En 1932, un diario en la Ciudad de México destacaba al compositor, director de orquesta y cantante Luis Arcaraz con las siguientes palabras: "Tiene todas las características y cualidades del bohemio trashumante. Tiene apenas 21 años. Es una criatura humana, un nene del arte, un infante de la bohemia".
Heredero de una familia de artistas, nacido el 5 de diciembre de 1910 en la Ciudad de México, El infante de la bohemia se convertiría en uno de los grandes de la canción mexicana, en una época en la que era una proeza competir con Agustín Lara y Gonzalo Curiel; impulsó el sonido espectacular de las grandes bandas y participó en numerosas películas, además de llevar su original sonido a Estados Unidos y otros países. Un accidente automovilístico acabó con su vida en 1963, a una edad en la que todavía tenía mucho que dar creativamente.
El legado del creador de canciones emblemáticas como "Quinto patio", "Viajera", "Bonita" y "Prisionero del mar" será celebrado en Por vivir en quinto patio: las canciones de Luis Arcaraz, espectáculo dirigido por Pável Granados que se presentará en el Lunario del Auditorio Nacional, organizado por la Fonoteca Nacional el próximo 18 de junio a las 19:00. Participarán la viuda y la hija del músico, María de la Paz Geneste de Arcaraz y María Luisa Arcaraz, respectivamente, así como Jaime Almeida, Gualberto Castro, Armando Manzanero, Juan Pablo Manzanero y la Big Band Jazz de México.
El investigador Pável Granados dice en entrevista con MILENIO que Arcaraz "fue uno de los primeros compositores de boleros. Después de Guty Cárdenas y Agustín Lara, en México los grandes autores de boleros han sido Luis Arcaraz y Gonzalo Curiel, fundadores de toda una manera de componer y concebir la música. Un musicólogo de los años 30 del siglo pasado, Daniel Castañeda, hablaba de una generación de compositores del Cancionero Picot que, decía, habían marcado el gusto en México e incluso definido, por primera vez, un gusto nacional afín".
Granados define a Arcaraz como "el primer crooner mexicano, con esa manera de cantar un poco murmurando o a media voz. Tiene discos en ese estilo desde 1933. Fue también compositor de tangos y de música de teatro de revista, algo muy importante, pero creo que lo que más queda en la memoria es que fue el introductor en México de las grandes bandas. Quiso ser muy parecido a Duke Ellington, Harry James, Glenn Miller y otras bandas. Eso lo hizo en México, pero además lo probó en Estados Unidos, porque fue muy popular allá con su propia orquesta".
Y además tenía un estilo propio.
Sí, lo escuchas y sabes que es Luis Arcaraz: las trompetas, los trombones, los clarinetes, los guitarristas llevan su sonido. Los jazzistas más importantes tocaron con él, como Chilo Morán, Tino Contreras y otros.
¿Qué nos puedes decir de su legado en las películas?
No menos de 60 películas tienen su música. Hay algunas, como Mujeres de teatro, en las que salió con su orquesta, que era fantástica tocando swing, y acompañó a cantantes como María Victoria. Acompañó a muchísimos otros cantantes, como Pedro Vargas, Evangelina Elizondo, Ana María González, Juan Arvizu, Antonio Badú y Emilio Tuero.
Pese a su trascendencia, no existe una biografía de Arcaraz digna de ser leída.
Desafortunadamente. Yo quiero subsanar eso y estoy en vía de ver qué puedo escribir sobre él y otros compositores. Actualmente, gracias al Catálogo de Oro de la Música Popular de la Fonoteca Nacional, hay un grupo que reúne a cerca de 70 herederos de los compositores de esa época. Llevan un año trabajando, haciendo homenajes, promoviendo la música de sus papás. Este proyecto lo coordinan Maru, la hija de Chava Flores, y José Alfredo, hijo de José Alfredo Jiménez, pero también están los descendientes de Agustín Lara, Gonzalo Curiel, Consuelito Velázquez, Alberto Domínguez, Chucho Monge, Alfonso Esparza Oteo, Tata Nacho, Gabriel Ruiz, Pepe Guízar, José Sabre Marroquín, Cuco Sánchez...
¿Qué tanta música de Arcaraz hay en la Fonoteca?
Mucha. Aparte de que ya había mucho material en el fondo, como la colección de Armando Pous, que tenía unas cosas rarísimas, su hija Luisa llevó algo así como 400 grabaciones. En los años 40, la compañía Peerles grabó mucho a Luis Arcaraz y, con excepciones, son discos que no se han vuelto a editar y no se han escuchado desde entonces.
¿Qué nos puedes decir de las letras de sus canciones?
Parecen canciones simbolistas. Yo creo que Arcaraz, Curiel y Lara se criaron leyendo poesía modernista; de alguna manera son divulgadores de poesía. Desde el punto de vista de la música, formaron un gusto en el continente, pues son autores que se hicieron junto con la estación de radio XEW, así que tuvieron la ventaja de ser escuchados no solo en México y América Latina, sino también en Estados Unidos. De alguna manera tomaron el bolero, que venía de Cuba, que era muy distinto, y lo hicieron que sonara mexicano. Tuvieron tanta importancia que incluso los compositores cubanos fueron influidos por los mexicanos: alguien como Osvaldo Farrés fue un autor de boleros que sonaban como mexicanos, como los de Curiel o Arcaraz.
FUENTE: www.milenio.com