Por Paula Carrizosa
En próximos días será inaugurado en Puebla un espacio peculiar de exhibición: la Videogalería Rafael Corkidi, un espacio institucional que busca ser un precedente regional en la exposición permanente de la producción audiovisual local. Inserta en el Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla, es además una forma de homenaje al poblano Rafael Corkidi (1930– 2013, reconocido por ser el pionero del video en México.
Mediante un boletín de prensa, se informa que la Videogalería Rafael Corkidi tiene el propósito de rescatar los trabajos de artistas y cineastas que, en la mayoría de los casos, muestran su obra en sus canales de youtube o Vimeo, o ni siquiera se ven.
“Los espacios para las obras audiovisuales, tanto de ficción y documentales, pero sobre todo para las de carácter no narrativo, son escasos en general y el caso de Puebla no es la excepción”, se señala en documento.
Se agrega que “dejando de lado los festivales universitarios, de cortometraje, videoarte, videodanza, video experimental o disciplinas similares”, es poco frecuente que los trabajos sean conocidos y valorados.
Además de contar con un espacio físico ubicado dentro del IMACP –avenida Reforma 1509, barrio de San Sebastián–, la galería echará mano de las redes sociales del propio organismo municipal, principalmente del canal de youtube de Exposiciones IMACP donde todas las muestras serán compartidas.
En la programación se contempla que cada seis semanas será montada una nueva exposición para la visita pública a través del espacio físico; luego, para la cuarta semana, las muestras serán subidas a las redes sociales.
Dichas exposiciones serán selecciones del trabajo de uno o más artistas locales que usen el soporte del video para compartir sus ideas sobre distintos temas. En total, se buscará que cada exposición tenga una duración de entre 10 y 20 minutos.
Para el miércoles 7 de febrero a las 19 horas se hará la inauguración de la videogalería y de la primera exposición denominada Cero y uno: realidad construida, una colectiva de Alejandro Reyes Tlacatelpa y Emmanuel Anguiano–Hernández, quienes expondrán las obras Rabieta (2016) y Concierto celeste, primer movimiento (2017), respectivamente.
En dicha muestra los artistas plantean una cuestión: si es lo digital la única realidad construida a la que el ser humano se enfrenta de manera cotidiana. Dicha pregunta gira en torno a la reflexión del término binario que se piensa en el lenguaje de los sistemas computacionales, la posmodernidad y la forma en que el mundo ha sido construido más allá de lo real.
“Alejandro Reyes y Emmanuel Anguiano–Hernández plantean esta duda a través de sus obras, las cuales se nutren de estímulos específicos para construir su propia realidad, proceso similar al que nuestros cerebros realizan día a día”, se indica en el discurso curatorial.
En el caso de Rabieta, de Alejandro Reyes (Puebla, 1971), es un videoarte, una obra musical para violonchelo y multimedia, que refiere –como su nombre lo indica a ese enojo que se expresa con llanto, gritos e irritación visible, mismos que aquí se transforman en violentos cambios sonoros y la alteración de la imagen generada de forma digital.
Musicalmente, Rabieta es una metamorfosis gradual de diversos elementos, de un gesto a otro, de un timbre a otro, todos “amontonados”; en ocasiones varias técnicas extendidas para el instrumento, acompañados por una electrónica fija creada a partir de un piano preparado y diversos instrumentos como ocarinas.
Mientras que el Concierto celeste, primer movimiento de Emmanuel Hernández–Anguiano (Puebla, 1984), es arte digital (computer vision algorithms, generative video y live coding), que se propone como un “vistazo” a lo que será un concierto interpretado por uno o más músicos (humanos) acompañados por una inteligencia artificial.
“Dicha inteligencia artificial registra y analiza la información visual de los cielos poblanos y los interpreta para producir una imagen continua de datos reconstruidos de manera musical y armónica”.
Cambiar la escena como Corkidi lo hizo
Conocido por sus colaboraciones como cinefotógrafo en tres cintas del chileno Alejandro Jodorowsky –Fando y Lis (1968), El topo (1973) y La montaña sagrada (1973)– la carrera de Corkidi inicia varios años antes, en 1952, cuando trabaja en noticieros cinematográficos y asistiendo a fotógrafos de renombre como Nacho López.
Su prolífica carrera se extiende hasta la primera década del siglo XXI con proyectos como Cantatas para la independencia y El maestro prodigioso, ambas de 2010.
Además de su labor con Jodorowsky, su trabajo en la cámara de La mansión de la locura (Juan López Moctezuma, 1973) y sus propias obras como Ángeles y querubines (1972), Pafnucio Santo (1976) y Auandar Anapu (1974) lo elevaron a la categoría de creador de culto.
El merecedor en 2013 del Ariel de Oro por su trayectoria fue un artista “poético, surrealista, pionero, arriesgado, marginal, exótico, cero complaciente, irónico, esotérico, reflexivo, espiritual”, considerado un adelantado a su época y un artista total.
Fue además profesor de tiempo completo de la Universidad de Guadalajara y la UDLAP, y en 2004 concibe el que sería su mayor proyecto educativo: Mar de encuentros, una escuela–taller de enseñanza gratuita de televisión y video para jóvenes de la calle, en Boca del Río, Veracruz, la cual dirigiría hasta su muerte.
Por todo lo anterior, la video galería recibe su nombre, en la espera que los personajes presentados aquí contribuyan a cambiar la escena artística y cultural de Puebla de la misma forma que Corkidi lo hizo.