Para que el supercómputo tenga efectos multiplicadores en las universidades, impacte en las instituciones y empresas usuarias, y contribuya a la solución de los problemas sociales y de la industria, es necesario impulsar la formación de recursos humanos en esa área del conocimiento, aseguró el director del Centro de Investigación en Computación (CIC) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Luis Alfonso Villa Vargas.
Consideró que hablar de supercómputo sin tener un pilar de formación, es como tener una ecuación desbalanceada, pues se requiere de programadores y administradores que coadyuven al manejo óptimo de grandes volúmenes de información.
Asimismo, anunció una nueva etapa de la Red Iberoamericana de Supercómputo, cuyo trabajo se constituirá por tres ejes fundamentales. "El primer eje se orienta a la vinculación para fortalecer la colaboración, la segunda fase se centra en compartir e identificar la infraestructura con que se cuenta en la Red".
Lo anterior, añadió, porque hay elementos fundamentales que es necesario precisar antes de multiplicar la plataforma tecnológica, y el último rubro se refiere al modelo de formación, el cual permitirá dar continuidad a los trabajos.
También planteó la necesidad de lograr un bosquejo de política en el área de supercómputo e identificar cuáles son los objetivos y los pasos fundamentales que se deben dar para hacer frente a los retos que plantea este campo del conocimiento. "Tenemos un campo de oportunidades muy importante y el avance será posible en la medida en que se estrechen los vínculos y la cooperación".
Por otra parte, mencionó que el Cinvestav contribuirá al impulso del supercómputo en México a través del proyecto Abacus, el cual será un espacio nacional dedicado a la ciencia y tecnología de clase mundial, donde a través de la matemática aplicada y cómputo de alto rendimiento, se buscarán soluciones a diferentes retos y problemas científicos y tecnológicos del país.
Indicó que el proyecto, que es una iniciativa conjunta del Cinvestav y del Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología (Comecyt), tiene como reto desarrollar matemática de punta, algoritmos, modelos y dar soluciones a problemas que tengan un fuerte impacto económico y social, como aquellos relacionados con la salud, la energía, el medio ambiente, la predicción climática, el transporte y el sector industrial.
Para lograr lo anterior, Asomoza Palacio subrayó que además de impulsar el desarrollo de proyectos vinculados y consolidar el grupo de supercómputo, es fundamental la capacitación de expertos y técnicos para operar y dar mantenimiento a los equipos con una visión autosustentable.
"Se pretende ofrecer servicio a las dependencias del gobierno y a la industria con el propósito de que los recursos se reinviertan y proponer que las instalaciones se diseñen con el valor estético de un museo, para que sea un espacio abierto al público con la finalidad de fomentar el interés por el supercómputo en las futuras generaciones", indicó.
Destacó que la supercomputación ha multiplicado su velocidad "y actualmente estamos frente a una revolución tecnológica muy grande, por eso aquellos países que no inviertan en supercómputo no serán competitivos y el que no colabora tampoco compite".
Precisó que el propósito de la investigación es el conocimiento y éste debe orientarse a producir riqueza. "Investigar es usar dinero para producir ideas, luego la transferencia a tecnología es utilizar esas ideas para producir más dinero del que se ha invertido en la investigación. Hoy los países más ricos son los que mayor inversión hacen en investigación, y eso lo sabemos desde hace años".
Señaló que la ciencia está para resolver problemas de la sociedad y las máquinas necesitan de cambios multidisciplinarios para hacer frente a tales retos, lo cual se conseguirá únicamente con educación y colaboración, de lo contrario no se logrará avanzar.
Fuente:www.jornada.unam.mx