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Cultura y Espectaculos

Comidas que desaparecen

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 23 Octubre 2017 Visto: 3007

comidasdesaparecen hero 300x300María del Pilar Montes de Oca Sicilia. Algarabía

Y no me refiero a esas donas, pedazos de pastel o chocolates queo me refiero a esas donas, pedazos de pastel o chocolates que desaparecen de pronto y como por arte de magia en la oficina, si los dejas en el refri de la cocineta común o en la mesa de la sala de juntas o en el escritorio...
Tampoco a los chiles rellenos de queso con su caldillito rojo y espeso, que son el itacate que te mandó la tía chata y que te esperaban en el refri; en los que piensas en medio del tráfico un lunes regresando de la chamba, y que te has ido saboreando de a poco, imaginando cómo te los vas a chiquitear junto con una chela fría y unas tortillitas pasadas por el comal, pero que, justo cuando llegas a casa no están, porque han desaparecido en boca de la señora de la limpieza o de su hijo, o de tu roommate, o de tu chavo, o de tu marido o de tu hijo adolescente, o de quien sea.
Mucho menos estoy hablando de la botana de cacahuates o papas que se pone en medio de la mesa en una fiesta a las 10 de la noche y que desaparece en un santiamén debido al hambre atrasada de todos los contertulios. Me refiero a otra clase de desaparición: la que es paulatina y que se da con el devenir de las modas y el tiempo; la que es producto de la renovación de una ciudad o una comunidad y de sus habitantes; esa que pasa sin que te des cuenta, que es real, que no perdona, que no para.
Delicias del ayer
Cuando era chica —y ya no digo chica, más joven— había comidas que literalmente «me chiflaban» y que sólo podían encontrarse en lugares estratégicos. Me explico: había, por ejemplo, una tarta de fresas que hacía una señora alemana en una minipastelería, que estaba en una esquina muy concurrida de la avenida Insurgentes, a la altura de San Ángel, y que —en mi paladar de entonces y en mi imaginario actual— era lo más delicioso de este planeta. Me acuerdo de que tenía una base de galleta muy dura, consistente y doradita —incluso era difícil de partir—, luego una capa de chocolate amargo y crujiente, de lo mejor, bañada con crema pastelera comme il faut, sobre la cual se colocaban los fresones impecables, y para colmar la délicatesse le sobrevenía una gelatina muy delgada, ligera y suave de fresa que las cubría a manera de jarabe. No hay más que decir: era gloria pura. Pues esa tarta desapareció, la mujer que la hacía murió, la ciudad se transformó, la cuchilla en donde estaba la pastelería pasó a otros dueños y ahora en lugar de ella hay una de esas farmaciotas de cadena, y yo sólo puedo tenerla en mis recuerdos sin más esperanza que recrearla en mi memoria.
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Tal como esa tarta, me acuerdo de que a unas cuadras de mi casa se encontraba la heladería San José, que coincidentemente también estaba en pan coupé ocupando una cuchilla de la colonia Del Valle. Era de esas heladerías tipo fuente de sodas, iluminada con neón blanco y con espejos por todos lados, mesas de melamina, y con una barra de aluminio en la que los heladeros con su bata y gorro blanco servían los helados en copas —también de aluminio o de vidrio grueso—, además de malteadas, banana splits, tres marías y los ice cream sodas —que a mí me encantaban—, y que eran una mezcla —hipercalórica para los valores actuales— de Coca-Cola y helado de limón —o del sabor que quisieras.
Así como esas comidas han desaparecido, hay muchísimas más que se han transformado y ya no son lo mismo.

Pues bien, había ahí un helado de tutti frutti que a mí no me gustaba especialmente, pero que mi madre aún añora, con su color crema, sus pedazos de fruta seca y su textura inigualable. También había —para mí algo insuperable— paletas heladas de limón con vino, es decir, de sangría —era una época en la que no estábamos tan influenciados por el puritanismo gringo y en la que los niños podíamos tomar o probar un poco de vino diluido en agua de limón; así lo hacíamos en casa de mis abuelos, por ejemplo—, paletas pequeñitas que mis primas y yo comprábamos de dos en dos y que crujían en nuestros dientes, con un sabor inigualable: ni muy duras ni muy blandas, ni muy dulces ni muy amargas, perfectas, justas, deleitables.
Perdidos en el tiempo
El destino de esas paletas corrió la misma suerte que el de la tarta de mis sueños. La heladería sucumbió a las modas y a los avatares, al Danesa 33 y al Holanda primero, luego al Häagen Dazs, y ahora sólo viven en mi memoria, que me recuerda esas tardes de las «vacaciones largas» —de verano—, en las que caminábamos en bola hasta el recinto y luego regresábamos, paleta en mano, compitiendo en silencio y sin decirlo, por ver a quién le duraban más.
Así como esas comidas han desaparecido, hay muchísimas más que se han transformado y ya no son lo mismo. En la colonia Roma había un pequeño local llamado Hamburguesas Hollywood, que era prácticamente una accesoria y daba a Insurgentes —otra vez esta avenida, es taaan larga—, a la que nos llevaba el tío Jorge. Las hamburguesas eran chiquitas, gorditas, con jitomate, mostaza y poco aderezo y jalapeños; la señora las preparaba a mano, los bollos eran hechos en casa, y cuando terminábamos y pagábamos, nos decía en voz alta: «Vuelvan otra vez», y nosotros, niños al fin, la arremedábamos y nos burlábamos de ella. Hoy la casa que resguardaba esa accesoria todavía existe y las hamburguesas también, pero han pasado de mano en mano y ya no se parecen a las originales, a las de la señora aquella, y menos al sabor de antaño, del carbón, de la mezcla perfecta de carne, mostaza, pepinillos y cátsup.
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Foto: Google
Yo sé que no vale la pena quejarse, que las cosas son así, que el mundo cambia, y que lo que «un día fue no será», pero es que mi paladar de gourmet —de bon vivant, pero también de gourmet de banqueta—, así como mi memoria de elefante, me piden a gritos muchas cosas desaparecidas, que ni con la linterna de Diógenes podría volver a encontrar. La lista es interminable: las galletas duritas bañadas de chocolate de Burakoff en la calle de Ámsterdam, en la colonia Condesa de mis abuelos, y otras parecidas que vendían en la tiendita de mi escuela; las tortas de jamón, atún y frijol —que eran frías y estaban hechas con bolillo, sólo de esos tres sabores— y otras mejores que vendían en la Ciudad Deportiva donde mi papá jugaba beisbol y que anhelaba porque de tan simples eran deliciosas: telera, jamón, cebolla, chiles, y punto.
Dulces recuerdos
También añoro muchas golosinas de niña, de las que se vendían en el changarro, en la miscelánea o en la tienda de la esquina: los lacitos —marca Larín—, que eran unos cables rojos que podías morder o chupar según el gusto, los lápices de caramelo que chupabas hasta sacarles punta, las aciditas, los chicles redondos pingüino y los larguitos los kanguro, o con historieta de Batman adentro y otros chicles que no me acuerdo cómo se llamaban pero tenían seltzer adentro —o sea bicarbonato de sodio— y la combinacion era deliciosa, y los Doritos de chile y limón —no nachos, no infierno, no incógnito— y muchas golosinas más que han desaparecido entre Sonric’s y Ricolino.
También tengo en mi memoria el sabor crujiente de unas galletas saladas llamadas Pilla, «tipo cubano» anunciaba la leyenda del empaque. Eran gruesas y durísimas, o sea una mezcla entre pán árabe tostado y galleta habanera pero más gordita que ambos. Mi abuela se las comía con queso crema Los volcanes, un queso crema que creo que ya tampoco existe y que sí era queso crema, es decir sí estaba hecho de leche y no era grasa vegetal emulsificada como el de ahora.
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Por otro lado, además añoro todas esas comidas que desaparecieron porque a su vez desaparecieron los restaurantes en donde las preparaban; como el pay de dátil con nuez de un restaurante de la zona rosa allá por los años 70 que era dulcito y crujiente, medio hojaldrado y con unas nueces enormes y mi mamá —dos generaciones mayor— añora uno de coco que tenían como postre estrella en otro restaurante de la misma zona.
También extraño un fondue de carne en donde los trozos de filete crudo eran sumergidos en un aceite suave hirviendo y luego se acompañaban de varias salsas: bernesa, roquefort, mostaza, pimienta, etcétera; así como una ensalada de lengua y unos camarones al curry acompañados de plátanos machos fritos —la combinación perfecta entre lo agridulce y lo salado—, todos estos, platillos de un extinto restaurante que tuvo su auge a finales de los 70 y principios de los 80: El pabellón Suizo, que estaba en la Glorieta de las Cibeles a unas cuadras de donde mi papá tenía su consultorio y a donde fuimos muchas veces durante mi infancia y mi adolescencia.
Y, también recuerdo con goce, las hamburguesas de jamón delgadito y calientito de la hamburguesería mexicana —sí, no era una cadena transnacional— Tomboy a cuya sucursal de Insurgentes a la altura de Mixcoac, iba yo a comprarlos y me las daban envueltas de un papel de plata y cera, con sus chilitos al lado y mi Coca bien fría, así como el pan dulce —único en su tipo, me acuerdo de hecho de uno tipo danés con glasé y nueces encima, delicioso con café con leche o chocolate— de una panadería de un señor español que también estaba en esa zona, casi enfrente: La Veiga.
Mi papá dice que él también añora comidas que en sus épocas eran cosa de todos los días como: el dulce de piloncillo o melcocha...

Pero no sólo eso: obivamente extraño horriblemente los guisos de mis abuelas, que por más que la siguiente generación se esfuerce, nunca podrán igualarlos, y sólo por mencionar algunos: los huevos fritos, así nomás, de la tía Chela que eran realmente memorables, la carne en su jugo, el agua de limón —la mejor del planeta— y el puré papa de mi abuelita Adelita; el mole y el guacamole —así de trozos, con jitomate, cilantro y chile verde— de mi abuela María Cruz, impresionantes, ambos; y aún más y por leyenda —porque yo casi ni los probé— los legendarios chilaquiles de la tía Pura y todo lo que cocinaba mi abuela Maruca.
Mi papá dice que él también añora comidas que en sus épocas eran cosa de todos los días como: el dulce de piloncillo o melcocha, la leche cuajada y el queso añejo —ése que casi ya no se ve, con su corteza rojita de pimentón— y el pan de arberjones, o guisados que vendían en cualquier fonda de entonces como el chilacayote en mole.
En fin que yo, como seguramente muchos otros que han cruzado la línea de la sombra, añoro muchas comidas, de ésas que se han extinguido o perdido en la noche de los tiempos, como se pierden las cosas que se dejan de usar —desde la bacinica a la máquina de escribir— y los lugares que se repueblan y mudan y evolucionan —y dónde había una panadería, o una miscelánea o un puesto de tacos hoy hay otra cosa, generalmente un oxxo o un Seven Eleven— y donde había una casona hoy hay un edificio.
Comidas que desparecen, como desparecen las cosas, las costumbres y las personas, sobre todo las personas.❧
María del Pilar Montes de Oca Sicilia se confiesa una tragona irredenta. Pero no es tragona nomás, sino tragona selectiva, una gourmand total que aborrece la comida enlatada, lo light, los refrescos, la fast food, y que sería capaz de cruzar media ciudad con tal de encontrar los ansiados tacos de canasta que tanto le gustan y que recuerda con antojo.

 

Carpa de Títeres Morales

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 18 Octubre 2017 Visto: 3548

395421 117788455006197 1365875002 nEdith López Sánchez. CORACYT

¡La alegría de los niños... el recuerdo de los grandes. Los títeres Morales!.

Para ser titiritero se necesita aprender muchas cosas tanto manuales como adquirir habilidades y conocimiento, en el caso de un teatro carpa pues nosotros tenemos que entrar en la construcción de nuestro propio teatro carpa para empezar.

En 1945 Fernando Morales fundó la Carpa Compañía Títeres Victoria, en 1970, con la segunda generación Cecilio Morales nace la Carpa de Títeres Morales

De ahí hacer instalaciones eléctricas, instalaciones de sonido etcétera, eso es para la instalación pero para lo que es ya las marionetas en sí, pues tenemos que tallarlas porque son en madera, es madera tallada, mi esposa se encarga de vestir a las marionetas, hacemos el decorado, eso sí todo lo que implica en presentar una obra lo hacemos en la familia.

De los 5 hermanos Morales Bustamante don Aarón retoma la tradición de los títeres, sus más de 30 cuadros los lleva a fiestas y ferias patronales

Tenemos aproximadamente 30, 33 cuadros diferentes, nosotros nos dedicamos a trabajar en ferias y fiestas patronales, entonces lo que hacemos es ir alternando, es decir, un año presentamos quizás nada más 10 cuadros diferentes para que el próximo año tengamos variedad, le ofrecemos 10 cuadros diferentes y el tercer año otros 10 cuadros diferentes y de esa manera los vamos trabajando.

Algunos cuadros musicales, parodias, cuentos, leyendas, son espectáculos heredados de su abuelo o su padre como Doña Eufrosita y los chicos de la escuela, basada en los Rosete Aranda, otros más como la boda son creación propia de don Aarón donde incluye fuegos artificiales

En Oaxaca siempre hay fuegos artificiales en las bodas, al menos en los pueblos y eso lo tratamos de rescatar de la tradición en Oaxaca de los pueblos de Oaxaca, de hecho las marionetas están vestidas con trajes regionales del estado de Oaxaca.

La boda de los inditos, los cazadores del África, La leyenda del monje loco, musicales pueden disfrutar en la Carpa de Títeres Morales que desde Oaxaca llegan a la 32 edición del Festival Internacional de Títeres Rosete Aranda”, consulte programación en www.culturatlaxcala.com.mx

 

“XVII Camarilla de Experiencias Educativas, Evaluación de estrategias educativas en los museos”

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 18 Octubre 2017 Visto: 2698

descargagggEdith López Sánchez. CORACYT

Diego Martín Medrano, director del Museo Regional de Tlaxcala hace la invitación a la “XVII Camarilla de Experiencias Educativas, Evaluación de estrategias educativas en los museos” a realizarse del 18 al 20 de octubre de 2017
La maestra Mónica Martí, la directora técnica de la coordinación de museos y exposiciones a través de su equipo de su dirección de comunicación educativa liderados por la historiadora Laura Guzmán han retomado las camarillas de experiencias lo cual vemos con mucho agrado porque es un espacio muy importante de intercambio y formación para las personas que trabajan y disfrutan de la educación en museos.

Podrán participar tanto profesionales de la educación en museos como estudiantes y público en general.

Educación en museos no necesariamente significa educación escolarizada básica o exclusivamente dirigido a públicos infantiles será de interés de las personas que estén estudiando Ciencias de la Educación o que estén haciendo un posgrado en educación es por supuesto de todo interés para aquellas personas que estén en el ámbito del arte pues que también les interese para tener habilidades de evaluación para sus estrategias educativas.

El 18 se realizarán las inscripciones, previo a la inauguración programada a las 9 y media de la mañana, las jornadas de trabajo serán de 9 a 18 horas con una pausa a las 14 horas. Si alguien desea conocer el programa puede solicitarlo al correo electrónico: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

 

Callejón Foro Marginal

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 18 Octubre 2017 Visto: 2822

22089415 758448127673442 1846517430334104251 nEdith López Sánchez. CORACYT

Un nuevo espacio dedicado a la promoción y difusión de las artes visuales en Chiautempan es el Callejón Foro Marginal, a un mes de apertura el público acude a sus actividades dice Uriel Flores Muñoz, artista visual, coordinador del espacio
El espacio surge pues con la necesidad de impulsar la cultura audiovisual en la zona, creemos que hacen falta espacios de esparcimiento, de convivencia social y pues que la gente se relacione también con el trabajo que nosotros hacemos y que también se relaciones con la fotografía, documental, el video, un poco el cine 00:32

Un espacio alternativo para las artes visuales donde se proyectan documentales o cortometrajes hechos por tlaxcaltecas
Estamos haciendo parte de una red de exhibición organizada por el festival de documental contra el silencio todas las voces y ahorita tenemos 2 cortos documental, uno que se llama constitución, y un corto de nosotros también vamos a presentar un corto de nosotros que se llama boicot.
Uriel Flores exhibirán en este y otros espacios una serie de 7 cortometrajes recién realizados que hablan de los migrantes en Tlaxcala, el pulque de Nanacamilpa, artesanos de Chiautempan, tacos de canasta, el mercado de Tlaxcala.

Las personas interesadas pueden consultar en Facebook callejón Tlaxcala y en Instagram @callejon pa o bien acudir a calle Morelos número 8 en Santa Ana Chiautempan

 

Canción «Like a Rolling Stone» / Bob Dylan (1965)

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 18 Octubre 2017 Visto: 3073

bob dilaaaCarlos Bautista Rojas

Algarabía

¿Qué hubiera pasado en la música popular si jamás se hubiera dado a conocer esta canción? Eso estuvo a punto de ocurrir cuando los ejecutivos —de ventas y mercadotecnia— de la Columbia Records pensaron que 6 minutos era demasiado para un «éxito comercial»

Eso estuvo a punto de ocurrir cuando los ejecutivos —de ventas y mercadotecnia— de la Columbia Records pensaron que 6 minutos era demasiado para un «éxito comercial» y decidieron mantenerla «enlatada»... hasta que uno de los demos fue llevado a una estación de radio y el «clamor popular» exigió copias a la disquera.
«No mires atrás»
En 1965 Robert Allen Zimmerman—mejor conocido como Bob Dylan— emprendió una difícil gira por el Reino Unido —el documental Don’t Look Back da testimonio de ello— en la que fue abucheado por muchos de sus «admiradores» debido a que en sus conciertos decidió presentarse con guitarra eléctrica y un grupo de rock para darle un giro a sus composiciones; por ello, sus fanáticos lo acusaron de «traicionar la música folk». Eso, aunado a sus desencuentros con la prensa, hicieron que Dylan considerara retirarse de la música.

Sin embargo, al regresar a los Estados Unidos, Dylan comenzó a escribir un largo poema en el que empezó a desahogar esta desastrosa experiencia. Más tarde, él mismo aseguró que, más que un desahogo, se trató de una especie de «venganza» contra lo que le estaba ocurriendo y que jamás la concibió como una canción, hasta que un día empezó a leerlo en voz alta junto al piano:

Del poema original, Dylan eligió estos párrafos para la versión musical:
Once upon a time you dressed so fine
You threw the bums a dime in your prime, didn't you?
People'd call, say, "Beware doll, you're bound to fall"
You thought they were all kiddin' you
You used to laugh about
Everybody that was hangin' out
Now you don't talk so loud
Now you don't seem so proud
About having to be scrounging for your next meal.
How does it feel
How does it feel
To be without a home
Like a complete unknown
Like a rolling stone?
You've gone to the finest school all right, Miss Lonely
But you know you only used to get juiced in it
And nobody has ever taught you how to live on the street
And now you find out you're gonna have to get used to it
You said you'd never compromise
With the mystery tramp, but know you realize
He's not selling any alibis
As you stare into the vacuum of his eyes
And say do you want to make a deal?
How does it feel
How does it feel
To be on your own
With no direction home
Like a complete unknown
Like a rolling stone?
You never turned around to see the frowns on the jugglers and the clowns
When they all come down and did tricks for you
You never understood that it ain't no good
You shouldn't let other people get your kicks for you
You used to ride on the chrome horse with your diplomat
Who carried on his shoulder a Siamese cat
Ain't it hard when you discover that
He really wasn't where it's at
After he took from you everything he could steal.
How does it feel
How does it feel
To be on your own
With no direction home
Like a complete unknown
Like a rolling stone?
Princess on the steeple and all the pretty people
They're drinkin', thinkin' that they got it made
Exchanging all kinds of precious gifts and things
But you'd better lift your diamond ring, you'd better pawn it babe
You used to be so amused
At Napoleon in rags and the language that he used
Go to him now, he calls you, you can't refuse
When you ain't got nothing, you got nothing to lose
You're invisible now, you got no secrets to conceal.

Según la revista Rolling Stone, «Like a Rolling Stone» es la "canción más emblemática de la historia del rock"

El título de «Like a Rolling Stone» está inspirado en la canción «Lost Highway» (1949), de Hank Williams:

Durante las sesiones de grabación, el joven músico Al Kooper improvisó el riff de órgano que marcó la versión definitiva, pese a que Kooper no era diestro en los teclados.
He aquí el resultado final en una curiosa versión interactiva:
http://video.bobdylan.com/desktop.html
A comparación de las otras canciones que llegaban a los primeros lugares en aquella época, «Like a Rolling Stone» no habla de amor, sino que su letra es de resentimiento y burla, en la que se critica a una mujer que, en otro tiempo, había tenido una situación acomodada y ahora mendiga por comida.
Varios biógrafos de Dylan afirman que la letra se refiere a Edie Sedgwick, ex modelo y musa de Andy Warhol, con quien Dylan mantuvo cierta relación. Otros infieren que Dylan se burlaba de sí mismo.
Tanto la letra como la melodía de «Like a Rolling Stone» marcaron una revolución dentro de la música popular: inspiró a los músicos de rock a realizar canciones que duraran más de tres minutos —como exigía la industria—, con melodías más atrevidas y con letras más provocadoras que reflejaran cuanto los rodeaba.

Bob Dylan ha sido candidato varias veces al Premio Nobel de Literatura.

«Like a Rolling Stone» catapultó la carrera de Dylan al grado de convertirlo en un mito vivo y lo animó a componer y grabar cientos de canciones más, muchas de las cuales también se convertirían en íconos de la cultura popular.
Entre las muchas versiones que existen de esta canción, he aquí algunas emblemáticas:
Bob Marley & The Wailers:

Jimi Hendrix:

The Rolling Stones:

Mick Ronson & David Bowie:

Seal & Jeff Beck:

El autor de esta nota recibirá con gusto sus comentarios en Twitter. Sígalo como @alguienomas

 

Crónica del descubrimiento del gran Tzompantli

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 18 Octubre 2017 Visto: 2974

detalle tzompantli bnMéxico Desconocido
Los mexicas los levantaron como un testimonio de su poderío militar; los conquistadores españoles lo describieron conmocionados, para luego sepultarlo bajo capas de piedra y olvido. Hoy, el Gran Tzompantli ha resurgido de las entrañas de la Ciudad de México para contarnos su historia con voz propia.
Poco ‒prácticamente nada‒ parece indicar que en el edificio con el número 24 de la calle República de Guatemala se ha abierto un boquete en el tiempo para dejar al descubierto el Gran Tzompantli. La puerta tapiada, el aliento a polvo volcánico que sale de sus resquicios, la fachada opulenta hecha un cascarón: los mismos achaques que padece todo palacio y monumento del Centro Histórico de la Ciudad de México se acumulan en esta casona apretujada entre vecindades y comercios, a espaldas de la Catedral. La diferencia es que aquí, apenas unos metros detrás del zaguán y otro par más debajo del adoquín, yace un ejército de antiguos guerreros.

Encuentro fortuito del Gran Tzompantli

Fue a finales de junio de 2017 cuando se anunció que en dicha casa se descubrió uno de los monumentos más intrigantes de la antigua capital mexica: una torre con al menos 350 cráneos que formó parte del Huey Tzompantli (que se traduce como “la gran torre de cráneos”) de México-Tenochtitlan. Descubierta por arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la torre en cuestión sirvió como soporte del gran tablero donde los mexicas exhibían los cráneos de sus cautivos de guerra sacrificados; con una altura aproximada de 45 metros, una longitud de 13 y una anchura de 6, esta sección del Huey Tzompantli no solo brinda pistas sobre la ubicación y disposición de los edificios principales de la capital azteca, sino que también representa una valiosa oportunidad para que los especialistas obtengan de él nuevos testimonios del pasado. Así lo afirma Raúl Barrera, director del proyecto de Arqueología Urbana del INAH y uno de los encargados del proyecto de Guatemala 24.

David Paniagua
Foto: David Paniagua

Su conversación no lleva prisa y, por el contrario, le hace honor a su vocación acudiendo de inmediato al pasado:

“El descubrimiento se hizo luego de que los dueños del predio donde nos encontramos solicitaran al instituto (INAH) su colaboración para hacer un estudio sobre la cimentación de este edificio. Por su relación y cercanía con el Templo Mayor (apenas a media cuadra de distancia) y su semejanza con lo relatado por conquistadores como Andrés de Tapia, dedujimos que esta estructura formaba parte del Huey Tzompantli”
Afirma el arqueólogo, con los ojos puestos en la gran oquedad abierta al centro de lo que podría ser la sala de cualquier casa. Desde ese abismo, unos rostros de hueso se asoman por encima de la tierra apisonada; una canción ranchera se filtra desde el exterior (¡Volver, volver, a tus brazos otra vez...!) y todos los siglos y todos los Méxicos con sus ironías se amontonan en ese instante y en ese salón.

El legado del emperador

Es justo el apilamiento, esa obsesión tan mexicana (al parecer, muy antigua) de encimar capa sobre capa, lo que permitió que estos cráneos permanecieran casi íntegros y en el mismo lugar donde fueron colocados hace más de quinientos años. Lo explica la arqueóloga Lorena Vázquez Vallín, jefa de campo en la excavación:

“Si el material óseo se ha podido conservar es gracias a que se ha afianzado con la misma tierra, cal, arena de tezontle y gravilla puestos en la construcción de la torre y del basamento del Huey Tzompantli. Mezclados estos elementos, formaron una especie de argamasa que ha mantenido los más de 10 mil fragmentos de cada cráneo en su lugar”.
Desde luego, la disposición realizada por los mexicas también ha tenido parte del mérito: perforadas a la altura de las sienes, las testas eran ensartadas en postes y vigas de madera a través de estos orificios, para luego ser exhibidas para fines rituales y de ostentación militar. Y aunque no existe certeza sobre el número total de cráneos apilados en esta estructura, lo que sí es un hecho es que el intrincado ensamble del tzompantli, sobre todo en la base de la torre circular recién develada, también permitió su perpetuación.

David PaniaguaFoto: David Paniagua
Hoy, son poco más de un centenar los cráneos rescatados y reconstruidos, y tanto Lorena Vázquez como Raúl Barrera no tardan en aclarar que los restos que apreciamos pertenecen a la sexta etapa constructiva del Templo Mayor, entre los años 1486 y 1502. “Corresponden al reinado del tlatoani Ahuizotl, antes de la llegada de los españoles”, puntualiza Barrera, pues las últimas fases fueron destruidas por completo por los europeos y sus aliados indígenas. Del reinado de los tres emperadores más célebres, los que dan nombre a calles, delegaciones o estaciones de metro (Moctezuma II, Cuitláhuac y Cuauhtémoc) no queda casi nada en pie.

De cara a los ancestros

¿Quiénes fueron las personas cuyos rostros sin cuerpo advertían sobre la ferocidad y devoción de los mexicas? ¿De dónde provenían? ¿Qué nos pueden decir sobre la práctica del sacrificio humano en la época prehispánica?

Cruzando un pasillo estrecho, también partido a la mitad por una zanja que deja al descubierto los siglos de adoquín y piedra, se llega a otra habitación. Amplia y de techo elevado, fungió como vidriería y tienda de muebles, y hoy es el cuartel desde donde los antropólogos miran el pasado a través de las cuencas vacías de los ancestros. 
Dispuestos sobre una enorme mesa, liberados de sus ataduras minerales, 84 cráneos reconstruidos con minucia y paciencia esperan para revelar sus secretos.

David Paniagua
Foto: David Paniagua

Como suponían los investigadores antes de la revelación del tzompantli, la mayoría de los restos pertenecen a adultos jóvenes de sexo masculino, muy probablemente capturados en batalla y sacrificados para honrar a Huitzilopochtli, deidad principal de los de Tenochtitlan; sin embargo, estudios de antropología física han revelado también la presencia de cráneos de mujeres y niños. Al respecto, hay más teorías que certezas.

“Por un lado, el hallazgo de individuos femeninos podría indicar que en Mesoamérica existieron guerreras que también combatían. Sin embargo, otra explicación posible es que estos cráneos fueran de mujeres sacrificadas durante festividades dedicadas a alguna advocación divina, no precisamente cautivas de guerra”, apunta Barrera.
Con su mismo tono solemne, taimado, el arqueólogo recuerda que entre los mexicas era habitual escoger a un individuo para encarnar las potestades de algún dios o diosa. Ataviados con pieles, telas y papel; ornados con pinturas minerales y piedras preciosas, estos elegidos portaban los símbolos y adquirían la personalidad del dios para luego entregar su vida y unirse a él en su trayectoria diaria a través del cielo, transitar los salones del inframundo o vivir rodeado de placeres y aguas brotantes en el paraíso de Tláloc.

“Para ellos, morir en sacrificio era un honor, el privilegio más elevado”, enfatiza Barrera.
Al caminar frente a esos 84 rostros resulta inevitable pensar en cómo lucían en vida, qué lengua hablaron y cómo era el lugar donde nacieron. En ese momento, Lorena Vázquez llega con algunas respuestas: “En algunos individuos se puede notar la deformación craneana característica de ciertas culturas. Este de por acá se corresponde con el estilo que preferían algunos pueblos indígenas de la misma cuenca de México, por ejemplo. También hay huastecos, reconocibles por la deformación tabular de su cabeza y la limadura de sus dientes, rasgo de belleza y estatus”. “Él es un pequeño de entre 3 y 4 años y medio de edad. Lo sabemos por su dentadura, que aún no corresponde con la de un niño mayor”, comenta mientras señala una cabeza que, por sus menudas dimensiones, sobresale entre los macizos guerreros. “Ella es 'La Quinceañera': su conformación craneal nos indica que es una chica de alrededor de quince años de edad”, dice Lorena, con cierto dejo de cariño y complicidad, acerca de un delicado cráneo al centro de la mesa. Su número de catálogo, 
el 15E.

Compromiso con el pasado

Al final del salón, la restauradora Vehelma Martínez-Garza une los frágiles fragmentos de hueso para traer al siglo XXI el rostro de un mexicano del siglo XV. Con las manos envueltas en paciencia y los dedos afinados como un instrumento musical, va colocando pequeñas piezas de humano en su lugar. 
Y aunque confiesa que antes pensaba más en la identidad de quien estaba reconstruyendo, algo que no ha perdido es el respeto por el individuo. Lorena, Raúl y Abel Badillo, antropólogo que también labora en la excavación, comparten ese respeto. Se palpa en las palabras precisas que utilizan para mencionar personajes, lugares históricos, el paso del tiempo; se percibe en sus movimientos cuidadosos dentro de la sala y en la emoción contenida de saber que están descubriendo un tesoro paso a paso, poco a poco, ya que los trabajos de recopilación e interpretación de todo lo hallado apenas comienzan.

Vendrán otras temporadas de excavación y con ellas, quizás, novedades que nos permitan profundizar en las raíces de hueso y obsidiana que tiene esta capital de concreto. Por lo pronto, los restos de los hombres, mujeres y niños cuya muerte pretendía alimentar al sol, hoy arrojan nueva luz sobre la rica y compleja vida del México antiguo. Han cumplido su misión.

 

Llevan a escena una obra de Miguel León-Portilla

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 18 Octubre 2017 Visto: 2759

miguel leon portillaEsa disertación filosófica dialogada alrededor del tiempo, que el maestro escribió cuando tenía 29 años, revela parte del pensamiento náhuatl, afirma Mónica Raya en charla con La Jornada
Funciones en el Ruiz de Alarcón
Foto
Un elenco de 13 creadores escénicos, entre actores, bailarines y acróbatas, representan La huida de Quetzalcóatl, texto de Miguel León-Portilla. En las imágenes, escenas del ensayoFoto cortesía de Mónica Raya
Carlos Paul

Periódico La Jornada
¿Es posible escapar del tiempo, de lo efímero? Respecto de esta interrogante se reflexiona en el texto dramatizado escrito por el reconocido historiador Miguel León-Portilla, titulado La huida de Quetzalcóatl, que será puesto en escena por la arquitecta, escenógrafa y vestuarista Mónica Raya.

El estreno se efectuará este viernes en el teatro Juan Ruiz de Alarcón del Centro Cultural Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Se trata de lo que para algunos especialistas es la primera y única obra de teatro escrita por Léon-Portilla. No obstante, de acuerdo con la creadora escénica, no es propiamente una obra de teatro como convencionalmente se conoce. Más bien es una disertación filosófica dialogada, cuya densidad reflexiva no se puede aligerar con el propósito de que al público le sea entretenida o divertida.

La huida de Quetzalcóatl fue escrita cuando el hoy maestro emérito de la UNAM tenía 29 años de edad y fue publicada en 2001. El texto se refiere al mito que rodea la partida de Ce Ácatl Topiltzin-Quetzalcóatl, sacerdote y gobernante de Tula, a quien se recuerda como el gran protector e impulsor de las artes, la arquitectura, la orfebrería y la cerámica, uno de los personajes históricos más ambiguos y contradictorios de Mesoamérica, especie de héroe espiritual y cultural.

La propuesta escénica, adelanta Raya en entrevista con La Jornada, es resultado de una amplia investigación interdisciplinaria en la que contribuyeron varios especialistas y creadores, y en la que se hace un planteamiento filosófico alusivo al tiempo.

El montaje requirió cerca de un año de preparación documental y más de 300 horas de ensayos, pruebas y reuniones de trabajo. Es resultado de una creación escénica arriesgada, dado que las fuentes originales son variadas y contradictorias, explica Mónica Raya. En ese sentido, junto con el texto de León Portilla, se podría hablar de una investigación artística en escena, una reflexión filosófica en acción.

Relación con el conocimiento cuántico de hoy

En la narrativa de León-Portilla, Ce Ácatl Topiltzin, como sacerdote y gobernante, es obligado a ver su propio rostro en un espejo. Al percatarse de su avejentado aspecto, se angustia, desespera y rebela. Ve no a un joven que pensaba que su cultura podía perdurar eternamente, sino a un anciano cacarizo y sin dientes, condenado a envejecer y morir.

Para Mónica Raya esa rebeldía frente a lo efímero y fugaz, marca al protagonista, quien así emprende un periplo que lo llevará a míticos lugares. Esa rebeldía frente a la muerte, conlleva la cuestión de si es posible escapar del tiempo, explica la también directora.

La interpretación que se da es la de un personaje cuántico, que sabe que puede vivir en otro tiempo, en un tiempo paralelo. Él encuentra la manera de desencarnar, a través de la hoguera de la inmolación, y de regresar a su condición de ser polvo de estrellas, lo cual en esencia eso somos todos.

Eso es lo que para nosotros, afirma Raya, “propone la disertación filosófica dialogada del maestro León-Portilla, con la cual nos revela una parte del pensamiento filosófico náhuatl. Para mí la relación con el conocimiento cuántico de hoy es obvia. Aquí hay un ser humano que dice: ‘yo tengo que escapar de esta existencia y tiene que ser a través de la muerte, pero después de la muerte puedo continuar en otro tiempo que no es éste’. Eso es lo que está en la obra del joven de 29 años, que hoy reconocemos como Miguel León-Portilla. Lo que me parece es una deslumbrante reflexión: cuando hoy se habla de mecánica cuántica, el personaje ya la intuye”.

En los diálogos de la obra, en todo momento se discute sobre el tiempo, la muerte y la permanencia de una cultura, añade Raya. Aquí se escuchan los argumentos de dos posturas muy claras: una muy existencialista, del hay que vivir el aquí y el ahora, y la del personaje que se rebela contra eso.

Del texto original, apunta Mónica Raya, se eliminaron reiteraciones y redistribuyeron parlamentos para que la discusión filosófica sea más dinámica; fuera de eso, el contenido esencial del texto está intacto.

El propio León-Portilla definió la línea estética del vestuario de la puesta en escena, pues solicitó trabajar con base en el Códice Borbónico, cuyos facsímiles se consultaron en el Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM. Sin embargo, la directora de escena extendió sus investigaciones, particularmente en cuanto a los atavíos, a otros códices y fuentes.

En el montaje, concluye Mónica Raya, no hay elementos realistas o representativos. No hay una pirámide o templo como tal, sino un ejercicio arquitectónico geométrico que representa la Toltecáyotl. En el caso de los personajes fuimos muy cuidadosos de quitarles cualquier apariencia contemporánea y los atavíos responden a la lógica de la cosmovisión prehispánica.

Con un elenco de 13 creadores escénicos, entre actores, bailarines y acróbatas, La huida de Quetzalcóaltl contó con la participación de más de 160 personas, entre egresados, investigadores, académicos y trabajadores de la UNAM.

El proyecto se desarrolló gracias al apoyo de las facultades de Filosofía y Letras y de Arquitectura, así como CulturaUNAM, por conducto de la Dirección de Teatro.

La huida de Quetzalcóaltl se escenificará del 20 de octubre al 10 de diciembre. Funciones: jueves y viernes a las 20 horas, sábados a las 19 y domingos a las 18 horas en el teatro Juan Ruiz de Alarcón del Centro Cultural Universitario (Insurgentes Sur 3000).

 

Llega a Puebla la muestra Picasso, la estela infinita con 31 obras originales del artista malageño

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 18 Octubre 2017 Visto: 2895

malageuñoPor Yadira Llaven Anzures. La Jornada de Oriente

Un total de 57 obras del pintor y escultor malageño Pablo Picasso, entre las que destacan 26 aguatintas firmadas a mano y cuatro dibujos, llegará a las Galerías del Palacio del Ayuntamiento de Puebla como parte de la exposición colectiva Picasso, la estela infinita.

El anuncio se efectuó este martes por parte de la titular del Instituto Municipal de Arte y Cultura (IMACP), Anel Nochebuena, y el responsable de la coordinación de exposiciones, Alonso Pérez Fragua.

La funcionaria evitó dar a conocer la inversión que erogó el gobierno de Luis Banck Serrato, pero afirmó que el 90 por ciento del recurso procede de fundaciones internacionales.

Nochebuena destacó que es la primera vez que se expone una obra completa del artista plástico, que fue una influencia determinante en la obra del muralista mexicano Diego Rivera; sin embargo, Picasso estuvo en Puebla hace ocho años en el Complejo Cultural Universitaria y el Museo de Grabado “Erasto Cortés”.

Anunció que en la muestra también participan nueve artistas españoles y el poblano José Antonio Álvarez Morán, quienes reinterpretan la obra del autor español, a quien consideró uno de los virtuosos más célebres e importantes del siglo XX.

La muestra que en total recoge 57 obras estará en exhibición en la ciudad de Puebla a partir de este 26 de octubre hasta el 7 de enero de 2018, con un cobro de 65 pesos por persona y 45 niños. Mientras que el día lunes será de ingreso gratuito.

La directora del IMACP destacó que el interés es mantener un diálogo entre el trabajo del pintor y escultor y el arte contemporáneo que exponen sus compatriotas, como Eugenio Merino, Kepa Garraza, Pierre D’Argyll, Manolo Valdés, y Alberto Corazón.

Además –agregó- de Miquel Navarro, Juan Garaizábal, Ignacio Martín de la Cruz y Bernadi Roig, en conjunto con el artista Álvarez Morán.

“Esta exposición va más allá de la defensa de la tauromaquia, trasciende, son dibujos de Picasso originales que nos dejan reflexionar mucho”, respondió, luego de las preguntas de la prensa sobre el tema polémico.

Incluso, destacó que Picasso, la estela infinita servirá para reactivar la economía local, luego del terremoto del pasado 19 de Septiembre.

“Puebla sigue de pie, e invitamos a los poblanos y a turistas nacionales e internacionales a esta exposición de talla internacional”, convocó.

Picasso, la estela infinita exhibirá las piezas “Aquí murió Picasso”, de Merino; “Pensando Gernika”, de D’Argyll; “Picassiana”, producida por Navarro; “Acción de asalto al arte número 15, Nueva York”, de Garraza, entre otro.

En tanto el poblano José Antonio Álvarez Morán, nacido en 1959 y egresado de la Universidad De las Américas Puebla (UDLAP), compartirá tres murales contemporáneos de la serie Farándula cubista, como “Chiquito pero Picasso”, “Rossy Mendoza joven delante de un espejo” y “Busto de Lyn May desnuda”, bajo las técnicas de pastel sobre yute y papel, óleo sobre lino y tela.

Álvarez Morán cuenta con más de medio centenar de exposiciones individuales y ha participado en 88 colectivas, en Puebla y otros países.

Finalmente, destacó que Picasso, la estela infinita será una exposición itinerante, la cual recorrerá varias ciudades de México de la mano de los curadores Óscar Carrascosa, ex director general cultural y educación del Ayuntamiento de Málaga; y Rafael Sierra, periodista y director de la revisión madrileña Capital Arte.

La muestra podrá apreciarse en el Portal Hidalgo 12, ubicado en el Centro Histórico, de lunes a domingo de 10 a 21 horas. Las personas con discapacidad ingresarán sin costo, de igual forma, todos los lunes de 10 a 17 horas de entrada libre.

 

Sacrificio de españoles capturados en Zultépec, Tlaxcala

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 16 Octubre 2017 Visto: 2944

imagen 405Revista Arqueología Mexicana
Zultépec-Tecoaque se localiza en la región occidental del estado de Tlaxcala, en el municipio de Calpulalpan. En 1520 el asentamiento fue escenario de uno de los episodios relevantes del contacto entre europeos e indígenas acolhuas al inicio de la conquista de México cuando capturaron a una caravana de españoles y sus aliados locales. Algunos detalles en relación con los acontecimientos aparecen en algunas de las fuentes históricas del siglo XVI (Cartas de Relación de Hernán Cortes, Historia verdadera de la conquista de la Nueva España de Bernal Díaz del Castillo, entre otras).

En la zona habitacional de Zultépec-Tecoaque, que se localiza hacia el oeste, norte y sur del centro ceremonial, es posible observar modificaciones realizadas en el último momento constructivo del asentamiento (1520-1521 d.C.) para resguardar a los cautivos y controlar la circulación y contacto de los capturados con la mayor parte de la población.

Durante las exploraciones en el Grupo Habitacional Sur, en el aposento ubicado en la esquina noreste se localizaron en contacto con el piso restos de un esqueleto de sexo femenino con características que permitieron establecer su filiación europea. El análisis antropofísico y espacial de los restos óseos permitió establecer que estaba colocado en posición anatómica y en proceso de desmembramiento pos mortem; se observa la falta de algunos de los huesos largos inferiores: pelvis y fémur, del lado izquierdo; y la ausencia de parte de los superiores: húmero, cúbito y radio, del lado derecho, además de ambas manos. Ello permite suponer que después del sacrificio, el cuerpo fue llevado al aposento, el cual era adecuado para la manipulación cultural pos mortem de los cadáveres, de manera especial para la extracción de huesos largos, posiblemente para la obtención de los llamados “huesos trofeo” apreciados por los guerreros. La osamenta estaba acompañada de una pequeña jarra de cerámica de la fase Azteca IV, en cuyo interior se localizaron restos de una rata de campo cocida.

Tomado de Enrique Martínez Vargas, “La historia no escrita de Zultépec Tecoaque, Tlaxcala”, Arqueología Mexicana, núm. 139, pp. 54-59.

 

Taller multidisciplinario Multidisciplinario de Artes Plásticas

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 16 Octubre 2017 Visto: 3958

artes plasticaEdith López Sánchez. Coracyt

Taller multidisciplinario de Artes Plásticas, en el Centro Cultural ITC-Tlaxcala. Las personas mayores de 7 años pueden acercarse para experimentar y crear piezas con diferentes materiales.
En artes plásticas vamos a trabajar diferentes materiales, todo lo que esté a nuestro alcance para crear obras de acuerdo a la habilidad de los participantes, involucra modelado en barro, modelado en plastilina, papel maché, diferentes resinas y ahí los elementos pueden ser alebrijes, escultura en barro, podemos hacer alfarería. Los participantes también pueden trabajar con hule espuma alebrijes o títeres, incluyendo hasta con material reciclado, el único limitante es la imaginación, dice Alejandro.
Aproximadamente de 7 años en adelante todos aquellos que se sientan hábiles con las manos o que creen que pueden hacer cosas interesantes aquí nada más veremos ciertas técnicas todo lo demás tiene que ver con la imaginación del participante. Los horarios son martes y jueves de 4 a 6 de la tarde en las instalaciones del Palacio de la Cultura ubicado en Avenida Juárez número 62, Tlaxcala Centro. Para mayor información marque el número telefónico (01246) 4622724 o facebook Tlaxcala ITC

 

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