos en la arena para morir antes de volver.
2. Oso polar
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Cuando la oso polar está embarazada es importante que se apure a duplicar su peso, pues luego de una temporada de varios meses en ayuno encerrada en una madriguera sin poder cazar, y por si fuera poco, tendrá que alimentar a sus crías amamantándolas para que pasen de pesar un kilo a quince kilos, aproximadamente cuando llega el momento en el que por fin podrán salir de la madriguera.
1. Los cocodrilos americanos
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Las madres cocodrilo son las encargadas de forjar los nidos para sus crías, según la temperatura en la que se gesten los huevecillos se determinará el sexo de la cría. Si la temperatura es menor a 31 grados Celsius nacerá hembra, si es mayor nacerá macho. Una vez que se rompe el huevo, la madre los llevará en su boca durante su crecimiento para así protegerlos durante tres o cuatro años.