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Cultura y Espectaculos

Historia mínima del libro, entrevista a Tomás Granados

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 05 Enero 2018 Visto: 2719

historiaExcélsior
CIUDAD DE MÉXICO.
El Estado como editor de libros es un mal necesario. Sin embargo, lo mejor sería que el Estado realizara acciones para favorecer la participación de instituciones académicas y de la iniciativa privada, aseguró el editor Tomás Granados Salinas, director del sello Grano de Sal y autor de Libros, donde compila una historia mínima sobre el libro impreso, desde el amoxcalli o biblioteca prehispánica, hasta las ferias del libro de nuestro tiempo.
“Lo ideal es que el Estado deje de ser editor y realice acciones para favorecer la iniciativa privada e instituciones académicas que cumplan con la función que hoy nadie más hace. Lo ideal es que el Estado invirtiera en una suerte de infraestructura para fortalecer la publicación y la circulación”, detalló a Excélsior.
Y aunque algunas de sus librerías Educal funcionan de esta manera, ya que son una inversión donde se pierden recursos que ofrecen un punto de venta en cierta población donde no hay otra, “yo creo que ese punto de venta podría generar una pequeña comunidad lectora y el triunfo de esa política pública sería que la librería cerrara porque ya hay un inversionista privado que decidió abrir una librería. Lo ideal es que la acción del estado se dé donde nadie más hace, pero encauzada a producir condiciones que otros pudieran tomar... y luego desaparecer”.
Otra acción gubernamental que se podría considerar, añadió, es el subsidio en el envío de ejemplares por correo, a través de mensajería, “de tal suerte que esa acción beneficie a las librerías de Chiapas, a las que les resultaría barato recibir los ejemplares en el lugar donde se necesitan”.
¿Se debería revisar el modelo de producción de los libros de texto gratuito a nivel primaria? “Creo que debería suceder lo mismo que ya ocurre con los de nivel secundaria, donde el Estado crea las condiciones para que sean gratuitos para los alumnos, los cuales ya no son editados por el Estado. La política debería ser hacia dejar de ser cada vez más editor, favoreciendo las condiciones para que haya otros editores”.
¿Por qué? “Quizá la acción gubernamental no tiene que ser publicar y abrir librerías en Chiapas, sino encontrar ese engrane donde haya un tercero al que se beneficie. Pero en fin, esa es una opinión mía. Lo que queda claro en Libros, desde el capítulo de los códices hasta el Estado editor, es que la incidencia del Estado en la situación del libro en México es total... es el protagonista”.
¿Es una herencia prehispánica? “Los códices eran obras hechas, la mayor parte, por autoridades pero eran para registros estatales y religiosos. Más tarde el estado novohispano participó en la censura del libro, después promovió las leyes en defensa del derecho de autor. En suma, el Estado ha sido esencial y ha acompañado la historia del libro”.
¿Consideras que el Estado como traductor de obras literarias hace lo suficiente mediante su Programa de Apoyo a la Traducción (Protrad)? “Considero que no se hace lo suficiente en materia de traducción. Y aquí hay un tema que tiene que ver con la política pública respecto de la lengua, no sólo de la industria editorial, sino cuál es el papel del español de México en el mundo. Uno puede limitarse a que sea nuestro y a defenderlo del inglés. La pregunta es: ¿por qué no convertir nuestro español en moneda corriente? ¿Por qué el español mexicano no vuelve a ser el canal, como lo fue entre los años 30 y 50, donde las traducciones de obras esenciales se hicieron en el español mexicano? Ahí tenemos otro campo de oportunidad”.
Libros forma parte de la serie Historia Ilustrada de México, coordinada por el historiador Enrique Florescano, aunque la idea original nació hace casi un lustro, cuando Granados Salinas pensó este libro para la serie Biblioteca Mexicana, que coordina Florescano.
El volumen consta de cinco capítulos: Viejos libros de aquí y de allá; Cosa muy útil y conveniente; Cajones, portales, mesas, sitios electrónicos y stands; De la censura a las regalías; y El Estado editor, acompañado por una nota introductoria, una breve presentación e ilustraciones, grabados y fotografías poco conocidas.
¿Cuál es el planteamiento central de Libros?, se le preguntó a Granados Salinas. “El planteamiento del libro es: un editor de hoy trata de dar respuestas históricas a ciertos problemas que tienen una explicación de siglos. Pero mi conclusión, como autor, es que el libro podría servir para renovar nuestro optimismo por el futuro”.
¿Cómo renovar el optimismo en un país con pocos lectores? “Todo diagnóstico que se haga de la industria actual del libro habla de crisis. Tenemos pocos lectores, poco dinero, los libros son caros y no hay suficientes puntos de venta. Uno puede arrancar con ese diagnóstico desolador y quedarse abatido, pero quisiera que este libro nos mostrara las transformaciones en beneficio del libro a lo largo de siglos porque estos cambios no han ocurrido rápido. Hoy podemos preguntar: ¿Estamos bien ahora? No, pero estamos mejor que nunca”.
¿Qué nos hace falta? “Veo un terreno para el optimismo. Uno puede ver las cifras y decir que esto es imposible y que la tarea nos rebasa a todos. Pero tenemos un gran margen de maniobra en el que se puede ir ganando paulatinamente decenas de miles de lectores”.
En esta recuperación sobre la historia del libro, Granados se sorprendió en dos momentos. Primero al descubrir una imagen de la librería Murguía, que data de principios del siglo XX, donde se observa un diseño similar al de una botica, donde los lectores porfirianos compraban sus ejemplares.
“Esa fotografía es muy bonita porque nos muestra la librería como una botica, con su mostrador y los libros en las paredes, donde uno tenía que llegar a pedir su libro como cuando uno iba a la farmacia para que le hicieran su producto químico. Esa imagen habla sobre la transformación de la librería en los últimos 100 años”.
Otra anécdota que aparece en este volumen, destacó, es la de un impresor español del siglo XVI que tras mandar muchos libros a la Nueva España y descubrir que no vendía lo que él quería, le preguntó a su representante qué libros eran los que se venden juntos. “Digamos que esa anécdota es el precedente de lo que hace un librero de nuestro tiempo, una práctica de los editores que asisten a las actuales ferias del libro”.

 

Homenaje a Roberto Montenegro busca revalorar el arte popular

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 03 Enero 2018 Visto: 2904

omenaje a La Jornada
A casi 131 años del nacimiento de Roberto Montenegro (1887-1968), el Museo del Palacio de Bellas Artes rinde homenaje al pintor jalisciense con una magna exposición, a fin de promover y destacar la valoración estética del arte popular, así como su relevancia histórica en el desarrollo de una identidad nacional.
La muestra Roberto Montenegro: expresiones del arte popular mexicano consta de 136 objetos pertenecientes a la colección de arte popular que –con más de 3 mil piezas– creó el muralista por encomienda gubernamental entre los años 20 y 50 del siglo pasado.
Las obras exhibidas se agrupan en los rubros de alfarería, juguetería, tejidos, hilados, utensilios, lacas, charrería, máscaras, pintura del siglo XIX y exvotos, títulos que se extrajeron del libro Las artes populares en México, publicado en 1921 por Gerardo Murillo, Dr Atl.
Esta exposición marca el acercamiento y continuidad que siempre perteneció a este recinto, ya que en 1934 aquí se inauguró el Museo de Arte Popular, precisamente con su director Roberto Montenegro, expresó Miguel Fernández, director del recinto.
Una colección de más de 3 mil piezas
Ernesto Martínez, titular del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam), precisó que el acervo del Instituto Nacional de Bellas Artes se enriquece con 3 mil 153 piezas de arte popular coleccionadas a lo largo de muchos años por el maestro Roberto Montenegro, que ya fueron restauradas casi en su totalidad.
Arturo López, autor del concepto curatorial de la exhibición, planteó que una de las misiones de este recinto es realizar exposiciones conmemorativas que tengan enfoques con nuevos contextos culturales de uno de los siete muralistas que tenemos.
El concepto rector, aseguró, también es ejemplificar las aportaciones artísticas de Montenegro y cómo promovió e impulsó el arte, incluso cuando llegó a ser funcionario público.
Agregó que el criterio para seleccionar las 136 piezas de la muestra fue seleccionar productos artesanales que dieran contexto a la riqueza cultural de México y a esa pluralidad étnica de la que provenimos.
En los años 20 del siglo pasado dio inicio en el país el renacimiento artístico, justo cuando Montenegro regresó de un viaje a Europa.
Durante un breve recorrido para medios en la sala Siqueiros (la primera de cuatro), donde se exhibe la pintura Tehuanas, López explicó que se trata de una figura recurrente en las obras de Roberto Montenegro.
Por su parte, Sol Rubín de la Borbolla, dirigente del Centro Daniel Rubín de la Borbolla, comentó que la entrada de esta sala es muy significativa: habla de la esencia de la exposición, cuyo contenido refleja este diálogo del arte popular y las artes plásticas, mediante la cerámica.
En ese espacio se ofrecen tabletscon programas interactivos basados en la obra Mapa de las artes populares (1929), en las que el público puede consultar textos y audios referentes a esa pieza, que no se encuentra físicamente.
La segunda habitación es dedicada a los estudios y textos que publicó Montenegro, entre ellos Máscaras(1926), impreso en los Talleres Gráficos de la Nación. Se incluyen dos de los principales dibujos que realizó el maestro tapatío para ilustrarlo.
En su afán de enriquecer la experiencia de los visitantes, el Museo del Palacio de Bellas Artes digitalizó uno de los murales menos conocidos de Montenegro, La fiesta de la Santa Cruz (1923), que se encuentra en la sede de Cencropam, en lo que fue el Antiguo Colegio de San Pedro y San Pablo. Se busca que los asistentes conozcan esa celebración de los trabajadores de la construcción (celebrada el 3 de mayo) así como la idea de la reconstrucción del país, después de la Revolución.
Otra estancia aloja piezas que datan de finales del siglo XVIII e inicios del XIX, con las que se presume que Montenegro planeaba documentar la producción artesanal de diversas entidades del país.
Roberto Montenegro (Guadalajara, 1887) fue pintor, litógrafo y escenógrafo. Estudió con Félix Bernardelli y en 1906 ingresó en la Academia de San Carlos, donde se instruyó con Antonio Fabres, Germán Gedovius, Leandro Izaguirre y Mateo Herrera.
En 1920 fue nombrado jefe del departamento de artes plásticas de la Secretaría de Educación Pública y, junto con el Dr. Atl y Jorge Enciso, organizó una exposición de arte popular que inauguró el general Álvaro Obregón en 1921, con motivo de las fiestas del centenario de la consumación de la Independencia.
La muestra Roberto Montenegro: expresiones del arte popular mexicano permanecerá abierta hasta el 25 de febrero de 2018 en el Museo del Palacio de Bellas Artes, en el Centro Histórico.

 

Isaac Asimov predijo el Internet, los móviles y las videollamadas

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 03 Enero 2018 Visto: 2677

isaacExcélsior
Prolífico autor de libros de ciencia ficción y divulgación científica, Isaac Asimov nació en 1920. Su genio fue capaz de predecir las videollamadas, el internet y los dispositivos móviles
CIUDAD DE MÉXICO.
El 16 de agosto de 1964, el escritor Isaac Asimov publicó un artículo en The New York Times en el que hacía un recuento de su visita a la Feria Mundial de Nueva York. Luego de maravillarse de lo que veía, se lamenta del hecho de que las exhibiciones, alrededor de las que se arremolinaba el público, se reducían a mostrar los avances tecnológicos que habían ido sucediéndose de los inicios del siglo XX a la década de los sesentas, pero no avanzaban hacia el futuro. Así que simplemente inventó una Visita a la exposición universal de 2014, en la que adivina y sugiere cómo sería la vida cincuenta años después. Con la resolución de un pionero de imaginación expansiva, predijo las videollamadas y el internet, los dispositivos móviles e inalámbricos, las televisiones de pantalla plana y en 3D, anunció los aerodeslizadores, las casas submarinas y las ciudades subterráneas cubiertas de huertas urbanas que todavía no se hacen realidad, pero a la vez vaticinó problemas de sobrepoblación y aumento de la desigualdad y la alienación tecnológica con profunda, e inquietante, certeza.

Isaac Yudovich Ozimov había nacido el 2 de enero de 1920 en Petrovichi, una localidad rural de la entonces Rusia Soviética. Era parte de una familia de origen judío que llegó a los Estados Unidos en 1923 y se estableció en Brooklyn. Desde niño se aficionó a la ciencia ficción y publicó su primer relato, Abandonados cerca de Vesta (1938), en la revista Amazing Stories. En 1939 se graduó como bioquímico en la Universidad de Columbia, y al ser rechazado de la carrera de medicina, hizo un posgrado en química del que se tituló en 1941. Contrajo matrimonio con Gertrude Blugerman en 1942 y procreó dos hijos.
En 1941 publicó el relato Círculo vicioso, en el que plantea por vez primera el conjunto de normas conocidas como las “Tres leyes de la robótica”, atribuidas a John W. Camp-
bell, editor de la revista Astounding Science Fiction, que inicia la llamada “Edad de oro de la ciencia ficción”, y que los robots de las narraciones de Asimov, en la mayoría de los casos y las circunstancias, están obligados, a fuerza de diseño, a cumplir.
Un guijarro en el cielo (1950) fue su primera novela, y también publicó la colección de relatos Yo, Robot (1950). Con el libro de narraciones breves Fundación (1951), arranca una famosa saga compuesta por el Ciclo de la tierra, la Trilogía del Imperio Galáctico y el Ciclo de Trántor, que entre sus títulos más representativos incluye las novelas Bóvedas de acero (1954), En la arena estelar (1951), y Fundación e Imperio (1952). Además, publicó El fin de la eternidad (1955); La última pregunta(1956) –que postula la idea de “la singularidad”, en la que el hombre y la máquina evolucionan hasta entrelazarse en total armonía–, Los propios dioses (1972); El hombre bicentenario (1976) –en el que se plantea la disolución de las fronteras entre hombres y robots–; y fue autor de libros de divulgación científica como El universo (1966), y de una serie de libros de historia universal en catorce tomos. A la fecha, se calcula que su obra comprende más de medio millar de volúmenes y un aproximado de 90 mil cartas.
Una buena vida
Asimov presentó el primer libro de sus Cuentos completos (1990) con un prólogo en el que afirmaba: “Hace cincuenta y un años que escribo cuentos y aún no he desistido (...) Sin embargo, nadie puede publicar cuentos durante tanto tiempo sin comprender que le queda un tiempo limitado. Como decía la canción: «Para siempre jamás es más breve que antes». Es hora, pues, de publicarlos en forma conjunta”. Pero luego de que apareciera el segundo libro –de los tres que conformaban el plan original–, el proyecto quedó en suspenso cuando Asimov murió en Nueva York el 6 de abril de 1992, a causa de complicaciones cardiacas e insuficiencia renal provocadas por el VIH que había contraído a través de una transfusión sanguínea en 1983.
Dos años después de su muerte, la sicoanalista y escritora Janet Opal Jeppson –con quien Asimov se había casado a fines de 1973, una vez que se divorció de su primera esposa– publicó Yo, Asimov: Memorias, y más adelante editó y publicó Ha sido una buena vida (2002), una biografía condensada de quien también fuera autor del compendio humorístico Asimov ríe de nuevo (1992), en cuyo manuscrito escribió en la página final: “Me temo que el curso de mi vida está llegando a su fin; no espero vivir mucho más (...) No importa lo que me suceda ahora, ha sido una vida feliz y estoy satisfecho con ella. Así que, por favor, no se preocupen por mí, ni se sientan mal. En vez de eso, sólo espero que este libro les haya proporcionado algunas carcajadas”.

 

Los cinco libros de la UNAM más vendidos en 2017

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 03 Enero 2018 Visto: 2844

los 5 librosLa jornada
Ciudad de México. Entre los libros de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) más vendidos en 2017 se encuentran Puente de Calderón. Las versiones de un célebre combate y Pluriverso. Un ensayo sobre el conocimiento indígena contemporáneo.
Así como Morfología de la Ciudad de México. El catastro de fines de siglo XIX y de 2000, Pueblos indios, autonomía y organizaciones sociales, e Historia de México. Paleografiada del texto original, anotada y prologada por Ernesto J. Burrus preliminar de Miguel León-Portilla.
De acuerdo con la Máxima casa de estudios, Puente de Calderón. Las versiones de un célebre combate, de María del Carmen Vázquez Mantecón, señala que el 17 de enero de 1811 tuvo lugar en el paso de Puente de Calderón, cerca de Zapotlanejo, un encuentro de armas entre las huestes insurgentes comandadas por Miguel Hidalgo y las tropas realistas dirigidas por Félix María Calleja.
Se trató de una batalla llena de imprevistos que al final dio el triunfo al segundo. Aunque Hidalgo y sus principales jefes militares lograron huir hacia el norte, su fin estaba cercano. El gobierno virreinal calificó al combate como una “memorable acción”.
Tres años y medio después, y ya como dirigente de la campaña del Bajío, el criollo Agustín de Iturbide decidió celebrar el regreso de Fernando VII con la puesta en escena de esa famosa contienda, lo que tendría lugar en el mes de octubre de 1814 en las inmediaciones de Irapuato. En este libro se refieren los pormenores de la batalla a partir de los relatos que le dieron vida a lo largo del siglo XIX, se puede leer en su página web.
Para al lector a ese acontecimiento vivido con pasión, es necesario situarlo en el entramado de la guerra y conocer las armas, ubicación, composición y comportamiento de ambos ejércitos, lo que permitirá entender las opuestas versiones a propósito de ese azaroso encuentro y descifrar la manera como se obtuvo y festejó la victoria, incluida su sugestiva escenificación.
“Estos tópicos nos acercarán a revalorar los verdaderos motivos de la derrota”, dice la autora. Cabe señalar que ésta es una segunda edición, corregida y aumentada.
Pluriverso. Un ensayo sobre el conocimiento indígena contemporáneo, de César Carrillo Trueba, informa que considerado como un todo homogéneo, bajo el apelativo de “tradicional”, el conocimiento que poseen los pueblos indígenas del mundo ha sido visto por la cultura predominante en Occidente, desde tres diferentes perspectivas: el desprecio, la idealización y la validación efectuada por medio de las diferentes disciplinas científicas de manera descontextualizada.
La imagen que de ello resulta es poco favorable, en la medida que el punto de partida es siempre otra imagen: Aquella que se tiene de la ciencia misma, lo cual es una suerte de juego de espejos donde, en el mejor de los casos, ésta se invierte para favorecer el mundo indígena. El propósito de este libro no es definir el conocimiento que poseen y mantienen vivo los pueblos indígenas, ni presentar ejemplos de su eficiencia o superioridad ante los desastres provocados por la ciencia y la tecnología.
Se trata de una reflexión acerca de su estatuto, de la imagen que de él se ha formado, de los enfoques y el marco conceptual empleados en ello.
Este ensayo pretende esbozar una manera de abordar la relación entre el conocimiento que poseen diferentes culturas, para establecer correspondencias entre ellos y elaborar proyectos concretos en forma pluricultural, es decir, en relación de igualdad entre dos sociedades dotadas de saberes distintos. Es un intento por dar algunos pequeños pasos hacia la construcción de un Pluriverso.
Morfología de la Ciudad de México. El catastro de fines de siglo XIX y de 2000, obra de Hira de Gortari, dice que carecemos de estudios catastrales con perspectiva histórica y en particular para la Ciudad de México.
El uso de un catastro inédito de fines del siglo XIX es un apoyo para su estudio, y al incorporarse a un sistema de información geográfico, su sistematización tiene mayor relevancia, pues deja analizar la ciudad de los años en que se levantó el catastro para establecer comparaciones con el del año 2000.
El catastro utilizado es una importante fuente de información que permite el análisis territorial de la Ciudad de México, para estudiar múltiples aspectos de su conformación espacial a escala de manzana, como sus dimensiones, formas, usos, entre otros.
Así, su contenido sistematizado y georreferenciado a partir de bases de datos, es fundamental para analizar el espacio urbano en diferentes escalas y cuyos primeros frutos a escala microespacial son resultado de un proyecto financiado por un programa de la UNAM.
Pueblos indios, autonomía y organizaciones sociales, de Dolores Camacho Velázquez, contiene discusiones teóricas de carácter trans y multi disciplinario que aportan a la discusión en torno al mundo indígena temas como diversidad cultural, identidad, globalización, migración, multiculturalismo, justicia, filosofía, autonomía y derechos, tanto de los pueblos indígenas como de los pueblos afromexicanos; la ronda campesina y la construcción de un nuevo derecho.
Este libro es producto de la reflexión que se produjo en el Simposium Interdisciplinario “Derechos Indígenas en México”, realizado en 2008 en la UNAM, por un grupo de jóvenes estudiantes del Posgrado de Derecho, en el que se contó con la colaboración de intelectuales indígenas, estudiantes, académicos, investigadores, funcionarios públicos e integrantes de la sociedad civil.
Con este material se contribuye a fortalecer los puntos centrales del debate y promover la cultura de la legalidad basada en el respeto a los otros.
Historia de México. Paleografiada del texto original, anotada y prologada por Ernesto J. Burrus preliminar de Miguel León-Portilla, de Andrés Cavo, quien señaló: “O el amor que tengo a México me ciega, o no hay ciudad en el nuevo mundo que abunde más de hechos laudables que ésta".
Así se expresó el padre Cavo en 1797 en la dedicatoria que hace a la “muí noble, insigne y leal ciudad de México” de su obra más importante y a la que se dedicó varios años, su “Historia de México”, la primera que se escribió sobre la Nueva España y una de las pocas que han sido escritas sobre el periodo.

 

Dedicarán 2018 al bailarín Marius Petipa, padre de la danza clásica

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 03 Enero 2018 Visto: 3444

balanchineLa Jornada
Rusia y Francia celebrarán este año el 200 aniversario del nacimiento del bailarín, coreógrafo y maestro de ballet Marius Petipa (Francia, 1818-1910), considerado el padre de la danza clásica y el creador más importante de la escuela rusa de ballet.
Diversos espectáculos y coloquios forman parte de las actividades programadas para conmemorar el bicentenario del natalicio del coreógrafo de origen francés, cuyos trabajos representan la culminación del ballet clásico.
Con el apoyo del gobierno de San Petersburgo y del Ministerio de la Cultura de la Federación de Rusia, la Academia Vaganova de Ballet organiza un coloquio internacional con el título Homenaje a Petipa, que se realizará el 10, 11 y 12 de marzo de 2018.
En el sitio web Danza Ballet se anuncia que el 11 de marzo de 2018 se festejará el 200 aniversario del nacimiento de Petipa, quien comenzó su carrera en escenarios de Bruselas, Nantes, Burdeos, París y Madrid, pero sobre todo en San Petersburgo, donde trabajó durante más de 50 años y donde adquirió reconocimiento mundial.
Petipa creó los principales ballets del siglo XIX: La bella durmiente, El lago de los cisnes, La bayadera, Don Quijote, Raymonda y muchas otras obras que el mundo entero continúa admirando.
Gracias al coreógrafo de origen francés se conserva el ballet romántico Giselle, con el que creó el estilo del ballet académico, asentó los fundamentos de la escuela de ballet clásico y formó varias generaciones de bailarines excepcionales, entre las que figuran Anna Pavlova y Agrippina Vaganova.
En Rusia, el trabajo de Petipa permitió conservar las mejores tradiciones del ballet europeo de los siglos XVII y XVIII, por eso será celebrado por el ballet internacional a lo largo de 2018.
Se estima que participarán representantes oficiales de Rusia y de Francia, así como personalidades del mundo del ballet y especialistas reconocidos del arte coreográfico.
Además, el coloquio mostrará los lazos culturales que existen entre Rusia y Francia, país que desde 2015 inició los festejos por el bicentenario de Marius Petipa.
De acuerdo con los organizadores de la academia rusa del homenaje a Petipa, se han programado conferencias sobre los lazos internacionales que ha producido el coreógrafo entre Rusia y Francia en el campo del ballet.
Algunos de los temas que abordarán los especialistas en el homenaje serán las puestas en escena de los ballets de Petipa en el siglo XIX y principios del XX, quiénes eran los intérpretes de los ballets en esa época y cuál fue la música que inspiró al creador y cómo fue la relación entre el coreógrafo y los compositores. También se hablará sobre aspectos biográficos y las cuestiones relativas a la herencia artística de Petipa.
El Ballet Bolshoi realizará una gala de ballet con el título El Gran Petipa, en el teatro Bolshoi el 6 de julio. Mientras el Ballet de Hamburgo anunció que incorporará a su repertorio uno de los trabajos más importantes de Marius, Don Quijote,el cual se unirá a obras maestras de coreógrafos internacionales como La Fille mal gardée, de Frederick Ashton.
Francia también ha anunciado que durante 2018 se realizarán celebraciones y conferencias para analizar el importante papel de Petipa en la historia del ballet. En Burdeos se llevará a cabo un simposio, en fecha por confirmar, con actos culturales que culminarán en Marsella, lugar de nacimiento del bailarín y coreógrafo.
Marius Petipa trabajó durante casi 60 años en el Teatro Mariinsky en San Petersburgo y tuvo una profunda influencia en el ballet clásico ruso moderno. Dirigió muchos de los mejores artistas del ballet ruso y desarrolló coreografías que conservan una posición importante en el repertorio de la danza rusa.
Petipa y su hermano Lucien (más tarde bailarín principal en la Ópera de París) fueron entrenados por su padre, maestro de ballet activo durante mucho tiempo en Bruselas. Después del debut de Marius en Nantes, Francia, en 1838, bailó en Bélgica, Francia y Estados Unidos (apareció en Nueva York en 1839) antes de aceptar un compromiso en España, donde reunió material para ballets producidos posteriormente en Rusia.
El coreógrafo produjo más de 60 ballets. Trabajó a partir de planes cuidadosamente detallados que se convirtieron en la base del ballet clásico moderno en Rusia. Posteriormente colaboró con Chaikovski en El cascanueces (Casse Noisette, coreografía de su asistente Lev Ivanov) y La bella durmiente, y presentó versiones del Lago de los cisnes, Raymonda y Giselle, que han sido revividas con frecuencia.

 

Luis Buñuel

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 03 Enero 2018 Visto: 3095

luis bañuelAlgarabía
Luis Buñuel fue uno de los grandes genios del arte a tal grado que, sin su obra cinematográfica no podría concebirse el siglo XX.
Luis Buñuel (1900-1983) fue uno de los grandes genios del arte a tal grado que, sin su obra cinematográfica no podría concebirse el siglo XX. ¿Cómo resumir la obra y la vida de un creador tan icónico en tan breve espacio? He aquí nuestro humilde intento.
Luis Buñuel, el niño travieso que reniega del catolicismo, que se esconde debajo de la cama en espera de que su sirvienta se acerque para atacarle las piernas, que se disfraza de monja y de sacerdote a la primera provocación, que recorre los pasillos de las filmaciones cubierto por una sábana blanca, que cambia
 el piano de su mujer por tres botellas de vino, que toca los tambores en Calanda —su pueblo natal—, que tira la paella al suelo porque no perdona la impuntualidad, que escoge como lugar de meditación y descanso los bares, que se prepara sin falta su propio coctel bautizado como «Buñueloni»,1 que tapa las cerraduras de la puerta para que no lo puedan ver en la intimidad.
Ese Buñuel que no nos deja apartar la vista de la pantalla, que amenaza con cercenarnos los ojos; ese que se ríe de nosotros desde la tumba.
La primera edad y el despertar
Luis Buñuel Portolés nació en Calanda, España, el
 22 de febrero de 1900. Creció al lado de sus padres
 y de siete hermanos en un ambiente rústico, casi medieval, donde los eventos transcurrían con la calma de un lugar al que «el progreso» no había llegado. La fortuna que su padre había hecho en Cuba le permitió gozar de una educación considerable, aunque severa y dogmática —de corte jesuita—. De estos primeros años el cineasta conservaría su vasto conocimiento religioso, así como los paisajes rurales y su fijación por la relación de hombres maduros y mujeres jóvenes —su padre le llevaba 25 años a su madre.
Al terminar el bachillerato se trasladó a Madrid,
donde con alumnos e invitados —Alberti, Cernuda, Bergamín, Lorca, Dalí y otros artistas pertenecientes
 a la llamada Generación del 27— se nutrió de poesía, cine y filosofía. Durante estos años practicó boxeo y se interesó por la entomología —la pasión por los insectos lo acompañó de por vida.
En 1925 viajó a París, donde su vocación como cineasta despertó: según lo cuenta él mismo, la experiencia de ver Der müde Tod —Las tres luces— (1921), de Fritz Lang, fue definitiva; desde entonces se dedicó de lleno al cine, no sólo como un cinéfilo obsesivo que veía tres películas diarias, sino como un humilde alumno que se alistaba en trabajos «de lo que fuera» para empaparse de la técnica cinematográfica.
De lo alimenticio a lo personal
Buñuel filmó en 1950 Los olvidados, la cual tuvo una hostil acogida en nuestro país debido al retrato 
fiel y crudo de los barrios pobres
 de la Ciudad de México. Esta obra fue clave para su desarrollo como cineasta, pues gracias a ella inició 
su búsqueda más personal.
Comenzó una notable carrera cinematográfica en la que los proyectos «alimenticios» —como 
él llamaba a aquellas películas que no salían de su inventiva, pero con las que ya no estaba peleado y que le permitían ganarse la vida, como en la época del Filmófono— se distinguen de los proyectos personalísimos
que llegaron a ser verdaderas obras maestras.

 

La UAM apuesta por formar colección

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 03 Enero 2018 Visto: 2743

UAMExcélsior
El nuevo coordinador de arte visuales, Santiago Espinosa de los Monteros, creará un comité para que la institución adquiera obra

CIUDAD DE MÉXICO.
El curador advierte que la UAM no será productora de obra, pero sí le interesa abrir espacios de exhibición que deriven en un acervo propio.
La UAM adquirió hace algunos años piezas para formar una colección. El proyecto inicial se detuvo en 12 piezas por cuestiones de presupuesto, pero se espera que a partir de este año se forme un comité de selección para reactivar la compra de acervo de manera paulatina.
La universidad tiene trabajos de Marcela Armas, Carlos Aguirre, Marcos Kurtycz y Enrique Ježik, entre otros. Una docena de piezas que son un semillero, señala Espinosa de los Monteros, quien fue coordinador Nacional de Artes Plásticas del Instituto Nacional de Bellas Artes de 2008 a 2009.
Si bien aún no se define el presupuesto tanto para adquirir obra como para la programación artística, al curador le interesa la producción joven que ocupa ahora las salas de museos y galerías nacionales. Para ello formará un comité integrado por curadores, creadores visuales, investigadores y críticos que propongan artistas y obras para que, en cierto sentido, sea el “pulso” del arte mexicano, y a partir de allí formar su colección. “Es la mejor manera de tomar decisiones, de forma colegiada y atendiendo las revisiones de diferentes plataformas”.
Con el acervo universitario propondrá exposiciones itinerantes en las diferentes unidades académicas de la universidad, y así también cumplir con el objeto de integrar las diversas sedes en un mismo programa artístico.
Quien también fuera consejero cultural de la Embajada de México en Canadá prevé que durante 2018 se defina el discurso curatorial de la colección y se hagan las primeras adquisiciones; para que en 2019 se pueda apreciar el crecimiento de la misma de manera formal.
Insiste en que no se harán compras aceleradas, sino bajo consenso y de acuerdo con una línea discursiva que ya se estudia. “Es importante seguir alimentando con obras fundamentalmente contemporáneos de largo aliento, con aportaciones al discurso”.
En tanto, se enfocará también en reactivar la programación en los espacios culturales de la UAM: Casa Rafael Galván, Casa del Tiempo, Galería Metropolitana, Teatro Casa de la Paz y Casa de la Primera Imprenta de América.
Sitios que si bien tienen una programación, en los últimos dos años quedaron fuera del mapa de la actividad artística de la ciudad, señala el también crítico de arte con colaboraciones en diarios de Venezuela, Colombia y México.
Son espacios que, explica, se comparten con actividades de artes escénicas, pero la propuesta ahora es intensificar la programación de exposiciones para reinsertarlos en el corredor cultural. De acuerdo al perfil de cada espacio se propondrán exhibiciones de arte contemporáneo, incluso históricas. La mira de Espinosa de los Monteros es que en la próxima edición de Gallery Weekend o Sábado de Galerías, participen algunos de los espacios de la UAM.
La selección de exposiciones colectivas o individuales también se hará a través de un comité, pero para iniciar el año ya se tiene programación prevista. De las primeras muestra será una revisión de la cotidianidad alrededor del movimiento estudiantil de 1968 a propósito del 50 aniversario. “La UAM nace después del 68, entonces en realidad no tuvo nada que ver de manera directa, pero la UAM tampoco se explica sin el 68 porque nace como una especie de contrapeso académico, entonces queremos reconstruir cómo era el México de esos años, cómo se vestían, que veían en la tele, escuchaban en la radio para contar lo que sucedió en torno al movimiento y las Olimpiadas”.
Otra exhibición ya concretada es un homenaje póstumo a Felipe Ehrenberg, quien murió en mayo pasado. El curador explica que es una individual que se trabajaba mientras el artista vivía, y tras su muerte se retomará el proyecto con la curaduría de su pareja Lourdes Hernández. Y aún está por concretarse la muestra Fronteridad, que trata temas migratorios, culturales de las zonas fronterizas y el entorno social a partir de la movilidad de las
personas.
Con un interés especial en el arte joven, Espinosa de los Monteros dice que también se abrirán los espacios a creaciones emergentes: “Vale la pena constatar aquello de lo que está sucediendo hoy y dar espacio al mayor número de voces posibles, claro que siempre a través de un comité de selección que haga revisiones muy cuidadosas”.

 

Frankenstein; dos siglos de ser un clásico

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 03 Enero 2018 Visto: 2691

fraquenistenExcélsior
Se celebran 200 años de que la joven Mary Shelley publicara el libro que se ha vuelto un referente del terror
CIUDAD DE MÉXICO.
Frankenstein, publicada en enero de 1818, ha cumplido 200 años como indiscutible referente del género de terror, tanto en la literatura como en el cine, categoría en la que ha sido objeto de incontables adaptaciones.
La inglesa Mary Wollstonecraft Shelley (1797-1851), segunda esposa del poeta Percy Shelley –de quien tomó el apellido–, publicó su gran obra con solo 20 años, si bien empezó a escribirla a los 18, retada por el también poeta Lord Byron, con quien la pareja pasó unas vacaciones en Suiza en 1816.
La novela, cuyo título completo es Frankenstein o el moderno Prometeo (en alusión al mito griego, muy seguido por los artistas románticos) y que inicialmente salió sin el nombre de la autora, recibió críticas variadas en su debut, pero posteriormente saltó a la fama con las adaptaciones que se hicieron primero en teatro y, ya en el siglo XX, en el cine.
La primera versión cinematográfica data de 1910, y le siguieron más de 150 adaptaciones en múltiples formatos, todas las cuales han contribuido a definir para el gran público al “monstruo” creado por el científico Víctor Frankenstein.
La película que fraguó la imagen del ser fabricado en el laboratorio, que en la novela no tiene nombre, fue “Frankenstein’s monster”, de 1931, en la que Boris Karloff luce un par de tornillos en el cuello como evidencia de su origen antinatural.
Según los críticos, la secuela de 1935 The Bride of Frankenstein es mucho más fiel a la novela, donde el monstruo, lejos de ser inconsciente y desalmado, es un ser complejo, que se hace preguntas profundas sobre su procedencia y el propósito de su existencia.
Al ser fruto de la imaginación de una joven casi adolescente, no es de extrañar que la historia de Frankenstein haya conectado con tantas generaciones de jóvenes e inspirado series como The Munsters, The Addams Family o incluso Scooby-Doo.
Con The Curse of Frankenstein (1957), en la que Christopher Lee aparece con cicatrices y tejido trasplantado –caracterización más ceñida a la novela–, llega la primera película de terror con sangre y vísceras.
La franco-italiana Andy Warhol’s Flesh for Frankenstein (1973), producida por el artista estadunidense, ofrece un punto de vista más sexi, sangriento y perverso y, según los expertos, puede interpretarse como una crítica al fascismo.
Otra versión más sofisticada es Mary Shelley’s Frankenstein, de 1994, protagonizada por Robert de Niro, bajo la dirección de Kenneth Branagh.
En el Reino Unido, Danny Boyle dirigió en 2011 una adaptación teatral con Benedict Cumberbatch y Jonny Lee Miller alternando los papeles de Víctor Frankenstein y su monstruo, y actualmente está en cartel en Londres, con gran éxito de público, el musical Mel Brook’s Young Frankenstein.
En mayo de 2017, Universal anunció una nueva versión de la querida The Bride of Frankenstein, con fecha de estreno aún sin especificar, que en principio estará dirigida por Bill Condon y que podrían protagonizar Javier Bardem y Angelina Jolie.
El bicentenario de la influyente novela de Mary Shelley se conmemora en el Reino Unido con una edición especial de monedas de dos libras, mientras que en países como Estados Unidos, donde tiene legiones de seguidores, se han organizado multitud de acontecimientos científicos y literarios.
Aunque es especialmente conocida por Frankenstein, Shelley, hija del filósofo político William Godwin y la filósofa y pionera feminista Mary Wollstonecraft –que murió poco después de nacer su hija–, escribió también biografías, ensayos, artículos de viaje y obras de teatro.
Tras la muerte de su esposo en 1822, al hundirse su barco en la costa italiana de Viareggio, Mary Shelley, que dedicó buena parte de su vida a promocionar la obra de él, regresó a Inglaterra, donde se concentró en criar al único hijo de ambos y a fomentar su carrera.
La precoz escritora, que perdió a un bebé prematuro y tuvo varios abortos, pasó sus últimos años afectada de varias dolencias, y murió de un tumor cerebral a los 53 años.

 

Los recuerdos con Elena Garro

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 01 Enero 2018 Visto: 2794

elena garro pazAlgarabía
Quién mejor que ella misma para hablar de su vida; testimonio que complementamos con algunos fragmentos de sus obras más emblemáticas.

En este diciembre en que Elena Garro (1916-1998) hubiera cumplido 101 años, es fundamental hablar de la vida y la obra de esta escritora que, para muchos críticos, fue la mayor creadora literaria mexicana después de Sor Juana.
Ellos me enseñaron
«Mis padres fueron José Antonio Garro y Esperanza Navarro, dos personas que vivieron siempre fuera de la realidad, dos fracasados, y que llevaron a sus hijos al fracaso. A mis padres sólo les gustaba leer, y a sus hijos no nos gustaba comer, nunca teníamos apetito; o nos daba pereza masticar: “Que le hagan papilla a los chicos”, ordenaba mi padre. A Esperanza: mi madre, le gustaban únicamente los dulces y los pasteles. José Antonio en cambio amaba los buenos platillos
Ellos me enseñaron la imaginación, las múltiples realidades, el amor a los animales, el baile, la música, el orientalismo, el misticismo, el desdén por el dinero y la táctica militar leyendo a Julio César y a Von Clausewitz.
Mientras viví con ellos sólo lloré por Cristo y por Sócrates, el domingo en que bebió la cicuta, cuando mi padre nos leyó los Diálogos de Platón [...]
»Mis padres me permitieron desarrollar mi verdadera naturaleza, la de “partícula revoltosa”, cualidad que heredó mi hija Helenita y que los sabios acaban de descubrir. Estas “partículas revoltosas” producen desorden sin proponérselo y actúan siempre inesperadamente, a pesar suyo. En mi
casa podía ser rey, general mexicano, construir pueblos con placitas, casas, calles, cuartel e iglesia en el enorme jardín por el que paseábamos en burro o a pie. Mi casa estaba en Iguala, Guerrero, es decir, una de mis casas. [...]»
El mundo era muy trágico
«También construimos un teatro y teníamos títeres. A 
veces me convertía en merolico y salía a vender ungüentos para curar todos los males. Mi ayudante era Boni, mi primo predilecto, y con el que me escapaba cargando dos “máuseres” para ir a la laguna. Los arrieros nos devolvían a la casa, insolados, con las narices y la frente peladas por el sol. [...]
–Conoce «El final de un amor adúltero... y todo por unos gatos»–
»En Iguala no íbamos a la escuela, teníamos al profesor Rodríguez, alto, moreno, de gran bigote y enorme sabiduría... Todos los Garro le debemos mucho al profesor Rodríguez, figura tierna, sabia y encantadora de mi infancia. Él traía las noticias terribles de lo que sucedía fuera de mi casa: 
la política, los fusilamientos y los robos. “¡Un maestro es sagrado!”, nos decía mi padre con los ojos despidiendo chispas verdes como una advertencia. Mi padre y mi tío Boni eran nuestros maestros de latín y francés [...]
«Yo no pensaba ser escritora. La idea de sentarme a escribir en vez de leer me parecía absurda. Abrir un libro era empezar una aventura inesperada. Yo quería ser bailarina o general»
»En esos días el mundo era muy trágico. Mi héroe era el padre Pro y mi enemigo, Plutarco Elías Calles. Cuando 
el general Amaro llegó a perseguir a los cristeros, todo el pueblo se encerró. Deva y yo salimos a correr junto a su coche abierto para gritarle hasta quedarnos roncas: ¡Viva Cristo Rey! [...]»
No pensaba ser escritora
«A los 17 años fui coreógrafa del Teatro de la Universidad. El director era Julio Bracho. Debutamos en el Teatro de Bellas Artes con un éxito tan grande que los amantes del arte se movieron con rapidez para destruir el grupo. Opinaron que pegar carteles en la ciudad anunciando Las troyanas era hacerse publicidad.
En ese tiempo los Contemporáneos eran importantes. En realidad era un grupo bastante notable, aunque me parece que está olvidado. Xavier Villaurrutia quería montar Perséfone de André Gide, y me llamó [...]
–Conoce también: La comprensión de la lectura. Fuera del diccionario–
»Un día me casé, abandoné a mis maestros: Julio Jiménez Rueda, que me pronosticó éxitos literarios; Samuel Ramos, gran maestro; Hilario Medina y su rigurosa Historia universal; el profesor Valenzuela de Historia griega, fabuloso expositor; Salvador Azuela, a quien apreciaba mucho; el maestro García, gran latinista; la señorita Caso, Julio Torri, Enrique González Martínez, quien nos daba la clase en francés [...]
»Mi padre creía que podía escribir por mi afición a la lectura: en ese caso todos en la casa debimos ser escritores.»
Todo fue un mal sueño
«En 1953, estando enferma en Berna y después de un estruendoso tratamiento de cortisona escribí Los recuerdos del porvenir como un homenaje a Iguala, a mi infancia y
a aquellos personajes a los que admiré tanto y a los que tantas jugarretas hice.
–Lee: El escritor en situación–
Guardé la novela en un baúl, junto 
con algunos poemas que le escribía a Adolfo Bioy Casares, el amor loco de mi vida y por el cual casi muero; aunque ahora reconozco que todo fue un mal sueño que duró muchos años.
»Creo que te he hablado de un mundo que ya no existe. Parece que México es otro país, que los intelectuales lo han llenado de periféricos, elevadores callejeros, puentes, ideas, y que han abolido los jardines.
Me dicen que la contaminación se corta con cuchillo. Te he dicho todo lo que recuerdo... Creo que debo aclararte que Mariana
no es una autobiografía sino una novela. [...] Aunque es verdad que tomé rasgos de algunas personas vivas y difuntas para crear a un solo personaje.
Acuérdate de Ortega y Gasset: “lo que no es vivencia es academia”. Recuerda también a Dostoyevski y a Balzac: “la novela es vida”. Eso no quiere decir que lo que cuento en Mariana sea una simple calca de mi vida al pape

 

Futurología: la ciencia de la predicción

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 01 Enero 2018 Visto: 3097

futurologiaAlgarabía
Muchas de las predicciones en el tiempo se vinculan con la ficción, el folklore y la mitología, con creencias religiosas o con prácticas adivinatorias. Pero, ¿existe un método racional para pronosticar los sucesos por venir?
Muchas de las predicciones en el tiempo se vinculan con la ficción, el folklore y la mitología, con creencias religiosas o con prácticas adivinatorias. Pero, ¿existe un método racional para pronosticar los sucesos por venir? La respuesta es sí: éste es un breve encuentro con la futurología.

¿Qué nos lleva, como especie, a lanzar la mirada hacia el futuro?
La motivación más obvia para preocuparse por él, quizá, sea la supervivencia: la propia, la de la descendencia, del grupo humano más próximo y, en un alcance más amplio, la de la humanidad como especie. Al escudriñar en los secretos del tiempo, intentamos eliminar la incertidumbre que causa aquello que no podemos ver, y prever —es decir, «ver antes»— las condiciones favorables y adversas que imperarán, con el fin de llevar a cabo, en el presente, las acciones adecuadas para hacerles frente.
Hagamos un paralelismo burdo: al consultar el pronóstico del tiempo —que no es sino la proyección de las condiciones meteorológicas actuales— para saber si usar ropa ligera o cargar con abrigo y paraguas, estamos sacando un provecho práctico e inmediato de ese atisbo que alguien hizo del futuro. Pero no nos confundamos: los alcances de la futurología son muchos más amplios y aventurados.
Una breve historia de la futurología
Empecemos por definir qué se entiende por futurología: es la ciencia —o el arte, según algunos— que pretende, valiéndose solamente de métodos científicos y racionales, identificar y evaluar los sucesos futuros posibles, probables y deseables. Tomando esto en cuenta, la clarividencia, la lectura de bolas de cristal, la astrología, los presentimientos y cualquier práctica esotérica, no entran en este terreno; tampoco entran las predicciones a corto plazo —por ejemplo, en el ramo financiero— ni las que se basan en modelos matemáticos relativamente simples —como el movimiento de los astros o el ya mencionado pronóstico del tiempo.
Fue el visionario escritor H. G. Wells quien, en 1932, hizo la primera referencia a los estudios académicos sobre el futuro, y acuñó el término foresight2 —«previsión»—. El término futurology —«futurología»— fue acuñado en los años 40 por Ossip K. Flechtheim, quien la concebía como una rama de la probabilidad y estadística. En lengua inglesa, este término está siendo sustituido por otros como futuring, future studies, futures research, futuristics o futurics. Por otro lado, desde el punto de vista académico —y para los fines de este artículo—, además de referirse a una corriente artística,3 futurismo designa a la doctrina que aboga por un pensamiento racional, científico o basado en el sentido común, cuyo fin último es el de producir un futuro «mejor» por medio de la toma de decisiones.
Llegado este punto, es posible detectar dos grandes líneas de pensamiento con respecto al futuro:
*aquella que considera un solo futuro, monolítico, casi inexorable o matemáticamente calculable a través de la proyección de las tendencias y los patrones de cambio del presente, y que, por decirlo de alguna manera, «ya está ahí y sólo es cuestión de tiempo llegar a él»;
*y la que considera diversos futuros posibles y que, mediante la identificación de posibilidades y probabilidades, propone acciones alternativas que nos llevarán a un futuro mejor o «más deseable».
A partir de estas dos líneas de pensamiento ha tenido lugar una multitud de métodos para anticipar, evaluar, predecir y configurar el futuro. Revisemos algunos de los más relevantes.
Conoce más sobre el futuro y la futurología en Algarabía 98 de noviembre, dedicada a estos temas.

 

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