El artista realizó un programa de residencia en el que invitó a seis artistas a realizar un performance en distintas sedes, con temáticas e interés diferentes
SONIA ÁVILA
Performance de Manu Sol Mateo. Foto: Cortesía El Cuarto de Máquinas
Performance de Manu Sol Mateo. Foto: Cortesía El Cuarto de Máquinas
CIUDAD DE MÉXICO.
Hacer performance es romper con uno mismo desde otro mismo que desea no mirarse al espejo, sino transportar en un acto la memoria de un colectivo”. Así define Mauricio Limón (Ciudad de México, 1979) la acción artística que no es precisamente un montaje escénico ni un objeto plástico, sino la posibilidad de expresarse a través del cuerpo.
La definición viene a cuenta por la exposición Los efectos de la presión y la súbita expulsión que el artista propuso para la galería El Cuarto de Máquinas. Una revisión del performance, no histórica ni teórica, sino desde su propia perspectiva que ve en la fusión de las artes –teatro, danza, pintura– un futuro para el arte acción.
Limón, quien realizó el programa de residencia de la Rijksakademie (2016-2017) en Ámsterdam, invitó a seis artistas a realizar un performance en distintas sedes, con temáticas e interés diferentes, para al final exhibir en la galería los “residuos” de las acciones como documentos objetuales. Así el proyecto entiende la disciplina en dos momentos, el repertorio y el archivo.
Esta idea de archivo y repertorio viene de teorías de performance específicamente de Diana Taylor quien sostiene que un performance se crea a partir del archivo y el repertorio, y su idea es que el archivo son todas las cosas que son documentables, que tienen una característica perdurable, y el repertorio es todo lo que se puede desarrollar en vivo y tiene que ver con la trasmisión del conocimiento en vivo”, precisa.
En el libro Estudios avanzados de performance, Taylor sostiene que la práctica del arte acción tiene estos dos lugares: “La memoria del archivo se registra en documentos, textos literarios, cartas, restos arqueológicos, huevos, videos, disquetes, es decir, todos aquellos materiales supuestamente resistentes al cambio. El repertorio, por otro lado, consiste en la memoria corporal que circula a través de performances, gestos, narración oral, movimiento, danza, canto”.
Limón desplegó en el Cuarto de Máquinas –que ahora ocupa la sede de la galería Hilario Galguera– vestuario, documentos, utensilios y objetos que sirvieron a Genoveva Álvarez, Mercedes Azpilicueta, Sophie Dupont, Xavier Rodríguez, Manu Sol Mateo, Geo Wyeth durante las acciones que realizaron la semana pasada en Biquini Wax, la explanada del Museo Jumex, Kiosco Morisco y Galería Hilario Galguera.
En el repertorio, el encuentro con el público es directo, en vivo, y lo que genera queda en la subjetividad de cada quien, y en la galería la subjetividad se presenta como una narrativa a la que el público puede entrar de manera más reflexiva”, añade quien ha expuesto pintura hiperrealista en el Centro de Arte Reina Sofía y en el Centro Pompidou. Su propuesta es explorar el performance en sus dos momentos: la acción en directo y la que es memoria.
La investigación de Limón sobre el performance toma también como referente el cuerpo, y la manera en que los artistas se involucran físicamente en la acción, o si delegan la tarea de estar dentro del performance. Y si bien no hay un común denominador en los seis participantes, incluso apelan por evadir las categorías, los performers, establecen un diálogo sobre el contexto social-cultural en que desarrollan su obra
¿DÓNDE Y CUÁNDO?
Los efectos de la presión y la súbita expulsión se presenta en Galería Hilario Galguera (Francisco Pimentel 3, San Rafael) hasta el 17 de agosto.