La Redacción
La miniaturización en la tecnología que permitió la reducción de los componentes electrónicos al mínimo para poder construir dispositivos con piezas del tamaño de unos cuantos átomos
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Si uno da un vistazo a la calle, la escena será muy parecida a esto en cualquier ambiente urbano: la mayoría de la gente estará atenta, no a otras personas ni al entorno y tal vez ni siquiera a su propio camino, sino a las pantallas de sus dispositivos electrónicos.
Y es que en las últimas décadas el mundo de la tecnología ha evolucionado considerablemente. Uno de los grandes cambios que ocurrió fue la llamada miniaturización, esto se refiere a la reducción de los componentes electrónicos al mínimo para poder construir dispositivos con piezas del tamaño de unos cuantos átomos.
Varios dispositivos, hoy pueden caber en un sólo gadget. Por ejemplo, la nueva HP Deskjet 3775, la impresora «todo en uno» más pequeña del mundo, capaz de materializar todo lo que salga de nuestra imaginación sin importar lo grande o complejo que sea.
A lo largo del texto hablaremos de algunos inventos y momentos clave de la historia, para que hoy podamos realizar nuestras actividades diarias de una manera sencilla y práctica, desde llevar en la mochila un celular y una portátil pequeña y ligera —muy útiles para el trabajo o la escuela—, hasta una tablet, una cámara o un dispositivo MiFi para poder conectarnos a Internet en cualquier parte del mundo.
Los bulbos
De los circuitos analógicos se pasó a los digitales, y de los digitales se mudó a los circuitos integrados.
El gran salto tecnológico comenzó cuando se desarrollaron las válvulas termoiónicas —también llamadas electrónicas o de vacío— y que en México simplemente llamamos «bulbos».
En 1873, Frederick Guthrie fue el primero en registrar el efecto de emisión termoiónica, pero Edison lo patentó en 1884 como «Efecto Edison». Con base en este fenómeno, se desarrollaron válvulas—similares a un foco— cerrados al vacío con dos electrodos: cátodo y ánodo.
Recuadro
El cátodo es un filamento de wolframio —recubierto por una sustancia rica en electrones libres—, que se calienta con la corriente eléctrica. El ánodo es una placa metálica que rodea al filamento a una cierta distancia y a la que se aplica un potencial positivo. Por constar de dos electrodos, a la válvula se le llama diodo. Si se agregan otros electrodos entre ánodo y cátodo, se puede controlar o modular el flujo de electrones que llegan al ánodo.
Este aditamento permitió el desarrollo de la radio y la TV —entre muchas otras invenciones electrónicas— al permitir el desarrollo de tubos de rayos catódicos, iconoscopios, magnetrones, decatrones, triodos y demás instrumentos que hoy son reliquias de la tecnología de principios del siglo XX, pero que permitieron la rápida tecnificación de la vida cotidiana.
Seguro que alguna vez habrán visto imágenes de los primero televisores, por lo que fácilmente notarán su cambio hasta el día de hoy, asimismo con los aparatos para escuchar música, celulares, y las computadoras, que le abrieron paso a la impresora, entre otros.
Los transistores
Desde los años 20 del siglo XX comenzaron los intentos por desarrollar dispositivos electrónicos que pudieran sustituir a los triodos —entre otras válvulas de amplificación de energía—, sobre todo para reducir los gastos de producción de los instrumentos —se fundían con mucha frecuencia—, su tamaño —ocupaban espacios enormes y debían estar muy separados entre sí pues generaban mucho calor— y, lo más importante, disminuir su consumo de energía.
Los más preocupados por mejorar esta tecnología era la industria telefónica, que empleaba millones de válvulas para interconectar sus redes. Por ello, en 1926 la Compañía Bell creó un centro de investigación —los célebres Bell Labs— para el desarrollo de nuevas tecnologías.
Al finalizar la II Guerra Mundial, se descubrieron las propiedades semiconductoras del silicio y el germanio, es decir, que en determinadas condiciones, estos elementos pueden conducir, generar o modular electricidad. Para ahondar en la investigación de esto, los laboratorios Bell contrataron al físico William Shockley como jefe de proyecto, al físico experimental Walter Brattain y al ingeniero eléctrico John Bardeen, quienes luego de varios experimentos, confirmaron que con oro y germanio se podían producir señales de potencia de salida eléctrica mayores que los de entrada. A la larga, esto generó la producción del transistor, un semiconductor que podía servir como amplificador, oscilador, conmutador o rectificador de energía y por el que recibieron el Premio Nobel de Física en 1956. No por nada, este aditamento fue llamado «el mayor desarrollo tecnológico del siglo XX».
El salto cuántico
Por supuesto, luego de los transistores, el otro gran salto tecnológico en la historia de la eficacia y la miniaturización de la tecnología, ocurrió con el desarrollo de los circuitos integrados, también llamados «chips».
La miniaturización de la tecnología ha sido fundamental para el desarrollo de la informática y en particular para los gadgets que hoy usamos a diario: computadoras portátiles, smartphones e impresoras. La historia de la impresora está íntimamente relacionada con la historia de la computadora, pues la máquina analítica de Charles Babbage incluía el mecanismo de impresión. En 1950 se crea la primera impresora eléctrica para computadoras, misma que sólo imprimía textos. Después aparece la fotocopiadora y unos años después la fotocopiadora a color, hasta que en 1980 aparece la impresora láser en blanco y negro, que ocho años después tendría modalidad a color.
La evolución de los celulares —con sus múltiples funciones a sólo un click, como conectarse a Internet automáticamente, realizar una videollamada, pagos, compras en línea o grabar videos—,y de la cámara fotográfica —cada vez de mejor resolución—, permitió que la recepción y exportación de documentos, audios, imágenes y demás archivos se envíen con rapidez y facilidad. Además, este desarrollo trajo consigo una manera fácil y sencilla de imprimir cualquier cosa. Tal es el caso de HP Deskjet 3775, que permite imprimir nuestras fotografías favoritas desde un smartphone o tablet. ¡Hace años esto era impensable!
Es así como los aparatos se han hecho cada vez más pequeños, sin afectar su calidad y permitiendo que por precios accesibles, todos podamos comunicarnos y expresarnos.
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