telefono-en-cabina

al-aire

  • Portada
  • Acerca de
    • Historia
    • Perfil
    • Misión y Visión
    • Mapa de cobertura
    • Directorio del personal
  • Producciones
    • El Especial
    • Hablemos D
    • Caminar Femenino
    • El Sillón de la Imaginación
  • Culturay Espectaculos
  • Lanzamientos
  • Galerías
  • Enlaces
  • Contacto
  • Defensor

Cultura y Espectaculos

Red de Arte Contemporánea; Se unen por público y recursos

( 0 )
Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 23 Agosto 2017 Visto: 2627

red de Excélsior
Crean una plataforma que permite acceder a beneficios adicionales en 16 museos del país con una membresía anual
CIUDAD DE MÉXICO.
Los museos de arte contemporáneo de México buscan público y apoyo económico. Un público no sólo espectador, sino participativo, y recursos que subsanen la reducción del presupuesto institucional. Para ello se unieron en una misma plataforma: Red de Arte Contemporáneo (RAC) que congrega a 16 recintos, universitarios, públicos y privados. Todos con el mismo propósito: hacer sinergia para construir audiencia activa.
La red es una iniciativa de la Fundación Olga y Rufino Tamayo, en la que participan la Casa de Lago, Centro de la Imagen, Museo Tamayo, el Universitario Arte Contemporáneo, el de Arte de Zapopan, el de Arte Contemporáneo de Monterrey, el Laboratorio Arte Alameda, el Patronato de Arte Contemporáneo, entre otros. Si bien cada uno tiene una audiencia específica, decidieron crear un mismo frente, un sólo soporte.
A partir de noviembre próximo, RAC funcionará con un sistema de membresías, con un costo anual de dos mil 500 pesos. La persona que se integre a la plataforma decidirá a cuál de los 16 museos destinar su cuota. A cambio recibirá beneficios de todos los recintos como entradas con descuento, costos reducidos en librerías y cafeterías e información sobre el programa de actividades y exposiciones de todos los espacios. Una suerte de comunidad alrededor de las instituciones, independiente a la iniciativa de Amigos del museo que cada uno tenga.
Para Graciela de la Torre, coordinadora de Artes Visuales de la UNAM, el proyecto tiene tres objetivos centrales: crecer el tráfico en los museos de arte contemporáneo, convertir al público en socio activo, y tejer una red de museos sin importar su origen: “No importa si son privados, públicos o de la universidad, esto es un logro que, más allá de los marcos administrativos, importa que se fijen metas comunes”.
Mientras que para Taiyana Pimentel, directora de la Sala de Arte Público Siqueiros, es reflejo de una madurez institucional: “Y de tener un centro cultural como el mexicano que en materia de arte contemporáneo emula cualquier centro contemporáneo del mundo, entonces este tipo de iniciativas nos hace más profesionales y con una meta unificada”.
Entre los beneficios de la membresía está la entrada libre a todos los museos de la red para el titular y tres acompañantes, descuentos y promociones en actividades culturales paralelas y un boletín informativo; además de la programación que cada museo desarrolle para captar más público. Entre las primeras ofertas, destaca que quienes sean miembros a partir de noviembre tendrán un 50 por ciento de descuento en la entrada a la feria de arte Zona Maco 2018.
Si bien los museos no competirán para ganar mayor número de miembros, que significa más ingresos, cierto es que cada uno deberá elaborar estrategias para captar espectadores. Y así intentar un equilibrio entre quienes destinen su cuota a los recintos grandes como el MUAC, el Tamayo o el Jumex, y quienes lo hagan a los pequeños como Arte Alameda, Universitario del Chopo o el Eco. No habrá regulación en este sentido; será decisión de cada miembro.
El RAC lanzará en noviembre un sitio web con la información de la membresía

 

Arte teotihuacano conquista San Francisco

( 0 )
Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 23 Agosto 2017 Visto: 2983

arte La jornada
Ciudad de México. El Museo de Arte Moderno de San Francisco, ubicado en el condado de California, Estados Unidos, exhibirá a partir de septiembre la exposición Teotihuacán: City of Water, City of Fire, según se anunció esta mañana en conferencia de prensa. La muestra que reúne 250 piezas pertenecientes a la zona arqueológica de Teotihuacán y al Museo Nacional de Antropología, se podrá apreciar desde el 30 de septiembre al 11 de febrero de 2018.
Joyas, máscaras de piedra, piezas obsidianas así como fragmentos de murales, son algunas de las obras que serán expuestas para deleitar al público californiano.
La presentación efectuada en el auditorio Eduardo Matos Moctezuma, -dentro del Museo del Templo Mayor-, fue presidida por Diego Prieto Hernández, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), junto con José Enrique Ortiz Lanz, coordinador nacional de museos y exposición de ese instituto, Mattew Robb, curador del montaje, Miriam Newcomer, directora de relaciones públicas del museo de Bellas Artes de San Francisco y Hillary Olcott, curadora asistente de artes de África y de las Américas.
“El Museo de Bellas Artes de San Francisco así como el INAH, han sido socios expositivos desde 1993 con la muestra Teotihuacán, arte de los dioses, la cual tuvo mucho éxito en esa ciudad para luego trasladarse a otros museos en Europa. Precisamente, investigadores estadunidenses y mexicanos han actuado conjuntamente para llevar el arte a escala mundial.
Ahora en 2017, nos enorgullece seguir en los pasos de la colaboración de la exitosa experiencia que significa indagar más sobre Teotihuacán”, indicó Ortiz Lanz.
“Sabemos que en California, como en los Estados Unidos, hay cientos de personas interesadas en conocer a la cultura teotihuacana, es lo que nos une con México: el interés por la arqueología y la Historia”, precisó Mattew Robb, curador de la muestra.
También se prevé que la exhibición sea montada en el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles (LACMA, por sus siglas en inglés), a los que se podrían sumar otros recintos internacionales.

 

La historia del Museo Nacional de Arte de Mexico

( 0 )
Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 23 Agosto 2017 Visto: 2784

la historiaAlgarabía
Con emblemáticas pinturas de arte mexicano, inclusive piezas únicas del siglo XVI, este recinto ocupa un papel importante en el panorama histórico-cultural de nuestro país.

En los muros del Museo Nacional de Arte –MUNAL–, desde su fundación en 1982, se conservan aquellas obras de arte involucradas en la conformación de nuestra historia, constituyendo así un espacio para la exhibición, investigación, conservación y divulgación del patrimonio heredado de aquellos anhelos artísticos del periodo virreinal, hasta los que aparecieron en la primera mitad del siglo xx.
El edificio que hoy ocupa el MUNAL es uno de los ejemplos más evidentes de la arquitectura en tiempos del porfiriato erigido para albergar la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas –como representación de la estabilidad política y el bienestar económico en aquel entonces–. Pero adentrémonos más allá en sus orígenes.
Cimientos de orden y progreso
A inicios del siglo XX, después de una larga época de conflictos políticos y sociales, el general Porfirio Díaz soñaba con una capital moderna que pudiera estar a la altura de cualquier ciudad europea, por lo cual emprendió un complicado proceso de urbanización en el que su Secretaría sería responsable de ejecutar las obras y establecer las funciones de comunicación nacional que su nueva sociedad requeriría.
El terreno que se eligió para que él construyera el Palacio de Comunicaciones perteneció a un antiguo noviciado de La Compañía de Jesús. Con la expulsión de los jesuitas en 1767, el Ayuntamiento tomó control de la propiedad, y para aprovechar este espacio el gobierno convirtió el antiguo noviciado en el Hospital de San Andrés –lugar donde fueron embalsamados los restos de Maximiliano de Habsburgo antes de ser enviados a Europa.
Díaz asignó al arquitecto italiano Silvio Contri el proyecto de crear la nueva sede de tan importante dependencia gubernamental
El arquitecto no escatimó en materiales ni recursos, y creó un diseño que combina el renacimiento italiano con el clasismo francés. Contri también decidió dejar espacio para crear una plaza enfrente de la construcción que se ubicaría sobre la Calzada de los Hombres Ilustres –hoy la calle de Tacuba.
La plaza de la Minería –que conocemos como la plaza Manuel Tolsá–, de acuerdo con lo que proyectó Contri, permitiría a la gente acceder fácilmente a la oficina de Telégrafos, y destacaría la edificación para competir con la imponente fachada del Palacio de Minería. A diferencia de otras construcciones del Centro Histórico, Contri diseño dos accesos laterales por calles secundarias del lugar donde está la Secretaría, para dar independencia a la entrada principal.
Las primeras pinturas que decoraron los muros de la construcción se trajeron directamente de Italia, y sus temas correspondían con los ejes positivistas de la administración porfiriana: Progreso, riqueza, arte, ciencia, historia, trabajo. Las pinturas decoraron el Palacio de Comunicaciones durante 50 años, hasta 1954, cuando esta Secretaría la trasladaron a la Colonia Narvarte.
Impulso constructivo
Posteriormente el destino de este edificio se mantuvo en el olvido. A inicios de la década de los setenta éste se dispuso para albergar ahí el Archivo General de la Nación. En 1982, cuando lo trasladaron a la antigua cárcel de Lecumberri, la Secretaría de Gobernación cedió este recinto a la Secretaría de Educación Pública, con el propósito de que fuera un museo. Incluso se rescataron varias esculturas que estaban colocadas en la Alameda, y que sufrían de un notable deterioro, para preservarlas allí.
El lugar se convirtió en un lugar propicio para alojar obras artísticas del siglo XIX.
Cuando por decreto presidencial se estableció que el Antiguo Palacio de Comunicaciones sería un museo, sus primeras exhibiciones tenían las obras de otras instituciones como el Museo de Arte Moderno y el Museo Nacional de San Carlos. Gran parte de su acervo exhibía piezas nacionales del siglo XIX, momento histórico en el que a pesar haber producido obras clave de la construcción cultural de la identidad del mexicano, no tenían un lugar para mostrarlas.
En 1999 un preciado tesoro llegó al acervo del museo. La colección de la Pinacoteca Virreinal de San Diego estaba formada por pinturas coloniales rescatadas de congregaciones hospitalarias y conventos, clausurados por las Leyes de Reforma. Estas piezas, las cuales algunas llegaron a la compilación durante la guerra de Independencia, convirtieron al Museo Nacional de Arte en la institución responsable de conservar y exhibir este repertorio de arte colonial, más importante a nivel nacional.
Ve también el arte fuera de las galerías
Después del arribo de la colección de la Pinacoteca se hizo evidente la necesidad de darle un nuevo impuso al Museo, por lo que se diseñó el programa MUNAL 2000. La mitad de los fondos para el impulso de este programa los aportó la administración de Ernesto Zedillo, y la otra mitad provino de inversores privados.
El Museo Nacional de Arte se encuentra ubicado en la calle de Tacuba número 8 en el centro histórico de la Ciudad de México, construido sobre el que fuera el Hospital de San Andrés, antiguo noviciado de la compañía de Jesús.
Las acciones que se llevarían a cabo en este plan iban encaminadas a adaptar el edificio a su función como espacio cultural, con cambios que respetaran su tradición histórica. También se buscaba maximizar la utilidad del recinto para asegurar su continuidad a las nuevas generaciones, y establecer vínculos que pudieran generar un diálogo cotidiano con el público en general, ante la necesidad de privilegiar y difundir su propio acervo.
Gracias a este nuevo esquema se logró optimizar el espacio del Museo Nacional de Arte para ofrecer un recorrido coherente y atractivo a sus visitantes. Hoy el recinto es reconocido como uno de los espacios culturales más importantes de América Latina para la conservación y promoción del arte mexicano. Con una vasta colección de más de 4 mil piezas de arte mexicano, su acervo sigue en aumento a 34 años de su apertura.

 

Falsificadores de arte

( 0 )
Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 23 Agosto 2017 Visto: 2835

falcificadoresAlgarabía
Expertos estiman que 40 % de las obras vendidas en el mundo son falsificaciones. ¿Pierden su capacidad de transmitir emociones por ser falsas? ¿Son arte o simples copias?
Gauguin pintó unas 12 mil obras, 20 mil de las cuales circulan por museos de EE.UU.
Chiste popular
El arte conmociona a quien lo mira. Los griegos consideraban como arte bello a las obras producto de la arquitectura, escultura, pintura, música, declamación y danza. Hoy en día la cinematografía y la fotografía son considerados el séptimo y octavo arte respectivamente.
Pero, ¿qué es arte? De acuerdo con la filosofía clásica, para que un objeto sea considerado una obra de arte debe responder tres criterios: de orden moral, estético y gnoseológico. El orden moral responde a si el objeto en cuestión es bueno o malo, el orden estético a su belleza o fealdad y el gnoseológico a si es verdadero o falso.
Otra cualidad de la obra de arte reside en su originalidad, la cual implica un mínimo de novedad en su forma y contenido, por ello es única. Además trasciende en el espacio y en el tiempo, es universal, es un «molde primario», es decir,
una belleza modelo. Un original es, pues, el objeto creado y perfeccionado por un artista por medio de la belleza y la técnica. Por esta razón, una obra de arte robada o perdida es irreparable y aquélla no; es decir, una copia carecerá de valor.
Por ejemplo, Leonardo da Vinci, que no pintó más de 30 óleos en su vida, es considerado uno de los artistas más conocidos, trascendentes y valorados de la historia; por tal motivo ha sido copiado, interpretado, imitado, parodiado y robado, no sólo a nivel de contenido, sino físicamente: la Mona Lisa (1503-1506), su cuadro más famoso, fue robado en 1911 y recuperado en 1913. Toda su obra está perfectamente catalogada y es del conocimiento público quiénes son sus dueños, y ninguna de las copias, reinterpretaciones, duplicados, imitaciones o parodias podría haber sustituido al cuadro que Leonardo pintó con sus propias manos.
Esto es exactamente lo que significa ser el original, el objeto insustituible.
La originalidad en grados
En las artes plásticas existen técnicas de producción como el óleo, el dibujo, la acuarela, el gouache o la talla en madera o mármol que dan como resultado piezas únicas. En cambio, existen otras técnicas que permiten que, a partir de un original, se realicen copias, como lo son el grabado, la serigrafía o, en escultura, el molde de vaciado en bronce.
Esto significa que hay «grados de originalidad», por llamarlos de cierta forma. Un óleo es una pieza única y un grabado en punta seca implica que la imagen se creó directamente en una plancha de metal a partir de la cual se pueden producir una serie de copias. Siempre que esas copias estén firmadas y numeradas por el artista son consideradas originales, aunque su valor no se acerca al de una obra única; son consideradas más valiosas las estampas cuyo número en la serie sea más bajo y cuyo tiraje sea más corto. Es decir, que tienden al objeto único.
El problema empieza con la codicia y la «necesidad» imperiosa de poseer ese original de carácter irrepetible. Pero también por un afán de hacerse de un dinerito por la vía de la estafa por quienes pretenden pasar por original a una copia y venderla por millones; o los que imitan el estilo y la temática —e incluso consiguen los materiales precisos— para hacer pasar un cuadro «nuevo» como una obra original de un gran pintor de otro tiempo con el cuento de que estaba perdida en una bodega y fue rescatada.
Actualmente la mayoría de las grandes obras de arte se encuentran resguardadas en museos. Expertos han realizado diversos estudios para comprobar su autenticidad y contar con una especie de huella digital a través de diversas técnicas, por ejemplo, radiografías que registran las capas de pintura y las texturas del soporte sobre el que fue pintado. Otra técnica es la fotografía del anverso de los cuadros cuyas formas y rastros de orillas, clavos y tipos de madera, entre otros, son
la evidencia del estar en presencia del original y así detectar una falsificación.

 

Montarán en EU muestra sobre civilización teotihuacana

( 0 )
Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 23 Agosto 2017 Visto: 2781

montaran en euLa jornada
Teotihuacán, una de las ciudades más antiguas, grandes e importantes de Mesoamérica –declarada patrimonio de la humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) desde 1987– y sitio arqueológico visitado por casi 2 millones de personas al año, será el eje de una exposición que en septiembre albergará el Museo Young de San Francisco, California.
Con el título Teotihuacan: City of Water, City of Fire (Teotihuacán: ciudad de agua, ciudad de fuego), la muestra reúne 250 piezas pertenecientes a esa metrópoli prehispánica y del Museo Nacional de Antropología, en la cual figuran numerosos objetos de reciente descubrimiento como joyas, máscaras de piedra, obsidianas y fragmentos de murales hallados durante excavaciones efectuadas en el Templo de Quetzalcóatl, así como en las pirámides del Sol y de la Luna.

 

Cortázar, textos que encandilan bajo la lluvia; hoy llueve

( 0 )
Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 23 Agosto 2017 Visto: 3007

cortazarExcélsior
Mira, no pido mucho, solamente tu mano, tenerla como un sapito que duerme así contento. Necesito esa puerta que me dabas para entrar a tu mundo, ese trocito de azúcar verde...
CIUDAD DE MÉXICO.
Hoy Julio Cortázar no cumple años de nacido, es hasta el 26 (1914), en cuatro días, pero bien agosto podría decretarse el mes para leer al literato. Por esa simple razón, y porque llueve, te traemos una selección de textos para disfrutar al argentino-francés.
Hijo de padres argentinos, Julio Cortázar nació en Bruselas en 1914 y residió en Buenos Aires desde los cuatro años. Trabajó como maestro en varios pueblos argentinos y posteriormente se graduó en Letras.
Bajo el seudónimo de Julio Denis publicó su primer libro de poemas, Presencia, en 1938. Gracias a una beca del gobierno francés, se instaló en Paris en 1951 donde además se dedicó a las traducciones para mejorar su situación económica. Posteriormente se vinculó a la Unesco trabajando allí hasta su jubilación. Además de numerosas novelas y escritos, sobresale su poema dramático «Los Reyes» en 1949.
Murió en Paris en 1984.
Si no lo has leído, es tiempo de comenzar. Y llueve.
Yo no sé, mirá, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana, se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae. Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes mientras le crece la barriga, ya es una gotaza que cuelga majestuosa y de pronto zup ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol. Pero las hay que se suicidan y se entregan en seguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran, me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós.

No sabré desatarme los zapatos y dejar que la ciudad me muerda los pies, no me emborracharé bajo los puentes, no cometeré faltas de estilo. Acepto este destino de camisas planchadas, llego a tiempo a los cines, cedo mi asiento a las señoras. El largo desarreglo de los sentidos me va mal, opto por el dentífrico y las toallas. Me vacuno. Mira qué pobre amante, incapaz de meterse en una fuente para traerte un pescadito rojo bajo la rabia de gendarmes y niñeras.

Mira, no pido mucho, solamente tu mano, tenerla como un sapito que duerme así contento. Necesito esa puerta que me dabas para entrar a tu mundo, ese trocito de azúcar verde, de redondo alegre. ¿No me prestás tu mano en esta noche de fìn de año de lechuzas roncas? No puedes, por razones técnicas. Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo, el durazno sedoso de la palma y el dorso, ese país de azules árboles. Así la tomo y la sostengo, como si de ello dependiera muchísimo del mundo, la sucesión de las cuatro estaciones, el canto de los gallos, el amor de los hombres.

Te desnudé entre llantos y temblores sobre una cama abierta a lo infinito, y si no tuve lástima del grito ni de las súplicas o los rubores, fui en cambio el alfarero en los albores, el fuego y el azar del lento rito, sentí nacer bajo la arcilla el mito del retorno a la fuente y a las flores. En mis brazos tejiste la madeja rumorosa del tiempo encadenado, su eternidad de fuego recurrente; no sé qué viste tú desde tu queja, yo vi águilas y musgos, fui ese lado del espejo en que canta la serpiente.

La lenta máquina del desamor, los engranajes del reflujo, los cuerpos que abandonan las almohadas, las sábanas, los besos, y de pie ante el espejo interrogándose cada uno a sí mismo, ya no mirándose entre ellos, ya no desnudos para el otro, ya no te amo, mi amor.

Esta ternura y estas manos libres, ¿a quién darlas bajo el viento ? Tanto arroz para la zorra, y en medio del llamado la ansiedad de esa puerta abierta para nadie. Hicimos pan tan blanco para bocas ya muertas que aceptaban solamente una luna de colmillo, el té frío de la vela la alba. Tocamos instrumentos para la ciega cólera de sombras y sombreros olvidados. Nos quedamos con los presentes ordenados en una mesa inútil, y fue preciso beber la sidra caliente en la vergüenza de la medianoche. Entonces, ¿nadie quiere esto, nadie?

Por veredas de sueño y habitaciones sordas tus rendidos veranos me acechan con sus cantos. Una cifra vigilante y sigilosa va por los arrabales llamándome y llamándome, pero qué falta, dime, en la tarjeta diminuta donde están tu nombre, tu calle y tu desvelo, si la cifra se mezcla con las letras del sueño, si solamente estás donde ya no te busco.

Te amo por ceja, por cabello, te debato en corredores blanquísimos donde se juegan las fuentes de la luz, te discuto a cada nombre, te arranco con delicadeza de cicatriz, voy poniéndote en el pelo cenizas de relámpago y cintas que dormían en la lluvia. No quiero que tengas una forma, que seas precisamente lo que viene detrás de tu mano, porque el agua, considera el agua, y los leones cuando se disuelven en el azúcar de la fábula, y los gestos, esa arquitectura de la nada, encendiendo sus lámparas a mitad del encuentro. Todo mañana es la pizarra donde te invento y te dibujo, pronto a borrarte, así no eres, ni tampoco con ese pelo lacio, esa sonrisa. Busco tu suma, el borde de la copa donde el vino es también la luna y el espejo, busco esa línea que hace temblar a un hombre en una galería de museo. Además te quiero, y hace tiempo y frío.

Llévese estos ojos, piedritas de colores, esta nariz de tótem, estos labios que saben todas la tablas de multiplicar y las poesías más selectas. Le doy la cara entera, con la lengua y el pelo, me quito las uñas y dientes y le completo el peso. No sirve esa manera de sentir. Qué ojos ni qué dedos. Ni esa comida recalentada, la memoria, ni la atención, como una cotorrita perniciosa. Tome las inducciones y las perchas donde cuelgan las palabras lavadas y planchadas. Arree con la casa, fuera de todo, déjeme como un hueco, o una estaca. Tal vez entonces, cuando no me valga la generosidad de Dios, eso boy scout, y esté igual que la alfombra que ha aguantado su lenta lluvia de zapatos ochenta años y es urdimbre no más, claro esqueleto donde se borraron los ricos pavorreales de plata, puede ser que sin vos diga tu nombre cierto puede ocurrir que alcance sin manos tu cintura.

Y después de hacer todo lo que hacen, se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se peinan, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son.

Instrucciones para llorar. Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.

Instrucciones para cantar Empiece por romper los espejos de su casa, deje caer los brazos, mire vagamente la pared, olvidese. Cante una sola nota, escuche por dentro. Si oye (pero esto ocurrirá mucho después) algo como un paisaje sumido en el miedo, con hogueras entre las piedras, con siluetas semidesnudas en cuclillas, creo que estará bien encaminado, y lo mismo si oye un río por donde bajan barcas pintadas de amarillo y negro, si oye un sabor pan, un tacto de dedos, una sombra de caballo. Después compre solfeos y un frac, y por favor no cante por la nariz y deje en paz a Schumann.

Instrucciones para dar cuerda al reloj Allá al fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan. ¿Qué más quiere, qué más quiere? Atelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.

Me diste la intemperie, la leve sombra de tu mano pasando por mi cara. Me diste el frío, la distancia, el amargo café de medianoche entre mesas vacías.

Todo lo que de vos quisiera es tan poco en el fondo porque en el fondo es todo, como un perro que pasa, una colina, esas cosas de nada, cotidianas, espiga y cabellera y dos terrones, el olor de tu cuerpo, lo que decís de cualquier cosa, conmigo o contra mía, todo eso es tan poco, yo lo quiero de vos porque te quiero. Que mires más allá de mí, que me ames con violenta prescindencia del mañana, que el grito de tu entrega se estrelle en la cara de un jefe de oficina, y que el placer que juntos inventamos sea otro signo de la libertad.

Qué vanidad imaginar que puedo darte todo, el amor y la dicha, itinerarios, música, juguetes. Es cierto que es así: todo lo mío te lo doy, es cierto, pero todo lo mío no te basta como a mí no me basta que me des todo lo tuyo. Por eso no seremos nunca la pareja perfecta, la tarjeta postal, si no somos capaces de aceptar que sólo en la aritmética el dos nace del uno más el uno. Por ahí un papelito que solamente dice: Siempre fuiste mi espejo, quiero decir que para verme tenía que mirarte.

Cuando Alana y Osiris me miran no puedo quejarme del menor disimulo, de la menor duplicidad. Me miran de frente, Alana su luz azul y Osiris su rayo verde. También entre ellos se miran así, Alana acariciando el negro lomo de Osiris que alza el hocico del plato de leche y maúlla satisfecho, mujer y gato conociéndose desde pianos que se me escapan, que mis caricias no alcanzan a rebasar. Hace tiempo que he renunciado a todo dominio sobre Osiris, somos buenos amigos desde una distancia infranqueable; pero Alana es mi mujer y la distancia entre nosotros es otra, algo que ella no parece sentir pero que se interpone en mi felicidad cuando Alana me mira, cuando me mira de frente igual que Osiris y me sonríe o me habla sin la menor reserva, dándose en cada gesto y cada cosa como se da en el amor, allí donde todo su cuerpo es como sus ojos, una entrega absoluta, una reciprocidad ininterrumpida...

Vanidad de creer que comprendemos las obras del tiempo: él entierra sus muertos y guarda las llaves. Sólo en sueños, en la poesía, en el juego -encender una vela, andar con ella por el corredor- nos asomamos a veces a lo que fuimos antes de ser esto que vaya a saber si somos.

“Yo creo que desde muy pequeño mi desdicha y mi dicha al mismo tiempo fue el no aceptar las cosas como dadas. A mí no me bastaba con que me dijeran que eso era una mesa, o que la palabra "madre" era la palabra "madre" y ahí se acaba todo. Al contrario, en el objeto mesa y en la palabra madre empezaba para mi un itinerario misterioso que a veces llegaba a franquear y en el que a veces me estrellaba." "En suma, desde pequeño, mi relación con las palabras, con la escritura, no se diferencia de mi relación

No me des tregua, no me perdones nunca. Hostígame en la sangre, que cada cosa cruel sea tú que vuelves. ¡No me dejes dormir, no me des paz! Entonces ganaré mi reino, naceré lentamente. No me pierdas como una música fácil, no seas caricia ni guante; tállame como un sílex, desespérame. Guarda tu amor humano, tu sonrisa, tu pelo. Dálos. Ven a mí con tu cólera seca de fósforos y escamas. Grita. Vomítame arena en la boca, rómpeme las fauces. No me importa ignorarte en pleno día, saber que juegas cara al sol y al hombre. Compártelo. Yo te pido la cruel ceremonia del tajo, lo que nadie te pide: las espinas hasta el hueso. Arráncame esta cara infame, oblígame a gritar al fin mi verdadero nombre.

Tengo esta noche las manos negras, el corazón sudado como después de luchar hasta el olvido con los ciempiés del humo. Todo ha quedado allá, las botellas, el barco, no sé si me querían, y si esperaban verme. En el diario tirado sobre la cama dice encuentros diplomáticos, una sangría exploratoria lo batió alegremente en cuatro sets. Un bosque altísimo rodea esta casa en el centro de la ciudad, yo sé, siento que un ciego está muriéndose en las cercanías. Mi mujer sube y baja una pequeña escalera como un capitán de navío que desconfía de las estrellas. Hay una taza de leche, papeles, las once de la noche. Afuera parece como si multitudes de caballos se acercaran a la ventana que tengo a mi espalda

Rechiflao en mi tristeza Te evoco y veo que has sido en mi pobre vida paria una buena biblioteca. Te quedaste allá, en Villa del Parque, Con Thomas Mann y Roberto Arlt y Dickson Carr, con casi todas las novelas de Colette, Rosamond Lehmann, Charles Morgan, Nigel Balchin, Elías Castelnuovo y la edición tan perfumada del pequeño amarillo Larousse Ilustrado, donde por suerte todavía no había entrado mi nombre. También se me quedó un tintero con un busto de Cómodo, emperador romano cuya influencia en las letras nunca me pareció excesiva.

Y si el llanto te viene a buscar agarrálo de frente, bebé entero el copetín de lágrimas legítimas. Llorá, argentino, llorá por fin un llanto de verdad, cara al tiempo que escamoteabas ágilmente, llorá las desgracias que creías ajenas, la soledad sin remisión al pie de un río, la culpa de la paz sin mérito, la siesta de barrigas rellenas de pan dulce. Llorá tu infancia envilecida por el cine y la radio, tu adolescencia en las esquinas del hastío, la patota, el amor sin recompensa, llorá el escalafón, el campeonato, el bife vuelta y vuelta, llorá tu nombramiento o tu diploma que te encerraron en la prosperidad o la desgracia que en la llanura más inmensa te estaquearon a un terrenito que pagaste en cuotas trimestrales.

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja. Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio.

Como los juegos al llanto como la sombra a la columna el perfume dibuja el jazmín el amante precede al amor como la caricia a la mano el amor sobrevive al amante pero inevitablemente aunque no haya huella ni presagio aunque no haya huella ni presagio como la caricia a la mano el perfume dibuja el jazmín el amante precede el amor pero inevitablemente el amor sobrevive al amante como los juegos al llanto como la sombra a la columna como la caricia a la mano aunque no haya huella ni presagio el amante precede al amor el perfume dibuja el jazmín como los juegos al llanto como la sombra a la columna el amor sobrevive al amante pero inevitablemente

¿Quién los ve andar por la ciudad si todos están ciegos ? Ellos se toman de la mano: algo habla entre sus dedos, lenguas dulces lamen la húmeda palma, corren por las falanges, y arriba está la noche llena de ojos. Son los amantes, su isla flota a la deriva hacia muertes de césped, hacia puertos que se abren entre sábanas. Todo se desordena a través de ellos, todo encuentra su cifra escamoteada; pero ellos ni siquiera saben que mientras ruedan en su amarga arena hay una pausa en la obra de la nada, el tigre es un jardín que juega. Amanece en los carros de basura, empiezan a salir los ciegos, el ministerio abre sus puertas. Los amantes rendidos se miran y se tocan una vez más antes de oler el día. Ya están vestidos, ya se van por la calle. Y es sólo entonces cuando están muertos, cuando están vestidos, que la ciudad los recupera hipócrita y les impone los deberes cotidianos.

Ayer he recibido una carta sobremanera. Dice que "lo peor es la intolerable, la continua". Y es para llorar, porque nos queremos, pero ahora se ve que el amor iba adelante, con las manos gentilmente para ocultar la hueca suma de nuestros pronombres. En un papel demasiado. En fin, en fin. Tendré que contestarte, dulcísima penumbra, y decirte: Buenos Aires, cuatro de noviembre de mil novecientos cincuenta. Así es el tiempo, la muesca de la luna presa en los almanaques, cuatro de. Y se necesitaba tan poco para organizar el día en su justo paso, la flor en su exacto linde, el encuentro en la precisa. Ahora bien, lo que se necesitaba. Sigue a la vuelta como una moneda, una alfombra, un irse. (No se culpe a nadie de mi vida.)

Vuelvo a mentir con gracia, me inclino respetuoso ante el espejo que refleja mi cuello y mi corbata. Creo que soy ese señor que sale todos los días a las nueve. Los dioses están muertos uno a uno en largas filas de papel y cartón. No extraño nada, ni siquiera a ti te extraño. Siento un hueco, pero es fácil un tambor: piel a los dos lados. A veces vuelves en la tarde, cuando leo cosas que tranquilizan: boletines, el dólar y la libra, los debates de Naciones Unidas. Me parece que tu mano me peina. ¡No te extraño! Sólo cosas menudas de repente me faltan y quisiera buscarlas: el contento, y la sonrisa, ese animalito furtivo que ya no vive entre mis labios.

Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos

A un señor se le caen al suelo los anteojos, que hacen un ruido terrible al chocar con las baldosas. El señor se agacha afligidísimo porque los cristales de los anteojos cuestan muy caro, pero descubre con asombro que por milagro no se le han roto. Ahora este señor se siente profundamente agradecido y comprende que lo ocurrido vale por una advertencia amistosa, de modo que se encamina a una casa de óptica y adquiere en seguida un estuche de cuero almohadillado doble protección, a fin de curarse en salud. Una hora más tarde se le cae el estuche, y al agacharse sin mayor inquietud descubre que los anteojos se han hecho polvo. A este señor le lleva un rato comprender que los designios de la Providencia y que en realidad el milagro ha ocurrido ahora.

Instrucciones para subir una escalera. Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se sitúa un tanto más arriba y más adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquier otra combinación produciría formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso. Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida, aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se la hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie). Llegado en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso.

 

Se sabe poco de Teotihuacán

( 0 )
Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 23 Agosto 2017 Visto: 2763

sabes pocoExcélsior
Es una zona arqueológica que todavía guarda muchos enigmas. Una muestra de esta cultura ancestral será presentada en dos museos de California
CIUDAD DE MÉXICO.
Teotihuacán sigue siendo un misterio. De los 20 kilómetros que abarca la zona arqueológica, sólo ha sido explorado ocho por ciento, afirma Alejandro Sarabia, director del sitio. Pero los secretos no sólo tienen que ver con la exploración del que fue su territorio: “Es más lo que no sabemos de Teotihuacán que lo que sabemos, falta muchísimo por explorar y podemos verlo en los resultados de las investigaciones; no tenemos el nombre original de la ciudad, no tenemos los grupos étnicos, la lengua que ahí se hablaba, no sabemos nada de sus gobernantes”, afirmó.
Lo que sí se sabe es que Teotihuacán fue una enorme ciudad en la que convivieron diferentes pueblos. Esa visión, de una urbe compleja, será protagonista de la exposición Teotihuacan: City of Water, City of Fire que a partir del 30 de septiembre visitará dos museos de EU: primero, The Fine Arts Museums of San Francisco (FAMSF), donde permanecerá hasta el 11 de febrero de 2018 y, después, Los Angeles County Museum of Art (LACMA), del 25 de marzo al 15 de julio del próximo año.
Según Sarabia, hoy existen en Teotihuacán siete proyectos de investigación activos, pero “de los 20 kilómetros de la zona sólo se han explorado cerca de 8%, es muy poquito; cuando visitamos la zona vemos una gran calzada de dos kilómetros y todo eso es apenas 20% de la ciudad”. La exposición sobre Teotihuacán representa el regreso de la ciudad mesoamericana a Estados Unidos: ya en 1993 otra muestra sobre la llamada Ciudad de los dioses se presentó allí.
La nueva curaduría, a cargo de Matthew H. Robb, del Museo Fowler de la UCLA, reúne 250 piezas entre cerámica, esculturas de piedra y fragmentos de pinturas murales, muchas de ellas producto de las últimas excavaciones que se han hecho en el sitio, como la escultura de Huehuetéotl o dios viejo del fuego, recién hallada en la Pirámide del Sol, u ofrendas que fueron rescatadas de un túnel bajo el Templo de la Serpiente Emplumada.
“Hoy sus visitantes alcanzan tres millones anuales y las exploraciones no cesan de sorprendernos con sus hallazgos. Y no podría ser de otro modo: la estructura urbana del asentamiento, las construcciones monumentales, las esculturas en roca, la producción cerámica y en obsidiana, sus ofrendas compuestas con personajes y animales sacrificados dentro de algunos de sus principales edificios, su pintura mural, indican que fue uno de los centros de peregrinación y culto más influyentes de América”, abundó.
Ahora se sabe que Teotihuacán contaba con diferentes barrios como el que aún se conserva conocido como La Ventilla, con espacios residenciales de élite, como el caso del Conjunto Quetzalpapálotl, ubicado al suroeste de la Plaza de la Pirámide de la Luna; y una gran vía llamada la Calzada de los Muertos sobre la que estaban distribuidos los templos sagrados y partían los cuadrantes de la ciudad hacia los cuatro rumbos del cosmos. Esa complejidad es la que se quiere mostrar.
La exposición coincide con el centenario de las exploraciones que llevó a cabo Manuel Gamio en el sitio arqueológico, pero la curaduría ha querido actualizar las últimas investigaciones que ahí se han desarrollado. De ahí parte, por ejemplo, la idea que da nombre a la exposición el fuego viejo, representado por Huehuetéotl, y el agua, representado por Tláloc, dos entes que regían el equilibrio del universo teotihuacano. Es por ello que una de las piezas centrales es una de las esculturas más grandes de Huehuetéotl que existen; localizada en 2012, fue ubicada en la cima de la Pirámide del Sol.
La muestra, sin embargo, también se ocupa de la vida en las zonas habitacionales; de estas se reúnen cerámicas y esculturas de piedra, algunas de ellas sobrevivientes del gran incendio que sucedió en la ciudad cerca de 550 d.C.; así como piezas que formaban parte de ofrendas conmemorativas de las diferentes etapas constructivas de la Pirámide de la Luna.
La exposición en EU permitirá disfrutar en México de otras exhibiciones; en reciprocidad, los museos estadunidenses prestarán al país, en 2018 y 2019, una colección de arte en el budismo y otra sobre los rituales de la muerte en el antiguo Egipto, informó José Enrique Ortiz Lanz, coordinador de Museos y Exposiciones del INAH.

PULEN TEMPLO INSIGNIA
Un grupo de expertos trabaja para combatir el deterioro del Templo de la Serpiente Emplumada de la zona arqueológica de Teotihuacán. “Lleva ya 125 años de exploraciones arqueológicas, ahora mismo constituimos un grupo de trabajo en donde se incorporan importantes arqueólogos, restauradores, arquitectos, estructuristas para ver, atender los problemas de conservación en el Templo de la Serpiente Emplumada, cuya hermosísima fachada fue descubierta hace 100 años por Manuel Gamio”, señaló el director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto.
En el grupo, afirmó, se encuentran investigadores como el japonés Saburo
Fujiyama, Sergio Gómez, Pedro Sánchez Nava y Eduardo Matos Moctezuma como consejero. “En la fachada del Templo de la Serpiente Emplumada hemos detectado algunos problemas de conservación y en cuanto detectamos algo tenemos que hacer el análisis de la problemática. La idea es precisamente saber cómo proteger esta área que originalmente se conservó, precisamente por estar enterrada, y cómo logramos el control de las variables que tienen que ver con la humedad, las caídas de agua, los vientos y los cambios de temperatura”, dijo el funcionario.
Uno de las grandes problemáticas de Teotihuacán radica precisamente en el tema de su conservación. “Al mismo tiempo empezó un deterioro que estamos atendiendo y que vamos a resolver a partir de un trabajo que probablemente nos lleve un par de años para poder atender problemas específicos, tenemos que ir siempre articulando los proyectos de conservación con acciones que permitan que ese patrimonio perdure para las siguientes generaciones”, agregó.
Grupos de expertos como el formado para atender el edificio teotihuacano, agregó, serán integrados para atender otros lugares, como algunas zonas del sureste mexicano.

 

Así apreciaron Frida y Diego un eclipse hace 85 años en Detroit

( 0 )
Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 21 Agosto 2017 Visto: 2636

1735542Con personas de todo el mundo esperando ansiosamente el momento en que la luna se interponga entre el sol y la Tierra —un evento que se podrá apreciar en distintas partes del mundo— varias imágenes y videos sobre eclipses pasados han empezado a surgir en las redes sociales.
Sin embargo, una de las favoritas ha sido ésta que el Detroit Institute of Arts desempolvó de sus archivos y que muestran a Frida Kahlo, Diego Rivera y amigos de la pareja apreciando un eclipse solar desde el techo del museo, el 31 de agosto de 1932.

La fecha en que se tomó la fotografía y en la que se produjo el eclipse coincide con el año en que Frida y Diego se mudaron a la ciudad más grande del estado de Michigan, Estados Unidos y durante el cual Diego pintó el mural "Detroit Industry". En éste, el pintor mexicano plasmó, entre otras cosas, la dualidad entre las cualidades naturales del hombre y la tecnología, en la ciudad donde Henry Ford fundó la empresa Ford Motor Company.

La famosa pareja de artistas aparece en la imagen a lado de sus amigos Lucienne Block, Arthur Niendorf, Jean Wright y otra mujer no identificada, apreciando a través de una mica oscura el eclipse de sol total. En esas fechas, además, The New York Times informó que pasarían 85 años, es decir hoy, para estudiar otro eclipse.

 

Mujeres en las plásticas mexicanas del siglo XX

( 0 )
Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 21 Agosto 2017 Visto: 2767

mujeres en el arte plastico Algarabía
Si las mujeres que leen son peligrosas, imagina lo que son las mujeres que crean, que escriben, que pintan.
Sin embargo, su protagonismo en las artes, es escasa y poco conocida debido a factores como las condiciones sociales e históricas, culturales, educativas, ideológicas y cosmogónicas, hasta prácticas muy puntuales como la que Linda Nochlin sostiene: la investigación de la historia del arte ha quedado en manos «masculinas».
El caso de México no tendría por qué
 ser diferente al resto de Occidente. En concreto, nuestras artistas plásticas si bien han llegado a destacar, son poco conocidas o recordadas y menos difundidas.
—Conoce también a diez directoras de cine—
A pesar de que en pleno siglo XX la revolución feminista daba ya sus frutos y la mujer podía gozar de mayor libertad para elegir su profesión, así como alejarse por completo de la nula participación individual a la que por siglos estuvo destinada, su presencia en la creación artística significó una intromisión en el mundo masculino.
Mientras ellos eran las figuras, ellas eran las esposas.
Recordemos que en México, durante el siglo XX, las vanguardias llegaron tardíamente y muy pronto surgió el muralismo, de tal manera que mientras los hombres se trepaban en los andamios, las mujeres se dedicaban al caballete. Mientras unos buscaban en el geometrismo un medio de abstracción, algunas elegían la riqueza
 de las texturas para lograrlo.
Esta distinción de género ha planteado dos cuestionamientos puntuales: ¿qué busca plasmar la artista en su obra, cuál es su tema? y ¿hay o no un arte eminentemente femenino? Esto último significaría establecer lo que es femenino y distinguirlo de lo feminista. Además, la idea postula la existencia de un estilo distintivo y reconocible, diferente tanto en su forma y cualidades expresivas de las mujeres. Es decir, una búsqueda de la forma femenina las uniría a todas 
en el tiempo y las alejaría de las corrientes y tendencias plásticas.
Lo que nos enseña la historia del arte es lo contrario. Así se plantea un cuestionamiento más: ¿es la temática el rasgo distintivo de las mujeres en el arte?
Los expertos señalan que tampoco, esto supondría un sesgo o un prejuicio sobre lo que la mujer ve, sea dentro de sí misma o dentro de su entorno próximo, como las escenas hogareñas. En consecuencia, estaría obligada a pintar sobre la vida en casa, los dolores premenstruales o su propio cuerpo sexualizado. Mientras que pintores varones, como Vermeer, que retrató la vida doméstica, parecerían estar fuera de su campo «permitido» de acción.
La discusión prevalece, pero el sentir general demuestra que el interés por el arte es más universal y similar entre ambos géneros.
—Mujeres y hombres, ¿hablamos igual?–
Esto significa que las mujeres en el arte deben seguir buscando su protagonismo a fuerza de talento, libertad y visión, como lo hicieron las 25 artistas plásticas que conforman la selección para este artículo.
Angelina Beloff
 (1879-1969)
El crítico de arte Olivier Debroise 
dijo sobre el trabajo de Beloff: «Sus
 cuadros de pequeñas dimensiones,
 sus delicados y deslavados paisajes,
 sus ilustraciones acuareladas, los
 diminutos grabados de un moderno
 clasicismo, parecen contenidos si se
 les compara con la furia colorística, el monumentalismo de los cuadros
 de Diego que cuelgan de las mismas
 paredes en muchas casas de México». Nació en San Petesburgo, Rusia, donde estudió en la Academia Imperial de las Artes, continuó sus estudios en París. Angelina fue la primera esposa de Diego Rivera, de quien se separó en 1921. Germán y Lola Cueto la ayudaron a instalarse en suelo mexicano en 1932, donde trabajó como profesora de arte y marionetista hasta su muerte.
Nahui Olin (1893-1978)
El estilo ingenuo de la pintora, poeta, ensayista y modelo María del Carmen Mondragón Valseca, nacida en la Ciudad de México, refleja el resultado de una serie de condicionantes socioeconómicas y psicográficas: adinerada quinta hija entre ocho hermanos; malcasada en 1913 con el pintor Manuel Rodríguez Lozano, e impedida por su familia para divorciarse; de una belleza deslumbrante y con un carácter rebelde y apasionado, se integró a la naciente vida cultural del México posrevolucionario, no sólo como creadora, también como musa; atormentada amante del también pintor Gerardo Murillo, quien la bautizó con el nombre de Nahui Olin.
El escritor Andrés Henestrosa, que era su amigo, dice: «Nahui era de esas personas, como Frida, que se desconocen, que no se encuentran, que no saben quiénes son, que se fotografían y se autorretratan para verse a sí mismas».
—Una guía para amar el arte–
Tina Modotti (1896-1942)
Fotógrafa, activista y luchadora social de origen italiano. Estuvo casada con el poeta Roubaix de L’Abrie Richey; su temprana viudez permitió que se instalara, de manera permanente, en la Ciudad 
de México junto con el fotógrafo Edward Weston, de quien Tina aprende el arte de la fotografía.
En 1930 es expulsada del país por haber sido acusada de conspiración.
Regresó en 1939 como asilada de la Guerra Civil Española.
 Muy pronto desarrolla un 
estilo propio, conocido por sus controversiales fotos de desnudos y por la mirada particular de México. Documentó la lucha social de los menos privilegiados en escenas y composiciones bien cuidadas.
Rosario Cabrera (1901-1975)
Pintora nacida en la Ciudad de México, huérfana desde muy temprana edad y refugiada en el arte a partir de 1916 bajo la tutela de Herrán y Gedovius en la Academia de San Carlos. Su exploración estética abarcó un rango amplio de medios, desde pintura, dibujo, grabado en metal y madera, hasta la escultura, y géneros como el retrato y el paisaje. Un viaje a Europa, de 1924 a 1927, supuso una fuerte influencia en su trabajo exhibido individualmente en París. A principios de los años 30 sin más abandonó el arte, sólo para retomarlo poco antes de morir, en Mérida, Yucatán. Su estilo se mantuvo constante en la profunda relación entre color y línea.
María Izquierdo (1902-1955)
Fue una pintora jalisciense con una larga e impactante carrera, construida en una época carente de oportunidades para la mujer. A muy temprana edad contrajo matrimonio. Pronto se divorció y comenzó sus estudios de pintura en el Ateneo Fuente de Saltillo y después en la Escuela Nacional de Bellas Artes, de 1928 a 1929. Fue, entre otros cargos, jefa de la Sección de Artes Plásticas de la LEAR, fundadora y directora de la Casa de Artistas de América. Ingrid Zuckaer asegura que recibió influencia de Tamayo, con quien sostuvo un romance y con quien comparte una vitalidad expresiva y una sensibilidad moderna, pero mantiene su originalidad y un simbolismo bastante peculiares en cuanto a forma, color y composición.

 

Teotihuacan, ciudad de los dioses

( 0 )
Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 21 Agosto 2017 Visto: 2923

teoteguacanAlgarabai
Teotihuacan, la llamada «ciudad de los dioses», posee una arquitectura extraordinaria. Además, en sus paredes se muestran hermosos murales, tableros y otras piezas de arte de gran belleza.
Sin duda, Teotihuacan es uno de los sitios con los que mejor se identifica al periodo prehispánico del área central de México. Incluso antes de las investigaciones arqueológicas, esta «ciudad sagrada» nunca fue una ruina desconocida: desde su abandono en el siglo VII fue un importante centro de veneración, y desde el siglo XIX los viajeros se han maravillado ante su monumentalidad, sus pirámides y pinturas murales policromadas y su planificación urbanística.
La historia de Teotihuacan duró cerca 
de 700 años, desde el primer siglo de nuestra era, cuando se convirtió en el centro urbano dominante del altiplano central 
de México, con cerca de 150 mil habitantes, pasando por la construcción de tres de las estructuras monumentales más emblemáticas del México prehispánico —la Pirámide de la Luna, la del Sol y la Ciudadela—, hasta que fue abandonada, hacia el año 650 d.C., cuando, luego de un acto violento, se quemaron y destruyeron edificios públicos.
El basamento escalonado más alto de Teotihuacan es la llamada Pirámide del Sol. Esta estructura monumental se construyó en el siglo II. Alrededor del año 175, y mide aproximadamente 65 metros de altura sobre una planta casi cuadrada de 222 x 225 metros.
Urbanismo y arquitectura
Teotihuacan era un centro urbano ubicado en la parte noreste del Valle de México. La ciudad tenía una orientación norte-sur, con edificios organizados en barrios que le daban a la ciudad un aspecto de retícula —un patrón desconocido hasta entonces en Mesoamérica—, cuyo eje central estaba indicado por la llamada Calzada de los Muertos —que hoy en día mide cerca de dos kilómetros—, y corría de sur a norte hasta la plaza dominada por la Pirámide de la Luna.
La Pirámide del Sol consta de cinco grandes cuerpos superpuestos, instalados sobre una de las cuevas naturales del sitio; se consideraba que estos lugares eran sagrados, que eran recintos de los antepasados y pasajes al inframundo.
Con la edificación de la Ciudadela y el Templo de Quetzalcóatl —alrededor del 150 d.C.—, se agregó una avenida en sentido este-oeste que cruzaba la gran calzada, y así el espacio urbanístico quedó dividido en cuatro cuadrángulos, lo que coincidía con una división ideal de la superficie de la Tierra en cuatro cuadrantes, una especie de cosmograma. Las dos pirámides, la Ciudadela y la Calzada de los Muertos se consideran manifestaciones del poder de la élite gobernante: se presume que la teotihuacana era una sociedad estratificada, predominantemente religiosa y militar, con rituales y creencias asociadas para reforzar la ideología del Estado.
El Templo de la Serpiente Emplumada se encuentra en la Ciudadela y es la estructura más ostentosa de la ciudad. Su construcción terminó cerca del año 225, y cuenta con relieves de colores que muestran a dicha serpiente con el tocado del dios Tláloc.
El esplendor de la pintura
Las evidencias arqueológicas señalan que a partir del año 250 no se construyó ningún edificio colosal y la energía se concentró en 
la pintura mural, que se convirtió en una de las formas artísticas preferidas durante más de 500 años. Las pinturas cubrían tanto los muros de los
 edificios ceremoniales
 como los de los 
complejos habitacionales
 multifamiliares; la
 arquitectura y la pintura fueron tan inseparables que aun antes de construir un edificio, se planeaban las pinturas que se iban a plasmar en sus paredes, de modo que el orden de lectura dependía de su disposición en el espacio arquitectónico.
Teotihuacán —«lugar de los dioses» o «donde nacieron los dioses»— es una palabra náhuatl. No se sabe cómo los teotihuacanos llamaban a su ciudad en su propia lengua.
En los murales se pintaron figuras antropomorfas, zoomorfas y fitomorfas —hombres o deidades, animales y plantas, respectivamente—, además de una variedad de signos que no se identifican fácilmente con objetos naturales, y figuras híbridas como serpientes, jaguares e incluso caracoles emplumados. También hay pinturas que muestran escenas complejas en las cuales se exhiben múltiples personajes con diferentes actividades, interactuando en movimientos desenfrenados, como es el caso del llamado mural de Tlálocan.
En el barrio de Tepantitla se encuentra el mural de Tlálocan, el ‘recinto de Tláloc’ —llamado así por el dios mexica del mismo nombre—, una especie de paraíso terrenal situado en el primero de trece cielos.
Los artistas teotihuacanos crearon manifestaciones plásticas a partir de su modo de concebir el mundo, que coincidían con sus creencias mágicas y religiosas; es decir, sus creaciones no partieron de la observación y reproducción exacta de la naturaleza, sino de la creación de una nueva realidad que recobró sentido en esa cultura concreta, en la que se construyó un mundo con imágenes y conceptos idealizados, familiares para sus receptores de antaño. Tal es el caso, por ejemplo, de los árboles, que no eran importantes como fenómenos botánicos, sino como signos metafísicos, cuya finalidad era recrear un paisaje mítico.
Lo mismo pasa con las representaciones que combinan rasgos de varios animales: un objeto natural es convertido en signo e insertado en un mundo mágico-mítico. Es decir, lo que importa es la significación que tiene un objeto, y no el objeto mismo.
Los arquitectos teotihuacanos utilizaron con frecuencia una ingeniosa solución constructiva que marcó el estilo arquitecnónico típido del periodo Clásico mesoamericano, y trascendió a ciudades tan lejanas como Tikal en el área maya: el talud y el tablero.
Escultura y cerámica
Con el crecimiento del poder en la ciudad, emergió un arte nuevo: el que integra a las figuras y las máscaras de las piedras semipreciosas; sin embargo, las esculturas de barro parecen haber sido las favoritas de los teotihuacanos: por ejemplo, los incensarios, las figuras-anfitriones —piezas huecas así nombradas porque albergan en su interior otras figuras más pequeñas—, las llamadas «muñecas» y las figuras articuladas con las extremidades movibles, las cuales generalmente se han encontrado en las zonas residenciales.
También produjeron una cantidad significativa de vasijas de cerámica denominadas Naranja Delgado —elaboradas con un barro poco común, que es una mezcla de varios minerales que sólo pueden encontrarse en el sur de Puebla—, cuya extraordinaria calidad las convertía en un producto de exportación.
El tablero o panel es una superficie vertical plana —con un marco que lo circunda por sus cuatro lados—.
El talud es una superficie inclinada que se encuentra debajo del tablero, y que usualmente se proyectaba hacia el suelo, se cubría con estuco y se pintaba de color rojo.
Todas estas expresiones presentaban un alto grado de estandarización; por ejemplo, entre las figuras antropomorfas no hay ninguna evidencia de rasgos personales, lo que indica que no se representaba a los dignatarios u otros personajes concretos, sino que se trataba, más bien, de representaciones canónicas.
Son sólo tres las figuras colosales teotihuacanas hechas de piedra volcánica que se conocen hasta la fecha; una de ellas se encuentra afuera del Museo Nacional de Antropología en la Ciudad de México.
Los mexicanas, que vivieron siglos después, consideraron a Teotihuacan como escenario de la creación del Quinto Sol.
Al parecer, los teotihuacanos gustaban de los objetos ligeros, pequeños y frágiles, pero también esculpían piezas de gran peso y tamaño; la mayoría de sus edificios monumentales tendían a la horizontalidad, mientras que dos pirámides formidables —del Sol y de la Luna— alzan su gran volumen hacia los dioses. Aunque se han realizado numerosas excavaciones en Teotihuacan, las cuales han revelado diferentes estructuras y objetos, la historia, costumbres, ideas y creencias de la Ciudad de los Dioses todavía están por ser vislumbradas.

 

Más artículos...

  • INBA rememora a Ignacio Padilla a un año de su muerte
  • Xavier Güell plasma en literatura el pulso de la respiración musical
  • 19 aniversario luctuoso de Elena Garro: La dama y la cautiva
  • Renegociación del TLC; productores, más que sólo consumidores
  • 10 Obras del Dr. Atl

Página 95 de 300

  • Anterior
  • 90
  • 91
  • 92
  • 93
  • 94
  • 95
  • 96
  • 97
  • 98
  • 99
  • Siguiente
  • Final

Aviso de Privacidad

Copyright © Radio Calpulalpan 94.3 FM 2025 Todos los derechos reservados.
Cultura