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Cultura y Espectaculos

Pueblos hermosos de Hidalgo poco conocidos

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 23 Enero 2017 Visto: 2881

hidalgo pueblos turisticosJosué Huerta. México Desconocido
Lagos, conventos, bosques y pinturas rupestres se pueden encontrar en estos cinco pueblos de Hidalgo que pocos conocen. Un guía que te ayudará a decidir tu próximo viaje
Los viajeros siempre estamos buscando lugares nuevos para explorar. Nos encanta llegar a sitios poco visitados porque buscamos la emoción que nos produce aprender cosas nuevas, fotografiar otros lugares y contar a los demás las experiencias de nuestras más recientes travesías. Hidalgo sigue siendo uno de los estados con más rincones poco conocidos, pueblos con belleza arquitectónica y valor histórico que nos dejan felices. Te recomendamos algunos de ellos en la siguiente lista:

1. El Chapitel

En la actualidad la celebración del Grito de Independencia es cosa común cada 15 de septiembre, pero no siempre fue así. La primera vez que se conmemoró este hecho histórico fue en 1812 y el evento se llevó a cabo en el balcón de El Chapitel, municipio de Huichapan, en donde hay un pueblito tranquilo y de pequeñas construcciones rojas donde ahora se encuentra un museo con la réplica exacta de la campana con la que el cura Miguel Hidalgo y Costilla dio las primeras campanadas.

2. Acaxochitlán

A todos los que les gusta la tranquilidad y los buenos paisajes quedarán satisfechos con este lugar. Además de sus calles limpias en el lugar está la presa Tejotal en donde se puede realizar pesca, pasear en bote y hasta practicar buceo. El sitio está provistro para el reposo de aves y por las madrugadas y tardes las puestas de sol son maravillosas. No puedes perderte el bosque de pinos y encinos que llenaran tus pulmones de aire limpio y renovador.

3. Cardonal

Arquitectura, gastronomía, naturaleza, pinturas rupestres, todo eso tiene Cardonal. Tu recorrido puede empezar por la Parroquia de la Purísima Concepción, templo de tipo agustino que fue construido en el siglo XVI, aún cuenta con retablos barrocos considerados de los más bellos de México. Luego ve a Real de Minas de Plomo Pobre, un pueblo que se dedicó a la extracción de este material después de la conquista, en el el lugar está el santuario Mepethé, cuyo patrono es el "Jesucristo crucificado" al cual se le atribuyen inumerables milagros. Las pinturas rupestres se encuentran en diferentes puntos arqueológicos, consigue a un guía para que te los muestre.

4. Agua Blanca de Iturbide

Se le considera uno de los municipios más bellos del estado de Hidalgo por su naturaleza, clima y construcciones. Puedes ir a las ruinas de un templo monumental en ruinas construido por franciscanos. Lagos, bosques extensos y viajes en globo por los campos verdes, aquí todo es perfecto para pasar un día perfecto.

5. Metztitlán

Hace 30 mil años hubo un derrumbe de montañas provocando la creación de un lago que ahora se le conoce como laguna Metztitlán, refugio de aves migratorias. El municipio tiene múltiples festejos como la Feria Patronal 4 de julio, el carnaval y el Día del Agricultor, que son el pretexto perfecto para visitar el lugar todo el año. El tejido de vara de sauce es una de las artesanías más conocidas en la zona, cuando vayas allás date una vuelta por los manantiales de San Juan Tlatepexi en donde hay hermosas caídas de agua.

 

¿Por qué comemos tamales el día de la Candelaria?

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 23 Enero 2017 Visto: 3043

 tamal 2017 coyoacan mexico descMéxico Desconocido
Te revelamos el origen de esta deliciosa tradición que nos invita a comer tamales el Día de la Candelaria.
Si te salió el muñequito (Niño Dios) en la Rosca de Reyes, seguramente estás alistando el pago de los tamales para el Día de la Candelaria, y preparándote para disfrutar de la tradicional tamaliza. Sin embargo, ¿sabes qué significa la celebración y por qué "pagas el precio" de sacar el muñequito con tamales y no con otro platillo?

La fiesta de La Candelaria es un rito católico que comienza en la Navidad, con el nacimiento de Jesús. Muchas familias mexicanas colocaron un Nacimiento en su hogar durante las fiestas decembrinas y comieron Rosca el 6 de enero, en un acto simbólico para recordar el día en que Melchor, Gaspar y Baltazar (los Tres Reyes Magos) ofrecieron oro, mirra e incienso al recién nacido niño Jesús.

Aquellos que en su deliciosa rebanada sacaron al “muñequito” se convierten en los “padrinos del Niño” y tienen que ofrendar tamales el 2 de febrero, día en que según la tradición se “levanta” al Niño Dios del pesebre para "vestirlo" y continuar con la ruta católica que pasa por los Carnavales que se festejarán en marzo, la Cuaresma y el Miércoles de Ceniza, hasta terminar con la Semana Santa.

Todavía en los mercados o en las zonas más tradicionales de México, hay lugares donde "visten" a los Niños Dios como parte de esta fiesta popular. El primer año lo visten de blanco, sin corona ni trono. El segundo ya puede llevar un traje de color y es hasta el tercer año cuando lo visten como Rey, como el Emperador del Universo, y le colocan su corona y su trono porque ya puede realizar milagros.

¿Por qué tamales y no otro platillo?

Comer tamales en esta fecha es un capricho gastronómico. Similar a casi todas las fiestas mexicanas, La Candelaria es una mezcla de tradiciones prehispánicas y católicas. Así como se festeja la presentación de Jesús al Templo de Jerusalén, nuestros antepasados conmemoraban el primer día del año azteca en honor a Tláloc, Chalchiuhtlicue y Quetzalcóatl.

Los tamales siempre estuvieron presentes en las ofrendas a los dioses, sobre todo porque están hechos de maíz, el material que los dioses utilizaron para crear al hombre. ¿Recuerdas la leyenda del Popol Vuh, el libro sagrado de los mayas? Bueno, pues éste cuenta que después de varios intentos fracasados por parte de los númenes por crear al hombre con distintos materiales, fue el maíz el que finalmente les permitió darle vida.

Ahora sabes por qué comemos tamales, que se acompañan con atole o chocolate, durante estas fiestas. En realidad es una ofrenda al Niño Dios o a los dioses prehispánicos.

México, una región con gran variedad de tamales

En toda América Latina existen los tamales, aunque se les conoce con otros nombres. En Méxicom particularmente, tamal viene del náhuatl “tamalli” (que significa envuelto) y se dice que somos el país con más variedad de tamales en el mundo.

El tamal es un alimento con base de maíz, relleno de diversos ingredientes, envuelto y cocido en un paquete de hojas vegetales que lo mismo pueden ser hojas de milpa o de maíz, que en hojas de plátano y hasta carrizo, chilaca o papatla.
Éstos son algunos de los más de 500 tipos de tamales que hay en la República Mexicana. ¿Cuál es tu favorito o el más raro que has comido?

En Coatetelco, Morelos: los Tlaconextamalli o tamales de ceniza.
Los tamales de semilla de huazontle, especiales para Semana Santa.
Los tamales de Anís para algunas ofrendas de Día de Muertos.
Los tamales oaxaqueños en la zona del Altiplano y sur del país.
En Aguascalientes: los tamales de frijol con rajas, piña con rompope, piñón con biznaga y dulces de cacahuate.
En Baja California: los tamales de Güemes, con carne de puerco y pollo, aceitunas, pasas y aceite de oliva.
En Campeche: los tamales con una sofisticada salsa de chile guajillo, achiote, jitomate, ajo, cebolla y especias; su relleno contiene, además de la masa y carne de puerco, aceitunas, alcaparras, pasas y almendras. Parecidos los hacen en la costa de Chiapas, agregando zanahoria y papa picadas, chícharos, pimiento y huevo cocido.
En Coahuila y otros estados del norte: los tamales muy pequeños en hoja de mazorca, que suelen rellenarse con carne deshebrada y salsa de chiles secos.
En la Comarca Lagunera: los tamales de espinacas; y en Colima, los tamales regios con arroz y costillas de cerdo.

 

Pedro de Gante, Martín de Valencia, Toribio Motolinía

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 18 Enero 2017 Visto: 2928

ganteeFrancisco Morales. Arqueología Mexicana

La llegada del cristianismo a México está enmarcada no sólo por los documentos pontificios de Alejandro VI (Bulas alejandrinas, 1493) y de Julio II (Bulas del Real Patronazgo, 1508, 1510), sino por el contexto cortesano de Carlos V en el que un grupo de franciscanos belgas, entre los que sobresale fray Pedro de Gante, desarrolló sus ideales misioneros. La misma importancia tiene el ambiente de idealismo reformista franciscano en España, del que fue figura representativa fray Martín de Valencia y, con un tinte más humanista, fray Toribio Motolinía.

Fray Pedro de Gante (1491-1572)

Nueve años mayor que Carlos V, del que se dice pariente cercano (carta a Carlos V, 15 de febrero de 1552), nació, según confesión propia, en “la ciudad de Iguen de la provincia de Budarda” (carta a sus hermanos de Flandes, 27 de junio de 1529). Ni en la geografía antigua ni en la moderna existe la provincia de Budarda. Este nombre geográfico pudo haber salido de una lectura equivocada del texto latino publicado en 1534, en el que se lee “in provincia Bulariae”, que correspondería a la antigua baronía de Boulaere o Boulers en donde, efectivamente, existió un pueblo Yeguen. En cuanto al apellido, Mura, con el que firma la carta de 1529, puede corresponder al flamenco Van der Moere, o de Muer. Ambos apellidos se encuentran en los anales de la ciudad de Gante. En 1610 está fechada una tumba en la iglesia de San Miguel con el nombre de Laureyns de Muer. Igualmente, el apellido Van der Moere se encuentra en muchas familias nobles, cercanas a Carlos V, en la ciudad de Gante.

La educación de Pedro de Gante, según su propio testimonio, fue cortesana. Escribe a Felipe II en 1558: “Desde muy mozo me he ocupado en cosas tocantes al servicio de la corona real, antes de mi conversión”. Si por conversión se entiende su entrada a la orden franciscana, no se tiene la fecha exacta en que ocurrió esa conversión. Se sabe que para los primeros años de la década de 1520, tiempo en el que llegaban a la corte de Carlos V noticias sobre la conquista de México, Pedro de Gante se encontraba, ya como fraile, en el convento de San Francisco de la ciudad de Gante. Allí tuvo relación con fray Juan Glapión, confesor de Carlos V, y con Adriano de Utrech, maestro del emperador y regente de Castilla. En enero de 1522 Adriano fue elegido papa y cuatro meses después, 10 de mayo de 1522, firmaba el breve pontificio conocido como Bula Omnímoda, en el que concedía amplias facultades a los frailes que pasaran a la evangelización de los pueblos americanos. Fray Pedro de Gante, junto con fray Juan de Tecto (Johan Van der Tocht), fray Juan de Aora (Johan Van der Auwera) y fray Juan Glapión, iban para entonces rumbo a España, llamados por el emperador para embarcarse a las recién conquistadas tierras de México. Se pensaba unir al grupo fray Francisco de los Ángeles Quiñones, hermano del conde de Luna y comisario general de los franciscanos de la familia ultramontana (los países europeos de la Europa central de la época). Ni Glapión ni Quiñones lograron su propósito de llegar a México; el primero por muerte en Valladolid en septiembre de 1522; el segundo por haber sido elegido ministro general de la orden franciscana.

Fray Pedro de Gante, con sus dos compañeros, llegó a México el 13 de agosto de 1523. Su primer residencia fue Tetzcoco, en donde comenzó la actividad que caracterizó su vida misionera: la educación de los indígenas. Con especial don para los idiomas, fue uno de los primeros franciscanos que aprendió el náhuatl. Al llegar fray Juan de Zumárraga a México, como obispo electo y defensor de los indios, Gante fue su traductor para comunicar a los indígenas el oficio de defensor que le había encomendado el emperador Carlos V. Entre las obras más conocidas de fray Pedro de Gante está el catecismo testeriano que se encuentra en la Biblioteca Nacional de Madrid (Ms. Vt. 26-9), la Doctrina Christiana en Lengua Mexicana (México, 1553) y la Cartilla para enseñar a leer (México, 1569).

Su obra más destacada es la escuela de San José de los Naturales, en donde para 1530 tenía más de 500 estudiantes. En sus cartas menciona siempre la enseñanza de la lectura, escritura, canto y predicación. Otros cronistas del siglo xvi nos informan que también se enseñaban los oficios de “cantería, carpintería, sastres, zapateros y herreros”. Añaden que también se enseñó a “pintar y allí se hacían las imágenes y retablos para los templos de toda la tierra” (Mendieta, Historia eclesiástica indiana, lib. V, cap. 17). Actividad menos advertida, pero que se encuentra muy clara en sus cartas, fue su enérgica defensa de los indígenas. Con palabras tan duras como las de Bartolomé de las Casas, escribía a Carlos V en 1552 que los españoles daban mejor trato a sus perros que a los indios.
Aunque nunca quiso ser sacerdote, los indígenas lo consideraron más importante que el arzobispo de México. El amor a su maestro lo plasmaron en un memorable canto en náhuatl que todavía en vida de fray Pedro de Gante entonaban: “Libro de colores es tu corazón, padre Pedro, lo que son tus cantos que a Jesucristo entonamos, tú los haces llegar a San Francisco, el que vino a vivir en la tierra” (León-Portilla, 1965, p. 79). Murió en el convento de San Francisco de México en 1572.

Fray Martín de Valencia (ca. 1474-1534)
Guía espiritual e imagen idealizada de los primeros franciscanos que llegaron a México. Su primera biografía fue escrita tres años después de su muerte por un compañero y confidente suyo, fray Francisco Jiménez. Tres o cuatro años más tarde, entre 1540 y 1541, otro notable compañero suyo, fray Toribio Motolinía, escribió otra breve biografía completando los datos de fray Francisco Jiménez. De estas dos biografías, escritas por contemporáneos y compañeros suyos, la imagen que más sobresale es la de un fray Martín de Valencia de fuerte espiritualidad reformista, combinada con un idealismo misionero y ascetismo místico, comportamientos que en sus primeros años de fraile le produjeron problemas con sus superiores y que, inclusive, lo llevaron a intentar el cambio de su vocación franciscana por la de los cartujos.

Fray Martín de Valencia nació en la villa de Valencia en el reino de León. Poco se sabe de su formación franciscana, aunque sí consta su interés por los escritos de la corriente de pensamiento llamada de “los franciscanos espirituales”, caracterizada por su radicalismo en la observancia de la pobreza. Su biógrafo, fray Francisco Jiménez, nos dice que durante su noviciado tuvo entre sus lecturas favoritas el libro De Conformitate, de Bartolomé de Pisa, uno de los grandes escritores de esa tendencia. Su afición por tal movimiento radical la expresó de manera muy evidente en la década de 1500, al intentar formar parte de una custodia franciscana en Portugal, fundada por fray Juan de Guadalupe, en abierta oposición al movimiento reformista moderado promovido en España por el cardenal fray Francisco de Cisneros. La Provincia de Santiago de Compostela, a la que pertenecía fray Martín de Valencia, lo rescató de esa disidencia y le concedió fundar en Belvis de Extremadura una ermita, Nuestra Señora del Berrocal, que junto con otros conventos cedidos por esa provincia, fueron la base para la posterior fundación de la provincia de San Gabriel, de la que salieron los “doce primeros franciscanos”, que bajo la dirección de fray Martín de Valencia llegaron a México en 1524.

Estos rasgos de su formación y trayectoria franciscanas resultan importantes para valorar su participación en la implantación del cristianismo en México. Su apasionado entusiasmo por el retorno a los ideales originales de la orden nos aclaran la gran estima que gozó entre sus frailes contemporáneos, así como los altos puestos que desempeñó, primero como provincial de la provincia reformada de San Gabriel en España (1519-1522) y posteriormente como custodio (superior) de los franciscanos en México (1524-1527 y 1530-1533). Su figura espiritual fue un singular estímulo para sus hermanos de la primera época, empeñados en una tarea que sobrepasaba con mucho el acervo cultural con que llegaron a México. Estudios recientes comienzan a apreciar la influencia que esa espiritualidad tuvo en la evangelización de México (Turley, 2014). Pero, por otra parte, la misma radicalidad reformista está detrás del comportamiento, y sobre todo del rigorismo, con que trató a los recién convertidos que continuaban practicando su antigua religión, como se constata durante el trienio en que fue superior en la ciudad de Tlaxcala (1527-1530). Su gran confidente, fray Francisco Jiménez, nos revela el desencanto de fray Martín de Valencia en esos primeros años, por no encontrar el pueblo ansioso de recibir la fe católica que en sus sueños místicos había imaginado, desencanto que, inclusive, lo impulsó a intentar la búsqueda de otros pueblos más aptos para el cristianismo. No hay que olvidar, por otra parte, que su rigorismo se aplicó igualmente a los conquistadores, según lo indica el acta del Cabildo de la ciudad de México del 28 de julio de 1525, en la que se le acusa de “entrometerse en usar jurisdicción civil y criminal” (Actas de Cabildo, I, p. 41).

La gradual experiencia de sus hermanos, y sobre todo su profunda espiritualidad, lo llevó a aceptar, aun en contra de su parecer, según su biógrafo Jiménez, las posturas más abiertas de los otros misioneros en relación con la conversión de los naturales. En su carta de junio de 1531 al comisario general de la orden, fray Matías Vueinssens, hace la siguiente descripción de los avances de la cristianización: “Aprovechan mucho en la doctrina cristiana, y tienen mucha afición a las cosas que son de nuestra santa fe católica, y las aprenden más presto y mejor que los hijos de los españoles” (Mendieta, Historia eclesiástica indiana, lib. IV, cap. 15).

Los últimos meses de vida los pasó muy enfermo, descansando en el punto de donde había partido a su misión evangelizadora, el desierto contemplativo, ahora trasladado de las tierras yermas de Extremadura al entonces iluminador valle de México, en la ermita de Amecameca. Murió en Ayotzingo (estado de México), en su camino hacia el convento de San Francisco de México, el 21 de marzo de 1534.

Dr. Francisco Morales, O.F.M. Doctor en historia por la Catholic University of America (Washington, D.C.). Sus investigaciones versan principalmente sobre los aspectos sociales y culturales de los franciscanos en México durante el virreinato. Director del Centro de Estudios Franciscanos en Humanidades Fray Bernardino de Sahagún, en la Biblioteca Franciscana de Cholula, Puebla.

Morales, Francisco, “Pedro de Gante, Martín de Valencia, Toribio Motolinía”, Arqueología Mexicana núm. 127, pp. 37-42.
Texto completo en la edición impresa. Si desea adquirir un ejemplar:
http://raices.com.mx/tienda/revistas-la-llegada-del-cristianismo-a-mexico-AM127

 

Los pasadizos secretos debajo de Puebla

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 18 Enero 2017 Visto: 2995

tunel puebla ciudad subterraneoMéxico Desconocido
En el interior encontraron balas y ballestas. Investigadores creen que los túneles pudieron ser utilizados por el Ejército de Oriente para emboscar a la milicia francesa en 1862
En 1862 el mundo no podía entender cómo es que el ejército francés, considerado el más sanguinario y ambicioso de la época, fuera derrotado el 5 de mayo en Puebla por la pequeña milicia mexicana, la fecha quedó guardada en la memoria nacional como un símbolo de la resistencia del pueblo a la invasión extranjera.

Por 154 años nadie se imaginaba que la respuesta al enigma estuviera bajo los pies de los poblanos, justo a cinco metros de profundidad. Hablamos de un sistema de túneles de los cuales todos habíamos escuchado hablar, pero que fueron recientemente descubiertos y rescatados para que sean visitados por cualquier persona; dichos túneles pudieron haber sido usados por los mexicanos para poder entrar y salir por diferentes puntos del territorio poblano y así emboscar a los enemigos.

Pero en toda esta historia aún hay cabos sueltos que deben atarse, por ejemplo: ¿por qué no hay documentos oficiales que hablen de estos túneles? ¿En verdad se trataba del secreto mejor guardado del gobierno del presidente Benito Juárez?

Oro Noticias
Foto: Oro Noticias

Sergio Vergara Berdejo es titular de la Gerencia del Centro Histórico de Puebla, comenta que los túneles tienen técnicas de construcción de los siglos XIX y XVIII, es decir un siglo previo del conflicto entre Francia y México. Esto nos hace pensar que el ejército mexicano de la época era de los pocos que tenía conocimiento sobre la existencia de los pasadizos e incluso, es posible, que ellos fueran quienes los ampliaran, pero entonces ¿quién los construyó por primera vez?

Tras el hallazgo de la primera puerta a los túneles por las obras del desnivel la exploración de la red subterránea comenzó junto con el retiro de tierra y lodos encontrando en el trayecto balas y ballestas de madera, lo que refuerza la hipótesis de que el espacio fue utilizado con fines estratégicos y militares.

Oro Noticias
Foto: Oro Noticias

Además de las rumores entre la población poblana sobre la existencia de túneles debajo de la ciudad, una publicación de 1929 describía algo que la gente llamaba "La Cueva del Diablo" detrás del edificio que ocupaba la Escuela Vocacional, el cual parecía ser el inicio de una oquedad en la que los ladrones dejaban los grandes objetos que robaban.
Tras la rescate e iluminación de los túneles pueden ser visitados por quienes así lo deseen.
¿Dónde?
Bulevard Héroes del 5 de Mayo sin número Esquina 3 Oriente.
Barrio de Analco, Puebla, Puebla
Horario: Martes a domingo

 

Los tipos de sombreros más populares de México

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 18 Enero 2017 Visto: 4826

tipos sombreros mexico 550 sombrero charroMéxico Desconocido
Del calentano al de jipi. Te llevamos a descubrir los tipos de sombreros más populares de México que son una verdadera obra de la artesanía nacional.
Sombrero que no da sombra, no es ni sombra de sombrero”.
- Dicho popular
En México, el sombrero es una de las prendas de vestir más icónicas. Tal vez esto se deba a que a partir de la llegada del cine y la televisión a nuestro país, la imagen del charro mexicano con sombrero le dio la vuelta al mundo, convirtiendo este accesorio en un símbolo emblemático de los mexicanos.

Con el paso del tiempo y el cambiar de las modas, los sombreros dejaron de usarse , sobre todo en las capitales de los estados; sin embargo, muchos hombres siguen portando esta prenda, no sólo por tradición, sino por necesidad, pues vaya lo útil que es para cubirse de los intensos rayos del sol.

Entre la basta variedad de sombreros que existen en México, muchos de ellos usados en danzas tradicionales -como los vistosos sombreros de los chinelos o los coloridos sombreros de paja con listones de los “viejitos” de Tarecuato, Paracho o Charapan- existen algunos tipos sombreros cuyo uso sigue siendo cotidiano, pero no te dejes engañar, pues tras estas prendas existe un gran trabajo artesanal.

A continuación, te presentamos los tipos de sombreros más populares de México que se usan contantemente, ¿cuál te gusta más?
Sobrero calentano

En la región de Tierra Caliente (región conformada por algunos municipios de los estados de Michoacán, Guerrero y Estado de México) verás a los hombres portar unos sombreros de palma de ala amplia y curveada con un listón o cinto de color negro, a este tipo de sombrero se le conoce como "calentano".

El sombrero calentano es originario de Tlapehuala, Guerrero, lugar donde los artesanos los elaboran con la fibra natural de la palma real; también utilizan la palma verde de Chilapa. El costo de este tipo de sombreros varía según esté hecho, si es cosido a mano y tiene más vueltas de las comunes será más caro.
Sombreros de jipi

En Bécal, en el municipio campechano de Calkiní, encontrarás el tradicional sombrero de jipi (también se le conoce como sombrero panameño). Este destino se ha convertido en el lugar ideal para comprar este tipo de sombreros elaborados con el jipi, una palma que mide entre uno y dos metros de altura y que de sus hojas se hacen estos sombreros y demás artículos; el ambiente del recinto da flexibilidad al material, facilitando el trabajo y evitando que las hojas se quiebren.

De acuerdo con las crónicas de la “Monografía de Bécal”, de Rolando Pérez Rosado, el primer sombrero de jipi fue tejido en 1872.
Sombrero de Charro

En Tizayuca, Hidalgo, la sastrería charra se ha convertido en un arte mayor. En este destino existen familias enteras de artesanos que se dedican a la elaboración de elegantes y finos ajuares de charro, y uno de los elementos que no le puede faltar a ningún charro es el sombrero.

El sombrero charro se caracteriza, generalmente, por estar elaborado de pelo o de lana, aunque también los hay de palma, que es más sólido y menos pesado. Además de Tizayuca, este tipo de sombreros también son muy típicos en algunos municipios de Jalisco.
Texana

Al norte del país, el estilo de sombrero más popular es el norteño, occidental o tipo texano, y el cual se ha distinguido por ser usado en el norte de México y el sur de los Estados Unidos.

Este sombrero está hecho de filtro, lana, piel de conejo o pelo de castor o chinchilla. También los hay de hormas diferentes, como la cerrada, la duranguense o la cuadrada.
Elige el sombrero ideal para viajar
Si te vas de viaje, no dudes en llevarte un sombrero. Esta prenda puede ser de gran utilidad, sobre todo si vas a un destino con clima caluroso. Te compartimos este video con algunos tips para que elijas el indicado.
¿Cuál es tu sombrero favorito?

 

Don Quijote, ¿una de las fuentes del sicoanálisis que inventó Freud?

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 18 Enero 2017 Visto: 2824

ggEl autor expone esta aseveración en un libro que publicó tras casi tres décadas de investigación
El genio austriaco aprendió español para leer la novela en su idioma original
Mónica Mateos-Vega. Periódico La Jornada
¿Quién fue el primer sicoanalizado de la historia? Don Quijote de la Mancha, responde el escritor Carlos Chávez Macías (1947, Morelia) en su reciente libro, en el que profundiza en la idea de que la lectura de la obra maestra de Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616) fue una de las fuentes principales de Sigmund Freud (1856-1939) para la invención del sicoanálisis.

Chávez Macías, sicoanalista lacaniano, se enganchó con el tema en 1990, cuando leyó en los diarios una reseña de la conferencia impartida por el doctor Antonio Santamaría Fernández.

Escribió varios artículos, publicados primero en la revista Intensa, que él mismo editaba, y después presentó una ponencia en el Coloquio Cervantino Internacional, en Guanajuato, a invitación de Eulalio Ferrer, principal impulsor de ese encuentro.

Casi tres décadas de investigación están plasmadas ahora en el libro Don Quijote, primer sicoanalizado de la historia: la probable influencia de Miguel de Cervantes en Sigmund Freud (editado en Porrúa Print), en el que Chávez Macías juega con la propuesta literaria de la novela para exponer también temas de sicoanálisis.

Desvirtuado

En entrevista con La Jornada, el autor considera que “Freud ha sido muy desvirtuado tanto por quienes no lo han leído como por quienes no lo han entendido, o cuando lo han traducido mal. Entre otros aspectos, en este libro esbozo que Freud afirmaba que no es casual que las tres grandes obras de la literatura: Edipo rey y Hamlet, ambas de William Shakespeare, y Los hermanos Karamazov, la última novela del escritor ruso Fiódor Dostoyevski, tratan el tema del parricidio. También El Quijote lo hace cuando el ingenioso hidalgo fantasea con matar gigantes, que es la figura del padre a nivel inconsciente.

“Hay muchos conceptos sicoanalíticos en la novela de Cervantes, a veces un poquito lacanianos, como cuando Sancho Panza a cada rato señala: ‘donde no se piensa, salta la liebre’; nosotros decimos: ‘donde no se piensa, brinca el inconsciente’.

“El Quijote se enferma al leer, según Cervantes, y sana al final de la vida, ¿por qué? Porque se lo ha contado todo a Sancho, quien funciona de sicoanalista. Las palabras leídas enfermaron, las palabras habladas sanaron. ¿Qué fue lo importante? La escucha, como es para los sicoanalistas. Las personas que van a consulta para que el sicoanalista les diga qué hacer no entienden que eso va en contra del sicoanálisis; lo importante es que uno hable y el otro sepa escuchar.

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En su obra Don Quijote, primer sicoanalizado de la historia: la probable influencia de Miguel de Cervantes en Sigmund Freud (de venta en La Jornada), Carlos Chávez Macías juega con la propuesta literaria de la novela para exponer temas de sicoanálisisFoto imagen de la portada del libro
“Resulta también interesante tratar de averiguar por qué Freud no reconoció en ninguna de sus obras la influencia de Cervantes en su teoría sicoanalítica, cuando fue una obra importante para él, a grado tal que aprendió español para leerla en su idioma original. Investigué en los propios documentos en los que Freud analiza sus sueños, olvidos y pérdidas y tomé tres aspectos: el olvido en una lista de libros, el olvido de una conversación y el de un nombre; en todo ello encuentro que a Freud no le gustaba no ser original. Posiblemente ese fue el mecanismo que lo hizo posteriormente olvidar a Cervantes, aun cuando lo cita en Tótem y tabú, por ejemplo, de tal manera que debió tener a un lado la novela. “Por supuesto, todo ello no quita mérito a Freud y nos lleva a la preciosa aventura del inconsciente que es el sicoanálisis, que a su vez me llevó a la literatura, pues, por supuesto, también cuando uno lee El Quijote, éste no te suelta”.

Chávez Macías reitera que su investigación literaria fue un magnífico pretexto para exponer temas sicoanalíticos, pues “los lacanianos a veces son muy oscuros en sus discursos, no se entiende nada. Por eso también en mi revista procuré ser muy claro en los conceptos, pues un sicoanalista debe servir, no tener un poder. El éxito o fracaso de cada sesión es de la persona que está en el diván, no al contrario.

“El Quijote me sirvió para poder hablar de estos asuntos, sobre todo, de los peligros del sicoanálisis por las consecuencias que pueden darse. Por eso pienso que este ensayo puede ser una buena introducción al sicoanálisis, para que los lectores conozcan qué ocurre durante el proceso sicoanalítico, lo cual explico aquí con claridad”, concluyó el autor.

El libro Don Quijote, primer sicoanalizado de la historia: la probable influencia de Miguel de Cervantes en Sigmund Freud, de Carlos Chávez Macías, se puede adquirir en la librería de La Jornada (avenida Cuauhtémoc 1236, entre Municipio Libre y Miguel Laurent, en la colonia Santa Cruz Atoyac).

 

Canciones de José Alfredo Jiménez, para terapia emocional

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 18 Enero 2017 Visto: 2591

Homenaje Jose Alfredo Jimenez 3Notimex. La Jornada
Exposición fotográfica sobre el cantautor José Alfredo Jiménez. Foto Cuartoscuro
Dolores Hidalgo, Gto. A más de cuatro décadas de fallecido el cantautor José Alfredo Jiménez, el escritor Leopoldo Barragán Maldonado asegura que las canciones del compositor pueden usarse como terapia para las emociones.

Barragán Maldonado, un estudioso de José Alfredo Jiménez, publicó recientemente Entre Dolores y Remedios. Tributo a José Alfredo; y su hija Paloma Jiménez Gálvez, realiza el prólogo.

El especialista destacó: “El libro ya está a la venta en Colima y en Dolores Hidalgo, y el estudio arroja que las letras de José Alfredo Jiménez se pueden usar como terapia para controlar trastornos de carácter emocional”.

El investigador abundó que para esta publicación recopiló experiencias a lo largo de más de un año en personas con conflictos emocionales, incluyendo al sobrino de José Alfredo, de nombre José Azanza Jiménez.

“Parto desde el punto de vista de la filosofía, no refiero a ningún autor específico, porque José Alfredo con su gran amplitud de horizontes, no podemos encasillarlo en una sola escuela, sino que me apoyo en varios filósofos para deducir la aplicación de la lírica del guanajuatense como ayuda terapéutica”.

“Es un trabajo a conciencia, enfocado a trastornos como la angustia, la depresión, la soledad y la tristeza, por mencionar algunos, que pueden tener alivio en la persona afectada al escuchar las canciones de José Alfredo”.

Leopoldo Barragán Maldonado indicó que el libro fue publicado por la Secretaría de Cultura del Estado de Colima con mil ejemplares de tiraje: “Con vistas a una segundo tomo, porque aún hay muchas canciones que analizar del cantautor guanajuatenese”.

Al respecto, Paloma Jiménez Gálvez, indica que Barragán Maldonado lleva al lector a pensar y soñar, bajo el cuestionamiento ¿Será el dolor la causa eficiente en la búsqueda del remedio?, para luego afirmar que dolor y remedio son un binomio inseparable.

“Las letras de las canciones de mi padre alivian, consuelan, aportan bienestar y serenidad, mitigan de cierta manera la incertidumbre y la desesperanza; funcionan como antídotos, antibióticos, analgésicos y antidepresivos”.

 

Carlos Pellicer (1897-1977); se cumplen 120 años del natalicio del poeta

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 18 Enero 2017 Visto: 2964

pellicerMañana se conmemora el 120 aniversario del natalicio del tabasqueño, a quien se le recuerda como un bardo que le cantó al mediodía y al sol
VIRGINIA BAUTISTA. EXCÉLSIOR
Foto: Ricardo Salazar. Cortesía Academia Mexicana de la Lengua. Tomada de www.academia.org.mx/
CIUDAD DE MÉXICO.
El poeta Carlos Pellicer (1897-1977) fue “un hombre que le cantó a la luz, al mediodía, al sol”, sostiene el ensayista y editor Pável Granados. “Amó a la naturaleza, sabía estar dentro de ella; era prolífico y bondadoso. Tuvimos una relación de las que marcan la vida”, comenta su sobrino Carlos Pellicer López.

Integrante de la famosa generación de Los Contemporáneos, secretario privado de José Vasconcelos, alfabetizador en las vecindades, maestro atípico, museógrafo y ex senador por Tabasco, su estado natal, Pellicer es recordado en el marco del 120 aniversario de su natalicio, que se conmemora mañana.

Gabriel Zaid lo considera con toda justicia uno de los grandes poetas católicos de México, pues alcanzó a tener una perfección métrica muy notable”, afirma Granados.

El estudioso de la poesía mexicana explica que, ya de entrada, “Los Contemporáneos son la generación más antigua con la que todavía los escritores de hoy se pueden hablar de tú. Son autores que no necesitan pies de página para ser comprendidos. Son los poetas de quienes quizás hemos recibido la influencia más importante.

Y Pellicer, entre ellos, es el poeta a quien nos podemos acercar con más facilidad, porque contradice lo que siempre se opina de la poesía mexicana. Se ha dicho que los vates mexicanos eran apesadumbrados, que escribían de cosas tristes, que eran melancólicos, que la hora de la poesía mexicana era la de la tarde y la de la noche. Y Pellicer fue un hombre que le cantó a la luz, al mediodía, al sol”, agrega.

El autor de El ocaso del Porfiriato. Antología histórica de la poesía en México (1901-1910) advierte que a Pellicer la luz lo ayudó a modelar el paisaje de una manera muy moderna. “Le gustaba la vanguardia y le cantó al progreso técnico, a las nuevas formas pictóricas, a los aviones. Fue el primer poeta que hizo un poema de un pueblo, pero visto desde el cielo, desde una avioneta”.

Destaca que el autor de Horas de junio “fue alguien que se exigía mucho a sí mismo, buscaba escribir un soneto diario. Se iba a la playa, en Villahermosa, nadaba y escribía un soneto, y hasta que lo terminaba se regresaba a su casa.

Tres tomos reúnen su poesía completa. Fue muy prolífico. Todo le llamaba la atención: lo cotidiano, lo histórico. Fue quizá de Los Contemporáneos el único poeta de izquierda porque le cantó al Ché Guevara, a Simón Bolívar y a la Revolución cubana”, añade.

El coautor, con Miguel Capistrán, de la antología de poemas sobre la Revolución Mexicana El edén subvertido señala que Pellicer, por otra parte, fue gran admirador de Vasconcelos, quien lo mandó como delegado estudiantil a Sudamérica, de cuyo paisaje se enamoró.

“Fue alumno en la Preparatoria Nacional, se educó con los Ateneístas. Su maestro de filosofía fue Antonio Caso, a quien le pedía que escuchara sus poemas, se los leía por horas y al final Caso le decía que eran pésimos, que debía seguir escribiendo. Pero nunca se desanimó.

Era admirador de Salvador Díaz Mirón y un hombre profundamente religioso. Hay algo de culpa cristiana en su poesía. Cada año montaba un nacimiento distinto en su casa de las Lomas de Chapultepec. Escritores, pintores, filósofos y ciudadanos iban a visitarlo durante las posadas y en la Navidad. Él escribía cada año poemas dedicados a ese nacimiento. Era una tradición”.

Pero el Pellicer con el que se queda Pável Granados es quien escribió en 1941 Recinto, un poemario íntimo que habla del amor homosexual: “Aquí se revela otro Pellicer. Él fue un poeta homosexual, pero no lo asumió nunca. En este libro se hace un guiño a los sectores que lo pueden comprender, por eso comienza diciendo “Que se cierre esa puerta que no me deja estar a solas con tus besos”. Este es un poemario de penumbra, de amor secreto, de alguien que va por la calle buscando a otras personas que lo entiendan”, dice.

El tío consentido

El ilustrador y artista plástico Carlos Pellicer López (1948) tenía 29 años de edad cuando su tío Carlos Pellicer murió en la Ciudad de México en 1977, así que convivió mucho tiempo con él, compartieron viajes por el país y el extranjero e incluso le ofreció el tercer piso de su casa para que lo convirtiera en su estudio de pintura.

Tuvimos una relación de las que marcan la vida. Yo tenía cuatro años cuando nos mudamos a la casa de Chapultepec, que se construyó al lado de la de mi tío, por voluntad de los hermanos (mi papá y él) de vivir juntos. Era muy fácil asomarse a su casa y, por fortuna, desarrollamos una relación extraordinaria. Para mí era ‘el tío’”, recuerda.

El egresado de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM evoca los “viajes inolvidables” que realizó con el poeta. “Aprendí mucho con él, de su amor por la naturaleza y de cómo se mantuvo muy activo hasta el final de su vida. Falleció un mes después de cumplir 80 años. El próximo 16 de febrero se conmemoran cuatro décadas de su muerte”.

Asegura que, hacia 1976, cuando ya había tomado posesión de su curul como senador por Tabasco, Pellicer se iba caminando de su casa al Paseo de la Reforma, una cuadra, y ahí tomaba el autobús que lo llevaba a la Cámara de Senadores. “Es una de las memorias que guardo, porque lo describe muy bien. Me gustaría mucho que nuestros legisladores ahora se movieran en transporte público”.

A la muerte de su tío, Pellicer López se encargó de organizar el archivo del autor de los poemarios Colores en el mar y otros poemas (1921) y Cuerdas, percusión y alientos (1976), que donó a la UNAM hace unos 15 años.

De una primera labor de escaneado que se hizo, digamos en cuanto a los manuscritos y la correspondencia, debe haber como 50 mil documentos, además de alrededor de cuatro mil fotografías”.

Destaca que lo que hace más rico a este acervo, aún poco estudiado, es que incluye diversos documentos de su abuelo, Carlos Pellicer Marchena, todos sus libros de farmacia, los recetarios de la abuela Deifilia Cámara, madre del poeta, y fotografías de la familia.

A mi tío le gustaba conservar sus manuscritos. No los tenía en orden, era de un desorden ilimitado, él mismo no sabía dónde estaban las cosas nunca. Pero de su obra poética se conserva el 70 u 80 por ciento de sus manuscritos. También está su obra en prosa, aquí hay bastantes documentos que no se han publicado”, indica.

Finalmente, como artista plástico revalora la propuesta museográfica de Carlos Pellicer. “Es una faceta que no se ha estudiado como debiera. No conozco un estudio arquitectónico que analice con profundidad el Parque de La Venta (Tabasco), donde montó un museo al aire libre apoyándose en los elementos vegetales y animales, a orilla de la laguna. Contempló que ahí anduvieran libres los venados, coatíes y monos araña. Es un ejemplo único en el mundo”.

Concluye que el creador de museos como la Casa Azul de Frida Kahlo y el Anahuacalli, que a partir de sus remodelaciones han perdido su propuesta museográfica original, “fue un pionero e innovador en este rubro”.

El poeta que empezó a escribir sus sonetos mientras vendía los dulces que preparaba su madre y el maestro que recorría con sus alumnos las calles de la ciudad y los llevaba a visitar iglesias y zonas arqueológicas descansa en la Rotonda de las Personas Ilustres.

 

Mexicas; expertos en usar colores

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 18 Enero 2017 Visto: 2853

mexicassEl arqueólogo Leonardo López Luján asegura que en Tenochtitlán se usaron dos gamas cromáticas distintas
LUIS CARLOS SÁNCHEZ. EXCÉLSIOR
Foto: AP/Archivo
CIUDAD DE MÉXICO.

El color fue importante entre los mexicas; escultores, pintores y tlacuilos usaron al menos dos diferentes paletas cromáticas para embellecer sus obras. El arqueólogo Leonardo López Luján afirma que los últimos estudios han revelado que en la antigua Tenochtitlán se utilizaron dos gamas diferentes de color: una, limitada a sólo cinco colores, que se utiliza en la escultura monumental y en la pintura mural, y otra mucho más extensa, en la que se han identificado hasta 19 tonos diferentes y que se usó para la elaboración de códices.

El director del Proyecto Templo Mayor dice que la primera paleta pictórica estaba compuesta por los colores azul, rojo, ocre, blanco y negro, todos de origen mineral, y que eran aglutinados en la superficie a través de un pegamento o mucílago que se obtiene del seudobulbo de la orquídea. En cambio, la variedad pictórica que se usaba en los códices llegó a incluir “tonos violáceos, varios tonos de rojo, de azul, el verde que no existe en la pintura mural y en la escultura y a diferencia de la otra paleta, los colores son orgánicos, vienen de vegetales, de plantas, raíces y animales”.

El color será el tema que reunirá a más de 15 especialistas. Bajo el título Color Tlapalli. El cromatismo en el arte grecorromano y mexica, investigadores de todo el mundo se reunirán a partir del lunes próximo en El Colegio Nacional para presentar las últimas investigaciones que han realizado en torno al color y su relación con el arte antiguo. López Luján funge como coordinador del encuentro junto con Eduardo Matos Moctezuma; también participaron en la exposición El color de los Dioses que se exhibió hasta el domingo pasado en el Palacio de Bellas Artes y de donde derivó el coloquio.

Los investigadores aún no saben con certeza por qué los mexicas distinguieron tan marcadamente dos paletas cromáticas, pero ya tienen algunas teorías. “En el caso de la pintura y la escultura probablemente utilizaron una paleta restringida, porque son colores minerales de alta resistencia, y la pintura mural y la escultura casi siempre estaban a la vista de todos, a la intemperie; se requería de colores de mucha resistencia. Pero también suponemos que utilizaron estos cinco colores, por su simbolismo, tienen que ver con los cuatro extremos del Universo y con el centro. Una investigadora francesa dice que también tendrían que ver con los cuatro colores básicos de las mazorcas y de las hojas del maíz”.

En los códices, en cambio, la variedad cromática tuvo simbolismos más profundos. Al tratarse de pigmentos orgánicos eran más vulnerables de perderse, aunque como se trataba de documentos que serían guardados, los aztecas debieron pensar que no requerían colores tan resistentes. Lo cierto es que hoy hay pocos ejemplos de cromatismo tan conservado como el de la Tlaltecuhtli, escultura hallada el 2 de octubre de 2006 y exhibida hoy en el Museo del Templo Mayor.

Pero, ¿por qué el encuentro también se ocupa de la escultura griega y romana, siendo que se trató de civilizaciones tan distantes a la mexica? “Griegos, romanos y mexicas son grandes escultores de la antigüedad, ocupan un lugar especial en la historia del arte universal y en los tres casos se interesaron por aplicar a la piedra una capa cromática que por desgracia subsiste difícilmente; el gran denominador es que fueron grandes escultores y que a sus obras le añadieron color”, responde López Luján. El coloquio se llevará a cabo del lunes 16 hasta el 18 de enero en El Colegio Nacional (quien editara las memorias del encuentro): Donceles 104, Centro Histórico, Ciudad de México.

ADMITE EQUIVOCACIÓN
Nos equivocamos”, dice Leonardo López Luján acerca de la teoría que ideó junto con Eduardo Matos Moctezuma acerca de que, bajo la escultura de Tlaltecuhtli, los mexicas habrían depositado los restos de su gobernante Ahuizotl.

Yo tenía esa convicción de que iba a aparecer, pero no los encontramos, ¿que pasó? Nos equivocamos, no los hallamos ahí. Yo mismo cometí un error al imaginar que estarían abajo o a un lado, ya excavamos abajo y a un lado y no los encontramos tampoco”, acepta.

Desde el descubrimiento del monolito en 2006, el también miembro de la Academia Británica inició una exhaustiva exploración del sitio, localizado en lo que se conoce como el predio de las Ajaracas. Las excavaciones llegaron a varios metros de profundidad e identificaron decenas de ofrendas y miles de objetos, pero nunca los restos del influyente tlatoani.

Este año, afirma el arqueólogo, las excavaciones han sido retomadas por su equipo, pero ahora “un poco más al sur”, en el interior del edificio prehispánico conocido como Coalxicalco. “Las fuentes dicen que los restos estaban al pie de la pirámide (del Templo Mayor), tenemos la convicción de que ahí están, la cuestión es que como hay edificios encima no podemos extendernos mucho.

 

Invitan a participar en un diplomado sobre los cambios en la cocina tradicional

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 09 Enero 2017 Visto: 2801

cocinaaaPublicado por Paula Carrizosa. La Jornada de Oriente
México es depositario de distintas cocinas que responden a las costumbres transmitidas de generación en generación en cada grupo cultural. Esta realidad compleja será uno de los temas a tratar desde las disciplinas de la antropología y la historia en el Diplomado Cocinas y Cultura Alimentaria en México. Usos sociales, significados y contextos rituales, que organiza el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
La actividad académica, coordinada por las investigadoras Catharine Good Eshelman y Laura Elena Corona de la Peña, se realizará en la Ciudad de México, en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) del 15 de febrero al 9 de agosto. Las inscripciones estarán abiertas a partir del 13 de enero y cerrarán el 12 de febrero, con cupo limitado para 40 personas.
Laura Elena Corona de la Peña, investigadora de la Dirección de Etnología y Antropología Social del INAH, sostuvo que aun cuando los procesos de modernización han influido, sobre todo en los patrones de consumo, las cocinas mexicanas conservan elementos centrales, como los ingredientes, los utensilios, las técnicas y los especialistas tanto en la producción de alimentos como en su preparación.
El curso, detalló, estará integrado por tres módulos. En el primero, Cocinas milenarias y creatividad cultural, se explicará que en nuestro país no tenemos una sola cocina, sino varias que responden a los distintos grupos culturales, “lo cual se sustentará con investigaciones concluidas o en desarrollo de distintos especialistas”.
El segundo, Enfoques sobre la comida, será abordado a través de la antropología y la historia, así como desde otros campos del conocimiento, como la medicina, la nutrición, la economía e inclusive la fotografía.
En el tercero, Comida y creatividad cultural en la modernidad, se analizará cómo estas cocinas han sido influenciadas y modificadas en nuestro país desde finales del siglo XIX y durante el XX, debido al cambio de ingredientes, utensilios, técnicas de preparación y de conservación, y hasta en los horarios para comer, provocado por la forma de vida en las urbes y los patrones de consumo, refirió la investigadora.
A pesar de todo esto, consideró que las cocinas mexicanas han mantenido sus elementos centrales. “Esa permanencia se analizará al hablar con los depositarios de estas tradiciones: cocineras, productores y los propios consumidores, personas que se visitarán en prácticas de campo los fines de semana”.
La etnohistoriadora apuntó que el diplomado, en sus cinco ediciones pasadas, ha tenido un impacto satisfactorio, dado que al inicio de la experiencia se pensó en ofrecerlo a estudiantes de la ENAH, pero también hubo interés de profesionales de otras disciplinas, principalmente de gastronomía, turismo y nutrición, algunos de los cuales provenían de otros países, como Colombia, Costa Rica, Alemania y Estados Unidos, así como de otros estados de la República Mexicana.
El Diplomado de Cocinas y Cultura Alimentaria en México. Usos sociales, significados y contextos rituales tiene por objetivo acercar a los participantes a las herramientas de la antropología y la historia para hacer trabajos de investigación en torno al tema, y que pueden ser aplicables en otras regiones, mencionó.
“Lo que hacemos es presentarles a los participantes un programa en el que les hablamos de cómo los antropólogos y los historiadores estudiamos la comida y explicarles la metodología que usamos; además el programa incluye prácticas de campo para que apliquen estos conocimientos de manera asesorada”.
Mayores informes en el Departamento de Educación Continua de la ENAH, en el teléfono 5666 3161, extensión 411946, o en el correo electrónico Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..
Las clases se impartirán los miércoles de 10:30 a 14:30 horas en la ENAH, ubicada al sur de la Ciudad de México, en Periférico y Zapote s/n, colonia Isidro Fabela, delegación Tlalpan.

 

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