Esta es la historia de cómo llegó el primer Árbol de Navidad a México y del lugar en el que fue instalado por primera vez.
Josué Huerta. Editor web en México Desconocido
En diciembre de 1864, la aristocracia mexicana que asistía con frecuencia al Castillo de Chapultepec quedó maravillada con la belleza de un árbol ataviado en sus ramas con diversos adornos para festejar la Navidad.
Ninguna mujer u hombre opulento en México había visto hasta entonces algo semejante, pues aunque el árbol de Navidad años atrás ya había sido nombrado por la iglesia católica como el “árbol de Cristo” y reconocido como parte de las celebraciones navideñas, la costumbre de colocarlo apenas había llegado a Europa y norte de América.
Y sí, los encargados de traer ese primer árbol navideño a México fueron los emperadores Maximiliano de Habsburgo y su esposa Carlota, quienes quisieron crear una atmósfera europea en su residencia en México, que como ya dijimos fue el castillo de Chapultepec.
Es válido ponerse a pensar que el Palacio Nacional, asentado en pleno Zócalo, pudo haber sido el primer lugar que diera refugio a aquel primer árbol de Navidad en México.
De no ser porque un año antes, cuando los emperadores llegaron a México, rechazaron ese recinto tras pasar una tormentosa primera noche picados por una plaga de chinches, a grado tal que se narra que Maximiliano tuvo que dormir sobre una mesa de billar.
Para 1865 casi se pierde la recién llegada moda imperial de colocar un árbol de Navidad en el Castillo de Chapultepec derivado de la muerte de Leopoldo I, Rey de Bélgica y padre de Carlota, deceso que obligó a imponer un luto nacional, no obstante el adorno fue colocado.
La historia no dice mucho acerca de si el adorno decembrino se instaló en 1866, no obstante lo que es seguro es que para la Navidad de 1867 ya no se colocó porque seis meses atrás Maximiliano había muerto fusilado en Querétaro, con lo que el imperio había llegado a su fin.
Posterior a este episodio todas las modas europeas traídas por los emperadores fueron mal vistas en México, así se fue olvidando por unos años la moda de colocar un árbol de Navidad por la aristocracia, hasta que en 1878 el general Miguel Negrete, colocó uno en su propia casa.
Se cree que lo puso influenciado por sus viajes a Europa y Estados Unidos, aunque lo cierto es que su árbol causó tal vez más furor que el instalado por los emperadores 14 años atrás.
Pues la prensa describe como el general Miguel Negrete, el mayor enemigo político de Porfirio Díaz, había sido ataviado con luces, heno y sendas ramas que ocupaban un gran espacio en su casa. Aseguran que bajo el pino había 250 lujosos regalos que serían para cada uno de los invitados a la cena navideña.