Lumen saca nuevamente a la venta el único libro que el monero dedicó a los niños; el 8 de agosto cumple un año de fallecido
VIRGINIA BAUTISTA
Fotos: Cortesía
CIUDAD DE MÉXICO.
Gran educador de masas, el caricaturista Eduardo del Río, Rius (1934-2017) confeccionó, entre sus más de cien títulos dedicados a la política, la historia y la religión, un único libro para el público infantil: el Atlas para niñas y niños, en el que enfrentó el reto de hacer un humor comprensible para estos exigentes lectores.
La geografía, la ecología y el medio ambiente, así como conceptos de astronomía y antropología, fueron los temas que abordó en este volumen que salió a la luz bajo el sello Quimera en 2007, diez años antes de su muerte, y que ahora será reeditado en la colección Juvenil de Lumen, porque el autor consideraba que era poco conocido.
Este Atlas..., que narra de manera amena y divertida la evolución de la humanidad, tenía un significado especial para el monero michoacano, afirma en entrevista con Excélsior su hija Citlali del Río, pues realmente le intrigaba cómo era el sentido del humor infantil.
Incluso, el autor de las famosas historietas Los Supermachos y Los Agachados declaró en su momento que al respecto “experimentaba” con su hija, que entonces tenía 12 años; es decir, le iba enseñando los textos y dibujos que creaba, para ver si le divertían.
Sí experimentó conmigo, pero no me acuerdo bien. De pronto me pedía que leyera las páginas que escribía para ver sí las entendía, aunque también lo hizo con otros libros. Para mí eso no era algo ‘especial’. No lo veía como ayudar a Rius a hacer un libro. Más bien era una de las cosas comunes que hacía con mi papá, eran parte de la cotidianidad de andar de juego en juego, en la escuela, dibujando y platicando con él”, recuerda.
La artista plástica piensa que al autor de Marx para principiantes y La panza es primero le interesaba mucho la educación. “Mejorarla era uno de sus objetivos principales. Creía que para mejorar el país teníamos que mejorar la educación. Y, tengo entendido, cuando hizo el atlas, lo hizo pensando en mi, en mi prima y en todos los niños, porque siempre se ha tenido en el olvido a este sector de la población”.
Tras comparar el Atlas... con la demás obra de su padre, Ci-tlali está convencida de que el sentido del humor del historietista es accesible para todos. “No hay mucha diferencia entre hablarle a los niños y a los adultos. Aunque él decía que sí cuidó mucho más su lenguaje en este libro. Y supongo que sí explicó más cosas que para los adultos ya están dadas por hecho. Pero esa ‘frontera’ entre dirigirse a adultos y a niños no la entiendo. Igual que mi papá, él siempre fue como un niño en muchos sentidos”.
Del Río aclara que Rius entendía que los niños también piensan y son capaces de decidir, que son importantes. “Mi papá nunca hizo diferencia en cómo hablaba conmigo y con sus amigos. Y creo que eso también es evidente en su libro: los niños ni son más tontos ni son incapaces de entender. La manera de expresarse es la misma, el sentido del humor tampoco cambia mucho, a mi modo de ver”.
Destaca que lo singular del Atlas para niñas y niños es que “es mucho más ‘didáctico’: está a todo color y está más lleno de dibujos, recortes y fotos. Es un libro muy atractivo para los niños y para los adultos. A mí como niña me gustó ver y leer e incluso ahora, que ya no soy niña, me gusta tener”.
Cuenta que a Rius le interesaba mucho que se reeditara el atlas, pues poco después de que la editorial Quimera lo publicó, quebró, y la mayoría de los libros no se distribuyeron. “Es un título que casi no se conoce y mi papá se pasó varios años viendo que se relanzara. Creo que ahora estaría muy contento”.
Señala que la nueva edición es exactamente igual que la del 2007. “Hubo un par de cambios en tipografía y diseño, mínimos, pero el contenido es exactamente el mismo”.
Citlali del Río adelanta que se van a reeditar algunos títulos del caricaturista, “pero de los que no han salido del mercado todavía. El más nuevo, que se terminó de imprimir cuando mi papá ya había fallecido, es Ram ha vuelto (Almadía). En ese libro sí fui parte del proceso. Me encargué, junto con Alejandro Magallanes, del diseño y de hacer la letra”.