Camila Martínez
«La música expresa aquello que no puede decirse con palabras pero no puede permanecer en silencio» Victor Hugo, novelista francés (1802- 1885)
Notas, unidad de la música.
Las notas musicales son el concepto básico e indivisible con el que se evoca al sonido y la música, cada una representa una sonoridad determinada por su frecuencia constante. A su vez, estos elementos mentales tienen una representación gráfica, y es a partir de ellas que se pueden construir melodías y armonías.
Cada una de las notas escritas en el pentagrama significa un sonido distinto y, al sumarlas, se articula una tonada más compleja y duradera. La música es un concepto abstracto, pero su representación en pentagramas funciona como cualquier lenguaje que permite a quien lo conoce leer, escribir y comunicar a otros sus ideas.
Se estima que la historia occidental de la notación musical se remonta hasta hace aproximadamente dos mil trescientos años, desde los primeros símbolos alfabéticos utilizados en el mundo griego, hasta las más recientes propensiones de representación abstracta surgidas en el siglo xx.
La notación de la música a través de los años ha sido un reto en gran medida complejo, pues no sólo debe indicar la altura de los sonidos sino también otros elementos musicales como la duración, el tempo, intensidad sonora, carácter, articulación, básicos para generación de melodías.
Resulta sumamente interesante estudiar la evolución de la nomenclatura musical, en especial cuando esta ha sido influenciada no solamente por cuestiones artísticas, sino también por los fenómenos políticos, sociales y religiosos de las zonas en las que se producen; trasluciendo, quizá de forma involuntaria, el sentir y la reacción de los artistas de aquella época. Un ejemplo podría ser la transición de la notación griega a la bizantina.
Después de la fragmentación del Imperio Romano en el 330, el Imperio bizantino estableció su capital en Constantinopla, cortando por completo sus relaciones de vasallaje político y religioso con Roma.
Esta ruptura se vio reflejada en las expresiones artísticas de los habitantes de la antigua ciudad de Bizancio donde, a pesar de que ambas notaciones tenían una base griega, a través de la exacerbación de características individuales los constantinopolitanos buscaron diferenciarse de la tradición romana.
Gran parte de la disimilitud entre las notaciones romanas y bizantinas se debió a la incorporación de elementos orientales que no formaban parte del antiguo lenguaje musical en occidente. Así como que -a diferencia de la romana- la notación bizantina estaba pensada únicamente como una ayuda para la memoria, por lo que la transmisión de sus cantos se realizaba de forma oral a través de signos ecfonéticos y neumas1 Signos que no designan alturas de sonido fijas, sino los intervalos entre los que cabe el sonido así como los ritmos y las maneras de ejecutarlos los cantos.
Existen siete notas musicales: Do-Re-Mi-Fa-Sol-La-Si, a esto se le conoce como una escala musical que se representa comúnmente en el pentagrama. El origen de los nombres de las notas está en la notación de Al-Mamún e Ishaq Al-Mausili alrededor del año 800, donde se utilizó el alfabeto árabe para nombrar cada uno de los sonidos.
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El pentagrama
El nombre tiene su origen etimológico en el griego: πεντα, «cinco, y γράμμα, escritura, dibujo, línea. Describe el lugar que el sistema de notación musical en Occidental dispone para representar por escrito las notas y el resto de los signos musicales. Está formado por cinco líneas horizontales, rectas y equidistantes y cuatro espacios entre ellas.
El uso del pentagrama se originó en la Edad Media a partir del canto gregoriano. Hasta ese momento se había resuelto la representación de la altura a través de la conjunción de diversos símbolos en el texto. Sin embargo, después, cuando se comenzaron a escribir los cantos, se optó por emplear líneas para personificar la altura y los signos pueden ser colocados dentro, por encima o por debajo del pentagrama. Los principales signos representados son las notas musicales, los silencios, la clave, la armadura, el compás, el tempo y el carácter.waltz-1600
Como mencionamos anteriormente las notas musicales se representan por escrito mediante figuras que indican la duración del sonido, y su ubicación en una línea o interlineado determinan su altura. De esta forma, la cabeza de nota puede ser colocada sobre una línea, es decir, con el centro de su cabeza tocando una línea; o bien entre las líneas, sobre el espacio en blanco y apenas tocando las líneas superior e inferior.
Las líneas y espacios se numeran de abajo hacia arriba, la línea más baja es la primera línea y la línea superior es la quinta línea. Hay ocasiones en las que la melodía exige más líneas que las que cubren el pentagrama, estas se colocan sobre líneas que se dibujan por encima o por debajo del pentagrama original según sea necesario.
La altura absoluta de cada línea está determinada por un símbolo colocado al principio del pentagrama: la clave. Identifica una línea en particular como una nota específica y todas las demás notas se determinan en relación a esa línea. Por ejemplo, la clave de sol indica que en la segunda línea se sitúa la nota sol por encima del do central y esto rige el valor del resto de los símbolos sobre las líneas. Una vez establecidas las alturas, pueden ser modificadas mediante un cambio de clave o a través de signos de alteración a notas individuales. Un pentagrama sin clave simboliza un instrumento de percusión, cada línea suele representar un instrumento diferente.
La música y las matemáticas
Ambas disciplinas están estrechamente relacionadas en su estudio, necesitamos matemáticas para las afinaciones, la disposición de las notas, los acordes, armonías, el ritmo, el tiempo y, por su puesto, para entender la notación musical, sin los límites de la estructura rítmica la música sería imposible.
Son los seguidores de Pitágoras en la Grecia antigua quienes analizan por primera vez las escalas musicales en tanto a su proporcionalidad numérica. Ellos defendían que «toda la naturaleza consiste en armonía que brota de números». No es coincidencia que en la Inglaterra antigua la palabra «rima» derivada de «ritmo» fue asociada y confundida con «número» de «rin» – y el uso moderno musical de términos como «métrica» y «medida» también reflejan la importancia histórica de las matemáticas en la música, la pintura y la literatura.
Por sí solo el sonido es matemática en tanto a que es la percepción física que tiene el oído de las vibraciones, así todo sonido que los humanos distinguimos vibra en una frecuencia entre los 20 y 20.000 hercios —1 Hz= 1vibración por segundo—. Por su parte, las notas musicales se caracterizan por ser sonidos que radican en los intervalos de las frecuencias armónicas. Por ejemplo, la nota LA corresponde a una frecuencia de 440 hercios.
La suma de los sonidos es directamente proporcional a su armonía, esto quiere decir que entre más simple sea la relación mayor será la consonancia entre ellas. Así pues, dos notas separadas por una octava están en relación de 2:1 siendo ésta la mayor consonancia. Por el contrario, las relaciones complicadas dan lugar a disonancias como por ejemplo un intervalo de 7ª DO-SI.