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Cultura y Espectaculos

Prometen 75 mdd para proteger patrimonio amenazado por guerra

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 21 Marzo 2017 Visto: 2537

patrimonio guerraAFP | La Jornada

El Ministro de Interior de los Emiratos Árabes Unidos, Sheikh Saif Bin Zayed Al-Nahyan, pronunció un discurso durante la Conferencia Internacional de Donantes para la Protección del Patrimonio en Conflictos Armados en el Museo del Louvre, París. Foto AFP

París. Un total de 75.5 millones de dólares fue la promesa obtenida este lunes en una conferencia internacional en París para salvaguardar el patrimonio cultural amenazado por la guerra y el yihadismo, principalmente en Oriente Medio.

Esta suma representa tres cuartas partes de los 100 millones de dólares que espera reunir de aquí a 2019 la Alianza Internacional para la Protección del Patrimonio en las Zonas de Conflicto, una iniciativa lanzada por Francia, los Emiratos Árabes Unidos y la UNESCO.

En la cita celebrada el lunes en el museo del Louvre, Francia confirmó que movilizará 30 millones de dólares para este fondo, una cifra ya prometida en una conferencia celebrada en Abu Dabi en diciembre.

Los Emiratos Árabes Unidos anunciaron una contribución de 15 millones, Arabia Saudita, de 20 millones, Kuwait de 5 millones, Luxemburgo de tres y Marruecos, de 1.5 millones.

A estas sumas se añade la promesa de un millón de dólares del estadunidense Thomas Kaplan, empresario, coleccionista de arte y filántropo.

El total servirá para financiar acciones preventivas y de urgencia para luchar contra el tráfico ilegal de bienes culturales y para restaurar las obras dañadas.

Suiza, por su parte, se comprometió a apoyar las estructuras operacionales de la Alianza, un esfuerzo evaluado en ocho millones de dólares.

Otros Estados prometieron contribuir próximamente o aportar competencias científicas o diplomáticas, como Italia, Gran Bretaña, Alemania, China, Corea del Sur y México.

El objetivo es lanzar los primeros proyectos en los próximos tres meses, y la prioridad serán las zonas recuperadas de manos del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Irak.

La Alianza Internacional para la Protección del Patrimonio en las Zonas de Conflicto también prevé crear una "red internacional de refugios", integrada por museos nacionales y países terceros, donde podrán guardarse las obras amenazadas.

La idea se remonta a hace dos años, durante una visita del presidente francés François Hollande, a la sala del museo del Louvre consagrada a la civilización asiria, donde fue celebrada el lunes la conferencia.

En esa ocasión, Hollande denunció los saqueos de los sitios arqueológicos por parte del grupo EI y del régimen sirio. Justamente mientras hablaba, un comando yihadista tomaba por asalto el museo del Bardo en Túnez, dejando una veintena de muertos.

En marzo de 2001, la destrucción por parte de los talibanes de los Budas de Bamiyán, en Afganistán, creó estupor entre la opinión pública internacional.

Desde entonces, el Estado Islámico, Al Qaida y grupos afines saquearon las ciudades antiguas de Palmira (Siria), Nínive y Hatra (Irak), los mausoleos de Timbuctú (Malí), y el museo de Mosul (Irak), entre otras joyas patrimoniales.

"En Bamiyán, Mosul, Palmira, Timbuctú y en otros lugares, los fanáticos han hecho del tráfico, el saqueo y la destrucción del patrimonio cultural la prolongación de las persecuciones contra las poblaciones", denunció el lunes Hollande.

 

Fotógrafos del país retratan el colorido, riqueza y variedad de la comida mexicana

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 21 Marzo 2017 Visto: 2713

comidamexzLa Jornada de Oriente
Por Paula Carrizosa

■ Foto Abraham Paredes
El colorido, la riqueza y la variedad de la comida mexicana han quedado retratados en el libro La cocina mexicana. Guisos tradicionales en los ámbitos ritual, ceremonial y festivo, ya que en dicho volumen se incluyen 135 fotografías que buscan ser un acercamiento a la riqueza cultural gastronómica del país.

Publicado por la Dirección General de Culturas Populares de la Secretaría de Cultura, el volumen es resultado del Cuarto Concurso Nacional de Fotografía que logró convocar a 179 fotógrafos de 22 entidades federativas y reunir 526 imágenes.

Elena Vázquez y de los Santos, coordinadora de Arte Popular de la Dirección General de Culturas Populares, indicó que el lector “va a encontrar la riqueza, variedad y diversidad de guisados que se preparan en este país, pero más allá de eso podrán ver el contexto en que se preparan, quién lo prepara, cuál es el motivo por el cual se prepara, podremos conocer más allá del platillo”.

A lo largo de 206 páginas, el volumen La cocina mexicana... retrata no solo la comida, ya que también presenta sus ingredientes, cómo se preparan los guisados, la gente que participa en su elaboración, cómo se sirven y cómo se degustan tanto en ámbitos festivos como en cuestiones rituales.

Un punto de suma importancia, destacó Elena Vázquez, es que en esta edición aparecen los guisados de las cocinas de 22 estados del país, toda vez que el Cuarto Concurso Nacional de Fotografía logró una buena participación de fotógrafos, desde niños y adolescentes interesados en la disciplina, hasta de fotógrafos de larga trayectoria.

La coordinadora de Arte Popular de la Dirección General de Culturas Populares señaló que las tres primeras ediciones de ese certamen de fotografía estuvieron dedicadas a la celebración del Día de Muertos dada la gran riqueza y variedad de esa festividad, donde se abordaron temas como altares y ofrendas, mercados y tianguis y música y danza. En esta ocasión se decidió darle un giro y abordar en la cocina mexicana.

El concurso, dijo, en sí aborda el patrimonio cultural de México y “consideramos que la cocina era un tema que tenía, ya que destacarse, que visualizarse, todos la conocemos, sabemos de ella, de algunos platillos más que otros; pero queríamos mostrar la riqueza que tiene este país, la variedad, nos pareció un muy buen tema abordar el patrimonio desde la cocina”.

En el volumen, que forma parte de la colección Imágenes del Patrimonio Cultural, el lector podrá ver los espacios donde se preparan los platillos y para qué se preparan.

“Es muy interesante verlo en su contexto, enriquece muchísimo más la imagen que tenemos de la cocina. Saber para qué se preparan puede ser de interés para el público, que en la medida que lo conozca lo va a sentir propio, que es lo que queremos lograr”.

Tortillas, tamales, mole, barbacoa, memelas y pozole, en comales, ollas y molcajetes, además de la preparación de bebidas como mezcal, tejate, chocolate y pulque, así como otras delicias de la gastronomía nacional, podrán ser admirados en las 135 fotografías que integran La cocina mexicana.

El volumen será presentado en el Museo Nacional de Culturas Populares estará a la venta a partir de mediados de abril en todas las librerías Educal.

 

Las guerras floridas y el sacrificio

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 15 Marzo 2017 Visto: 3273

sacrifRoss Hassig
Arqueología Mexicana

Los prisioneros tomados en las guerras floridas eran ofrecidos a Huitzilopochtli. Aunque se les ha atribuido mayor importancia de la que realmente tuvieron, tanto esas guerras floridas como los sacrificios asociados a ellas fueron parte de una estrategia política imperial que arrojaba beneficios concretos a quienes las llevaban a cabo.

Según descripción de fray Diego Durán, los prisioneros de las guerras rituales o guerras floridas (xochiyaóyotl) eran conducidos al Templo Mayor y, al llegar a la parte más alta, eran tomados por los sacerdotes, quienes los colocaban sobre la piedra de sacrificios para extraerles el corazón, que ofrendaban a Huitzilopochtli. Los cuerpos de los prisioneros eran lanzados por las escaleras, y sus captores los recogían y se los comían como parte del ritual.
La idea de numerosos sacrificios humanos y ritos de guerra entre los aztecas ha estado presente en la imaginería popular. Sin embargo, las interpretaciones de las guerras floridas realizadas en nuestros días son exageradas, pues parten apenas de unas cuantas descripciones históricas, por lo que hay razones para dudar de ellas. Los cautivos de las guerras floridas sólo participaban en algunos ritos aztecas. No participaron, por ejemplo, en la ceremonia más fastuosa y conocida: la nueva dedicación del Templo Mayor (l487). en la que se sacrificaron entre 10 000 y 80 400 personas. Los prisioneros de las guerras floridas representaron sólo una pequeña parte entre los sacrificados por los aztecas y de ninguna manera un número excepcional.

Interpretaciones sobre las guerras floridas

Entonces, ¿qué eran las guerras floridas y cuál fue su verdadera importancia? El ritual de las guerras floridas -tal y como se le ha reconstruido generalmente- daba inicio en un tiempo y lugar acordado previamente por los contrincantes. Se llevaba a cabo en un espacio sagrado, que los contendientes desalojaban para tal efecto, llamado cuauhtlalli, "territorio del águila", o yaotlallí, "territorio enemigo"; la señal para que comenzara la batalla era la quema de una gran pira de papel e incienso. Aunque en las guerras algunos guerreros resultaban heridos y otros morían, el propósito fundamental no era éste, sino el de tomar prisioneros. Cuando ambos contingentes cumplían su cometido regresaban a sus lugares de origen y sacrificaban a los cautivos. En suma, las guerras floridas fueron batallas fuertemente reguladas, casi simuladas, cuya finalidad era conseguir víctimas para el sacrificio. En favor de esta interpretación se encuentra el hecho de que Moctezuma Xocoyotzin, quien gobernó de 1502 a 1520, no realizó la conquista de Tlaxcala, su oponente en guerras floridas, pues necesitaba de un lugar cercano para que los jóvenes pudieran ejercer sus habilidades marciales y tomar cautivos para el sacrificio. Esta explicación ha influido notoriamente en interpretaciones subsecuentes y, con frecuencia, se ha supuesto que la utilidad ritual de las guerras floridas era determinante para los aztecas, de manera que muchos de sus objetivos y comportamientos se analizan bajo este punto de vista.

Esta interpretación sobre las guerras floridas ha servido también para dar cuenta de la relativa facilidad con la que unas cuantas centenas de españoles derrotaron a cientos de miles de aztecas: si éstos sólo participaban en guerras rituales para obtener prisioneros, entonces estaban mal preparados para emprender verdaderas batallas y enfrentarse a otros ejércitos, por pequeños que fueran, en combates a muerte.

Asimismo, esta interpretación se ha aplicado al Teocalli de la Guerra Sagrada, uno de los más hermosos monumentos aztecas, el cual se encuentra en el Museo Nacional de Antropología. En los cuatro lados del monumento aparece repetidamente el glifo alusivo a la guerra: atltlachinolli, "agua y tierra quemada"; además, la pieza está cubierta por representaciones de dioses, glifos calendáricos y objetos que se asocian a escenas de sacrificio. Así, se le ha interpretado como la glorificación de una guerra ritual emprendida con fines sacrificiales, lo que resulta lógico por la importancia concedida a las guerras floridas.

Pero si se cuestiona la importancia de las guerras floridas, ¿qué sucede con el resto de las interpretaciones? Si los glifos del Teocalli no son considerados como elementos de carácter ritual, entonces ya no parecen agua y tierra quemada entrelazados (atl-tlachino- lli) que, si bien significan guerra, no es precisamente guerra sagrada. Se trata más bien de los glifos entrelazados de fuego, tletl, y agua, atl; es decir, tléatl, nombre metafórico de Tenochtitlan que proviene de la imagen del manantial que la ciudad tuvo en el centro cuando fue fundada. De acuerdo con esta interpretación, que no es de carácter ritual, el Teocalli de la Guerra Sagrada no representa la celebración de la guerra florida; se trata más bien de una alabanza a Tenochtitlan y a los aztecas.

Tratar de explicar la conquista española basándose en una concepción ritual de la guerra también muestra inconvenientes, pues pasa por alto que en muchos casos los aztecas lucharon solamente para conquistar, en batallas en las que -por órdenes reales- no debían tomarse prisioneros, y que durante la Conquista hubo violentas batallas. ¿Cómo interpretar, entonces, el testimonio sobre Moctezuma y Tlaxcala? Las dificultades lingüísticas, los malentendidos culturales y los desatinos de la memoria de quienes repitieron sus palabras años más tarde provocarían la duda de la fidelidad de la fuente. Independientemente de su importancia simbólica, cualquiera que ésta haya sido, ver a las guerras floridas en un periodo histórico más amplio nos ayudará a aclarar el papel y significado que tuvieron.

Ross Hassig. Doctor por la Universidad de Stanford. Se ha en cultura azteca y etnohistoria colonial de México. Ha publicado, entre otros títulos, Aztec Warfare: Imperial Expansion and Political Control (1988), War and Society in Ancient Mesoamerica (1992) y Mexico and the Spanish Conquest (1994).

Hassig, Ross, “El sacrificio y las guerras floridas”, Arqueología Mexicana núm. 63, pp. 46-51.

Texto completo en la edición impresa. Si desea adquirir un ejemplar:

http://raices.com.mx/tienda/revistas-el-sacrificio-humano-AM063

 

KONG: Dioses del átomo

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 15 Marzo 2017 Visto: 2717

kingkong himselfAlgarabía
J J Negrete
Mucho más grande y poderoso este monstruo ha vuelto para desencadenar la batalla entre el hombre y la naturaleza.
El revisionismo fílmico que la industria esta pasando parece estar apenas en expansión: la creación de los «multiversos» ha hecho crecer el concepto de franquicias narrativas y ahora es aplicable a cualquier propiedad intelectual con una base de fanáticos y seguidores relativamente significativa.
El más reciente ejemplo de esta tendencia viene con la película Kong: La isla calavera en la que se revive el mito del enorme gorila que se vio por primera vez en 1933, después retomado con ambición irregular por Peter Jackson en el 2005, y ahora, de la mano del capaz Jordan Vogt Roberts, llega con una historia nueva usando a la misma bestia.
—Conoce diez animales que son villanos en el cine—
Aquí la acción se queda en una pequeña y misteriosa isla en el Pacífico Sur en 1973, a la que llega una expedición comandada por un geólogo —John Goodman— convencido de la existencia de monstruos a raíz de las pruebas con bombas nucleares después de la Segunda Guerra Mundial, acompañado de un equipo multidisciplinario que incluye a un sagaz explorador/rastreador —Tom Hiddleston—, una fotógrafa de guerra —Brie Larson— y un decepcionado coronel —Samuel L. Jackson— junto a su tropa, recién desempacados de la derrota en Vietnam.

Usando la ambientación cronológica, Vogt Roberts se aleja completamente de la ambientación post Gran Depresión y usa como referentes claros la infernal visión belicista de películas como Apocalipsis ahora (1979) de Francis Ford Coppola, o Pelotón (1986) de Oliver Stone, para darle un giro distinto a lo que ya se ha visto antes de Kong, lo cual cuando menos se agradece de inicio, aunque se topa con otros problemas.
A pesar de ser un divertimento eficaz la película pone énfasis en un mensaje ecologista que carece de impacto, y en sus ambiciones de emular a las películas que le anteceden quedan bastante lejos tanto en tono como en forma. Muchos de los personajes de la película apenas están esbozados —a excepción de un destacado John C. Reilly—, y realmente fungen como medios para el personaje principal: Kong.
La llegada de Kong a las taquillas en ee.uu ha conseguido más de 61 millones de dólares en su primer fin de semana

El Kong, a diferencia de las otras criaturas perezosamente diseñadas de la Isla Calavera, es efectivo, portentoso y técnicamente perfecto, pero no cuenta con la misma sensibilidad de recreaciones anteriores, particularmente comparándolo con el delicado trabajo de Andy Serkis en la versión de 2005, decisión que probablemente tenga que ver con el planteamiento del enorme mico: una fuerza de la naturaleza, de dimensiones teológicas más que de sentimientos terrenales.
Tal como el Godzilla (2014) de Gareth Edwards —monstruo con el que ya se planea la batalla— el gigantesco simio es una deidad creada por la irresponsabilidad del hombre ante ensayos nucleares, que prefiere la soledad y que solo quiere coexistir con su medio, a diferencia del humano, que movido por la venganza o la ambición, es capaz de destruir hasta a los monstruos más colosales, reales o imaginarios.

 

Identidad, atracción y otras cosas peligrosas

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 15 Marzo 2017 Visto: 2770

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Danielle Vaan
¿Qué nos dice de nosotros nuestra sexualidad?

Solemos asumir que es un tema intrínsecamente relacionado con las relaciones sexuales, pero en realidad, son varios los factores que contribuyen al desarrollo de este aspecto de nuestras vidas, así que repasaremos aquí los más importantes.
Breve recuento de la atracción
Antes del siglo xix —y aún en el siglo xx—, la identidad sexual era un tema cuyo panorama estaba claro: según
 el sexo con el que naciera cada persona —masculino o femenino—, se designaba cuál debía ser su conducta y, en cuanto al comportamiento sexual, por quién debería sentir atracción. Es decir, se otorgaba un rol de género: un conjunto de normas que determinan lo que se considera «correcto» en una cultura dada para un sexo en específico.
Quien se salía de la normativa heterosexual era señalado, perseguido, acusado, y las consecuencias que tendría, en caso de descubrirse una preferencia homosexual, podían ir desde la agresión física hasta la exclusión social, la reclusión o incluso la muerte.
De acuerdo con Ellen Schecter, terapeuta y especialista en psicología clínica1 , ya sea por ciertas creencias religiosas, por un constructo social o por la poca información disponible, la identidad sexual parecía un aspecto definido en la sociedad —al menos en la nuestra.
En un principio se asumió que la bisexualidad se encontraba en un punto medio de dos modelos conocidos: o eran sujetos heterosexuales que buscaban satisfacer su curiosidad experimentando o bien, se trataba de homosexuales de closet o reprimidos.

Ya en el siglo xx, con el estudio y conocimiento de la bisexualidad —en 1948 Alfred Kinsey publicaba un estudio
 donde afirmaba que 48% de los hombres y entre 6 y 14% de las mujeres habían tenido una experiencia o atracción sexual por alguien de su mismo género—2 , las nociones se empezaron a ver confusas al encontrarse con sujetos que podían sentir atracción por personas de género masculino y femenino.

Del cis y el trans
Eventualmente el público fue aceptando los avances en
las teorías sobre las orientaciones sexuales y, con ello, el componente emocional se fue agregando al desarrollo teórico, ya que como menciona Schecter: «Lo que era llamado orientación “sexual” fue conociéndose como no sólo acerca del sexo, sino sobre el apego emocional también. Poseer una orientación homosexual significó, entonces, estar emocional y sexualmente atraído hacia aquellas personas del mismo sexo o del género percibido/asignado».
Al avanzar el tiempo, la percepción general cambió con la aparición de las comunidades lésbico-gay y su lucha continua para lograr su aceptación en la sociedad, tal como las marchas del orgullo lgbttti que se llevan a cabo año con año.
Con mayor insistencia en los últimos 15 años, la comunidad trans —transexual, transgénero y travesti— ha seguido buscando visibilidad y aceptación.

Aunque, debido
 a la novedad de los estudios y el avance lento de las clasificaciones, aún no se definen con claridad los límites entre los tres componentes de la comunidad trans, podemos arrojar luz a partir de su composición etimológica.
El prefijo trans viene del latín, significa ‘más allá, a través, atravesar’, oponiéndose al prefijo cis, que quiere decir ‘alinearse, del mismo lado’. Así pues, las personas cisgénero son todas aquellas cuya identidad de género empata con su sexo. Del lado trans tenemos hasta tres variables:
Transexual. Es quien se siente del sexo contrario, por lo que adopta comportamientos y se somete a tratamientos hormonales e intervenciones quirúrgicas para adquirir las características del sexo opuesto.
Transgénero. Alguien cuya identidad de género no empata con su asignación biológica.
Travesti. Designa a quien no se viste de acuerdo a su género pero no necesariamente cambia su identidad ni su orientación por ello.
Como se observa, se cuestionan dos distintos componentes de la sexualidad humana: la identidad de género y la orientación sexual. Exponer las distintas orientaciones tuvo como resultado considerar a la sexualidad como una gama de posibilidades donde se mueve el ser humano: una concepción de género fluido se estaba gestando.
La sexualidad como espectro
En la actualidad, los biólogos construyen una visión más abarcadora sobre la sexualidad, pero, en palabras de Claire Ainsworth, doctorada en genética del desarrollo y exeditora de la revista Nature, la sociedad aún debe ponerse al día.
Lo que propone Lisa M. Diamond3 es un entendimiento sobre la sexualidad basado en el contexto en el cual se produce: la noción del género fluido.
Esto quiere decir
 que existen situaciones donde no se encontrarán rasgos
 de homosexualidad en el enamoramiento de personas 
del mismo género: existen casos de comunidades cuyos miembros se identifican como heterosexuales y establecen relaciones con miembros de su mismo sexo, casos de personas que se enamoran de su mejor amigo o amiga sin por eso sentir una atracción sexual por personas del mismo sexo.
En el fondo, los estatutos de Alfred Kinsey4 acerca de que la sexualidad no sólo son dos extremos opuestos para todos, sino que existen personas que pueden fluir en puntos intermedios, parece ser cierto. Si bien la identidad sexual se constituye por diversos factores las posibilidades de combinarlos están aún por definirse.
¿Cuántos tipos de orientación sexual existen? El amplio espectro se abre a diversas posibilidades de la convivencia humana. Sigue conociendo más acerca de nuestra identidad y atracción sexual en nuestra amorosa edición 149.

 

¿Por qué decimos “a falta de pan, tortillas”?

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 15 Marzo 2017 Visto: 8524

Tortillas de maizMéxico Desconocido
Te contamos cómo es que se formó el famoso dicho " a falta de pan, tortillas
Cada vez que como pinole recuerdo las manos temblorosas de Amalia que se volvían un poderoso molino cuando manejaban el metate. Llenas de arrugas, esas manos prodigiosas tomaban del comal ardiente los granos de maíz morado y los tiraban a puños sobre la piedra volcánica. Esas manos suaves con piel de ciruela convertían en harina el maíz y la canela, luego tomaban en una cucharita el pinole recién hecho y me lo ofrecían con la dulce ternura que sustituía la falta de azúcar, que su pobreza no le permitía comprar.

Amalia se alimentaba de lo que le daba su milpa y vendía lo que le sobraba, que a pesar de su frugalidad nunca era mucho ni suficiente. Para ella, como para muchos otros en México, productos tan básicos como el azúcar o la harina de trigo eran un lujo. En buena parte de América Latina además está relacionado –en el ideario colectivo– con lo europeo y las clases acomodadas, lo que le da cierto estatus por ejemplo a comer pan de trigo.

Incluso en México dónde presumimos que nuestra identidad está vinculada con el maíz y la tortilla –al grado de jurar que somos incapaces de vivir sin ella– se le ve como un alimento menor frente al pan de trigo, de ahí el famoso refrán: “a falta de pan: tortillas”.

Jesús Flores y Escalante, en su libro Breve Historia de La Comida Mexicana, le atribuye a Juan Garrido el haber traído el trigo a la Nueva España entre 1521 y 1523. Nacido en África, de raza negra, Garrido fue un esclavo liberado que se embarcó como soldado de Hernán Cortés y Pánfilo de Narváez, participando en la conquista de México, Puerto Rico y la Florida. Algunos le atribuyen también el ser el primer panadero de América, pero ese dato es todavía más incierto.

Si bien, el trigo llegó a América recién concretada la conquista, algunos textos decimonónicos dan cuenta de la escasees del pan de trigo en los nuevos territorios. El venezolano, José Rafael Lovera lleva su análisis más allá, al asegurar que al ser un alimento propio del conquistador el pan de trigo estuvo siempre cargado de un halo de superioridad.

Ese halo se volvió divino con la religión católica ya que el pan es el cuerpo de Cristo. Y es que claro nadie iba a dar la eucaristía con gorditas de maíz en lugar de hostias. Lovera descubre en el catecismo de la diócesis de Caracas de 1687, que lo llevaron al nivel del dogma al asegurar que existe un sólo pan verdadero, “hecho de harina de trigo y agua”. Claro que una cosa es la fe y otra el hambre. Así, el conquistador no tuvo a más que conformarse con el maíz.

Esto es lo que el antropólogo Claude Fischler llama el proceso de sustitución alimentaria el cual se da en dos sentidos. Para el europeo, se dio en sentido descendente, el cual suele originarse con una carencia o un escasez –en este caso el trigo– que obliga a conformarse con otro alimento como mal menor: el maíz.

En el otro lado entre los mestizos americanos se dio una sustitución ascendente, esto es, que a los ojos de los comensales el nuevo producto representa ventajas de una naturaleza u otra, sean prácticas, gustativas o simbólicas. El pan de trigo se tornaba para ambos un lujo.

Sin embargo entre los naturales ese lujo no solo no estaba a su alcance sino que generaba algo de aversión y desconfianza. Desde esta óptica la sustitución del trigo nunca fue total. Por el contrario, en el sincretismo cultural y culinario que acompañó al resto de la colonia, el maíz se mantuvo como un alimento totémico con una carga simbólica, irrenunciable, cosmogónica. Si los europeos habían nacido del barro y cobrado vida con el aliento divino, los locales fueron hechos de maíz de diferentes colores, cuyo jugo corría por sus venas como lo narra el Popol Vuh.

De a poco México se construyó como un país mestizo no solo en lo racial sino en lo cultural siendo los niños una parte importante en el vínculo del cambio alimentario, la existencia de las nanas y de las criadas tendía a influir sobre los niños, quienes por curiosidad e imitación probaban y consumían regularme la comida que ellas preparaban para sus hijos o para ellas mismas. Dicha forma de apropiación de la cultura quedó evidenciada en memorias, diarios y novelas a lo largo de la historia de México, incluso llegó hasta las películas de la llamada Época de Oro del cine mexicano.

Amalia no fue mi nana pero igual me cuidaba, platicaba largas horas conmigo y cuando cocinaba me daba siempre a probar esos guisos de los que ella a veces se avergonzaba por “sencillos”, decía refiriéndose a que no tenían carne de ningún tipo, y de tanto en tanto para acompañar un pipían de semillas molido en el metate me extendía una tortilla recién hecha, suave como su voz: “ande niño a falta de pan, tortillas” .

 

Centros históricos de México que son Patrimonio de la Humanidad

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 15 Marzo 2017 Visto: 3395

centro historico puebla ep 550México Desconocido
Los Centros Históricos de estas ciudades de México son tan impresionantes que la UNESCO les ha otorgado el título de Patrimonio de la Humanidad, ¡recórrelos!
México es un país con una larga historia. Cada uno de sus monumentos, edificios, zonas arqueológicas y calle son un documento vivo del país y de la gente que ha pisado sus tierras. Entre todos esos lugares, hay algunos que destacan el resto y que por su valor e importancia cultural forman parte de la lista del programa internacional Patrimonio de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Hasta 2016, México tienen registrados 34 lugares con este distintivo. De todos ellos, algunos son Centros Históricos de ciudades como la CDMX, Puebla y Oaxaca. Conócelos y planea un viaje a estos destinos para que los recorras y puedas entender la razón por la cual ¡son tan destacados a nivel internacional.

Centro histórico de la Ciudad de México
Bien cultural inscrito en 1987

El Centro Histórico de la Ciudad de México es uno de los centros turísticos más importantes del continente. Sus calles resguardan joyas de la arquitectura y tesoros culturales únicos como el Templo Mayor, la Catedral Metropolitana (la más grande de América), el Palacio Nacional, el Palacio de Bellas Artes entre otros.

Bien cultural inscrito en 1991

Michoacán es uno de los estados con más riqueza cultural e histórica, y el Centro Histórico de su capital, Morelia (la antigua Valladolid) es un claro ejemplo de ello, sobre todo porque -salvo algunas modificaciones que se hicieron durante el siglo pasado- sigue conservando su traza original casi perfecta, la cual se complementa con una serie de edificios y monumentos de arquitectura barroca, renacentista y neoclásica.

Entre los lugares más destacados se encuentran la Catedral, el Palacio de Gobierno, el Palacio Clavijero y el Colegio de San Nicolás, solo por mencionar algunos.

Como dato curioso, el Centro Histórico de Morelia es el único en México que no tiene un zócalo o una Plaza Mayor.

Centro histórico de Oaxaca
Bien cultural inscrito en 1987

El estado de Oaxaca guarda auténticas joyas, algunas de ellas convertidas en patrimonio histórico y cultural, como la zona arqueológica de Monte Albán y su Centro Histórico, este último ejemplo del magistral urbanismo colonial español que, junto con sus edificios, verdaderas obras de arte de la arquitectura, lo convierten en el lugar obligado para recorrer cuando se llega a la capital.

El Convento de Santo Domingo, la Catedral, la Iglesia de la Compañía de Jesús y la Iglesia de San Agustín, entre otros, son algunas de las edificaciones que vale la pena admirar.

Centro histórico de Puebla
Bien cultural inscrito en 1987

Custodiada por tres imponentes volcanes, Popocatépetl, Iztaccíhuatl y la Malinche, la ciudad de Puebla, también conocida como “Puebla de los Ángeles” es reconocida a nivel por el valor arquitectónico de histórico de su Plaza Mayor y la armoniosa combinación de los inmuebles que los rodean.

Entre los edificios más importantes y que hacen del Centro Histórico de Puebla una verdadera experiencia para quien lo visita, destaca la Catedral, de estilo neoclásico; la Capilla del Rosario, ejemplo del barroco dramático mexicano y la Biblioteca Palafoxiana, la primera biblioteca pública del continente americano.

Centro histórico de Zacatecas
Bien cultural inscrito en 1993

La ciudad de Zacatecas es una de las más bellas de México y su Centro Histórico hace que resplandezca sobre lo alto gracias a su arquitectura colonial tallada en fina cantera rosa. Parte de su valor histórico radica en sus numerosos edificios, tanto religiosos como civiles, que datan desde el siglo XVI.

La Catedral de Zacatecas es la construcción más icónica de esta capital, una obra arquitectónica excepcional por la armonía de su trazado y la profusa ornamentación barroca de sus fachadas, en las que se combinan los motivos decorativos europeos con los indígenas.

Para saber más
México es el país de América Latina con más reconocimientos en el listado de Patrimonio de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, y el sexto país a nivel mundial, estando por detrás de Italia, España, Francia y Alemania.

 

Retrato de Claudio Monteverdi

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 15 Marzo 2017 Visto: 3471

retratooEn una biografía de Claudio Monteverdi (1567-1643), publicada por la editorial Turner, Paolo Fabbri (en imagen tomada de Internet) recorre el trabajo del compositor, cantante y gambista con el contrapunto de su vida, sus condiciones de trabajo, su entorno, el destino de sus obras y uso social
Ángel Vargas. Periódico La Jornada
En el ámbito mundial de la música 2017 es el Año Monteverdi, pues se cumple el 450 aniversario del natalicio del compositor italiano Claudio Monteverdi (1567-1643).

Al respecto, en entrevista con La Jornada, el musicólogo Paolo Fabbri, considerado a escala internacional uno de los especialistas en Monteverdi más relevantes, define a éste como un compositor volcado a la palabra y figura clave en la evolución de la historia de la música occidental.

“A pesar de ser un instrumentista –estuvo contratado como violinista en la corte de Mantua–, Monteverdi nos dejó no sólo música instrumental”, explica el también académico, quien es profesor de historia de la música moderna y contemporánea en la Universidad de Ferrara, Italia.

Todo en él, también las herramientas, estaba encaminado a la palabra y, en especial, a la expresión, lo que la palabra significa y contiene. Esto es, en principio, para los madrigales, pero luego lo lleva también a la ópera.

Reconocido por sus estudios sobre Gioachino Rossini, Vincenzo Bellini, Andrea Gabrieli y Giovan Battista Pergolesi, el historiador italiano es autor de una importante biografía sobre Claudio Monteverdi, publicada por el sello Turner.

Fabbri recorre el trabajo del compositor, cantante y gambista con el contrapunto de su vida, sus condiciones de trabajo, su entorno, el destino de sus obras y su uso social, además de ofrecer un detallado análisis de sus piezas y producción teórica e incluir el catálogo del artista y una amplia bibliografía.

Madrigal y música sacra

Paolo Fabbri expresa vía correo electrónico que la figura de Monteverdi y las razones de su música destacan en la Lombardía de la Contrarreforma de finales del siglo XVI, con la plural y vital realidad veneciana al fondo.

Además de prestar sus servicios a la república el músico pudo desempeñar en Venecia una intensa actividad profesional, gracias a los encargos de cortes extranjeras, instituciones religiosas o laicas, círculos académicos y familias nobles.

–¿Cuál o cuáles son las principales aportaciones de Monteverdi a la música de concierto?

–Los campos más significativos de su actividad de compositor fueron, en primer lugar, el madrigal, la música sacra y la música para teatro.

“En el madrigal acompaña a la historia de las últimas décadas del Cinquecento (la época de oro del madrigal a capella) hasta los posteriores desarrollos ‘modernos’: la introducción del bajo continuo, de la monodia acompañada, de los instrumentos concertantes, del tamaño ‘representativo’.

“Precisamente, con los últimos libros de madrigales de Monteverdi este género experimenta su último gran florecimiento.

“En el campo de la música litúrgica, óperas como la Vespro della Beata Vergine y la Selva morale e espirituale son un espléndido compendio del estilo ‘moderno’ en la música de iglesia, practicado por Monteverdi junto aquel ‘antiguo’ a capella, aunque sea ya actualizada.

“Por último, el teatro de ópera de la corte y de paga tuvo en las producciones de Monteverdi (Orfeo, Ritorno di Ulises, Poppea) sus primeras auténticas obras de arte.”

–¿Qué influencias o circunstancias marcaron la obra de ese compositor para que ésta lograra convertirse en un hito en la música?

–Hasta el final de su larga vida Monteverdi fue un experimentador de nuevas técnicas y estilos innovadores, fusionados con los que se derivaban de la tradición: injertar lo nuevo en el tronco de la tradición es quizá su mayor enseñanza.

Artífice de obras maestras

–Además de ser el padre de la ópera contemporánea, ¿qué otras contribuciones o legados hizo a la música de concierto?

–Los contemporáneos lo han visto y escuchado justo como un artífice de obras maestras realizadas a partir de abrazar innovaciones e introduciéndolas en el flujo de la tradición.

–¿Es un autor realmente conocido y apreciado en la actualidad en su cabal dimensión?

–Diría que sí. Desde hace varias décadas se han producido importantes estudios sobre su figura y obra, y luego los intérpretes han recreado su música prestando atención a las prácticas de interpretación históricamente más conscientes relacionadas con la música de finales del Cinquecento y principios del Seicento.

Todo por la palabra

–¿Cuáles fueron las principales obsesiones o preocupaciones en la escritura de ese compositor?

–Monteverdi fue un compositor volcado a la palabra: a pesar de ser un instrumentista (estuvo contratado como violinista en la corte de Mantua), nos dejó no sólo música instrumental.

Todo, también las herramientas, estaba encaminado a la palabra y, en especial, a la expresión, lo que la palabra significa y contiene. Esto es, en principio, para los madrigales, pero luego lo lleva también a la ópera.

–¿Qué tan vigente es hoy su música y qué tiene que decir a las personas del siglo XXI?

–Respecto de cuando comencé a ocuparme de tan maravilloso personaje, hace muchos años, hoy su música está más presente en conciertos y en los teatros.

Su gran expresividad y belleza nos golpean, nos conmueven profundamente. Creo que hoy Claudio Monteverdi también sugiere la idea de combinar la tradición y la innovación.

 

El traslado del ITC a la Secture beneficiará a los artistas: González

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 15 Marzo 2017 Visto: 2684

jornadaPor Víctor Hugo Varela Loyola

El traslado del ITC a la Secture beneficiará a los artistas, sostuvo el titular de ese organismo, Juan Antonio González Necoechea. Foto:Alejandro Ancona/La Jornada de Oriente
El traslado del Instituto Tlaxcalteca de la Cultura (ITC) a la Secretaría de Turismo del Estado (Secture) beneficiará a los creadores, pues les abrirá mayores oportunidades de colocar y vender sus obras, sostuvo el titular de ese organismo, Juan Antonio González Necoechea.

Recordó que en la iniciativa que envió el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez para crear la Secretaría de Turismo del Estado al Congreso local, se propone que el ITC deje de formar parte de la Secretaría de Educación Pública del Estado (SEPE) y pase a la nueva dependencia gubernamental.

El funcionario argumentó que la decisión de trasladar el ITC a la dependencia encargada de las políticas de promoción turística de la entidad, es para que la cultura y las artes se conviertan en un atractivo turístico y sean generadores de movimiento económico y comercial en el estado.

“De hecho, el cambio que se va a realizar es el de cabeza de sector, ahora el instituto pasa a ser parte de la Secretaría de Turismo”, expuso González Necoechea, tras negar que con esta determinación se esté confinando a las creaciones artísticas y culturales a ser aspectos meramente mercantiles.

“No, al contrario, va a potencializar el trabajo de los artistas, va a impulsar que toda la obra tenga mayor movimiento, que la gente venga a Tlaxcala, que compre obra, que es lo que les importa, les interesa a los artistas, que su obra se venda”, apuntó.

Expuso que la instrucción que tiene del mandatario estatal al frente del ITC es que haya mayor apertura y “que los programas del instituto se vean reflejados en un mayor beneficio económico, que se vean reflejados en la difusión de la cultura para que se vuelva un atractivo turístico y genere movimiento comercial”.

El ITC forma parte de la SEPE
Por otro lado, a 15 días de haber asumido la titularidad del ITC, en sustitución de Willebaldo Herrera Téllez, aseguró que encontró la administración “bien”, aunque todavía está a la espera de los resultados de las auditorías que aplicaron la Contraloría del Ejecutivo y el Órgano de Fiscalización Superior (OFS) a este organismo.

“Está dentro de proceso normal y de tiempo, por lo que en cuestiones más allá de lo aparente, no podría decir nada, hasta no tener la certeza absoluta. Tenemos que tener todos la certeza de la instancia, que es el OFS y la Contraloría, de cómo se encuentra en patrimonio, recursos”, asentó González Necoechea.

Sostuvo que durante su gestión al frente del ITC buscará coordinarse con todos los centros culturales y museos para dar oportunidad a nuevos artistas de la entidad.

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El ángel de los placeres y los motivos del Mal

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 13 Marzo 2017 Visto: 3119

angerl diablitoRevista Arqueología Mexicana
En los cánones de la ortodoxia católica, el Diablo suele ser caracterizado como la encarnación del Mal. Pero en la medida en que abrimos los horizontes a su verdadera naturaleza, o que descendemos hacia las interpretaciones populares del culto, nos encontramos que esos siete pecados capitales que se le atribuyen (y por los que merecemos el castigo si los frecuentamos) constituyen la esencia misma de la felicidad del ser humano. Y es así como en ese espacio vulnerable -el de los sentidos el demonio adopta un sinfín de apariencias, tiene la sutileza de la ubicuidad, la suspicacia de convertirse en agua o en fuego, en frío o caliente, en crudo o en cocido, en animal, objeto o persona, asumiéndose con una presencia ambivalente y plena de significados. El demonio, señor de los infiernos de la tradición católica, se relaciona con los hombres como proveedor de los placeres sujetos al castigo, resultando ser el más asequible de los dioses. De una entidad casi inmaterial y abstracta se forma un personaje viviente y humano de naturaleza secular y cotidiana. Es una especie de dador del placer, un ángel de nuestra proximidad, que cobra sus favores con altos intereses, involucrando el destino final de las almas.

En una religión que desarrolló inmensas compuertas para detener el avance de la materialidad corporal, lo que se retoma y se interpreta como el Mal son los placeres, la liviandad de los sentidos: los que a la postre conducen al castigo, a la negación misma de los goces una vez que se ha traspuesto el umbral de la vida. El Diablo se convierte así en la noción ideal, en el ángel de los sentidos, y de allí proviene clara mente su naturaleza tan seductora en una sociedad regida por las crisis, las limitaciones, las barreras de clase, los tabú es y las restricciones de tocio tipo. Eso explica por qué muchos arriesgan -en el pacto con él y asumiendo sus obligaciones- el destino final de sus existencias: a pesar de la carga de la fe, dándose a la liviandad, prefieren entregarse a la materia. Y es que el Diablo -al menos en la tradición del vulgo- representa la libertad, el libre albedrio, la conduela humana asociada al paladar, a la sensibilidad de la piel, a la riqueza material, a la molicie, al gusto musical y, sobre todo, a los placeres de la carne. Es por eso que el catolicismo, como epígono de la tradición judeocristiana, construyó, para combatirlo y desalentar a sus posibles seguidores, toda una simbología terrible del Infierno basada en la punición y la tortura eterna: y la figura del ángel caído apareció como algo de naturaleza monstruosa y aterradora.

Pero en la construcción histórica de su advocación en México surge un espacio en donde los dioses, Lucifer, los demonios -y muchos otros seres menores- pululan y conviven. Podemos decir que nuestro Luzbel atravesado, nuestro Diablo mestizo, tal y como lo conocemos hoy, es uno de los más fascinantes personajes históricos de nuestros siglos XVI y XVII, y que muchos de sus atributos, como productos del mestizaje, se maduraron entonces y adquirieron carta de identidad en las mentalidades de la tierra, demostrando una naturaleza polivalente y de extrema flexibilidad, con una gran capacidad de adaptación ...

La clave colonial o nuestra oscura Edad Media

La ensambladura histórica de nuestro Diablo a través de los siglos sintetiza entonces varias condensaciones previas: por una parte, el demonio medieval de los cultores de la fe y el de las tradiciones populares ibéricas, tenidas de algunos rasgos culturales africanos y asiáticos. Por la otra, todas estas simbolizaciones del Viejo Mundo desembocaron entonces en el terreno abonado de los ritos mesoamericanos, en un panteón abigarrado en donde los dioses se comportaban como seres humanos, lo mismo ateniéndose a las normas del ritual que cometiendo toda clase de excesos, y de allí que los misioneros los asociaran con los dioses también humano-, de los panteones paganos del Viejo Mundo. Dioses de naturaleza ambivalente que lo mismo causaban la muerte, los males y las enfermedades, que ofrecían riquezas, protección y resguardo. Acosados desde un principio, asociados a la nueva noción del pecado, sufrieron la mutilación, y de sus fragmentos dispersos se formaría la visión colonial de demonios y santos revestidos con los atributos de muchos de ellos. Así se hicieron presentes cuando los evangelizadores del siglo XVI asociaron al infierno regido por el Príncipe de las Tinieblas con el Lugar de los Muertos, en donde el primero tendría un atributo caliente, el de las llamas eternas y los carbones encendidos, y el segundo el aspecto de la frialdad, la nocturnidad y la muerte. Los puntos de confluencia y los motivos de estas oposiciones lograron integrarse paulatinamente, de hielo a que también en el Viejo Mundo tenían esta naturaleza ambigua.

Así, en Mesoamérica, además de relacionarse al Diablo con el Dueño del Cerro, o con otros habitantes de otros mundos inferiores, habría que mencionar que algunos atributos "fríos" del "señor de la tierra caliente" (como se le llama en algunos documentos inquisitoriales del siglo XVII) se asocian todavía con los del Dios de los Muertos, por ejemplo, Kisin entre los mayas yucatecos, Miktantek entre los nahuas de la región de los Tuxtlas, por mencionar solamente algunos de sus nombres. O sus manifestaciones se unen a los del “borracho nocturno” (yowaltawan), al “viento nocturno” (yowalehegat) y los tzitzimimeh, “salvajes” o “chilobos” en las creencias nahuas del sur de Veracruz y en otras que proliferan hoy en lo más profundo del país.
Antonio García de León. Maestro en lingüística por la ENAH y doctor en historia por la Universidad de París I, Panteón-Sorbonne. Catedrático de UNAM e investigador del INAH.
García de León, Antonio, “El Diablo entre nosotros o el ángel de los sentidos”, Arqueología Mexicana núm. 69, pp. 54-61.
Texto completo en la edición impresa. Si desea adquirir un ejemplar:
http://raices.com.mx/tienda/revistas-magia-y-adivinacion-AM069

 

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