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Cultura y Espectaculos

Para ser pintor hay que apostar a todo, afirma Jazzamoart

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 08 Enero 2018 Visto: 2634

para ser pintor hayLa jornada
Olvidarse de la inspiración, la románica idea de las musas, disciplinarse y ponerse a trabajar, recomienda el pintor y escultor Javier Vázquez Estupiñán (Irapuato, 1951). Para el artista, mejor conocido como Jazzamoart, un pintor que no está dispuesto a morir de hambre no sirve para esta profesión. Hay que apostar a todo, expresa a la vez que reconoce que más allá de la tragedia de Van Gogh, para mí el santo de los pintores, no nos ha ido tan mal. Cuando menos hemos podido vivir, como en mi caso, después de muchos años de lo que me gusta pintar.
El más de medio siglo de hacer travesuras con la brocha –a los cinco años tuvo su primer taller– se resume de alguna manera en Jazzamoart: la soledad de pintor (Editorial Turner), grueso volumen de reciente publicación, cuyo diseño divertidoes obra de Alejandro Magallanes. De ninguna manera se trata de un catálogo razonado, habría que hacer como cinco libros.
Aparte de las ilustraciones a color y en blanco y negro, el tomo comprende una serie de textos, algunos nuevos, otros existentes, de personalidades del mundo del arte, como Raquel Tibol, Jorge Alberto Manrique, Carlos Montemayor, José Luis Cuevas, Vicente Leñero, Evodio Escalante, Teresa del Conde, Graciela Kartofel, Linda Atach, Rafael Pérez y Pérez, Kim Levin y Manuel Marín. Jazzamoart dedica el libro a Manuel Zavala Alonso, fallecido el pasado 5 de noviembre, responsable de fotografiar las obras. La coordinación estuvo a cargo de Jazzamoart Vázquez, primogénito del artista, de quien tomó su seudómino en 1975.
La pintura de Vázquez Estupiñán no se puede desligar de la música, en particular el jazz: “En mi infancia, con mi padre –también pintor– había escuchado a las grandes bandas; sin embargo, cuando ingresé a la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP) conocí a personas que de alguna manera me descubrieron a Charlie Parker, Miles Davis y John Coltrane. En paralelo empecé a estudiar la batería, aunque no la dominé. Quise pintar el jazz, no sólo por fuera, sino por dentro, a la vez que los sonidos. Muchas veces la crítica me tachaba con que siempre salía con mi saxofón, mis músicos, y que era muy repetitivo –también pinta otros temas como los toreros. Más que repetición es una obsesión; es distinto. La repetición podría ser un poco mecánica y medio absurda o simplemente autómata”.
A pesar de lograr una “impronta que dice: ‘allí está Jazzamoart’”, el entrevistado reconoce muchas influencias, por ejemplo, la de Gilberto Aceves Navarro, maestro suyo en la ENAP. Me costó mucho trabajo asimilar y encontrar un camino en el que, aparte del fantasma de Gilberto, apareciera yo también. En realidad a aquel joven le llamaron la atención los artistas del movimiento de la Ruptura: Me gustaba mucho imitar los desnudos y personajes de Francisco Corzas, también muchos de los gestos de Alberto Gironella. Hasta llegué a pintar algunas cosas abstractas de Manuel Felguérez y Fernando García Ponce. El mayor reto, no sólo mío, sino de mi generación, fue no parecernos a los que admirábamos.
Respecto de su obra actual, explica que ésta tiene que ver con momentos de tristeza, de filosofar un poco conmigo mismo sobre la edad. Sigo siendo optimista, pero a la vez siento que ya no se puede perder el tiempo en tonterías y que se tiene que ser más auténtico y sincero cada día en lo que se hace, más propositivo, cuando menos en el mundo propio. Si se logra trasmitir a los demás, mejor. Pero, sí pintar lo que se siente con toda la pasión, conocimiento y madurez de tantos años. Siento que mi pincelada, el brochazo, la salpicada, el empaste, el trabajo que hago es cada día más certero. Cada día pongo más las cosas en su lugar.
Entre los proyectos de Jazzamoart para este año está una exposición en la galería Óscar Román, la cual continúa su trabajo sobre el tema de Rembrandt y las obsesiones que le han producido desde que pudo ver su obra en Holanda. Se trata de recrear a la manera de Rembrandt, pero en el siglo XXI, además de inventar juegos, en el sentido de que si viniera a mi taller qué diría de lo que hago con su pintura. Agrega, siempre hago una serie de juegos con los pintores del pasado. Siempre tengo esos sueños que, además, son ciertos. He soñado con grandes artistas del pasado con quienes sostengo encuentros. A veces no intercambiamos palabras; no obstante, en otras hay uno que otro regaño o aliciente de estos fantasmas que siempre me acompañan cuando pinto, porque cuando estoy en mi taller siento que está por allí alguno de los pintores que admiro, soplándome alguna cosa, regañando o diciéndome algo.

 

"Acuciosa" muestra revisa los dos viajes de Diego Rivera a la URSS

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 08 Enero 2018 Visto: 2908

acuosaLa Jornada
Un tema que no se verá en la exposición Diego Rivera y la experiencia en la URSS es el de los alcatraces. En cambio, los dos viajes que el pintor y muralista realizó a la extinta Unión Soviética, primero en 1927 y luego en 1955, son objeto de una revisión exhaustiva de los dos recintos que llevan su nombre.
Los museos Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, y Mural Diego Rivera alojan 289 piezas, entre óleos, acuarelas, dibujos, objetos, documentos, fotografías, carteles y video.
Esta profunda y acuciosa investigación, nacida de los archivos que resguarda el Museo Casa Estudio, fue trabajada por los curadores María Estela Duarte y Mariano Meza Marroquín, quienes entregaron una investigación original, que se basa en nuevas informaciones y abordajes sobre temas tal vez muy conocidos, estudiados mediante enfoques también conocidos, para llegar a las conclusiones de siempre, expresó en rueda de prensa Luis Rius Caso, director de ambos recintos.
La exhibición arroja luces y corrige errores. Por ejemplo, tres acuarelas cuyos personajes siempre fueron catalogados como arroceros de Veracruz, gracias a la bitácora de Emma Hurtado, cuarta esposa de Rivera, fueron identificados como rusos.
Según Rius Caso la exposición cierra el triángulo que propuso Bertram Wolfe para estudiar a Rivera, cuyas aristas contemplaron, además, el nacionalismo mexicano y sus múltiples vertientes, así como su relación con Estados Unidos.
En el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, ubicado en Altavista esquina Diego Rivera, San Ángel, se exhibe el primer núcleo de la exposición referente al artista guanajuatense en Montparnasse, París, en 1909, donde conoció y retrató a varios colegas rusos, así como obra relacionada con su primer viaje gracias a una invitación para asistir al décimo aniversario de la revolución rusa. Duarte habló de la dificultad de localizar dichas obras y consideró que falta 30 por ciento.
Está expuesto lo que estuvo a nuestro alcance para recuperar, agregó. En México hay pocos dibujos y cuadros, en el Museo de Arte Moderno en Nueva York están las acuarelas del desfile del primero de mayo que no nos prestaron.
También, intentamos con mucho tiempo de anticipación que el Museo Puskin nos prestara un cuadro de la esposa del embajador ruso que Diego pintó en 1929, de regreso del viaje; sin embargo, tampoco pudo llegar a tiempo.
Igualmente, faltarían revisar los archivos del hospital Botkin, del Ejército Rojo, de la Academia de Bellas Artes, del desfile del décimo aniversario de la revolución rusa, entre otros.
Por su parte, el Museo Mural Diego Rivera, localizado en Colón 7, Centro Histórico, muestra obra representativa del viaje de 1955 a la URSS que surgió a raíz de un reconocimiento que se le concedió al artista.
Ya enfermo de cáncer, Rivera quiso aprovechar la ocasión para someterse a la cobaltoterapia. Para este núcleo se contó con el archivo de Emma Hurtado, quien lo acompañó en el viaje, que fue facilitado por su sobrino, el arquitecto Juan Hurtado.
Un punto de enlace entre los dos recintos es una serie de carteles que la investigadora Valentina García Burgos encontró en su momento en la Casa Estudio. También dio con unas placas fotográficas que el gobierno soviético había dado a Rivera para realizar murales en 1927. Tras ser restaurados, una docena de los carteles se muestran en el recinto del centro, mientras dos más se exhiben en San Ángel.
Los carteles son de la época 55/56 y demuestran que Diego pudo acoplarse al sistema del realismo socialista.
La exposición deja de manifiesto lo que significó Rusia en la vida de Rivera desde 1909 hasta su muerte. Aparte de llevar toda la parte de la doctrina socialista a sus murales, amó a esa nación hasta el último de sus días, precisó Duarte.
La muestra se hará acompañar de un catálogo que será de estudio obligado, aseguró la curadora, quien auguró que ésta será una exposición impactante: Estoy segura de que de Estados Unidos, Rusia y muchos otros lados van a voltear a verla.

 

Saeta Hernando; voces con alas

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 08 Enero 2018 Visto: 2881

saetaExcélsior
El escritor e ilustrador español presenta en México su libro más reciente, Juan Silbador, que narra la historia de un niño que descubre y sigue su vocación
CIUDAD DE MÉXICO.
Un libro que enseñe a los niños, que les sea útil además de sorprenderlos y hacerlos reflexionar con una buena historia. En esto se centra la búsqueda del artista interdisciplinario español Saeta Hernando, quien para lograr su objetivo echa mano tanto de la palabra como de la imagen.
El escritor, ilustrador, constructor de títeres, diseñador industrial, actor y bailarín, quien vive en Berlín desde hace cuatro años, desea que sus títulos no se queden en la estantería después de ser leídos, sino que tengan una vida larga, que los pequeños lectores se los lleven al parque o al campo.
Así nació la idea, explica en entrevista con Excélsior, del cuento Juan Silbador en la copa de un pino, con el que el sello Nostra lo introduce a México, que incluye al final una guía de aves; y la serie sobre Los Bichopiratas, volúmenes ilustrados que integran un folleto donde se detalla cómo construir marionetas con materiales reciclados, cuyo primer número verá la luz en nuestro país este año.
Saeta Hernando, seudónimo de Alfredo Hernando Torres, se define como un narrador a partir de imágenes. “Para mí, un buen libro ilustrado es aquel en el que la imagen y el texto danzan juntos. Pero la imagen no debe reiterar lo que dice el texto. Hay un equilibrio. Bailan de la mano, pero cada quien su parte”.
Con Juan Silbador... debuta como autor e ilustrador. “El mercado ha evolucionado. Se publican ya muchísimos libros. No da tiempo de estar al día con lo que se edita. Antes todo era más tranquilo, uno podía estar más atento de las novedades y disfrutar la lectura. La calidad de la ilustración también ha crecido. Por eso sentí necesidad de crear tanto la historia como de ilustrarla, porque así se vuelve más singular la propuesta”, añade.
Este cuento tiene un significado especial para Hernando, ya que es, confiesa, una especie de autobiografía. “No me lo planteé para un público concreto, sino sólo quería hacer el libro que a mí me gustaría tener, el que me hubiera encantado leer cuando niño, pero también que les interese ahora a mis sobrinos”.
Hace diez años, dice, hizo el primer boceto de Juan Silbador.... “Surgió primero el texto como una necesidad de externar cosas y después busqué las imágenes apropiadas, el estilo gráfico. He ido aprendiendo a narrar mejor con ilustraciones y con palabras, pues son dos profesiones diferentes”.
Tras la publicación en México antes que en España de este libro “íntimo y cercano”, Hernando prepara para Nostra una serie de obras de teatro infantiles para marionetas.
Detalla que en esta colección narra la historia de una pandilla de insectos, que se llaman Bichopiratas, y viven en los márgenes de un lago que está contaminado por la basura que tira la gente.
SEGUIR AL CORAZÓN

Saeta Hernando explora en Juan Silbador... lo difícil que es para un joven descubrir su vocación y tener el valor de entregarse a ella, aunque ésta esté en riesgo socialmente o sea menospreciada, como la de artista.
Asegura que Juan, el protagonista cuya vida narra desde la infancia hasta la edad adulta, emprende una especie de viaje del héroe. “Por eso casi siempre aparece solo, pero no es porque sea huraño, sino porque es una historia íntima. Las decisiones que va tomando, van marcando el camino de su vida”.
El creador admite que este título es autobiográfico en varias partes. La primera es la enfermedad que sufre el pequeño Juan. “A los cuatro meses tuve bronconomonía. Estuve a punto de morir. El médico, que me atendió en casa, dijo que debía ponerme una inyección muy fuerte para que pudiera llegar al hospital; pero que ésta a la vez podía causarme la muerte. Mis padres se arriesgaron y aceptaron”.
Recuerda que siempre fue un niño enfermizo. “A los siete años tuvieron que sacarme de Madrid, porque padecía bronquitis crónica. Aprendí a silbar porque me inyectaban mucho y el doctor me decía que silbara para que no me doliera. Por eso quise empezar el cuento así. Sacar lo positivo de las partes más dolorosas”.
Especifica que el título del libro evoca el consejo de un profesor de filosofía que tuvo en el bachillerato. “Nos decía que en la vida debíamos hacer lo que nos hiciera felices, aunque fuera silbar en la copa de un pino. Estos dos hechos autobiográficos marcan el libro”.
Y añade que la guía de las aves que hace Juan y, al final, comparte con los lectores, está inspirada en la convivencia con su padre. “Cuando era pequeño y vivíamos en Madrid mi padre criaba pájaros, sobre todo jilgueros y canarios. Recuerdo siempre estar escuchando una cinta con el canto de las aves, en la casa o en el coche. Siempre he tenido esa curiosidad por las aves y empecé a dibujarlas”.
Hernando acepta que le encantaría hacer una guía de aves con anécdotas. “Creo que los humanos cuidamos aquello que amamos y amamos lo que conocemos. Y para conocer algo hay que tener una experiencia directa. La guía es para que los niños puedan salir con sus padres aunque sea al parque, que se interesen en las aves y en la naturaleza, que aprendan a amarla y a cuidarla”.
Finalmente, admite que este cuento hace un guiño a la fábula en forma de novela Juan Salvador Gaviota, del estadunidense Richard Bach, que leyó cuando tenía 18 años. “La temática tiene mucho qué ver: Volar percibiendo tus límites, superándolos y procurar ser mejor cada vez”, concluye.

 

Diccionario de mitos clásicos; iniciador de mitologías

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 05 Enero 2018 Visto: 3028

diccionario Excélsior
Publican un compendio ilustrado que funciona como un acercamiento poético y gráfico a los griegos y romanos
CIUDAD DE MÉXICO.
Los mitos son una de las máximas expresiones poéticas y míticas del destino humano, afirma la escritora María García Esperón, coautora del libro Diccionario de mitos clásicos, un compendio ilustrado que funciona como un acercamiento poético y gráfico a los mitos griegos y romanos en cuyas páginas desfilan personajes como Caronte, Narciso, el Fénix, las Hespérides, Orfeo, Sísifo y Zeus.
En entrevista con Excélsior, García Esperón detalló que este volumen bien podría ser un camino de iniciación para lectores mayores a 11 años, a partir del cual pueden conocer a personajes, divinidades y héroes de la mitología que no han perdido vigencia.
El volumen inicia con el mito de Aracne, un relato que explica por qué las arañas tejen y advierte sobre el carácter divino de esa doncella cuyo personaje tiene una fuerte presencia desde Canadá hasta la Tierra del Fuego y aparece tanto en los tejidos de los colombianos, cuyas bolsas portamos con orgullo, y hasta en el árbol teotihuacano del Tlalocan.
Además, incluye los mitos de Atlas, Baco, Circe, Harmonía, Marte, Medusa, el Olimpo, las Parcas, la Quimera, Rea, Urano y Zeus, entre otros, bajo el sello de ediciones El Naranjo, que ha destinado este diccionario a lectores de 11 a 95 años.
García Esperón recuerda que este proyecto surgió de una conversación entre ella y el poeta español Aurelio González Ovies, autor de libros como La edad del saúco, Esta luz tan breve y Estancia fugitiva, es el coautor de este libro, “a quien descubrí con su libro Vengo del norte, que contiene una expresión poética del destino humano”.
Sin embargo, fue hasta 2015 cuando García Esperón y González Ovies tuvieron numerosos encuentros literarios, hasta trabajar un cuaderno de apuntes con poemas y anotaciones que dos años después se convertiría en una promesa de libro sobre los mitos griegos.
Sobre el trabajo de ilustración, García Esperón apunta que éstas tienen fuertes reminiscencias del artista oaxaqueño Rufino Tamayo, donde se puede observar que consiguió de manera formidable y original una síntesis del lenguaje mítico clásico.
LENGUAJE MÍTICO
Para García Esperón, el tema de la mitología ha sido una de sus constantes desde que inició su trabajo como autora de literatura infantil y juvenil, tal como se puede observar en Dido para Eneas, su anterior publicación.
Aunado a esto, la autora adelanta que ya prepara su próxima publicación que consistirá en un Diccionario de mitos de América, donde los lectores descubrirán que el lenguaje mítico es tan universal que puedes encontrar coincidencias sorprendentes y una riqueza absoluta que puede estar al alcance de niños y jóvenes desde el primer momento.
Cabe señalar que la selección, realizada por el poeta González Ovies, cuidó la equidad entre personajes masculinos y femeninos, aunado a que no se incluyeran mitos que fueran de difícil comprensión para un lector inicial, como sucede en el caso de Yocasta, la reina de Tebas que se casó con su hijo y le dio nombre al muy conocido complejo de Edipo.

 

Muere Aharon Appelfeld, célebre por su libros del Holocausto

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 05 Enero 2018 Visto: 2749

aharonExcélsior
A los 85 años de edad, falleció el prolífico y talentoso escritor israelí Aharon Appelfeld, quien plasmó sus vivencias sobre el Holocausto en obras de ficción
ISRAEL
A los 85 años de edad, falleció el prolífico y talentoso escritor israelí Aharon Appelfeld, quien plasmó sus vivencias sobre el Holocausto en obras de ficción, así como sus memorias y ensayos en 47 libros.
Su más reciente libro, el romance titulado “Perplejidad”, salió a la luz hace sólo unos meses, en septiembre de 2017.
A lo largo de su trayectoria, Appelfeld ganó diversos galardones, como el Premio Israel de literatura 1983 y el Premio Nacional de Libro Judío por ficción 1989.
En 1997, fue nombrado Miembro Extranjero Honorario de la Academia de Ciencias y Artes de Estados Unidos (AAAS, por sus siglas en inglés).
Appelfeld escribió su ficción en hebreo, lenguaje que aprendió a los 13 años, edad a la que arribó a Israel, tras desgarradores escapes y dolorosas experiencias en Ucrania, Rusia y Europa durante y después de Holocausto.

Frankenstein; dos siglos de ser un clásico

Gran parte de la ficción de este escritor nació de sus memorias, como lo dijo en una entrevista para el diario The Independent en 2012.
Su primer libro traducido al inglés fue “Badenheim 1939”, que aún forma de los temarios de clases sobre el Holocausto.
Appelfeld nació en Czernowitz, Bukovina, ahora Ucrania, durante el periodo intermedio de las dos grandes guerras mundiales.
Sus padres se pensaban a sí mismos como europeos y no particularmente judíos, mientras que sus abuelos eran judíos a los que amaba visitar.
Su idílica niñez terminó en 1940, cuando los rumanos tomaron su pueblo y su madre fue asesinada.

Damián Ortega; la escultura como evento

Appelfedl y su padre fueron deportados a un campo de concentración en Alemania, de donde escapó hacia el bosque ucraniano, en donde sobrevivió por sus propios medios.
Años después de ser enviado a Israel en 1946, comenzó a escribir sobre sus desgarradoras vivencias en el Holocausto.
Sus notas breves, incluidas aquellas que hizo en servilletas y trozos de papel, así como sus apuntes, libros y manuscritos, están archivados en la Universidad de Ben-Gurion de Néguev, en Israel.
Estuvo casado con una inmigrante argentina, con quien tuvo tres hijos y con vivía en Mevasseret Zion, cerca de Jerusalén.

 

Con una pluma en lugar de cuchilla Arundhati Roy combate la injusticia

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 05 Enero 2018 Visto: 2689

con una plumaLa jornada
Veinte años después del éxito mundial de El dios de las pequeñas cosas, la escritora y militante izquierdista india Arundhati Roy ha publicado una segunda novela más ardiente y política que nunca.
Con El ministerio de la felicidad suprema, libro poderoso y complejo, la autora prosigue la obra crítica –con la sociedad y el Estado indio– que ha construido en las dos pasadas décadas con decenas de ensayos.
No sólo en India, sino en todo el mundo, está naciendo un sistema económico que divide a la gente, dice la intelectual de 56 años a la Afp. Describo cómo ese sistema destruye a las personas vulnerables en este país, agrega.
Al pensar en la Arundhati Roy novelista, uno recuerda la imagen de la joven que recibió, vestida con un sari de color púrpura, el prestigioso premio Booker en 1997 por El dios de las pequeñas cosas, del que vendió 6 millones de ejemplares en el mundo.
En la entrevista realizada una tarde de invierno en un café de la parte antigua de Nueva Delhi, la escritora sigue luciendo el pelo rizado, pero tiene las canas de una mujer de 56 años. Su pequeña estatura, sus ojos rodeados de kohl, el pausado timbre de su voz y sus sonrisas traviesas sorprenden porque contrastan con la vehemencia de sus textos.
–¿Por qué pasaron tantos años antes de una nueva novela?
–Tardé en recuperarme de El dios de las pequeñas cosas, no sólo por culpa de su éxito material, sino porque, de cierta manera, lo saqué del fondo de mí misma.
El ministerio de la felicidad suprema, novela exuberante con numerosos personajes, pasa de la vida de una comunidad de hijras(transgéneros) de Nueva Delhi a una historia de amor en un ambiente de insurrección en Cachemira.
Aparecen nacionalistas hindúes, la guerrilla maoísta de los bosques del centro del país, la violencia de las castas y los demás temas habituales de la Arundhati Roy militante.
La escritora asegura que tejió esta narración laberíntica a imagen del dédalo urbano de las megalópolis indias. Este libro, redactado a lo largo de 10 años, hay que aprender a conocerlo como se aprende a conocer una ciudad: recorrer sus carreteras grandes y pequeñas, sus patios traseros, sus solares, afirma.
Adulada y odiada
Tan idolatrada por sus lectores como odiada por sus detractores, clarividente para algunos, idealista y caricatural para otros, Arundhati Roy levanta pasiones en su país.
La escritora, acostumbrada a las polémicas, las manifestaciones y las comparecencias ante los tribunales, se ha forjado desde que alcanzó la fama literaria un perfil de intelectual disidente similar al de Noam Chomsky en Estados Unidos.
Me costaría estar en paz conmigo misma si no hablara de lo que pasa aquí, dice para justificar su compromiso intransigente.
“¿Cómo se puede aceptar que se mutile a cientos de personas en Cachemira? ¿Cómo se puede aceptar una sociedad que, desde hace miles de años, decidió que una parte de la población podía llamarse ‘intocable’? ¿Cómo se puede aceptar una sociedad que quema las casas de las poblaciones tribales y las expulsa de sus hogares en nombre del progreso?”, enumera.
Con una pluma afilada como una cuchilla, esta hija de una cristiana de la región meridional de Kerala y de un hindú de Bengala Occidental lucha contra la crispación identitaria de India bajo la férula de los nacionalistas hindúes.
El nivel de comunitarismo y de polarización de la gente nunca había sido tan execrable, asegura. Hay milicias que merodean con ganas de quemar salas de cine, grupos de enormes bigotudos que celebran el sati, una práctica ilegal y rarísima de inmolación de una viuda en la pira funeraria de su marido.
Incasable portavoz de los oprimidos, ecologista, feminista, altermundialista y crítica con el capitalismo, Roy expresa su esperanza de que surja una forma de justicia social de los tumultos del mundo.
Algo nacerá, ya sea de la destrucción total o de una especie de revolución, pero esto no puede seguir así, sentencia.

 

Alimentar la mente

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 05 Enero 2018 Visto: 2943

alimenta laUno de los autores más originales en lengua inglesa del siglo XIX dice que leer es bueno. Pero, ¿qué leer? ¿El TVNotas cuenta?
El célebre autor de Alicia en el País de las Maravillas dictó esta conferencia —sobre la lectura y sus bondades— que nunca antes se había traducido al español.
Una aproximación inusual a la lectura.
Desayuno, comida, té.1 En casos extremos, desayuno, almuerzo, comida, té, cena y un vaso de algo caliente a la hora de irse a la cama. ¡Cuánto esmero ponemos en la alimentación de nuestro afortunado cuerpo! Pero, ¿cuántos 
de nosotros hacemos algo similar por nuestra mente? ¿Y qué es lo que marca la diferencia? ¿Es el cuerpo, con mucho, el más importante de los dos?
De ninguna manera. Si bien la vida depende de que el cuerpo sea alimentado, podemos seguir existiendo como animales —apenas como hombres— aunque la mente esté completamente desnutrida y descuidada. Por lo tanto, la Naturaleza prevé que, en caso de
 serio descuido del cuerpo, sobrevendrán terribles consecuencias: malestar y dolor, hasta devolvernos nuestro sentido de la responsabilidad; así también realiza por nosotros, querámoslo o no, algunas de las funciones vitales más necesarias.
Muchos de nosotros sencillamente enfermaríamos si nos dejaran a cargo de nuestra propia digestión y circulación.
«¡Maldita sea, olvidé darle cuerda a mi corazón esta mañana!», gritaría uno al percatarse de que lleva parado las últimas tres horas. «No puedo dar un paseo contigo esta tarde», nos diría un amigo, «tengo nada menos que once comidas que digerir. Las he estado dejando de lado durante la última semana —estaba muy ocupado—, y mi médico dice que no se responsabiliza de las consecuencias si espero mucho más».
–Entérate cómo todo fluye de la mente al conocimiento–
Pues bien, si, como pienso, las consecuencias de descuidar el cuerpo pueden ser claramente vistas y sentidas, sería bueno para algunos que las consecuencias de descuidar la mente fueran igualmente visibles y tangibles; que pudiéramos, digamos, llevarla al médico y sentir su pulso. [...]
Reglas para alimentar la mente
Teniendo en cuenta la cantidad de experiencias dolorosas que muchos de nosotros hemos sufrido alimentando y medicando al cerebro, pienso que sería muy bueno que, por un rato, tratáramos de traducir algunas de esas reglas corporales a sus correlativas para la mente.
Primera, pues. Deberíamos de preocuparnos por suministrar a la mente su propio tipo de alimento. Desde muy pronto aprendemos qué debemos y qué no debemos hacer con el cuerpo, y no nos resulta apenas difícil rechazar una porción del tentador pudín o pastel que está asociado en nuestra memoria a una terrorífica indigestión y cuyo solo irresistible nombre nos evoca al ruibarbo2 y la magnesia3.
Sin embargo, nos lleva mucho tiempo convencernos de lo indigestos que son algunos de nuestros pasajes literarios favoritos.
Una vez tras otra preparamos comidas con novelas poco saludables, sabiendo perfectamente que nos traerán el consabido bajo estado anímico, desgana para el trabajo, hastío existencial y, en resumen, una pesadilla mental.
Además, tenemos que asegurarnos de que la surtimos de comida saludable en su «justa medida». La glotonería mental —o sobrelectura— es una propensión peligrosa que provoca debilitamiento de la capacidad digestiva y, en algunas ocasiones, pérdida de apetito; sabemos que el pan es una comida buena y saludable, pero, ¿quién se comería dos o tres panes de una sentada?
Oí a un médico decirle a uno de sus pacientes —cuyo comportamiento era el de un simple glotón necesitado de ejercicio— que «el primer síntoma de hipernutrición es una deposición de textura adiposa» y, sin duda, tan grandes y hermosas palabras consolaron enormemente a ese pobre hombre cuyo peso seguía en aumento.
Me pregunto si existe algo parecido a una «mente obesa».
Realmente creo haber conocido a uno o dos de ellos; mentes que tendrían dificultades en mantener el mínimo trote en una conversación, que no podrían saltar una valla lógica ni aunque les fuera la vida en ello, que se atascan rápidamente en estrechos argumentos y que, en resumen, no están en condiciones de hacer otra cosa que no sea andar dificultosamente por el mundo.
–Conoce a Alicia y las mátemáticas–
Por otra parte, aunque la comida sea saludable y en 
su cantidad adecuada, sabemos que no debemos consumir «demasiados tipos diferentes de comida a la vez». Tómate, sediento, un galón de cerveza o uno de sidra, o incluso uno de té caliente, y probablemente 
lo agradecerás —¡aunque no con tantas ganas en el último caso!—. Pero, ¿cómo crees que te sentirías si te ofrecieran una pequeña jarra de cerveza, otra de sidra, otra de té helado, otra de café, una de chocolate y los correspondientes vasos de leche, agua, brandy con agua y leche batida? La suma total sería también un galón, pero, ¿no se sentiría como un puñetazo en el estómago?
Los intervalos
Resuelto lo del tipo, cantidad y variedad de nuestra comida mental, nos resta saber dejar «intervalos adecuados» entre comida y comida, y no tragarla ansiosamente sin masticar, lo que dificulta la digestión.
Sobre los intervalos: son tan necesarios 
para la mente como lo son para el cuerpo, con tan
 sólo la siguiente diferencia: que mientras que el cuerpo requiere tres o cuatro horas antes de poder estar preparado para otra comida, la mente tiene suficiente en muchos casos con sólo tres o cuatro minutos.
Tanto el cuerpo como la mente tienen sus reglas, y las del cuerpo son aplicables, a su vez, a las de la mente.
Creo que el intervalo requerido es menor de lo que normalmente se cree, y, según mi experiencia personal, recomendaría a aquel que ha dedicado varias horas seguidas a pensar sobre un tema que, pongamos una vez cada hora, haga una pausa de cinco minutos, preocupándose por dejar en ese lapso la mente absolutamente en blanco y volverla completamente hacia otros temas. Son asombrosos el ímpetu y la elasticidad que recupera la mente durante estos cortos periodos de descanso.
Y entonces, así como se mastica la comida, el proceso mental que esto conlleva como efecto es simplemente el de comenzar a pensar sobre lo que leemos. [...] Una hora de pensamiento continuo sobre un tema —un paseo solitario es una oportunidad única para este proceso— es mejor que dos o tres de mera lectura.
–Conoce también: Las sombras y su uso matemático–
Y considera, tan solo otro efecto de esta saludable digestión de libros leídos: me refiero al, por decirlo así, hacer alusión a ellos cuando los necesitemos.
Sam Slick4 nos cuenta que aprendió muchas lenguas en su vida, pero que, por alguna razón, no ha podido «mantenerlas parceladas» en su mente. Y muchas veces una mente que corre de libro en libro, sin esperar a la digestión ni poner en orden nada, cae en tal estado que, lamentablemente, su propietario se encuentra lejos de ser capaz de acomodarse al carácter que sus amigos le otorgan: «Es un hombre absolutamente leído. Ponlo a prueba ahora mismo sobre cualquier tema. No lo podrás dejar fuera de juego».
El hombre leído
[...] ¿Reconoces a primera vista a una de las desafortunadas víctimas de una alimentación mental enfermiza? ¿Dudas? Mírala, buscando apresuradamente a su alrededor una sala de lectura, probando comida tras comida —¡perdón!, libro tras libro— sin asimilar ninguno. Primero un bocado de novela; pero no, ¡horror!, no ha hecho otra cosa en las últimas horas que comer y tiene hastiado el gusto. Después una rebanada de ciencia; pero ya sabes qué va a ocurrir; ¡ah!, por supuesto, demasiado duro para sus dientes. Y así continuar todo un cansado recorrido, el mismo que intentó —y en que el que fracasó— ayer, y el que probablemente intente, y en el que fracase, mañana.
Si este ensayo te ha dado algún consejo útil sobre la importancia de la lectura y te ha hecho ver que no es sólo por obligación, sino también por tu propio interés por lo que debes «leer, anotar, aprender y asimilar» los buenos libros que caigan en tus manos, se habrá cumplido su propósito.

 

Alistan actividades por los 100 años del natalicio de Ricardo Martínez

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 05 Enero 2018 Visto: 2793

aliztanLa jornada
El centenario del natalicio del pintor Ricardo Martínez (1918-2009) se cumplirá el 28 de octubre de 2018; de allí que la fundación que lleva su nombre ya prepare una serie de actividades que incluyen un proyecto editorial y un par de exposiciones.
Zarina Martínez, hija del artista, expresa en entrevista con La Jornada que se planea un libro conmemorativo diferente a otros que se han editado sobre mi padre y su obra, en la medida que presenta aspectos hasta ahora poco conocidos, de un enfoque quizá más personal. También pretenden reproducir imágenes inéditas.
Otro eje del homenaje son las exposiciones. Hay una propuesta del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) para montar una muestra en las salas Paul Westheim y Justino Fernández del Palacio de Bellas Artes, de julio a finales de octubre de este año. Dado las reducidas dimensiones de las salas, y en vista de que la obra de Martínez es de formato grande, “pensamos hacer un guión expositivo que sería para obra inédita, desde sus inicios hasta sus últimos trabajos.
Aunque se trate de una exhibición pequeña, queremos que sean cosas muy bien escogidas, que el público no conoce, para darle un giro más personal con algunos objetos, fotografías y cartas, que den una imagen de la persona detrás del artista.
Proyectos
La fundación espera concretar un proyecto con Fomento Cultural Banamex para exposiciones itinerantes en sus casas señoriales en distintas partes del país. También prevé que Canal 22 se interese en hacer un documental y tras conversaciones con la Secretaría de Cultura federal se efectuaría un homenaje en la Sala Ponce del Palacio de Bellas Artes. La entrevistada manifiesta la necesidad de que los jóvenes se familiaricen con la obra de Ricardo Martínez y que se publiquen nuevos enfoques sobre su producción: Aunque existen muy buenos ensayos, es necesario que historiadores del arte más jóvenes traten de estudiarlo.
Otro proyecto para 2018 sería subir a la red el catálogo razonado de obra aún en proceso. En este momento no les parece factible editarlo porque seguramente hay coleccionistas que al enterarse querrán registrar su obra. Tenemos más de mil 600 obras con registro y siguen apareciendo en los lugares más inesperados, como Moscú, España y Francia. También están en pláticas con el Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México para ser parte de otro catálogo que allí se elabora.
–Hay muchas copias, sin embargo son muy fáciles de detectar. Tiene mucho que ver con la técnica, el tipo de tela; incluso el tipo de montaje en los bastidores dice mucho. Es muy posible que haya telas que se desmontaron y volvieron a montar en bastidores nuevos, no obstante nos es fácil detectar qué tipo de grapas usaron. Desde luego la forma de las figuras es inconfundible; es decir, nos han llevado cosas a autentificar que hemos tenido que rechazar porque es evidente que son copias. Parecen pancartas políticas más que cuadros. Hemos tenido que pedirles a algunas casas de subastas que retiren obras atribuidas a Ricardo Martínez que no tienen nada que ver con su estilo ni sus temas.
Sobre el Centro Cultural Ricardo Martínez que en algún momento se pensó instalar en el edificio del otrora Cine Variedades, la entrevistada explica que “por desgracia ese proyecto murió con el cambio de gobierno. A pesar de que intentamos establecer contacto con el nuevo gobierno de la ahora Ciudad de México, nunca obtuvimos respuesta. Parecía como si el proyecto nunca hubiera existido. No he vuelto a ver el lugar, sin embargo, cuando estuve en marzo el cine seguía abandonado, lleno de grafitis.
De repente hay discusiones sobre qué se va a hacer. Todo quedó flotando en el aire y nunca pudimos obtener respuesta de las autoridades. Con el cambio de gobierno de Marcelo Ebrard las personas involucradas en el proyecto se fueron. No hubo continuidad, lo cual es lamentable porque a mi padre le interesaba mucho poner su obra en un centro cultural con su nombre. Incluso tenemos la maqueta del lugar exhibida en la exposición montada en el Museo de la Ciudad de México en 2011. Sí hubo cierto avance en el proyecto, sin embargo no sabemos hasta qué punto éste era virtual.

 

El análisis de la UNAM para restaurar ‘El Caballito’

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 05 Enero 2018 Visto: 2719

EL analisisLa jornada
Ciudad de México. Con equipos sofisticados de tecnología espectroscópica, científicos del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) participaron en el diagnóstico de la estatua de El Caballitode Carlos IV, cuya superficie fue dañada hace cuatro años por formas inadecuadas de mantenimiento.
La estatua ecuestre de Carlos IV es un invaluable ejemplo del arte barroco mexicano, creado por el célebre arquitecto Manuel Tolsá, entonces director de la Academia de San Carlos.
Integrantes del Laboratorio Nacional de Ciencias para la Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural (LANCIC), coordinados por José Luis Ruvalcaba Sil, colaboraron para conocer la composición del metal de la escultura a fin de formular un diagnóstico y contribuir a su restauración.
Los equipos portátiles del LANCIC, especializados en técnicas no invasivas, más la experiencia del grupo de investigadores, fueron fundamentales para su restauración.
En la primera etapa de trabajo, durante 2014, los universitarios encontraron que la composición era 90 por ciento de cobre, y el resto de otros elementos como plomo, zinc y estaño en pequeñas cantidades, distribuidos de manera heterogénea.
El hallazgo fue significativo para la restauración, pues la composición no correspondía a la aleación de bronce (que resulta de la mezcla del cobre con otros elementos) que se esperaba a partir de información histórica.
“También encontramos residuos de pintura y cera de candelilla en la superficie. Fue un trabajo complicado; la primera etapa se hizo con los equipos portátiles en seis días, mientras lo permitía la lluvia y la luz del día. El esfuerzo de investigadores y estudiantes fue agotador, pero exitoso”, indicó Ruvalcaba Sil.
Posteriormente, la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) reiteró la invitación para continuar en el proyecto.
Se hizo un estudio sobre las calas, es decir, toma de muestras no invasivas, para conocer los materiales originales mediante microscopía óptica y espectroscopía de rayos X”.
Los universitarios utilizaron una técnica de medición de la luz llamada espectroscopía de reflectancia, que permite averiguar la naturaleza de los recubrimientos, en particular de la capa que, de acuerdo con Alejandro de Humboldt, era de color verde.
Aunque “no se pudo determinar con exactitud la composición del recubrimiento que le dio Tolsá a la escultura en 1803, pues no hay suficientes elementos”, reconoció el investigador.
La estatua fue restaurada por personal especializado del INAH a partir de los análisis de sus laboratorios y de las instituciones que colaboraron.
La contribución del LANCIC consistió en aplicar la experiencia de su personal y el uso de sus equipos portátiles y estudios de laboratorio, únicos en México, con capacidad de hacer análisis in situ de forma no destructiva.
En el grupo de los universitarios se sabía de la importancia de la escultura, por lo que se debía hacer lo imposible por recuperarla. Es una de las estatuas más grande del mundo. Su peso, de seis toneladas, implica un complejo proceso de su fundición.
Actualmente, el LANCIC está integrado por cinco entidades: los institutos de Física, de Química y de Investigaciones Estéticas de la UNAM, además del Laboratorio de microscopía del ININ en Salazar, Estado de México, y el Centro de Investigaciones en Corrosión de la Universidad Autónoma de Campeche.

 

Historia mínima del libro, entrevista a Tomás Granados

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 05 Enero 2018 Visto: 2736

historiaExcélsior
CIUDAD DE MÉXICO.
El Estado como editor de libros es un mal necesario. Sin embargo, lo mejor sería que el Estado realizara acciones para favorecer la participación de instituciones académicas y de la iniciativa privada, aseguró el editor Tomás Granados Salinas, director del sello Grano de Sal y autor de Libros, donde compila una historia mínima sobre el libro impreso, desde el amoxcalli o biblioteca prehispánica, hasta las ferias del libro de nuestro tiempo.
“Lo ideal es que el Estado deje de ser editor y realice acciones para favorecer la iniciativa privada e instituciones académicas que cumplan con la función que hoy nadie más hace. Lo ideal es que el Estado invirtiera en una suerte de infraestructura para fortalecer la publicación y la circulación”, detalló a Excélsior.
Y aunque algunas de sus librerías Educal funcionan de esta manera, ya que son una inversión donde se pierden recursos que ofrecen un punto de venta en cierta población donde no hay otra, “yo creo que ese punto de venta podría generar una pequeña comunidad lectora y el triunfo de esa política pública sería que la librería cerrara porque ya hay un inversionista privado que decidió abrir una librería. Lo ideal es que la acción del estado se dé donde nadie más hace, pero encauzada a producir condiciones que otros pudieran tomar... y luego desaparecer”.
Otra acción gubernamental que se podría considerar, añadió, es el subsidio en el envío de ejemplares por correo, a través de mensajería, “de tal suerte que esa acción beneficie a las librerías de Chiapas, a las que les resultaría barato recibir los ejemplares en el lugar donde se necesitan”.
¿Se debería revisar el modelo de producción de los libros de texto gratuito a nivel primaria? “Creo que debería suceder lo mismo que ya ocurre con los de nivel secundaria, donde el Estado crea las condiciones para que sean gratuitos para los alumnos, los cuales ya no son editados por el Estado. La política debería ser hacia dejar de ser cada vez más editor, favoreciendo las condiciones para que haya otros editores”.
¿Por qué? “Quizá la acción gubernamental no tiene que ser publicar y abrir librerías en Chiapas, sino encontrar ese engrane donde haya un tercero al que se beneficie. Pero en fin, esa es una opinión mía. Lo que queda claro en Libros, desde el capítulo de los códices hasta el Estado editor, es que la incidencia del Estado en la situación del libro en México es total... es el protagonista”.
¿Es una herencia prehispánica? “Los códices eran obras hechas, la mayor parte, por autoridades pero eran para registros estatales y religiosos. Más tarde el estado novohispano participó en la censura del libro, después promovió las leyes en defensa del derecho de autor. En suma, el Estado ha sido esencial y ha acompañado la historia del libro”.
¿Consideras que el Estado como traductor de obras literarias hace lo suficiente mediante su Programa de Apoyo a la Traducción (Protrad)? “Considero que no se hace lo suficiente en materia de traducción. Y aquí hay un tema que tiene que ver con la política pública respecto de la lengua, no sólo de la industria editorial, sino cuál es el papel del español de México en el mundo. Uno puede limitarse a que sea nuestro y a defenderlo del inglés. La pregunta es: ¿por qué no convertir nuestro español en moneda corriente? ¿Por qué el español mexicano no vuelve a ser el canal, como lo fue entre los años 30 y 50, donde las traducciones de obras esenciales se hicieron en el español mexicano? Ahí tenemos otro campo de oportunidad”.
Libros forma parte de la serie Historia Ilustrada de México, coordinada por el historiador Enrique Florescano, aunque la idea original nació hace casi un lustro, cuando Granados Salinas pensó este libro para la serie Biblioteca Mexicana, que coordina Florescano.
El volumen consta de cinco capítulos: Viejos libros de aquí y de allá; Cosa muy útil y conveniente; Cajones, portales, mesas, sitios electrónicos y stands; De la censura a las regalías; y El Estado editor, acompañado por una nota introductoria, una breve presentación e ilustraciones, grabados y fotografías poco conocidas.
¿Cuál es el planteamiento central de Libros?, se le preguntó a Granados Salinas. “El planteamiento del libro es: un editor de hoy trata de dar respuestas históricas a ciertos problemas que tienen una explicación de siglos. Pero mi conclusión, como autor, es que el libro podría servir para renovar nuestro optimismo por el futuro”.
¿Cómo renovar el optimismo en un país con pocos lectores? “Todo diagnóstico que se haga de la industria actual del libro habla de crisis. Tenemos pocos lectores, poco dinero, los libros son caros y no hay suficientes puntos de venta. Uno puede arrancar con ese diagnóstico desolador y quedarse abatido, pero quisiera que este libro nos mostrara las transformaciones en beneficio del libro a lo largo de siglos porque estos cambios no han ocurrido rápido. Hoy podemos preguntar: ¿Estamos bien ahora? No, pero estamos mejor que nunca”.
¿Qué nos hace falta? “Veo un terreno para el optimismo. Uno puede ver las cifras y decir que esto es imposible y que la tarea nos rebasa a todos. Pero tenemos un gran margen de maniobra en el que se puede ir ganando paulatinamente decenas de miles de lectores”.
En esta recuperación sobre la historia del libro, Granados se sorprendió en dos momentos. Primero al descubrir una imagen de la librería Murguía, que data de principios del siglo XX, donde se observa un diseño similar al de una botica, donde los lectores porfirianos compraban sus ejemplares.
“Esa fotografía es muy bonita porque nos muestra la librería como una botica, con su mostrador y los libros en las paredes, donde uno tenía que llegar a pedir su libro como cuando uno iba a la farmacia para que le hicieran su producto químico. Esa imagen habla sobre la transformación de la librería en los últimos 100 años”.
Otra anécdota que aparece en este volumen, destacó, es la de un impresor español del siglo XVI que tras mandar muchos libros a la Nueva España y descubrir que no vendía lo que él quería, le preguntó a su representante qué libros eran los que se venden juntos. “Digamos que esa anécdota es el precedente de lo que hace un librero de nuestro tiempo, una práctica de los editores que asisten a las actuales ferias del libro”.

 

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