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Cultura y Espectaculos

«Revolution» / John Lennon (1968)

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 23 Marzo 2017 Visto: 2737

revolution heroAlgarabía
En la primavera de 1968, el mundo estaba hecho una revolución y The Beatles vieron la oportunidad perfecta para afinar sus guitarras y hablar sobre esos temas.

En la primavera de 1968, el mundo parecía no tener descanso. Por un lado, surgían un sinnúmero de manifestaciones en contra de la guerra de Vietnam; por otro, la URSS y los EE. UU. se encontraban al borde de la tercera guerra mundial, acababa de ocurrir el asesinato de Martin Luther King y, en las principales ciudades del mundo, estudiantes eran sometidos por rebelarse en contra del gobierno.
En fin, el mundo estaba hecho una revolución y The Beatles vieron la oportunidad perfecta para afinar sus guitarras y hablar sobre esos temas.
A pesar de que la canción «Revolution» surgió en un momento de efervescencia política y social, su concepción sucedió lejos de todo esto. John Lennon escribió y compuso la canción en Rishikesh, India, durante un viaje de meditación con los demás beatles. Su retiro no hizo que se aislara del todo, mucho menos de noticias de carácter mundial. Así que Lennon aprovechó la oportunidad para hacer una canción que comunicara al mundo lo que él pensaba acerca de las revoluciones.
«En una de las últimas giras me dije: “Voy a responder a la guerra. No podemos ignorarla.” Yo definitivamente quería que The Beatles dijeran algo acerca de la guerra.» —John Lennon

El hecho de que surgieran nuevos paradigmas y formas de pensamiento que explicaran y dieran solución a todos los problemas que aquejaban al mundo de ese entonces, llevó a John a cuestionarse sobre el sentido de los movimientos juveniles y a confrontarse con todos aquellos que se hacían llamar «revolucionarios», haciéndoles ver los errores en los que estaban cayendo mediante las diversas formas de tratar de cambiar al mundo.
Los que son beatlemaniacos podrán recordar que hay tres canciones que llevan el título «Revolution». El tema al que nos referimos en este artículo tiene varias versiones, ya que a Paul McCartney no le gustó la versión original de Lennon, que es la versión más eléctrica, rápida y popular.
«Había estado pensando sobre ello en las colinas de la India. Fue por eso que lo hice, quería hablar, quería decir lo que opinaba sobre la revolución. Quería decirles, a quien fuera: “¿Qué tienes que decir? Esto es lo que tengo que decir”.» —John Lennon

La versión titulada «Revolution 1» —la más calmada—, se eligió para ser parte del álbum The Beatles —mejor conocido como «White Album»— en noviembre de 1968, ya que se acercaba más al sonido de la banda en ese momento, lo cual no le agradó en absoluto a John. Él había sugerido que «Revolution 1» fuera el single que promocionara tanto al nuevo disco como a la nueva marca discográfica de The Beatles —Apple Records—, pero los otros miembros del grupo y el productor, George Martin, sintieron que por ser muy tranquila no captaría la atención del público. Fue así como «Revolution» de John Lennon pasó al b-side del disco.
«Revolution 1» de The Beatles

Pero el beatle revolucionario no se iba a quedar con las manos cruzadas: Lennon se dedicó a modificar su canción varias veces, con el propósito de que Paul pudiera ver lo que él estaba tratando de transmitir, pues él creía que la verdadera revolución era la que ocurría en la mente y no en las calles. Según John, el mundo cambiaría para bien, siempre y cuando el cambio viniera desde adentro, en vez de hacerlo por medio de la violencia. Es por ello que, entre la versión original y la versión rock, hay un cambio en la letra: mientras que en la primera dice «count me in», en la segunda versión cambia a «count me out», haciendo referencia al lado violento de las revoluciones y dando a ambas letras distintos sentidos y significados.
«Count me out if it's for violence. Don't expect me on the barricades, unless it's with flowers.» / «No cuenten conmigo si de violencia se trata. No me esperen en las barricadas, a menos que sea con flores.» —John Lennon

Luego de varias semanas y de lanzar dos sencillos más, Lennon se apresuró a modificar su canción y experimentó en los estudios Abbey Road con sonidos distorsionados y volúmenes exorbitantes, con la intención de que el tema expresara lo que trataba de decir. El 9 de julio de 1968, después del remake de «Ob-La-Di, Ob-La-Da», The Beatles iniciaron los arreglos musicales de «Revolution». La canción fue, por fin, terminada, grabada y lanzada el 26 de agosto en los ee. uu y en el Reino Unido el 30 del mismo mes como parte del lp Hey Jude, en el b-side del disco.
«Revolution» de The Beatles

You say you want a revolution
. Well you know. 
We all want to change the world
. You tell me that it's evolution
. Well you know
. We all want to change the world
. But when you talk about destruction
, don't you know you can count me out? 
Don't you know it's gonna be alright
? Alright, alright.
Datos curiosos sobre «Revolution»
A pesar de que el título de la canción es «Revolution», la palabra sólo se escucha una vez.
En 1987, la canción fue utilizada en un comercial de la marca Nike, siendo la primera vez que una versión original de la banda era escuchada en televisión. Los fans se volvieron locos y culparon a Michael Jackson —dueño de la mayoría de las canciones de The Beatles— y a Yoko Ono por haberlo permitido. El comercial no duró mucho tiempo al aire.
El sonido sucio de la guitarra fue creado al conectarla directamente a la tarjeta de audio. Sonaba tan distorsionado que muchos de los que compraron el single, intentaban regresarlo a las tiendas pensando que estaba defectuoso.
John Lennon quería que su voz tuviera un sonido inusual, por lo que la grabó acostado en el estudio. El famoso grito al principio de la canción fue logrado con una doble grabación.
Varios artistas y bandas se han encargado de hacer sus propios covers de la canción de The Beatles: Mötley Crüe, Mercy Me, Big Time Rush, Jim Sturgess —para la película Across the Universe (2007)—, The Head Shop y Stone Temple Pilots.

 

Ganarse la vida en México de sólo cantar, casi imposible: Olivia Gorra

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 23 Marzo 2017 Visto: 2638

Olivia GorraÁngel Vargas | La Jornada

La soprano Olivia Gorra durante la entrevista con ‘La Jornada’ en las instalaciones del diario el 23 de marzo de 2017. Foto Cristina Rodríguez
Ciudad de México. La soprano mexicana Olivia Gorra, una de las cantantes nacionales más importantes y con mayor proyección internacional en la actualidad, celebrará 30 años de trayectoria artística con un concierto en el Palacio de Bellas Artes y una gira por diversos puntos del país.
La presentación en el máximo escenario cultural del país está prevista, inicialmente, para septiembre y en ella interpretará un programa con canciones populares mexicanas y arias de ópera, al lado de la Orquesta Sinfónica de Xalapa. Esa misma agrupación la acompañará en su gira en la ciudad de Veracruz, Xalapa y Baja California.
En entrevista con La Jornada, la intérprete veracruzana originaria de Coatzacoalcos, afirma que ganarse la vida en México de sólo cantar es prácticamente imposible.

“Hay gente que piensa que debería estar cantando todo el tiempo. ¡Ojalá fuera así! ¡Háganmela buena¡ Aquí estoy para cantar cuanto gusten, si quieren, pero dónde están las condiciones para estar todo el tiempo sobre el escenario”, señala.

“En México, no se puede vivir solamente del canto; es muy difícil. Bueno, sí se puede, pero con un nivel de vida precario. Ya no se puede ser artista ni cantante de tiempo completo en este país, sobre todo en la ópera. Cierto, si uno es popular le dan hasta las perlas de la virgen y le pagan mucho sin siquiera cantar bien”.

Ésa es, en parte, la razón por la que Olivia Gorra no sólo ha tenido que diversificar su carrera y abarcar inclusive géneros populares, además de que éstos son también muy de su agrado.

De igual manera, su espíritu emprendedor la ha llevado a los ámbitos de la producción artística –es creadora y promotora de algunos de sus espectáculos--, el rescate y la preservación de la música mexicana, la enseñanza musical y el apoyo y la promoción de nuevos cantantes.

Para poder abarcar todas estas actividades creó la asociación civil Vive Cultura Viva, con la cual apoya a las artes en general, así como un centro cultural y un concurso de canto que llevan su nombre. La tercera emisión de este último, por cierto, tendrá lugar en mayo próximo, en el Centro Nacional de las Artes.

Según la soprano, cantar trasciende los límites estrictamente artísticos y representa una actividad social.

“Siempre he tenido presente que lo que hago es para servir. Veo al canto como un servicio a la sociedad, de otra forma no sirve. ¿Para qué hacer algo que es bonito y adorna un escenario si no deja algo en la gente?”, dice.

Precisa por último que “sí hay un precio” por ser cantante y menciona el caso de la mítica María Callas, quien tuvo una vida personal difícil y triste. Para fortuna suya, subraya que ha logrado conciliar tres grandes desencuentros con su esposo y estar cerca de sus dos hijos.

 

En la Fenali se muestra la variedad, creatividad y calidad de la ilustración alemana actual

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 23 Marzo 2017 Visto: 2620

alemaaPor Paula Carrizosa. La Jornada de Oriente

La variedad, la creatividad y la calidad de la ilustración alemana actual se evidencian en la exposición Look!, integrada por una serie de 123 reproducciones de las obras realizadas por 30 de los más reconocidos artistas de la disciplina de aquel país.

Alojada en la Feria Nacional del Libro de la UAP, que en su edición número 30 concluye el próximo 26 de marzo en el Complejo Cultural Universitario, la exhibición forma parte de la serie de actos organizados por el Año dual México – Alemania.

La muestra fue presentada al público por la primera vez en la Feria del Libro de Bologna en la primavera de 2016. Fue apoyada por el Ministerio Federal de Relaciones Exteriores y la Feria del Libro de Frankfurt.

Al respecto, Juergen Boos, director de la Feria del Libro de Fráncfort, escribió para el catálogo homónimo de la exposición que las imágenes son comprensibles de manera inmediata, ya que las ilustraciones arrojan luz a los textos.

“Un niño que todavía no puede leer siempre comprende el lenguaje de las imágenes, la atmósfera desplegada a través de ellas en las páginas, los detalles inesperados y la vida adicional que le infunden a una historia”, apunta.

En ese sentido, Boos pregunta: “¿qué sería del libro del Grufaló sin el peludo monstruo que brincó al mundo de la pluma de Axel Scheffler? ¿y del ´Winnie the Pooh´ de A.A. Milnes sin los dibujos inconfundibles de Ernest Shepard? Cuestiona además, en el texto reproducido en la exposición, “¿qué niño no se ha perdido alguna una vez en los coloridos mundos de los libros?”.

No obstante su importancia, prosigue el director de la Feria del Libro de Fráncfort, las ilustraciones se han considerado durante mucho tiempo como un elemento decorativo en el libro y no como una parte integral de él.

Añade que se consideraba que su función era la de visualizar la historia y por lo tanto frecuentemente eran colocadas en segunda importancia, después del texto.

Ahora en Puebla, con la exposición Look!, los espectadores podrán apreciar un abanico de estilos muy particulares que brinda un panorama de la diversidad del arte de la ilustración actual en Alemania.

Entre otros, se muestra el trabajo de Moni Port, Lena Pfluger, Anke Bar, Markus Lefrancois, Daniel Napp, Elsa Klever, Ina Hattenhauer, Judith Drews, Julia Friese, Torben Kuhlmann, Sonja Bougaeva, Sonja Danowski, Einar Turkowski y Mehrdad Zaeri.

 

Dejaron un legado literario

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 23 Marzo 2017 Visto: 2697

plumasExcélsior
Decenas de poetas, narradores, cronistas, historiadores, dramaturgos, filósofos y críticos de arte han dejado huellas de su obra y pensamiento en este diario
VIRGINIA BAUTISTA
Durante un siglo, las páginas de El Periódico de la Vida Nacional han tenido el privilegio de contar con la colaboración de decenas de autores consagrados >3
CIUDAD DE MÉXICO.
En la columna que la poeta y diplomática Rosario Castellanos (1925-1974) —considerada una de las escritoras mexicanas más importantes del siglo XX— publicó en Excélsior el 14 de octubre de 1967 reflexionaba sobre “Lo que somos, lo que hemos sido”, desentrañando la riqueza de la literatura nacional.

Ésta es la primera de las colaboraciones de la famosa novelista y cuentista que El Periódico de la Vida Nacional ha reunido en cinco libros, que resguarda en su Archivo Histórico. La autora de Balún Canán escribió en Excélsior, la mayoría de las veces cada semana, hasta su trágica muerte ocurrida en Israel el 7 de agosto de 1974, donde fungió como embajadora de México desde abril de 1971.

La también cuentista, ensayista y dramaturga se ocupó de forma magistral de diversos temas: la literatura, la libertad, la paz, la maternidad, la cultura judía, la mujer, la obra de varios poetas y de su hijo Gabriel, a quien dedicó su última columna, titulada “Recado a Gabriel. Donde se encuentre”, que se volvió a publicar a manera de homenaje el 26 de agosto de 1974.

Castellanos es sólo una de las grandes plumas que han escrito en estas páginas, ya sea en la sección editorial o en diversos suplementos, a lo largo de sus cien años de vida, que cumplió el pasado 18 de marzo. Poetas, narradores, cronistas, historiadores, dramaturgos, filósofos, periodistas, artistas, cineastas y críticos de arte han dejado huellas de su obra y pensamiento en este diario. Algunos como colaboradores habituales y otros a través de escritos esporádicos o menos constantes, pero igual de vitales.

Entre la larga lista destacan figuras como Octavio Paz (hoy único Nobel de Literatura mexicano), Daniel Cosío Villegas, Jorge Ibargüengoitia, Josefina Vicens, Jaime Torres Bodet, Vicente Leñero, José Revueltas, Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Salvador Novo, Ramón Xirau, Luis Villoro y Carlos Fuentes.

Así también Ricardo Garibay, Maruxa Vilalta, G. K. Chesterton, Mario Vargas Llosa (Nobel de Literatura peruano-español 2010), Emmanuel Carballo, Gastón García Cantú, María Luisa La China Mendoza, Raquel Tibol, Luis Spota, Hernán Lavín Cerda, Rodolfo Stavenhagen, Oriana Fallaci y José Emilio Pacheco.

Imposible mencionar a todos los que han consolidado una tradición y presencia cultural y literaria que comenzó incluso antes de que naciera Excélsior, en su antecesora Revista de Revistas.

Este semanario, adquirido en 1915 por Rafael Alducin, el futuro fundador del diario, publicó en 1916 La sangre devota, el primer poemario de Ramón López Velarde (1888-1921), hoy considerado el padre de la poesía moderna. Esta obra, cuya portada se ilustró con una pintura de Saturnino Herrán, también conmemoró el año pasado su centenario.

El entonces joven López Velarde, que trabajaba como redactor en Revista de Revistas, atrajo posteriormente hacia la página literaria de El Periódico de la Vida Nacional a poetas como Miguel Othón Robledo, Enrique Fernández Ledesma, José Juan Tablada, Manuel de la Parra y José D. Frías.

El investigador Pável Granados detalla en su ponencia “Los poetas y los bohemios”, con la que participó el pasado 16 de marzo en el coloquio Cien años de Cultura y Letras en Excélsior, que el matutino “financió las existencias de esos poetas tan entrañables como olvidados”.

“¿Y el vate Othón Robledo?”, se pregunta. “Ya llevaba mucho tiempo muriendo. En una ocasión, le dijo a sus amigos: ‘Vayan a Excélsior, y digan que ya me morí y pidan una cooperación para mi velorio’. Con lo que recibieron, Othón y sus amigos agarraron una larga parranda”, agrega.

Dos ejemplos más

El dramaturgo y novelista Jorge Ibargüengoitia (1928-1983) ya cautivaba a los lectores de Excélsior con su ironía y agudo sentido del humor el 24 de enero de 1969, cuando publicó “Para qué sirve la crítica II. Dichos de los siete sabios”. Cada semana, y en ocasiones dos veces en este lapso, el también ensayista y cuentista entregaba sus graciosos análisis sobre la vida cotidiana en la Ciudad de México, la hospitalidad de sus habitantes, el crecimiento poblacional, los proletarios, las enfermedades crónicas, los policías, el cine, la ley, el voto y la literatura.

Nunca dejó de enviar su columna con puntualidad, ni siquiera el medio año que viajó por diversos países de Europa en 1975. Mandaba crónicas de las situaciones que enfrentaba como turista mexicano en el viejo continente y cómo veía la vida en las urbes que visitaba: Londres, El Cairo, Luxor, Alejandría, París, Venecia, Barcelona, Florencia, Milán, Bilbao o Madrid.

El autor de Los pasos de López hizo el 27 de junio de 1975 un corte de caja de su presencia en Excélsior y anunció que se tomaría un descanso de seis meses, lo que cumplió con puntualidad. En el artículo “Mis vacaciones. No me toquen las golondrinas” dice que éste será el último texto de “una serie que comencé en diciembre de 1968, hace seis años y medio. Primero uno a la semana y luego dos, primero en un rincón y luego en la página 7”.

E hizo la cuenta de que había publicado ya 600 escritos y dos mil cuartillas. “Me voy porque me da la gana y regreso dentro de seis meses... Estoy satisfecho con mi columna”, apuntó.

Y el 2 de enero de 1976, Ibargüengoitia anunció su retorno con el artículo “El regreso del hijo pródigo. Fin de vacaciones”, sólo para permanecer hasta el 5 de julio de 1976, pues salió de El Periódico de la Vida Nacional junto con el equipo encabezado por el periodista Julio Scherer.

Otra de las presencias constantes en el matutino centenario fue el escritor, ensayista y editor Emmanuel Carballo (1929-2014), quien para el 14 de agosto de 1966 ya se consolidaba como crítico literario a través de su “Diario público”.

En esta página que se volvió indispensable para las letras en español, que entregó durante tres años, hasta agosto de 1969, analizaba obras específicas de escritores como Carlos Fuentes, Marco Antonio Montes de Oca, Agustín Yáñez, Alfonso Reyes, Torres Bodet, Salvador Novo, Paz, José Revueltas, Alejo Carpentier y José Vasconcelos.

A partir de septiembre de 1969 y hasta abril de 1972, fecha de la última colaboración que resguarda el Archivo Histórico, Carballo hurgó en el mundo de los editores, los distribuidores y los lectores mexicanos, las novísimas letras, pero también en sucesos y personajes como las elecciones en Colombia o el presidente chileno Salvador Allende.

Un universo de creadores igual de prolífico brilló en la sección cultural dominical Diorama de la cultura, que nació el 4 de diciembre de 1949 y duró casi 20 años; en el suplemento cultural Diorama, del 19 de enero de 1969 al 3 de octubre de 1982; y en el suplemento El Búho, que se publicó de 1984 a 1998.

Mención aparte merece la revista Plural, dirigida por Octavio Paz, que apareció bajo su timón en octubre de 1971 y, tras editar 58 números, uno por mes, dejó de publicarse en julio de 1976, dando pie a una segunda época ya con otro perfil. Los proyectos singulares e innovadores que los grandes escritores han echado a andar en Excélsior son uno de los principales legados del periodismo cultural mexicano del último siglo.

Pluma filosa

Jorge Ibargüengoitia nunca dejó de enviar su columna con puntualidad a Excélsior, ni siquiera el medio año que viajó por diversos países de Europa en 1975.

 

Cristóbal Colón no descubrió América

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 23 Marzo 2017 Visto: 2731

colonExcélsior
'Hay datos de que el navegante quiso eliminar las huellas de su pasado, aunado a que en el siglo XIX el Papa Pío quiso convertirlo en santo de América; eso generó una leyenda y numerosas falsificaciones de documentos para apoyar su nacimiento en Génova'
Christian Duverger afirma que Colón se benefició de la ruta que dejó un viaje anterior. Fotografía: David Hernández.
Cristóbal Colón no fue un navegante genovés, sino portugués. Y su viaje por el Atlántico nunca tuvo la intención de encontrar una nueva ruta hacia Las Indias para adquirir especias, sino que desde el principio supo que se dirigía a un mundo poco explorado. Además, para conseguirlo no se lanzó a la aventura, sino que utilizó la ruta que otro navegante ya había explorado, afirma el historiador francés Christian Duverger (Burdeos, 1948), que publica por primera vez las dos versiones existentes del “Diario de a bordo” de Cristóbal Colón, lo que se conoce como la bitácora del navegante donde describe su viaje.

Sin embargo, derivado de sus investigaciones Duverger explica a Excélsior que existen indicios de que Colón no sólo se benefició de un viaje anterior, sino que claramente en este documento, que rece de emoción y sorpresa, como sí sucedió en las "Cartas de Relación" de Hernán Cortés.

Demostrarlo no es tan difícil, acepta el también autor de “El ancla de arena”, y basta con analizar lo que el almirante llevó en su cargamento como parte del trueque: “Es interesante que Colón no llevaba textiles para un trueque normal, considerados como obsequios vistosos, exitosos y ligeros”.

¿Qué llevaba entonces? “Clavos de hierro, hojas de acero, cuchillos, navajas, cascabeles de cobre y objetos de vidrio de color blanco y verde. Porque sabía que en ese mundo era más apreciado un clavo de hierro que un poco de tela”.

¿Por qué es tan confusa la información sobre Colón?, se le inquiere al historiador francés. “Hay datos de que el navegante quiso eliminar las huellas de su pasado, aunado a que en el siglo XIX el Papa Pío quiso convertirlo en santo de América; eso generó una leyenda y numerosas falsificaciones de documentos para apoyar su nacimiento en Génova”.

¿Por que en Génova? “Porque entonces nacer en Génova es una especie de certificado cristiano. A todas luces se buscó la manera de hacer de Colón un personaje cristiano y no judío. Pero al revisar su documentación sólo he encontrado documentos apócrifos”.

La realidad es un poco distinta, insiste el investigador francés, “y la explico en este libro que reproduce las dos versiones del “Diario de a bordo” -la de su hijo Hernando Colón y la de Fray Bartolomé de las Casas-, donde queda claro que el de 1492 no fue el viaje del descubrimiento, sino que hubo otro anterior”.

¿Por qué asegura que el almirante sabía lo que encontraría en América? “Si leemos este diario como un viaje oficial y no como viaje de descubrimiento, entenderemos su tonalidad y contenido; en este diario no hay ninguna emoción, sorpresa o mención alguna al continente asiático. Eso fue una invención del siglo XIX. Colón sabía exactamente lo que iba a encontrar: habitantes desnudos que viven en chozas donde no hay oro, pero sabía que era importante tomar posesión de ese territorio ante la competencia diplomática que mantenían España y Portugal”.

VIAJE ILEGAL

Duverger acepta que el viaje de Cristóbal Colón fue ilegal y, en cierto punto, una declaración de guerra a Portugal, dado que según el Tratado de Alcáçovas que consiguió la paz entre ambos países, en 1479, donde se estableció que España dejaba el control del océano Atlántico a Portugal, mientras que éste renunciaba a extender su poder en la península ibérica.

¿Por qué Portugal no declaró la guerra a España cuando supo la situación? “El rey Juan II de Portugal se enteró en voz del propio Colón sobre la exploración, pero no quiso una nueva guerra porque estaba más interesado en África y la India. Pero dos años después firmará el Tratado de Tordesillas, donde se desplazará la línea divisoria del océano a favor de España y Portugal obtendrá las tierras de Brasil”.

¿Cómo definiría este “Diario de a bordo”? “Es una descripción técnica de un territorio nuevo cuya intención fue tomar posesión del territorio. Contrario a lo que dice la tradición, Colón no pensó en viajar a Asia; él siempre supo a dónde iba y en este libro el lector lo puede averiguar, porque insiste en que todo lo que ve se parece a España. ¡Pero eso no tiene sentido! Porque no hay ninguna relación entre el mundo tropical del Caribe y España, más bien fue una manera de presentar el territorio caribeño como una extensión natural del territorio español”.

Para concluir, el historiador comenta que este libro busca que el lector de nuestro tiempo pueda leerlo no como un texto lleno de sorpresas, sino como un libro que da cuenta sobre la toma de posesión de un vasto territorio, un documento valioso en el que Colón nombró absolutamente cada espacio que recorrió, que podría inspirar a los jóvenes historiadores a indagar aún más en la figura y la historia de Cristóbal Colón.

 

Paseo de un día por la Ciudad de México, una ciudad de novela

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 21 Marzo 2017 Visto: 2659

ciudad mexico bMéxico Desconocido
La CDMX fue para Roberto Bolaño, escritor chileno, su maestra, su cómplice, su amante. Agradecido, la retrató con devoción inédita. Con el narrador de Los detectives salvajes visitamos algunos de los barrios y sus personajes que en 1968 lo abrazaron y, con lágrimas de amor, en 1977, lo despidieron.
“Me llamo Juan García Madero, soy el narrador. Y en 1975...”. ¡Momento, momentito! Tú podrás ser el narrador de Los detectives salvajes, pero el narrador de esta historia que versa sobre la Ciudad de México, que en sus obras Roberto Bolaño retrató con ternura y originalidad, soy yo. Y estoy para servirte siempre y cuando no quieras usurpar mi lugar. Una cosa más, el que esto escribe tuvo vivencias en tiempo y forma anteriores a las que a ti te relacionan con la Ciudad de México de Bolaño. Permíteme decirte entonces que Bolaño y yo conocimos la Alameda Central en 1968 y ambos visitábamos la Librería de Cristal que estaba ubicada a un costado del Palacio de Bellas Artes y la Librería El Sótano, que sigue estando en el número 20 de la avenida Juárez. Así lo deja ver Roberto en El gusano, uno de sus mejores cuentos.

Los personajes son medulares para conocer los destinos / Foto: Carlos García
Foto: Los personajes son medulares para conocer los destinos / Foto: Carlos García

BESADO EN LA ALAMEDA

Y en El gusano, Bolaño también narra su encuentro casual con Jaqueline Andere que en nuestra Alameda filmaba la escena de una película. “Yo la he visto en la televisión...”, le dijo el aún adolescente Bolaño, y le pidió un autógrafo extendiéndole un libro de Albert Camus que traía consigo. En la primera página de La caída, la actriz escribió: “Para Arturo Belano (seudónimo que Bolaño utiliza en Los detectives salvajes) un estudiante liberado, con un beso de Jaqueline Andere”. Pero Jaqueline se arrepintió de “darle” el beso porque lo vio demasiado joven y entonces le dijo: “¿Y qué haces aquí en vez de estar en clase?”. Y ¿qué crees, señor Madero? Tú no estuviste allí... Así es que te repito, yo tengo el privilegio de ser el narrador de esta historia y cuando yo así lo convenga te “sacaré” de Los detectives salvajes para que nos narres alguno de los pasajes de dicha novela que a fines de los noventa trajo a Bolaño los premios de literatura Herralde y Rómulo Gallegos.

Y a ver, señor Madero, serías tan amable de contarnos algún pasaje de la novela donde eres narrador y personaje. Cómo ves algo sobre el Café La Habana que en las obras de Bolaño se llama Café Quito.

Café Habana, legendario punto de encuentro para algunas generaciones de intelectuales / Foto: Carlos García
Foto: Café Habana, legendario punto de encuentro para algunas generaciones de intelectuales / Foto: Carlos García

GANDALLAS Y GUERRERAS

“OK. El Café Quito se encontraba en la esquina de las calles Bucareli y Morelos...”. Déjame interrumpir para informarte que el Café Habana —aunque remodelado— aún se encuentra allí. “Bueno, y allí, entre cervezas y cafés con leche, fundamos el Visceral Realismo (Infrarrealismo, en la realidad) que más que un movimiento o grupo literario era, a decir de Bolaño, una pandilla; término (el de pandilla) que a mí me encantó. “Y déjame agregar que por aquellos años la calle de Bucareli era del todo diferente de la avenida Guerrero a pesar de ser su continuación. Avenida que también le da nombre a la famosa colonia que vio nacer —entre otras celebridades— a Cantinflas.

“A la colonia Guerrero me llevó María Font (una de las hermanas Larrosa que en la realidad eran muy amigas de Roberto). Yo tenía 17 años y fuimos a visitar a las amigas de María, unas muy jóvenes prostitutas que lejos de saber lo que era un verso endecasílabo, se expresaban con ‘ixtles’ (afirmación) ‘nelson’ (negación) y orgullosas, se referían a sus respectivos proxenetas como a ‘gandallas de los de verdad’. María no tenía mucho que ver con ellas porque pertenecía a otra clase social (la familia Font vivía en la calle Colima de la colonia Roma), pero María era feminista y...”. A ver, a ver, señor Madero, ya nos salimos del tema para adentrarnos en los terrenos de la antropología social... “Disculpa. Preferirías que, por ejemplo, habláramos de las diferencias entre la calle Bucareli y la avenida Guerrero, ¿verdad? Así es que para empezar... El alumbrado público en Bucareli era blanco, en la avenida Guerrero era más bien de una tonalidad ambarina. Los automóviles: en Bucareli era raro encontrar un coche junto a la acera; en la Guerrero, abundaban. Los bares y las cafeterías en Bucareli eran abiertos y luminosos, en la Guerrero, pese a ser muchos, eran secretos o discretos. Para terminar, la música. En Bucareli no existía. En la Guerrero, a medida que uno se internaba en la colonia, sobre todo entre las esquinas de Violeta y Magnolia, la música se hacía dueña de la calle, salía de los bares y los coches estacionados, o caía de las ventanas iluminadas de los edificios de fachadas oscuras...”. Diferencias que quiero que sepas, perduran. Sí, ahora recuerdo que Bolaño visitaba esa colonia, y viene al caso un poema que dice: “En el corazón de hielo de la colonia Guerrero / (mis dulces amigas) me proporcionaban el alimento necesario / para apretar los dientes / y no llorar de miedo”. Lindo, ¿verdad? Pero, señor Madero, ¿cuáles otros barrios recorría Bolaño con los demás infrarrealistas?

UN ESCUADRÓN DE ARDILLAS ASESINAS

“Bueno, antes déjeme contarle que en una entrevista reciente hecha por la BBC al también infrarrealista Rubén Medina, este comentó: ‘Bolaño era un tipo gracioso. Medio pesado, hay que reconocerlo. Siempre creyó en sí mismo. Si bien estaba dentro de la marginalidad, no era autodestructivo como su íntimo amigo Mario Santiago Papasquiaro que dormía en las calles del centro de la Ciudad de México y que murió atropellado por un auto justo un día antes de que Roberto Bolaño le pusiera el punto final a Los detectives...’”.

Efectivamente, yo también sé que Roberto no dormía en las calles como Papasquiaro, y que cuando llegó de Chile vivió con sus padres en la colonia Guadalupe Tepeyac donde, por cierto, vendió lámparas con la imagen de la Virgen de Guadalupe; las mismas que hoy ( 2017 ) se siguen vendiendo en los alrededores de la Basílica de Guadalupe. Además, sé que era un estudioso de la literatura e iba al taller de cuento de Tito Monterroso en la Facultad de Filosofía y Letras (CU). Pero no nos confundamos, Bolaño no era un académico; no concluyó la secundaria, y fue precisamente su autodidactismo lo que le dio una voz singular y fuerte. Pero cuéntanos, señor Madero, algo sobre las actividades de Bolaño en la Casa del Lago.

Los espacios propicios para la lectura abundan en Ciudad Universitaria / Foto: Carlos García
Foto: Los espacios propicios para la lectura abundan en Ciudad Universitaria / Foto: Carlos García

“Claro, don Hugo Gutiérrez Vega, director de la Casa del Lago entre 1975 y 1977, le conseguía conferencias y pláticas. Una ocasión ocurrió algo curioso, Bolaño olvidó el tema a desarrollar (poesía chilena) y terminó hablando de películas de terror, un tema que le fascinaba.

“La verdad es que Hugo siempre nos dio mucho chance a pesar de que nosotros no nos portábamos muy bien con el círculo de mediocres que rodeaba a Octavio Paz. Paz, decíamos nosotros era ‘nuestro gran enemigo’, aunque seguramente, él ni enterado estaba. ‘Somos jóvenes, maleducados y valientes –decía Bolaño–. Y tenemos como tareas leer mucho, escribir mucho y hacer el amor’”.

Y ya nos volvimos a apartar de nuestro tema... “Porque tú me obligaste”. Está bien. Recapitulemos: la Alameda Central, el Café La Habana donde en la placa que da cuenta de sus ilustres visitantes (Fidel Castro, el Che, Octavio Paz, Gabriel García Márquez...) se lee el nombre de Roberto Bolaño. También hablamos de la casa de las gemelas Larrosa, en la Roma, de la colonia Guerrero, de la Facultad de Filosofía y Letras, de la Casa del Lago donde este verano ( 2017 ) se exhiben obras de Shakespeare y Cervantes que murieron hace cuatro siglos. ¿Y...?

“Bueno, Bolaño se sentía tan cerca de la Casa del Lago que llegó a tomar la siesta en el Bosque de Chapultepec aunque como a Papasquiaro, le daban pánico los escuadrones de ardillas asesinas que allí habitaban...”. ¿Habitaban, señor Madero? Ja. Ja. Habitan hasta el día de hoy...

CON LOS CLÁSICOS DE DONCELES Y TAN LEJOS DE MONSIVÁIS

“Prosigo... A Bolaño y a todos los visceral realistas nos encantaba vagar. ¿Con qué fin? Pues la idea era que ‘solo caminando llegaríamos a toparnos con algo interesante si es que lo había’. Creo que el único lugar que Roberto Bolaño no conoció en la Ciudad de México fue la casa de Carlos Monsiváis, personaje de Los detectives... que aparece con su nombre real. Monsiváis fue muy claro: ‘No puedo invitarlos a mi casa (en la colonia Portales) porque con esos pelos tan largos asustarían a mi mamá’”.

Aunque con seguridad, Bolaño se lo llegó a encontrar en las librerías de viejo de la calle de Donceles que eran para el chileno como un segundo hogar. Una de sus favoritas era la Librería Selecta que hasta el día de hoy se encuentra en el número 75 de Donceles y es administrada por los López Casillas, la familia que la fundó en 1968.

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Hay que conocer el universo de letras que guardan las librerías de viejo en Donceles / Foto: Carlos García
Foto: Hay que conocer el universo de letras que guardan las librerías de viejo en Donceles / Foto: Carlos García

Sí, tengo entendido que en la vida literaria de Bolaño dichas librerías jugaron un papel formativo y determinante. Y es tan frecuente su aparición en sus cuentos y novelas que deberíamos hacerles justicia viéndolas como personajes bolañistas y no solo como escenarios. Imagínate, señor Madero, cuántas voces magistrales escuchó Roberto en estas librerías de viejo.

“Tantas voces como libros hay en ellas. Y de la atmósfera de las librerías de viejo se enamoró. Y te aseguro que en Europa sintió nostalgia por estas y tantas otras atmósferas de nuestra Ciudad de México. Lo ilustro con un poema en el que Bolaño utiliza la tercera voz: ‘Cuando hayan pasado muchos años / y estés lejos de México y de mí. / Cuando más lo necesites lo descubrirás / y ese no será / el fi nal feliz / pero sí un instante de vacío y de felicidad. / Y tal vez entonces te acuerdes de mí...’”. Y bueno, señor García, dígame por qué Roberto Bolaño decidió partir de la Ciudad de México en 1977 si la quería tanto.

Resulta inconfundible el olor que despiden las páginas de los libros viejos en el Centro Histórico de la Ciudad de México / Foto: Carlos García
Foto: Resulta inconfundible el olor que despiden las páginas de los libros viejos en el Centro Histórico de la Ciudad de México / Foto: Carlos García

ATARDECERES CON MAGIA CAPITAL

“Esa era una meta que él se había fijado. Sin embargo, también influyó que su padre formó aquí otra familia, y la madre de Roberto se fue a vivir a Barcelona donde también Bolaño vivió y murió en 2003”.

Retomando el tema de su nostalgia por la Ciudad de México, déjame citar unos versos de Roberto en los que honra sus atardeceres: “Noche patialba del DF / es una noche que se anuncia hasta el cansancio, / que vengo, que vengo, pero que tarda en llegar, / como si también ella, / la méndiga / se quedara a contemplar los atardeceres, / los atardeceres privilegiados de México’”.

Y esos atardeceres de la Ciudad de México siguen aquí... Y no me queda más que agradecer tus comentarios que me han parecido sumamente enriquecedores. Gracias, señor Juan García Madero.

Finalmente, compartimos el siguiente fragmento de Devoción de Roberto Bolaño, nuestro mejor escritor mexicano nacido en Chile. Lo escribió en Europa, durante los años noventa, cuando se sentía solo y ya empezaba a tener algunos síntomas de la enfermedad que lo llevaría a la muerte mientras esperaba un trasplante de hígado:

“Esa era la pura verdad: estaba solo y jodido / y solía pensar que me quedaba poco tiempo. / Pero los sueños, ajenos a la enfermedad, / acudían cada noche / con una fidelidad que conseguía asombrarme. / Los sueños que me trasladaban a ese país mágico / que yo y nadie más llama México, D.F.”.
El más chilango de los chilenos, Robereto Bolaño / Cortesía

 

Freud y Einstein discuten sobre la paz

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 21 Marzo 2017 Visto: 2566

 freudenisteinpaz La Redacción. Algarabía
He aquí los fragmentos de la correspondencia entre dos intelectuales, después de que Hitler los exiliara.
En 1931 el Instituto de Cooperación Intelectual —organismo predecesor de la UNESCO— invitó a Albert Einstein a intercambiar ideas sobre la
paz con otro pensador de una disciplina distinta a la suya. El físico eligió a Sigmund Freud, a quien admiraba a pesar de su escepticismo ante el psicoanálisis. Ambos intercambiaron varias cartas que se publicaron en 1933, después de que Hitler los exiliara. He aquí dos fragmentos de esta correspondencia.
Abril, 1931
En verdad admiro su pasión por encontrar la verdad, 
una pasión que ha dominado todos los aspectos de su pensamiento. [...] Sus argumentos tan convincentes ponen de manifiesto su gran devoción por la gran meta de la liberación interna y externa de los males de la guerra. Ésta fue una profunda esperanza en todos aquellos que han
 sido reconocidos como líderes espirituales más allá
 de los límites de su época o nación, desde Jesús
 hasta Goethe o Kant. ¿No es acaso significativo
 que estos hombres sean universalmente
 reconocidos como líderes a pesar de que su deseo
 de cambiar el curso de los asuntos humanos haya
 sido tan poco efectivo? [...]
Albert Einstein
–Conoce también la postura de Freud ante la muerte–
Septiembre, 1931
[...] ¿Cuánto tiempo tendremos que esperar para que el resto de la gente se vuelva pacifista? Es imposible decirlo, pero quizá no es quimérico pensar que nuestra esperanza en dos factores —la disposición cultural del hombre y un temor fundado en cómo serán las guerras futuras— podría servir para terminar con las guerras en un futuro cercano. [...] Mientras tanto podemos asegurar que aquello que impulsa el desarrollo cultural está también trabajando en contra de la guerra.
Sigmund Freud

 

La heráldica

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 21 Marzo 2017 Visto: 3171

heraldica cabalerosArmando Sánchez Pérez. Algarabía
A primera vista podría decirse que hoy en día nadie se interesa por la añeja ciencia o arte de la heráldica, simplemente porque casi nadie sabe qué es.
El Diccionario Heráldico y Nobiliario, de Fernando González- Doria, define heráldica como «la ciencia que, valiéndose de símbolos —llamados representaciones—, subdivisiones en piezas y figuras, sirve para componer, interpretar y diferenciar las armerías».
Los escudos de armas, blasones o armerías, eran otorgados por los monarcas como una merced real o premio, en reconocimiento por alguna hazaña, acto heroico o meritorio y, por lo general, estaban relacionados con algún título nobiliario que ya poseía o que era otorgado al receptor.
Los caballeros y sus blasones
La heráldica nació en la Edad Media, durante el apogeo del feudalismo, en el siglo xii —cuando el emperador Federico i «Barbarroja» estableció las reglas del arte heráldico entre 1150 y 1160—, y adquirió su condición de disciplina organizada y sujeta a reglas en el siglo xiii, cuando los blasones pasaron de tener una naturaleza militar, a ser familiares y hereditarios; su uso se extendió incluso a los clérigos, las mujeres y los gremios.
Sin embargo, no todos los apellidos tienen un escudo heráldico. Sólo cuentan con éste los de las familias nobles que lo recibían directamente del monarca.

Los caballeros 
medievales empezaron
 decorando sus escudos
 para ser reconocidos
 e identificados en los 
torneos y justas, tenían
 el rostro oculto por
 sus yelmos, que les 
conferían un anonimato
 no siempre deseado.
 Además, durante las
 Cruzadas, los ejércitos 
congregaban caballeros de la mitad de los reinos de la cristiandad y entonces era importante manifestar su origen y el señor bajo cuyas órdenes militaban.
–Acércate a la suciedad medieval–
Al principio, las figuras, las divisas y los colores que decoraban el escudo eran elegidos por mero gusto del caballero. Después, se establecieron reglas estrictas que conformaron un complejo sistema simbólico al que debían ajustarse todos los escudos de armas. En esta ocasión hablaremos, sin entrar en particularidades, de esa simbología de colores, figuras y su colocación en la superficie de los escudos.
Los colores
En la heráldica a los colores se les llama «esmaltes». Cada uno tiene un nombre específico y una carga de significado:
El color blanco o plata simboliza la pureza, la fe, el acatamiento y la disciplina. Las familias a quienes se otorgaba este esmalte en sus blasones, debían cultivar la obediencia, la gratitud y la integridad, proteger a doncellas desamparadas y huérfanos, así como servir al monarca en la marina.
El amarillo u oro simboliza la riqueza, la prosperidad, la magnanimidad y la luz. La familia en cuyo blasón campeara el oro debía cultivar las bellas letras, y las cualidades de la nobleza y la generosidad.
El negro o sable conlleva la noción de nocturnidad y de tinieblas; además, simboliza el pudor, la discreción y la prudencia. Los blasones que lo ostentan imponen en sus portadores el deber de defender la religión.
—¿Qué color remarca tu personalidad?—
El rojo o gules simboliza el fuego, la pasión, la valentía y la audacia. Aquel que ostenta el gules en su escudo debe servir al soberano con las armas.
El verde o sinople simboliza la esperanza, además de la amistad, el respeto y la fe. Sus portadores deben al rey el patrocinio y la protección del comercio.
El azul o azur evoca al cielo y al aire; es el color de la diosa Venus y representa el deber de cultivar las virtudes de la justicia, la lealtad y la prudencia. Sus portadores debían auspiciar y proteger la agricultura.
Las figuras
Las figuras empleadas en los blasones —llamados «muebles»— son muy diversas y su presencia podía obedecer a la simple asociación de ideas: un bajel con las velas desplegadas evocaba un viaje marítimo coronado por el éxito, un castillo era testimonio de la conquista de un fuerte sitiado, o unas cabezas de moros reflejarían una victoria sobre guerreros musulmanes.
Muy frecuente es la inclusión de figuras de animales, los cuales representan rasgos humanos: un toro, la fuerza; 
un lobo, la ferocidad; un león rampante, la bravura y la nobleza; un perro o un caballo, la fidelidad; un águila, la independencia, la libertad o la capacidad de remontarse
 en vuelo y superar a los demás seres.
En otros casos, las virtudes simbolizadas podían ser meramente atribuidas: la sabiduría representada por la serpiente, la paz por la paloma o la reflexión por el búho.

Además de los animales verdaderos, era frecuente la representación de animales fantásticos como el ave fénix, símbolo de la renovación perpetua; la esfinge, custodio de enigmas milenarios; el dragón, que castiga al hombre que lo desafía; el unicornio, que tiene el poder de realizar prodigios, y el pegaso, que se asocia con la diosa Venus, quien lo domó.
—Conoce a los conejitos violentos–
Otra figura recurrente era la cruz, como símbolo del cristianismo. Diversas órdenes de caballería la adoptaron como uno de sus emblemas, y elaboraron cruces de diseño distintivo, como las cruces de Santiago o de Calatrava.
El campo
Otro de los aspectos a considerar en la heráldica
 es la integración de la superficie del escudo, a 
la que se da el nombre de «campo», que puede conservar su unidad o estar dividido en dos porciones verticales llamadas «cuarteles».
La parte superior del escudo se denomina «jefe», mientras que la inferior se llama «punta»; la parte derecha se designa como «diestra» y la izquierda, «siniestra».
La ubicación de los elementos o figuras representadas en el escudo obedece a un criterio de importancia, categoría o preferencia: el jefe predomina sobre la punta y la diestra sobre la siniestra. En el caso poco frecuente de que exista tan sólo una figura, ésta se coloca al centro
 del campo.
Los escudos con frecuencia se adornan con elementos externos llamados «timbres», que no se consideran parte integrante del blasón. Estos timbres suelen ser coronas, yelmos, lábaros, collares de órdenes militares monásticas, palmas o ramas, además de las divisas o lemas adoptados por el portador.
—Date un viaje por el mundo medieval–
Los escudos, en ocasiones están soportados por «tenantes» —figuras humanas— o «soportes» —animales u objetos inanimados—; por ejemplo el escudo nacional de la Gran Bretaña tiene como soportes un león rampante a la siniestra y un unicornio reparando sobre sus patas traseras a la diestra.
Los escudos y marcas:
 heráldica actual
Aunque lo anterior podría sonar anticuado o legendario, hoy por hoy la heráldica existe y goza 
de cabal salud. Incluso en países en los que no hay un régimen monárquico—y, por ende, tampoco una nobleza heredera de blasones—, existen escudos nacionales y locales de gran riqueza simbólica y raigambre histórica.
No podemos dejar de mencionar que la heráldica tuvo mucho que ver con el origen del diseño de marcas; los productos contaban con etiquetas que llevaban escudos heráldicos que indicaban su origen.

Por otro lado, muchas empresas han adoptado íconos que derivan de 
los escudos nobiliarios de antaño. ¿Quién no reconocería la estrella de tres puntas del Mercedes Benz?, ¿el escudo esmaltado de colores que adorna la nariz de un Cadillac?, ¿la figura del jaguar rampante que adorna el cofre de los autos ingleses que tienen a ese felino como marca?, ¿el caballo mostrenco, lanzado al galope, que distingue a los Mustang?
Queda claro que la heráldica, adaptada a los tiempos actuales, seguirá teniendo vigencia. ¿Conoces la heráldica de tu apellido?

 

'Pedro Páramo' influyó en la creación de 'Cien años de soledad': Tatis

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 21 Marzo 2017 Visto: 2727

cien añssoledLos estudios del escritor y periodista Gustavo Tatis apuntan a que Gabo se vió influenciado por la obra de Juan Rulfo, William Faulkner y Virginia Woolf
NOTIMEX. Excélsior
De acuerdo al escritor Gustavo Tatis, la obra de Juan Rulfo fue una de las principales influencias de García Márquez. (Foto: Notimex)
BOGOTÁ.
La obra del escritor mexicano Juan Rulfo es una de las influencias más importantes en Gabriel García Márquez que se refleja en toda la estructura de su libro "Cien años de soledad", aseguró el escritor Gustavo Tatis, estudioso de la obra del Nobel de Literatura 1982.

Uno de los milagros en la literatura fueron los imaginarios colectivos que crearon -primero Rulfo y después García Márquez- en Comala y Macondo, en forma respectiva, dijo.

Para los estudiosos de la obra de estos dos grandes de la literatura universal, Juan Rulfo, autor de "Pedro Paramo", tuvo una gran influencia en García Márquez, creador de "Cien años de soledad".

En entrevista con Notimex, el periodista y escritor Gustavo Tatis recordó que García Márquez trabajó junto a Rulfo cuando llegó a México, el país que lo acogió hasta el día de su fallecimiento, el 17 de abril de 2014.

El escritor colombiano “trabajó con Juan Rulfo cuando llegó a México. García Márquez sobrevivió varios años mientras escribía 'Cien años de soledad'. Sobrevivió trabajando en publicidad y haciendo guiones cinematográficos. Hizo un guión basado en 'Pedro Paramo' y trabajó con (el escritor mexicano) Carlos Fuentes”, indicó Tatis.

Sostuvo que el escritor colombiano cuando leyó por primera vez, en 1960, "Pedro Páramo", quedó impactado al igual que en 1947, cuando tuvo en sus manos "La Metamorfosis", de Frank Kafka, en una edición de 1943, que fue traducida por Jorge Luis Borges.

García Máquez, conocido como Gabo, contaba que “se cayó de la cama cuando leyó 'La Metamorfosis'. También se cayó de la cama cuando leyó 'Pedro Páramo', que lo leyó hasta cinco veces", afirmó Tatis.

Gabo "se sabía de memoria párrafos enteros de 'Pedro Páramo'”, enfatizó Tatis, quien recuerda sus encuentros con García Márquez en Cartagena, la ciudad donde reposan parte de las cenizas del laureado escritor.

Entre las influencias que tuvo García Márquez, en la construcción de su trabajo literario, y en particular en "Cien años de soledad", destacó la de los escritores William Faulkner (1897-1962); Virginia Woolf (1882-1941); Juan Rulfo (1917-1986); y la obra "Las mil y una noches", una compilación de cuentos tradicionales de Medio Oriente.

Creo que uno de los hallazgos fundamentales es descubrir que 'Pedro Páramo', de Juan Rulfo, fue un libro demasiado importante para García Márquez por muchas razones. García Márquez necesitaba hacer volar a Remedios, pero hacerla volar le costó mucho trabajo. No es fácil decir que una mujer vuela a las cuatro de la tarde”, dijo.

“Lo importante es hacerle creer al lector que bajo un soplo divino y sobre natural, Remedios asciende al cielo en cuerpo y alma", añadió Tatis.

"Yo encuentro que Susana San Juan -el personaje de Rulfo en 'Pedro Páramo'- ella sube al cielo también, pero es percibida por Pedro Páramo cuando dice: 'pasaste rozando las hojas del paraíso', voló tan alto que pasó por el paraíso e hizo temblar sus hojas”, explicó.

Creo “que hay una referencia entre Susana San Juan y Remedios la Bella. Ahora hay una estructura gramatical de tiempo que encuentro similar en los escritores Virginia Woolf -la mejor escritora inglesa de la primera mitad del siglo XX- y Juan Rulfo en México. Los dos logran una estructura de tiempo que García Márquez asimila”, agregó Tatis.

En la obra "La señora Dalloway" (1925) de Virginia Woolf, “en un sólo párrafo la señorita Dalloway se mete en un vehículo en los años 20, y de repente la escritora nos hace recordar que ese ser que está perfumado, que es una mujer preciosa, dentro de poco será un cadáver".

"Recuerda que no solamente ella va a ser arrasada por el tiempo, sino que al tiempo la ciudad de Londres va a ser arrasada por los vientos y por la ruina”, comparó.

Para Tatis “ese tono apocalíptico de la novela de Virginia Woolf, es el mismo tono apocalíptico en los últimos párrafos en "Cien años de soledad".

“Encuentro que ese había de recordar está en 'Pedro Páramo' de Juan Rulfo. Entre nosotros (los colombianos), es muy fácil que alguien escriba: José Arcadio habría de recordar aquella tarde remota ( ...) Uno aquí el tiempo que maneja es un tiempo más sencillo”, anotó.

Tatis explicó que “uno dice por ejemplo José Arcadio recordó. Pero a García Márquez no le interesaba el recordó, sino el que recordaría, porque el recuerdo estaba como en un tiempo encajonado. Digamos como una enorme cebolla de tiempo donde cada piel es una parte del tiempo, y hay unas capas de tiempo alrededor de esta trama narrativa”.

Insistió que García Márquez, “quería que su historia no se desarrollara en un tiempo lineal”.

El otro gran aporte es que en “'Pedro Páramo' todos los personajes están muertos y están conversando en el cementerio".

José Arcadio Buendía (en "Cien años de soledad"), después de matar a Prudencio Aguilar, el muerto se le aparecía y pudieron conversar más allá de la muerte, tener esa compasión más allá de la muerte y eso lo encuentras también en Juan Rulfo”, dijo.

“Los muertos conversan, se compadecen, recuerdan cosas del pasado y García Márquez necesitaba un paso más allá de la muerte para hablar de la vida, el amor y los conflictos entre los seres humanos”, argumentó Tatis al comparar los escenarios y las historias que se mueven en los mundos de Comala y Macondo.

A García Márquez “le interesó contar historias que tuvieran como escenario una casa, pero finalmente la casa se quedaba pequeña, entonces utilizó el pueblo como escenario de todas sus novelas”.

En Faulkner, Dios es un personaje y García Márquez “también tiene a Dios como personaje y al pueblo (...) Macondo es un coro, como el coro griego que observa todo que incluso ya sabe lo que va ocurrir. Ese mecanismo de clarividencia lo veo también en William Faulkner”.

Faulkner tiene “a su pueblo mítico que observa a sus personajes y Dios también lo es, pero no ocurre tan evidente. García Márquez leía las novelas no por el placer de saber cómo terminaban, sino por el placer de saber cómo estaban escritas y desarmaba las historias”.

Tatis sostuvo que leyendo a Faulkner descubrió que “si él (Gabo) no lo dice, alguien tenía que decirlo, que él tiene una evidente influencia de Faulkner en la creación de Macondo”.

La historia de ambos escritores “es muy parecida. Faulkner tuvo un abuelo coronel de la guerra de Secesión en Estados Unidos, y encuentro en las novelas de Faulkner un mundo muy parecido al de Macondo”.

Encuentro “ese mundo del sur de Estados Unidos, esos negros entre los algodonales del Misisipi, el ambiente caliente donde hay conflictos sociales y raciales”, indicó.

Tatis, editor cultural del diario El Universal de Cartagena, consideró que “García Márquez supo descifrar el mundo de Faulkner y decir yo viví en una casa que fue construida por ingenieros que trabajaron en la United Fruit Company, y en esos campamentos las casas eran parecidas a las casas del sur de Estados Unidos”.

García Márquez creció “en un ambiente muy cercano al de William Faulkner. Lo que García Márquez hace es contar su propia historia, pero encontró caminos parecidos de los conflictos sociales en el sur de Estados Unidos con el caribe colombiano, que universaliza en sus novelas”, señaló.

 

Obras robadas de Van Gogh regresan a museo en Ámsterdam

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 21 Marzo 2017 Visto: 2645

van goghgLas pinturas 'Vista del mar en Scheveningen' y 'Congregación al salir de la Iglesia Reformada de Nuenen' serán exhibidos en el museo de la ciudad antes de ser restaurados
AP/ FOTOS: AP. Excélsior
Las pinturas fueron sustraídas en 2002 y encontradas en una granja italiana después de una redada contra la mafia. (Foto: AP)
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ÁMSTERDAM.
El Museo Van Gogh de Ámsterdam recibió el martes dos obras del maestro holandés que fueron arrancadas de sus muros en un robo nocturno hace más de 14 años.

"Han regresado", dijo el director del museo, Axel Rueger. Su retorno es uno de los "días más extraordinarios de la historia de nuestro museo".

Los cuadros, "Vista del mar en Scheveningen" (1882) y "Congregación al salir de la Iglesia Reformada de Nuenen" (1884-85) fueron hallados el año pasado por la policía italiana que investigaba a presuntos mafiosos por tráfico de cocaína.

No fue fácil hallarlos. Los dos cuadros estaban envueltos en telas de algodón, guardados en una caja y ocultos detrás de la pared en un baño, dijo el general de la policía financiera Luigi D'Alfonso, presente en el museo para la ceremonia de la develación.

Los hallaron en una granja cerca de Nápoles donde la policía incautó bienes por valor de unos 20 millones de euros, incluidos terrenos, apartamentos y una avioneta. Los investigadores dicen que los bienes están vinculados con dos capos de la Camorra, Mario Cerrone y Raffaele Imperiale.

"Después de años envueltos en la oscuridad, vuelven a brillar", dijo el ministro holandés de Educación, Cultura y Ciencia, Jet Bussemaker, en momentos que una pantalla anaranjada se deslizaba y aparecían los dos cuadros detrás de un muro de vidrio.

El ministro italiano del Interior, Angelino Alfano, dijo el año pasado que los dos cuadros estaban entre las obras de arte más buscadas del mundo, en la lista del FBI de los 10 delitos artísticos más graves.

Serán exhibidos en el museo antes de someterlos a trabajos de conservación, aunque el daño sufrido es menor, considerando que los ladrones que entraron al museo a través de una centana em 2002 los arrancaron de sus marcos.

El paisaje marino de Scheveningen, con un bote pesquero en un mar agitado bajo un cielo nublado y gris típicamente holandés, es una de las obras más tempranas de Van Gogh y la única en la colección del museo de las que realizó durante su residencia en La Haya. Le falta un pequeño fragmento rectangular de la esquina inferior izquierda.

El cuadro de la iglesia en Nuenen es una escena de la aldea donde vivían sus padres.

"Era un regalo para su madre, por eso tiene un carácter muy personal y emotivo", dijo Rueger.

 

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