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Cultura y Espectaculos

La rumba, un ritmo del caribe

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 19 Junio 2017 Visto: 2680

home rumbaAstrid García Oseguera. Algarabía

Ya sea por sus distintivos tambores o su contagioso trepidar, la rumba es un género musical que no pasa desapercibido.
Proveniente de la danza folklórica africana pero originada en Cuba, se caracteriza por conjugar los elementos cotidianos de la clase obrera de manera que se ha convertido en un estandarte para el pueblo cubano desde las primeras décadas del siglo xx.
Los ritmos de las piezas musicales de la rumba representan una invitación permanente para bailar a todo aquel que la escuche en una plaza, en una reunión con amigos o simplemente en una calurosa tarde. Curiosamente, la etimología de este son latino proviene del masculino 'rumbo' que significa alboroto, palabra que representa con exactitud lo que es una sesión de rumba.
No se puede determinar un sólo precursor étnico de «rumba», aun así, la palabra llegó a ser una denomi­nación para un conjunto de ritmos y bailes: el complejo de la rumba.

Considerada la madre de diversos géneros musicales --como la salsa y el Chachachá-- la rumba esconde en sus cadenciosos movimientos la historia, no sólo de una época musical, sino también de un periodo colmado de cambios políticos, sociales y económicos que han cruzado el mundo. El auge de este ritmo no sólo es exclusivo de Latinoamérica, también ha sido adoptado en países europeos como Francia y España.

Para que no te quedes con las ganas de ser parte de esta fascinante experiencia, Algarabía te invita al concierto de Los Rumberos de Massachusetts, grupo mexicano conformado por tres egresados de Berkeley que, aprovechando la calidez de una tarde soleada, decidieron salir a las calles de Boston para tocar covers de rumba en español. Desde ahí, su carrera despegó y han participado en festivales como él Vive Latino y la Cumbre Tajín.

 

El grabado y el imaginario popular de México

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 19 Junio 2017 Visto: 2673

posada interior2El grabado y las calaveras de José Guadalupe Posada forman parte de una de las corrientes artísticas más importantes y representativas de nuestro país
IGOR ÜBELGOTT. Excélsior

La impronta indeleble de Posada fueron sus calaveras, íntimamente ligadas a esa visión tan mexicana de la muerte, y que difícilmente podría sintetizarse como mero humor.

El arte popular y las artesanías están llenas de ejemplos de ese supuesto coqueteo que «el mexicano» —así, en abstracto— sostiene con la huesuda y su infatigable guadaña, y el Día de Muertos, con toda su parafernalia, tampoco ayuda mucho.

Pero sin duda gran parte de la culpa deben cargarla como pesada losa los artistas plásticos que insuflaron vida a nuestros muertitos, los vistieron y, como para menguar la nostalgia que nos deja su viaje sin retorno, nos los trajeron de vuelta y los hicieron protagonistas de estampas que, aún hoy, siguen dando vueltas en eso que llaman el «inconsciente colectivo».

Pero no sólo de calaveras se trata, sino también de hombres, mujeres y niños de la vida rural y urbana; políticos, magos y santurronas; juegos y diversiones populares; borrachos, asesinos y ladrones; toros y toreros, santos y diablos, milagros y cataclismos. Todo tan a la mano y tan al alcance como podía estarlo un libro de juegos, un refranero o un volante ilustrado por Manuel Manilla o por José Guadalupe Posada.

POSADA, EL SEÑOR DEL INFRAMUNDO
José Guadalupe Posada nació en la ciudad de Aguascalientes en 1852. Desde niño mostró inclinación artística y, de la mano de Trinidad Pedrozo, publicó sus primeras litografías en el periódico dominical El Jicote Ilustrado; desafortunadamente, la postura política de Pedrozo lo obligó a trasladarse a León, Guanajuato. Tras «ires y venires», Posada se mudó definitivamente a la Ciudad de México, donde se integró a la imprenta de Vanegas Arroyo en 1890.

Posada incursionó en las hojas volantes y en la sordidez de sus temas: calamidades, hechos sangrientos, profecías y nacimientos monstruosos. También ilustró la vida política del Porfiriato, del que fue un crítico agudo y certero; elaboró numerosas estampas religiosas que entonces eran consideradas como intercesoras ante la misericordia divina; además, dibujó numerosas viñetas acerca del tema del amor y para ilustrar cuentos fantásticos.

Sin embargo, la impronta indeleble de Posada fueron sus calaveras, íntimamente ligadas a esa visión tan mexicana de la muerte, y que difícilmente podría sintetizarse como mero humor. Las alegres calaveritas de Posada representan algo mucho más complejo: «burlonas, irónicas y hermosas, atestiguan el carácter de la vida como algo poco digno de tomarse en serio»; son, en apariencia, una sátira del hecho de morir, del destino inexorable de todos: los difuntos se despojan de su carne, se quedan en el puro hueso y bailan, se divierten y se exhiben al mundo que contempla entre risotadas su triste final. Pero esa risa es también una manera de exorcizar el miedo a la muerte, a la oscuridad y al silencio eternos, y hallar una manera, mientras aún está uno vivo, de ver el grave asunto de morirse «por el lado amable». A través de sus litografías, Posada permite, a quienes así lo quieran, compartir una vez más el tiempo y la vida con quienes «se nos adelantaron» en el camino al más allá —o hacia la nada.

EPÍLOGO
Ayer y hoy estas viñetas de vida y muerte han poblado nuestras mentes y nuestras almas. Nos acompañan en las hojas de papel picado con que decoramos nuestros altares, en la devoción de quien empuña una estampita como intercesora del perdón y la gracia divinas, en los que construyen mentalmente el México de principios del siglo xx a partir de esto que ven, en la playera negra de quien escribe estas líneas, o en otras innumerables herencias que sólo hay que levantarse y mirar. Y tú eliges si te ríes, o no.

 

El Huapango de Moncayo, el segundo himno de México

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 19 Junio 2017 Visto: 2855

moncayyoBasada en los sones veracruzanos “Siqui sirí”, “El Balalú” y “Gavilancito”, es la composición musical más conocida de México en el mundo

Excélsior

La música forma parte fundamental de nuestra esencia como mexicanos, escuchar una guitarra o una trompeta con notas de canciones mexicanas nos transporta de manera inmediata a nuestro país.

Existen frases como las de ‘Cielito Lindo’ que rápidamente nos identifican como mexicanos, pero, existe una canción que, con escuchar las primeras notas, aviva nuestras más profundas raíces: El Huapango de Moncayo.

El Huapango, conocido también como ‘El Segundo Himno de México’, es una de las composiciones mexicanas más conocidas a nivel mundial, y por supuesto una de las más representativas de nuestra cultura.

La obra se estrenó el 15 de agosto de 1941 en el teatro del Palacio de Bellas Artes, donde por primera vez la Orquesta Sinfónica de México -dirigida por Carlos Chávez- entonó la magnífica composición de José Pablo Moncayo.

El compositor jalisciense nació el 29 de junio de 1912, fue pianista, percusionista y director de orquesta. Es considerado uno de los músicos mexicanos más importantes junto a Silvestre Revueltas y Carlos Chávez.

Para componer el Huapango, Moncayo viajó por el estado de Veracruz, donde se inspiró en los ritmos del ‘El Siqusiri’, ‘El Balajú’ y ‘El Cavilancito’.

El tono alegre y festivo del Huapango refleja lo mejor de nuestra tierra y cultura, que Moncayo logró reflejar gracias a su amor por la naturaleza y el campo, impregnando sus diferentes texturas y olores en la música.

El Huapango se ha utilizado en varias ocasiones para promocionar México, productos mexicanos o industrias, convirtiéndose en un signo de identidad nacional.

Hoy 16 de junio, a 59 años de la muerte de José Pablo Moncayo, celebramos una de sus mejores obras, cuya tonada nos acompaña en cualquier lugar que nos encontremos, para recordarnos la belleza de nuestro país y sus tradiciones.

 

Por cuarta ocasión, obra de Ahuatzi ilustrará billete de la Lotería Nacional

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 19 Junio 2017 Visto: 2693

ahuatizzPor Víctor Hugo Varela Loyola. La Jornada de Oriente

El pintor Armando Ahuatzi explicó que la pintura que ilustra el billete del sorteo mayor del próximo 30 de junio de la Lotería Nacional habla de la historia y la tradición de Tlaxcala. Foto:Alejandro Ancona/La Jornada de Oriente
Por cuarta ocasión, una pintura del artista plástico tlaxcalteca, Armando Ahuatzi, ilustrará el billete del premio mayor de la Lotería Nacional (Lotenal) para el sorteo del próximo 30 de junio. Esta ocasión, la obra aborda la tradición taurina y la religión en Tlaxcala.

Hasta el momento, Armando Ahuatzi, originario del municipio de Chiautempan, y Antonio Delmar son los únicos artistas plásticos tlaxcaltecas cuyas obras han sido tomadas en cuenta por la Lotenal para ilustrar los billetes de este certamen, lo que significa un reconocimiento a la trayectoria y quehacer creativo de ambos.

En rueda de prensa, el artista plástico explicó que esta ocasión la pintura que ilustra el billete del sorteo mayor del 30 de junio de la Lotenal habla de la historia y la tradición de Tlaxcala. “Manejo unas imágenes de la tradición taurina en cuanto a la religión”, ésta última representada por la virgen de la Macarena, la cual es venerada por los toreros, lo que también implica la vinculación que existe entre España y Tlaxcala.

“Es una experiencia altamente emotiva, pues me dan la oportunidad por cuarta ocasión de ilustrar un billete con una obra mía, que lleva un mensaje claro, creo que es bien importante para cada uno de los tlaxcaltecas el recuperar y el hacer vibrar, primero dentro de nuestras emociones lo que es nuestra historia, nuestra cultura, nuestras tradiciones, que como mexicanos se diversifica todavía más eso”.

Recordó que las otras tres obras suyas que ilustraron un billete de la Lotería Nacional fueron una imagen de una campesina de Atlangatepec; una ofrenda de las festividades de Todos Santos; y la última sobre una romería por las fiestas patrias que se celebran en México en el mes de septiembre.

Por su parte, el Director General del Instituto Tlaxcalteca de Cultura (ITC), José Antonio González Necoechea expuso que para la entidad representa una satisfacción y un orgullo que se reconozca de nueva cuenta la obra, el legado y la incansable promoción de Tlaxcala que ha realizado Armando Ahuatzi.

La obra que ilustra el billete es sobre la tradición taurina
En la rueda de prensa también estuvo presente Patricia González Covarrubias, jefa de la Agencia Oficial de la Lotenal para Puebla y Tlaxcala, quien informó que el sorteo del próximo 30 de junio repartirá 43 millones de pesos, de los cuales 15 millones de pesos son para el premio mayor.

Refirió que es el director de la Lotenal, Pedro Pablo Treviño Villarreal, quien elige la ilustración de los billetes de concurso. Abundó que la venta de los billetes para ese sorteo iniciará a partir de la próxima semana en todo el país y se lazarán tres series de 60 mil números cada uno.

 

Maximiliano I

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 19 Junio 2017 Visto: 2943

maximiliano historia imperio movil(Viena, 1832 - Querétaro, México, 1867) Emperador de México (1864-1867). Maximiliano era un archiduque de la Casa de Habsburgo, hermano del emperador Francisco José I de Austria y yerno del rey belga Leopoldo I. En 1857 fue nombrado gobernador de las provincias italianas de Lombardía y el Véneto, pertenecientes al Imperio Austriaco; y, como tal, sufrió el ataque del Piamonte que, con el apoyo militar del Segundo Imperio francés, le arrebató la Lombardía y puso en marcha la unificación de Italia en 1859.

Maximiliano I

Desde entonces se retiró de la vida pública, dedicándose a viajar y estudiar botánica. En 1863 Maximiliano volvió a entrar en los planes de Napoleón III: el emperador francés había invadido México para exigir el pago de las deudas del gobierno de Benito Juárez en 1861 y, una vez allí, había decidido convertirlo en un Estado satélite, desde el cual contener la influencia anglosajona en América Latina en beneficio de Francia, aprovechando el debilitamiento de los Estados Unidos por la Guerra de Secesión (1861-65).

Napoleón hizo que la asamblea de notables conservadores que le apoyaban en México ofreciera la Corona del país a Maximiliano, para así reconciliarse con Austria y compensarle por la pérdida del Piamonte. Maximiliano aceptó en 1864 y se convirtió en emperador de México, apoyándose en la opinión católica y conservadora frente a los liberales de Juárez, que contaban con el apoyo popular.

Maximiliano I aplicó una política encaminada a propósitos liberales afectando a los grupos conservadores, pues con los decretos sobre nacionalización de bienes eclesiásticos y de libertad de cultos, ratificó las Leyes de Reforma juaristas. Su popularidad fue cayendo no sólo ante los ojos de los conservadores mexicanos que lo colocaron en el poder, sino ante el mismo Napoleón III, quien le retiró su ayuda económica y militar.

Las fuerzas nacionalistas liberales provocaron una guerra civil y obligaron a Maximiliano a pedir ayuda a sus promotores. La emperatriz Carlota de México viajó a Francia y Roma para pedir apoyo, pero durante su estancia en Europa enloqueció, por lo que quedó recluida en Tervueren, Bélgica. Las fuerzas liberales comandadas por los generales Ramón Corona y Mariano Escobedo avanzaron hasta Querétaro, en donde los enfrentó el mismo emperador y los generales Miguel Miramón y Tomás Mejía, sin éxito. Fueron aprehendidos y condenados a muerte, sentencia que se ejecutó en el Cerro de las Campanas el 19 de junio de 1867. Sus restos fueron enviados a Austria y enterrados allí.

 

Cronista y narrador mexicano, Carlos Monsiváis

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 19 Junio 2017 Visto: 3022

Carlos Monsivais(Ciudad de México, 1938 - 2010) Ensayista, cronista y narrador mexicano considerado una de las inteligencias más lúcidas de la cultura de su país. Cursó estudios en la Escuela Nacional de Economía y en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional. Dirigió suplementos culturales en los más importantes diarios y revistas de México y durante mucho tiempo fue asiduo colaborador de múltiples publicaciones periódicas. Con el tiempo llegaría a ser cofundador y director de destacados diarios que ejercerían una gran influencia en el desarrollo del periodismo mexicano. Debe destacarse, por otro lado, su labor como investigador en el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México.
Carlos Monsiváis
Dotado desde muy joven de un vasto bagaje cultural, su humanismo polifacético hizo de Monsiváis uno de los pensadores que mejor supo indagar en los aspectos fundamentales de la sociedad, la política y la cultura mexicanas. Monsiváis cultivó especialmente la crónica y el ensayo, con una temática y un interés estrechamente relacionados con los problemas actuales y comprometidos con las luchas populares de México y América Latina. Su aguda inteligencia se manifiesta a través de una eficaz ironía y de su estilo crítico, festivo y desenfadado.
Sus crónicas periodísticas se recopilaron en numerosos volúmenes: Principios y potestades (1969); Días de guardar (1971), sobre la matanza de estudiantes en la plaza de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968; Amor perdido (1976), libro centrado en algunas figuras míticas del cine, la canción popular, el sindicalismo, la militancia de izquierda y la ideología burguesa; Entrada libre (1987), donde recogió sus crónicas sobre la nueva sociedad mexicana; Escenas de pudor y liviandad (1988), que disecciona con humor, acidez y ternura el mundo del espectáculo; Los rituales del caos (1995), donde pinta una panorama desolador, en medio de la debacle de la clase política y la crisis de la democracia; y otras recopilaciones como Sabor a PRI, ¿De qué se ríe el licenciado? y Rostros del cine mexicano.
Pero su género predilecto fue el ensayo, en el que trató variados temas relacionados con la cultura mexicana. Destacan entre ellos Características de la cultura nacional (1969); Historias para temblar: 19 de septiembre de 1985 (1988); Aires de familia: cultura y sociedad en América Latina (2000) y Yo te bendigo, vida (2002), sobre la vida y la obra de Amado Nervo. Editó además diversas antologías literarias en las que su puso de relieve su reivindicación de la poesía y la canción popular: La poesía mexicana del siglo XX (1966), La poesía mexicana II, 1914-1979 (1979), La poesía mexicana III (1985), Lo fugitivo permanece. 20 cuentos mexicanos (1990) o Amanecer en el valle del Sinú: antología poética (2006), a partir de la obra del poeta Raúl Gómez Jattin.

Entre sus textos biográficos destaca Frida Kahlo: una vida, una obra (1992). Su única incursión en la narrativa fue el Nuevo catecismo para indios remisos (1982). Recibió entre otros reconocimientos el premio Villaurrutia (1996) y el Anagrama de Ensayo (2000), que le fue concedido en España por su obra Aires de familia: cultura y sociedad en América Latina. En 2006 recibió el premio Juan Rulfo y publicó Imágenes de la tradición viva. Sus últimos títulos fueron Las alusiones perdidas (2007) y El 68, la tradición de la resistencia (2008).

 

Te compartimos parte de la arquitectura de Calpulalpan

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 14 Junio 2017 Visto: 3438

DSC04350ffffffffffffffConvento de San Simón y San Judas y Parroquia de San Antonio de Padua.- La Iglesia y el convento de Calpulalpan se encuentran bajo la advocación de San Antonio de Padua, San Simón y San Judas, aunque aparecen esculpidos en la fachada de la Iglesia sobre el tercer cuerpo, han quedado olvidados a pesar de ser los nombres cristianos de aquella población. En la archivolta se descubre chalchihuites y guías con elementos propios de la cultura mexicana. Las dos torres también son de tres cuerpos, la del norte es la original, la otra fue construida en 1940-42. La nave tenía bóveda de medio cañón, pero el incendio provocado por los carrancistas en 1915 lo destruyó, por ello, años más tarde se construyó una bóveda plana de ladrillos.

Después de haber sido tan rico, el interior es de los más pobres, tanto el retablo como las imágenes religiosas, todo lo que se encontraba en el interior se incineró durante la revolución. Parroquia de San Antonio de Padua. El retablo destruido no era el original, más bien se colocó a fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Era de estilo neoclásico, semejante al que se conserva en la actualidad en la capilla de la Tercera Orden. El primer retablo era barroco, estaba decorado en oro, incluía pinturas al óleo y esculturas de madera en bulto, un fragmento de él se conserva en buen estado, el que tiene actualmente es del segundo cuarto de este siglo.

La Capilla de la Tercera Orden.- Conserva el retablo y los altares laterales neoclásicos, así como esculturas antiguas de santos. A un costado se encuentra una pequeña capilla destinada al culto de la Virgen María, en cuyo interior se aprecian los muros y el cielo raso con decoraciones de principios del siglo. Las capillas del Rosario y de San Antonio de Padua se decoraron a mediados del presente siglo. El baptisterio es austero. Todas las naves, excluyendo la mayor, tienen cúpulas ricamente elaboradas con ladrillos y argamasa de cal y arena.

El claustro de dos plantas se conserva casi intacto con excepción de los pretiles que se modificaron. El brocal primitivo del pozo fue destruido en la década de los sesenta. Resulta necesario destacar el colorido y la belleza de las pinturas murales protegidas en los nichos de los rincones, según parecen haberse elaborado en 1764 por Sebastián de Avila. Interior de la parroquia de San Antonio de Padua. En los mismos muros de ambas plantas hay frisos típicos en blanco y negro que corren por los cuatro muros. Las columnas son dignas de mencionar. Es el único caso en Tlaxcala donde troncos gruesos de árboles se encuentran sosteniendo el piso de los corredores de la segunda planta y la techumbre del mismo nivel.

En la sacristía existe un lienzo pintado al temple en blanco y negro sobre tres muros, dividido en siete escenas que representan a seis santos, identificándose a Santa Clara, San Francisco y San Buena Ventura, la séptima es El Calvario representado en una forma exquisita, aparecen en él tres personajes con Jesús crucificado. En un pequeño portal construido en el siglo XVI, situado en el extremo sur del convento que parece haber servido de recibidor, está un mapa pintado en blanco y negro donde se aprecia el convento en una de sus etapas iniciales de construcción, al igual que las iglesias, los nombres de los pueblos en jeroglíficos náhuatl y los caminos que cubrían la parroquia en el siglo del arribo franciscano.

En la segunda planta la biblioteca presenta en sus muros pintura mural policroma del siglo XVI, las escenas son arcos de medio punto y otros pintados en negro y gris, decorados en la parte superior con elementos vegetales policromos. Enmarcan símbolos propios del cristianismo en negro. En la misma planta, en el corredor de las celdas, se encuentran expuestos tres tipos de elementos decorativos: el lienzo blanco y negro del remate, Jesucristo en la cruz pintado al óleo policromo sobre el muro, y finalmente una rica colección de pinturas de caballete que abarca varios siglos concluyendo en el siglo XIX. El atrio es amplio, la entrada al norte no deja de recordar los templos prehispánicos de los indios, ya que la escalinata está construida con las mismas piedras de los recintos ceremoniales, propiciando la forma de una pirámide semicircular. Fue en el año de 1608 cuando la iglesia se concluyó, como lo indica una inscripción en la parte exterior del coro.

Zona arqueológica Yehualica (Cerro redondo).- Se ubica en el extremo norte de la sierra nevada, dentro de los límites del municipio perteneciente a Calpulalpan, el sitio arqueológico Yehualica está asentado sobre la cima del cerro homónimo del que es uno de los palacios de Netzahuacóyotl.

El cerro es una meseta boscosa de apariencia plana con pequeños valles cultivados y montículos naturales de escasa altura, la pendiente del terreno es de 14° rumbo norte. Desde cualquier punto geográfico que se le observe presenta una forma redonda, motivo causal del nombre náhuatl "Cerro redondo". El sitio total es de 180 X 150 m, fue delimitado hasta donde abarcan los elementos cerámicos y arquitectónicos. Es clara la presencia de 8 estructuras. El edificio mayor conserva su orientación NS, el cual se construyó sobre elevada formación de origen natural de escasa altura a la que se agregaron piedras pegadas con lodo de tal forma que pudiera completarse el núcleo. Está formado por un cuerpo de paredes talúdicas de base octagonal.

El revestimiento es de piedras angulares, algunas talladas y pegadas con lodo, en otras partes todavía pueden observarse la presencia de estuco aplicado encima. El material de construcción fue extraído del mismo macizo rocoso ubicado 100 m, al SW. En la parte superior existen restos de unos diez cuartos pequeños comunicados por accesos cortos y angostos, como parte del conjunto hay una estructura que por su altura parece haber sido la sala más importante del edificio con relación al resto del mismo, al frente de ésta se encuentra un orificio circular de lo que parece ser un pozo con el contorno de piedra.

Casi todo el contorno del edificio está rodeado en su extremo superior por una ancha muralla de 2 m, de espesor y una altura de 50 m. Es seguro que llegó a tener almenas como la muralla de Tenochtitlán o Huexotla, de igual forma en Texcoco los palacios o cillan estaban "limitados por anchas murallas". Sobre la esquina noreste aparecieron restos de un muro de menor espesor y material diferente, está construido con tezontle rojo, donde se utilizó cal y tierra, se revistió por ambos lados con estuco de cascajo fino del mismo color que el tezontle, materiales que pudieron haberse importado del nicho ecológico del Mal País, lugar muy cercano. Las construcciones se atribuyen a "los obreros mayores o arquitectos Xilomatzin, señor de Culhuacan y Moquihuitzin, de Tlatelolco".

Zona arqueológica La Herradura.- Heredera de la Cultura teotihuacana - acolhua.- Antes de ser habitada la región noroeste del actual estado de Tlaxcala, ésta representó, para la gente que habitaba la cuenca del valle de México y otros grupos prehispánicos, una zona importante de paso o corredor, que permitía transitar hacia el Golfo y Sur de mesoamérica con fines de intercambio comercial. Calpulalpan integró un punto de dicho corredor. Esta región fue ocupada en un periodo muy tardío. La recién explorada zona arqueológica de La Herradura, parece confirmar lo anterior, pues en este lugar se han encontrado restos de la cultura teotihuacana, correspondiente al llamado periodo clásico, así como también elementos de la cultura acolhua en un periodo postclásico. Los hallazgos en esta zona comprenden desde plataformas piramidales, diversas áreas habitacionales y otros elementos de uso común. Esta área se encuentra aún en investigación por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Zona arqueológica Tecoaque.- En este sitio arqueológico, cuyo nombre se deriva de las voces náhuatl tetli-piedra y coac-serpiente y que-plural. Por lo cual significa "en donde están las serpientes de piedra". Tecoaque es un sitio arqueológico culturalmente ligado al dominio y expansión de Teotihuacán, el cual atravesó una considerable porción del norte del actual estado de Tlaxcala y fue por donde transitaban sus comerciantes rumbo al sureste de Mesoamérica. Por tal motivo, la vida cultural del sitio empezó probablemente con Tetotihucán, alrededor del año 100 a.C. El sitio se localiza en los llanos de Calpulalpan, sobre una planicie fértil, propia para el cultivo, actividad indispensable para el desarrollo de las altas culturas mesoamericanas.

La localización especial del sitio corresponde al modelo teotihuacano de ciudad o poblado, en espacios abiertos como son los valles. Hasta ahora se han explorado aproximadamente 800 metros cuadrados y un total de once montículos de pequeño tamaño. Sin duda Tecoaque fue un sitio de carácter habitacional, en cuya construcción se empleó considerablemente el tezontle y como adhesivo mortero de cal y arena. Sus recintos habitacionales tienen una disposición rectangular y son flanco de un patio de similar forma, creando de esta manera una unidad cerrada comunicada al exterior mediante un pequeño pasillo. Al centro de la zona arqueológica se localiza un conjunto de montículos y pequeñas plataformas que, indudablemente estuvieron ligadas a actividades y funciones religiosas.

Zona Arqueológica de Tecoaque.
Zona arqueológica Los Cerritos.- Situada a 2 km. al oeste de la población de Calpulalpan, ésta zona pertenece, en sus primeras etapas constructivas, a la cultura teotihuacana y, posteriormente, a la mexica. Es evidente el paso de grupos españoles por este lugar durante la etapa de la conquista.

Haciendas

Amantla.- En la actualidad la hacienda en su mayor parte está en ruinas, pues ya no cuenta con cubiertas, además de que se encuentran muy deteriorados los interiores. El ancho de los muros es de 70 cm, la construcción es de un nivel. Los espacios arquitectónicos con que contaba esta hacienda son: troje, tinacal, machero y calpanerías o (casas de los peones), su producción principal era agrícola y pulquera. La construcción se calcula fue en el siglo XVIII. Los materiales que integran la construcción de la hacienda son principalmente piedra y adobe. Amantla está construida en un valle y en una zona topográfica de llano.

Coesillos.- A la fecha sólo cuenta con unos paredones, ya que en años anteriores se nota que la demolieron; actualmente, se encuentra funcionando un vivero de la SAGAR, se puede observar que la construcción estaba constituida por un sólo nivel, cuyos muros tenían un ancho de 0.7 cm.

Los espacios arquitectónicos propios de la hacienda fueron: troje, capilla, calpanerías, o (casas de los peones), la casa del hacendado y de corrales. La actividad de esta hacienda era pulquera. La época de construcción de esta hacienda data del siglo XVIII. Los principales materiales de construcción son de piedra y adobe. La hacienda se construyó en un valle y una área topográfica de llano.

Mazapa.- Esta hacienda en su época fue muy grande. Actualmente, sólo en lo que fue la calpanería de la hacienda, se encuentra el 80% de la población de Mazapa. Aún cuenta con la entrada principal que es la misma entrada a la población. En la actualidad el régimen de propiedad es privado. Los espacios arquitectónicos de la hacienda fueron: troje, tinacal, machero, capilla, calpanería o casa de los peones, casa del hacendado y corrales. La principal producción de esta hacienda era agrícola y pulquera. Por su gran tamaño la hacienda se construyó en dos épocas, en el siglo XVIII y XIX. La infraestructura de dicho inmueble se encuentra en malas condiciones, pero aún puede ser restaurable. Los principales materiales que se utilizaron para esta construcción fueron el ladrillo, la piedra y adobe. Detrás del sistema constructivo tuvo apoyos como muros de cantera y mampostería, así como columnas de cantera, contrafuertes en mampostería y con cerramientos de platabanda y en arco; sus cubiertas son planas, en viga de madera y terrado. Su principal peculiaridad es que se construyó en una zona montañosa y topográficamente en ladera.

San Bartolomé del Monte.- En proceso de restauración. Como consecuencia, ha sufrido bastantes alteraciones tanto exteriores como interiores, debido al cambio de cubierta original por concreto, así como al cambio y aumento de columnas. Los espacios arquitectónicos correspondientes a la hacienda son: troje, tinacal, machero, capilla, calpanerías o c asas de los peones y la casa del hacendado. La hacienda, en su época de apogeo, se caracterizó por una producción agrícola y pulquera. Se construyó durante el porfiriato. Los materiales que se utilizaron para la construcción de dicha hacienda fueron piedra, ladrillo y mixto; sus cubiertas son planas en madera y ladrillo, y abovedadas cupulares en ladrillo. En los sistemas constructivos cuenta con apoyos en muros, en mampostería, aparejos, tapia y mixtos y en adosados en cantería, mampostería y aparejos. También cuenta con cerramientos de platabanda y arco, tiene cubiertas en viga de madera y ladrillo terrado, viga acero y terrado y, por último, cubierta de losa de concreto, en lo que se refiere a bóvedas éstas son de cañón. La hacienda se construyó en una zona de lomeríos, y topográficamente en una ladera.

ex hacienda de San Bartolomé del Monte.
San Cristóbal.- Actualmente, su régimen de propiedad es privado. Cuenta con tres columnas de madera en el patio interior. Los espacios arquitectónicos que la distinguían, fueron: troje, tinacal, machero, establo, capilla y casa del hacendado. En esa época su principal producción era agrícola y pulquera. Su construcción data del siglo XIX; los materiales originales de construcción fueron muros corridos en piedra, ladrillo y mixtos, así como columnas y pilastras aisladas en ladrillo y madera, tenían cubiertas, planas en madera y ladrillo así como también cubiertas abovedadas cupulares en ladrillo. Los sistemas constructivos empleados fueron muros de mampostería, aparejo y mixtos; en los cerramientos se utilizó plantabanda y arcos; las cubiertas fueron planas con viga de madera y ladrillo terrado, así como cubiertas abovedadas en cañón con lunetos, la hacienda se construyó en una zona montañosa, topográficamente en una ladera.

San Miguel Calpulalpan.- En la actualidad la infraestructura de la hacienda se ha remodelado, aún así se conserva muy poco de su estructura original. Constituye una propiedad privada. Los espacios arquitectónicos con que contaba la hacienda son: troje, tinacal, machero, establo, calpanerías o casas de los peones, casa del hacendado y de corrales; el principal tipo de producción era pulquera. La época de construcción fue en dos etapas durante los siglos XVIII y XIX. Los principales materiales que se utilizaron para la construcción de esta hacienda fueron, muros de ladrillo y adobe, en columnas y pilastras fueron de ladrillo, en arcos y platabanda se utilizó también el ladrillo, en cubiertas planas fueron hechas en madera y ladrillo; los sistemas empleados en muros fueron de mampostería y aparejos, en columnas, mampostería; en cerramientos se utilizó el sistema de plantabanda y arcos; en las cubiertas planas se utilizó la viga de madera y ladrillo terrado, esta hacienda se construyó en una zona geográfica de llanos entre montañas.

Zoaquipan.- En la actualidad la infraestructura de esta hacienda se encuentra dividida entre varios propietarios, además de que gran parte de ella está en ruinas, el régimen de propiedad es privado.

ex hacienda Zoquiapan siglo xviii
Las principales áreas de construcción con que cuenta la hacienda son: troje, tinacal, macheros, capilla, calpanerías, casa del hacendado y corrales. El principal tipo de producción era agrícola, ganadera y pulquera, la época de construcción corresponde al siglo XIX. Los materiales que se emplearon en muros fueron ladrillo y adobe; en columnas pilastras ladrillo en arcos y plantabanda se utilizó la madera y ladrillo; en cubiertas se utilizaron madera y teja, así como ladrillo y madera. Los sistemas de construcción empleados utilizados en muros fueron la mampostería y aparejos; en columnas y pilares, aparejos en cerramientos; dintel, platanbanda y arcos. En las cubiertas el sistema constructivo que se empleó en planas fue de vigas de madera y teja, viga de madera y ladrillo terrado y en bóveda de cañón con lunetos. Se construyó en una zona geográfica de llanos entre montañas.

 

Te invitamos a conocer un poco de la historia del municipio de Calpulalpan

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 14 Junio 2017 Visto: 2726

imagen 128 0La historia no escrita de Zultépec-Tecoaque, Tlaxcala
Enrique Martínez Vargas. Arqueología Mexicana

En este texto se abordan aspectos desconocidos hasta hace poco, relacionados con las vivencias en cautiverio de un grupo de europeos detenidos y llevados por los guerreros al sitio de Zultépec-Tecoaque, en Tlaxcala. Esos europeos luego fueron incorporados al mundo mítico religioso mesoamericano mediante diversas ceremonias relacionadas con el calendario religioso nahua.

Zultépec-Tecoaque se localiza en la región occidental del estado de Tlaxcala, a una altitud de 2600 msnm, en el municipio de Calpulalpan, y colinda con el estado de México e Hidalgo. La historia de la ocupación del lugar es larga y compleja, y se conservan restos materiales de la arquitectura y vestigios asociados a las formas de resistencia que presentaron los indígenas del asentamiento a la conquista de los europeos y sus aliados. En este texto se abordan aspectos desconocidos hasta hace poco, relacionados con las vivencias en cautiverio de un grupo de europeos detenidos y llevados por los guerreros al sitio. Esos europeos luego fueron incorporados al mundo mítico religioso mesoamericano mediante diversas ceremonias relacionadas con el calendario religioso nahua.

En 1520 el asentamiento fue escenario de uno de los episodios relevantes del contacto entre europeos e indígenas acolhuas al inicio de la conquista de México. Algunos detalles en relación con los acontecimientos aparecen en algunas de las fuentes históricas del siglo XVI (Cartas de Relación de Hernán Cortes, Historia verdadera de la conquista de la Nueva España de Bernal Díaz del Castillo, entre otras). El mayor aporte de información proviene de las investigaciones arqueológicas sistemáticas efectuadas por el INAH en el antiguo asentamiento. Los estudios y análisis de los datos recuperados han llevado a desentrañar aspectos desconocidos sobre el proceso del contacto y la conquista de México.

Nuevos datos

Al reiniciar la investigación arqueológica en el presente año en el área habitacional del asentamiento, se ha recuperado información cuya interpretación permite profundizar en el cautiverio de los europeos y sus aliados. En esa zona habitacional, que se localiza hacia el oeste, norte y sur del centro ceremonial, es posible observar modificaciones realizadas en el último momento constructivo del asentamiento (1520-1521 d.C.) para resguardar a los cautivos y controlar la circulación y contacto de los capturados con la mayor parte de la población.

Ante la carencia de una especie de cárcel que permitiera resguardar a los cautivos (más de 350 personas de ambos sexos, entre hispanos y aliados indígenas), algunas viviendas de personajes importantes fueron modificadas, y se adaptaron a las necesidades de ese momento, para resguardar a los europeos y sus aliados indígenas. Las modificaciones consistieron en la clausura de pasillos y de algunos accesos, y la trasformación del interior de algunos aposentos mediante muros divisorios de piedra y adobe, entre otras cosas.

Durante las exploraciones en el Grupo Habitacional Sur, en el aposento ubicado en la esquina noreste se localizaron en contacto con el piso restos de un esqueleto de sexo femenino con características que permitieron establecer su filiación europea. El análisis antropofísico y espacial de los restos óseos permitió establecer que estaba colocado en posición anatómica y en proceso de desmembramiento pos mortem; se observa la falta de algunos de los huesos largos inferiores: pelvis y fémur, del lado izquierdo; y la ausencia de parte de los superiores: húmero, cúbito y radio, del lado derecho, además de ambas manos. Ello permite suponer que después del sacrificio, el cuerpo fue llevado al aposento, el cual era adecuado para la manipulación cultural pos mortem de los cadáveres, de manera especial para la extracción de huesos largos, posiblemente para la obtención de los llamados “huesos trofeo” apreciados por los guerreros. La osamenta estaba acompañada de una pequeña jarra de cerámica de la fase Azteca IV, en cuyo interior se localizaron restos de una rata de campo cocida.

Figurillas de cerámica
y escultura en piedra de carácter religioso europeo

Cabe la posibilidad de que entre los miembros de la caravana viajara un religioso franciscano de los que habían llegado a Veracruz, quien a pesar de su cautiverio buscó relacionarse con los habitantes del lugar para continuar su tarea evangelizadora. Lo anterior se basa en que en Zultépec-Tecoaque se localizaron figurillas, de manufactura tradicional indígena, con rasgos de imágenes religiosas europeas, algunas de las cuales se pueden relacionar con la vestimenta de ése u otros frailes, así como representaciones de imágenes sagradas veneradas por los europeos. La técnica de modelado y los materiales son de los usados por los alfareros prehispánicos, sin embargo, las imágenes corresponden a diferentes santos o a representaciones sacras. Es posible observar la presencia de conceptos como el del “diablo o demonio”, cuya representación lleva los cuernos característicos, que en la religión católica se relacionan con lo malo. Lo anterior indica algún tipo de vínculo entre captores y prisioneros, a los cuales se les consideró cautivos de guerra, de acuerdo con el código indígena.

Al interior de un aljibe (núm. 11) se localizó una imagen trabajada en piedra, que representa posiblemente a alguna deidad europea. Está cubierta en cinabrio y tiene una corona blanca y estucada; la imagen estaba acompañada con representaciones de carácter religioso prehispánico como Tláloc y Quetzalcóatl, en un ritual que posiblemente indique sincretismo religioso.

Enrique Martínez Vargas. Doctor en estudios mesoamericanos (2005). Director del Proyecto Especial Tecoaque desde 1991 hasta la fecha y encargado de las zonas arqueológicas del occidente de Tlaxcala.

Martínez Vargas, Enrique, “La historia no escrita de Zultépec-Tecoaque, Tlaxcala”, Arqueología Mexicana núm. 139, pp. 54-59.

Texto completo en la edición impresa. Si desea adquirir un ejemplar:

http://raices.com.mx/tienda/revistas-tlaxcala-AM139

 

Convocatoria ITC FIT

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 14 Junio 2017 Visto: 2759

comvocatoria itcEdith López Sánchez. CORACYT

La 32 edición del Festival Internacional de Títeres “Rosete Aranda” se llevará a cabo del 15 al 29 de octubre. Las convocatorias se encuentran abiertas para recibir las postulaciones de los grupos extranjeros, nacionales y locales hasta el 28 de julio del año en curso. Juan Antonio González Necoechea director general del ITC hace énfasis para que los grupos tlaxcaltecas para que participen.
Quiero aprovechar el medio para invitar a todos los grupos a que revisen la convocatoria, principalmente a los grupos locales. Tlaxcala se ha distinguido por la participación de calidad de los grupos locales, entonces está la convocatoria abierta, ahí está para todos los que se sepan interesados en participar. Las agrupaciones interesadas deben llenar ficha de participación adjuntar material solicitado, la notificación de participación se dará a conocer el 4 de agosto. La obra deberá tener una duración de 50 minutos, en idioma español primordialmente y técnica de hilos sin excluir las demás.
La actividad es muy amplia, muy diversa y este año va a estar enriquecida por actividades que sean innovadoras y cuando llegue el momento las estaremos anunciando con toda oportunidad, porque lo que queremos es reconocer a los artistas locales, a los titiriteros locales. Para mayor información pueden escribir al correo electrónico festival,títeres,mexicomail.com, consultar redes sociales y la página web www.culturatlaxcala.com.mx

 

La piratería en la historia de México

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 14 Junio 2017 Visto: 2855

pitaCarlos Bautista Rojas. Algarabía

Un especialista nos cuenta, a grades rasgos, cómo se vivió la piratería en las costas mexicanas durante el Virreinato.

Con motivo del estreno de la cinta Piratas del Caribe: la venganza de Salazar —Pirates of the Caribbean: Dead Men Tell No Tales— (2017), nuestros amigos de Walt Disney México, nos contactaron con el maestro Mario Cisneros, divulgador especializado del patrimonio Cultural del Instituto Nacional de Antropología e Historia —inah— en Campeche, para contarnos, a grades rasgos, cómo se vivió la piratería en las costas mexicanas durante el Virreinato.
He aquí el resultado de esa conversación:
Carlos Bautista [C.B]: ¿Cómo empezó la piratería en México? ¿Qué fue lo que la distinguió de otros países?
Mario Cisneros [M.C]: Es una pregunta bastante abierta. Las cuestiones políticas y económicas que impulsaron la piratería fueron similares en Europa como aquí, en el continente americano. Fueron terroríficos, de pesadilla, los ataques furtivos que recibieron las ciudades costeras y todo lo que estuviera vinculado económicamente con España. ¿Cómo inicia? Pues desde que llegaron los primeros exploradores al continente americano, en los primeros asentamientos en las costas; después, con el descubrimiento del oro y la plata, aumentaron como nunca estos ataques piratas.
C.B: Estamos hablando de que era la época del Virreinato en México, entre los siglos XVI y XVIII. ¿En aquel entonces, cuales eran los puntos atacados con mayor frecuencia?
M.C: Bueno, aquí en el Golfo de México, Veracruz y Campeche eran los dos puertos más relevantes de los que salía toda una serie de mercancías que eran transportadas a Europa, y por lo mismo, eran los blancos de ataque de estos ladrones marítimos. Fuera de México, en el Caribe fue donde más ocurrió esto, en las poblaciones españolas como Cuba, La Española, Jamaica..., que estaban ya pobladas y apenas en desarrollo.
C.B: Históricamente tenemos muchas referencias de los ataques de piratas como Henry Morgan —que asoló Panamá— o Francis Drake, pero ¿qué piratas célebres atacaban de forma recurrente en México?
M.C: Sobre todo aquí en Campeche; se dice que era tan hermosa la ciudad que hasta ellos se enamoraban y por eso venían con frecuencia. Piratas célebres había muchos, uno muy conocido en el siglo xvii fue Lewis Scot, un bucanero inglés que fue de los primeros en invadir costas del Caribe; otro de fama muy fúnebre: Laurent de Graaf (1653-1704) llamado «Laurencillo», un filibustero neerlandés que atacó Campeche dos veces; en una de ellas se quedó hasta tres meses y al irse realizó el ataque más cruento: destruyó la mayor parte del pueblo, incendió todo, secuestró y asesinó a cuantos pudo y se llevó todas las mercancías.
Se dice que arrancó hasta las puertas: mandó desarmar los herrajes de las puertas y ventanas de las casas más grandes, asaltando todas las iglesias, llevándose los objetos de culto religioso.

Otros piratas que atacaban con frecuencia eran William Jackson, Eduard Mansvelt, también neerlandés que los británicos reclutaron en Jamaica... en fin: hubo muchos muy reconocidos.
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C.B: ¿Cómo se defendían estas ciudades de los piratas? ¿Cuáles eran sus fuerzas de resistencia o militares, si es que las tenían?
M.C: Es una muy buena pregunta, ya que justo por la falta de presupuesto de la Corona Española, muchas de estas poblaciones estaban abandonadas e indefensas.
Por lo regular, de la defensa de estos pueblos se encargaban los particulares, la misma gente que vivía en la ciudad.

Aquí, concretamente en Campeche, primero se construyeron algunas formas de defensa: atalayas y algunos edificios aislados, pero no fueron muy efectivos contra la ferocidad de estos señores. Después de un asalto pirata, por ejemplo de «Laurencillo» que arrasó la ciudad, las autoridades españolas y la población de Campeche se unió para crear todo un sistema defensivo que consistió en rodear la ciudad con una muralla —de más de 6 metros de altura y más de mil 500 metros de largo— en forma de un hexágono; era un circuito que aislaba la ciudad y que tenía en sus vértices baluartes para que ahí se pudiera instalar artillería que amedrentara a los piratas y resultara eficaz frente a los ataques.
C.B: Por eso se le conoce como La Ciudad Amurallada ¿no?
M.C: Precisamente, desde 1999 Campeche fue reconocida por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad, porque es una de las contadas ciudades del mundo con murallas y fortificaciones.
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C.B: ¿Y estos piratas de cuántos eran sus grupos de ataque? Porque me imagino que no serían sólo una docena de personas, sino que eran grupos grandes.
M.C: Se dice que hay dos épocas o dos momentos de la piratería: cuando algunos barcos con individuos temerarios empiezan a merodear y asaltar a otras naves pequeñas, y después cuando ya son grupos organizados, decididos a asaltar puertos enteros.
Por ejemplo «Laurencillo», en uno de sus ataques a Campeche, trajo a mil hombres en aproximadamente 20 naves.

Otro pirata que asaltó Santo Domingo, en Jamaica, se dice que atracó en la isla con 13 mil hombres. Un almirante inglés de la época aseguraba que se necesitaban a cientos de personas para hacerse de un sólo punto de dominio. Las evidencias históricas nos revelan que se trataba de gente muy organizada y bastante bien armada.
C.B: ¿Cuántas personas cabían en un barco pirata de aquella época?
M.C: Depende, los barcos tenían siempre diferentes dimensiones; las galeras tenían entre 15 o 20 metros de ancho por 60 de largo; en esas embarcaciones llegaban a caber alrededor de cien personas; muy hacinadas, por cierto.
C.B: ¿A qué lecturas puede acudir uno para acercarse más y de forma confiable a cómo fue realmente la historia de la piratería en México?
M.C: Hay algunos libros que se han publicado. Uno que se ha leído mucho en Campeche recoge parte de estas historias y va de la mano con la construcción de las fortificaciones que la población y las autoridades españolas construyeron para defenderse de los piratas y que, de alguna forma, volvieron famoso al puerto; este libro se llama Piedras ante el mar (1996) de José Enrique Ortiz Lanz; es uno de los libros básicos para entender o conocer un poco de la historia de la piratería. Hay otro libro que se llama Piratas y corsarios en Veracruz y Campeche (1972) y es de Juan Juárez Moreno. Hay otro que se llama Los piratas de la laguna que es la historia de la piratería en Isla del Carmen, aquí en Campeche, que fue un lugar tomado como punto de reunión de piratas, así como la tan famosa Isla Tortuga. También tenemos Los piratas Lafitte (1984) de José Ignacio Rubio, un historiador de Mérida, que da una relación de cómo eran estos personajes y qué los motivaba a realizar esos ataques, que los impulsaba a hacer todas estas depredaciones en los mares del continente.

C.B: Es decir, ¿no todos tenían las mismas intenciones o los motivos de por qué dedicarse a la piratería?
M.C: Bueno, muchos eran motivos personales y otros eran motivos políticos; tal vez el motivo más evidente era el del enriquecimiento.
C.B: Me interesa mucho eso de tener diversos motivos, ¿cuáles serían los «motivos políticos» de un pirata?
M.C: Adquirir una reputación, sobre todo, tener un punto de control. Hacerse de fama, para luego tener un puesto o cargo de prestigio; por ejemplo, usted mencionó a Henry Morgan, quien de ser pirata pasó a ser gobernador de la Isla de Jamaica; eso ya era un motivo político, independientemente de la adquisición de riqueza. Otros fueron nombrados capitanes o incluso almirantes de la Marina inglesa, como Francis Drake, quien recibió todos los honores de su época e incluso recibió un trato de «héroe». La reina lo nombró “caballero".
C.B: Con base en las cintas que se han hecho recientemente sobre piratas, ¿usted qué destacaría que sí esta apegado a la realidad o que ha sido una buena recreación?
M.C: Me parece que han tenido una muy buena propuesta con la vestimenta de la época, que sí remonta al espectador a conocer el contexto en el que se desarrollaban estas historias. Los interiores de los barcos, los cañones y la forma en la que se empleaban todo ese tipo de armas individuales como las espadas y los arcabuces. Incluso el lenguaje.
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C.B: Y la apariencia de los individuos ¿no? Que se ven carcomidos por el sol, por el escorbuto y por todos esos males que les daba por andar tanto tiempo en el mar.
M.C: La propuesta, independientemente de que se trata de una ficción, me parece muy acertada, ya que gracias a estas cintas la gente puede adentrarse en ese espacio, esa historia, en el contexto de cómo era la vida de estos audaces y temerarios hombres; porque toda esta empresa de andar en los mares también requería de mucho valor, no cualquiera se adentraba en lo desconocido y en toda esa serie de dificultades. Los viajes interoceánicos no eran una cosa de todos los días e implicaban muchos riesgos y sacrificios; todo requería mucho esfuerzo y resistencia: la escasez de alimentos, en muchos casos ni siquiera tenían agua para beber y las enfermedades que procedían por la falta de higiene, sobre todo por el tipo de viaje y por la descomposición de los alimentos que, por la humedad y el encierro, duraban sólo unos días.
C.B: ¿A usted como investigador qué parte de la historia de la piratería le gustaría ver masificada en películas o en medios de mayor acceso a la población?
M.C: Creo que me gustaría ver el intercambio que ellos generaron en nuestra alimentación. El tráfico y el transporte de tantas especies de semillas y productos que llevaban consigo. Ellos llegaron con sus propias costumbres alimentarias a cada puerto y esto, en parte, hizo que México tuviera una mayor diversidad en los alimentos que se fueron adoptando en cada población.
Esto se conjugó y se mezcló con las costumbres amerindias y mesoamericanas dando lugar a una nueva gastronomía y a varias cocinas regionales que ahora existen.

Tal vez también me gustaría ver cómo los nativos o la población peninsular se defendía con lo que podía, protegiéndose a ellos mismos y a su patrimonio; los piratas no sólo atacaban para llevarse riquezas, también secuestraban gente para cobrar rescates y hasta para venderlos como esclavos en otras regiones.
*
Con este contexto estamos seguros que disfrutaras más de la nueva cinta de Disney, Piratas del Caribe: la venganza de Salazar. He aquí un vistazo:

Agradecemos a nuestros amigos de Disney México las facilidades otorgadas en la realización de esta entrevista, así como a Camila Martínez Gutiérrez en la transcripción de la misma.

 

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